Capacitación en el trabajo. Lalito un flaquito muy sumiso
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por capicapicapicapi.
La compañía nos envió al estado de Aguascalientes, a mí se me hizo largo el camino por lo que tomé mejor un vuelo.
No conocía a ninguno, sólo sabía que debía llegar al hotel Fiesta Inn y pasar dos noches ahí supervisando que los nuevos cumplieran con las horas de conferencia y asesorarlos.
Al hacer check in me informaron que sólo eran 3 habitaciones.
Imagínense 3 habitaciones para diez personas, pregunté sobre como eran y me respondieron que eran dos Superior Room con dos camas matrimoniales y una Superio Room 1 con cama King, también pregunté si ya habían registrado los demás pero debido a que el jefe dijo que yo dividiera las habitaciones cuando llegara no les habían dado acceso, se suponía iban a ser 8 personas y conmigo 9, lo que la secretaria no contó era con el técnico entonces éramos 10 y no nueve.
Para mí era la habitación con cama king y los demás debían compartir las dos habitaciones dobles pero sobraba uno, entre llamadas y políticas del hotel decidimos mi jefe y yo que el otro chavo se quedara en mi habitación pero dormiría en el sofá.
Sólo dos de ellos se conocían entre sí así que los junté a un lado y les dije a los 7 restantes que deberían decidir quién dormiría en el sofá o que si quería rentar otra habitación yo podría apoyarlo, de mi parte, con el 50% de lo que costara.
Entre la confusión un chavo dijo que él aceptaba el sofá total era el de menor tamaño que todos.
Ese era Eduardo, o Lalito como todos lo apodamos, un chavo de 1.60 metros, tan flaco que se veía cabezón, blanco, muy peludo, cabello negro, una mirada triste y de anteojos.
Así bien les indiqué sus habitaciones y en que piso estaban y que los esperaba a las 4:00 P.M. en el salón para las conferencias por lo que tenían el resto de la mañana para salir a comer y si querían conocer algo.
Lalito se fue detrás de mí, llevaba una enorme mochila en su espalda que parecía que se iba a caer, le dije que él llevara mi maleta ya que tenía ruedas y yo cargaba su mochila, nos subimos al elevador y no hablamos nada.
Al llegar a la habitación miré la cama y el sofá y Lalo se dirigió a su lugar sin decir palabra alguna.
Era muy callado, tan flaco que de no ser por lo peludo podría confundirse con un niño de 11 años.
—¿Qué tanto llevas en esta enorme mochila?— le pregunté
—Son más cosas de trabajo que ropa— me respondió agachando la cabeza
—Ósea que vienes de trabajar—
—No, vengo a trabajar.
Soy técnico en computación—
—Ahhh ¿Eres tú Eduardo?—
—Sí, soy yo.
Sólo me contrataron para dar la capacitación y pasarle unos reportes a usted—
—Ya decía yo que con ese pequeño cuerpo minero no podrías ser—
—He perdido un poco de peso pero no hay problema, vengo muy preparado para cumplir mi trabajo——Esta ciudad me parece demasiado calurosa— le dije mientras prendía el aire acondicionado
Así entre la plática me dijo que tenía 23 años y que era originario de una comunidad pequeña a las afueras de la ciudad, que trabajaba dando mantenimiento informático en la mina.
Que siempre fue chaparrito y sufría bullying en su escuela por su tamaño y lo curioso es que por lo general debe comprar su ropa en el departamento de niños.
Que debido a un problema en el estómago lo habían operado y por eso era aún más flaco de lo que ya era antes.
Casi no me hizo preguntas más que si estaba casado y no sé por qué pero intuí que él era gay.
Se veía muy frágil y sumiso, bastante nerd con sus anteojos.
Le dije que me metería a bañar.
Al estar en el baño me calenté tanto que me la jalé imaginándome que me lo cogía y me vacié en mis trusas.
Salí envuelto en una toalla y él estaba cubierto con un sueter.
—No me digas que tienes frío— le pregunté
—Sí, un poco—
Le bajé al aire acondicionado, en lo que yo me vestía el leía un libro aunque pude ver que de reojo me observaba.
Le dije que fuéramos a comer, salimos a un restaurant central.
Me enteré que sólo hace una comida al día pero come bien, de hecho era bastante comida para ese pequeño.
De regreso al hotel él subió por sus cosas y los demás ya estaban en el salón.
Mientras el daba la capacitación yo seguía imaginando en cogérmelo.
No pude más y me salí al baño a masturbarme.
Él daba su capacitación y hacía mucho contacto visual, así en el baño me la jalaba imaginando que lo cogía muy duro.
Entraron un par de personas pero eso no me detuvo para masturbarme en el mingitorio hasta que lo dejé todo lleno de mecos, no me limpié la verga así me fui.
Eran 4 largas y tediosas horas.
En el break que dieron aproveché para conocer a los demás.
Lalito era el más pequeño, los demás eran de 27 a 41 años.
El de 41 era Miguel, que pude notar que veía con lujuria a Lalito.
Esa noche al terminar les dije que los invitaba a cenar que si reducíamos el break tendríamos tiempo de salir temprano para poder ir al bufete.
Lalo siguió dando la capacitación y resolviendo cada duda que tenían.
Al terminar en unos ubers nos fuimos al Sirloin Bufete y todos comimos bastante rico.
Quedaron de acuerdo en salir a conocer la ciudad, yo decidí irme al hotel y les advertí que no tomaran bastante pues eso les perjudicaría y mañana comenzaríamos con la capacitación desde temprano.
Ahí ya todos le decían Lalito y algunos otros hasta Profe.
Lalito no quiso ir y se fue con nosotros, y digo Nosotros porque Miguel tampoco quiso salir.
Cada uno se fue a su habitación y poco antes Miguel dijo
—Lalito parece tu sombra, no se te despega—
Lalo se puso algo nervioso y se cubrió tras mi cuerpo, yo con una sonrisa le dije a Miguel
—Sí, no se ha querido despegar y esta noche creo que menos—
Me toqué la verga para provocar a Miguel como reaccionaba y él se la toco también, nos despedimos.
Ya iba yo muy caliente.
Cuando entré al baño de mi habitación mire todo ordenado, yo había dejado los calzones en el baño, las toallas regadas al igual que la ropa que había sacado de la maleta.
—Creo que entraron a hacer el servicio mientras no estábamos— le dije a Lalito mientras salía del baño con mi verga apenas metiéndola en mi trusa
—Yo lo ordené cuando vine por mi mochila, espero no te moleste—
—Bueno eso es trabajo de los del hotel pero ya tú les has ayudado—
—Me gusta ordenar y ayudar— decía Lalito
Salí de la habitación y le dije que me siguiera, fuimos a la habitación de Miguel, él tardó en abrir.
Se sorprendió al vernos y le dije
—Inspección de rutina—
—¿De qué se trata?— dijo Miguel
Nos metimos a la habitación y le pregunté que cual era su maleta y cuando me indicó cual la vacié al piso.
Luego puse a Lalito a ordenar la ropa dentro de la maleta y nos fuimos.
Al llegar a la habitación subí el aire acondicionado, me quité la camisa y la aventé al piso
—¿No olvidas algo? Le pregunté a Lalito
—¿Qué pasa señor?— me preguntaba temeroso Lalito
—Recoge mi camisa—
Sin dudarlo se acerco de prisa a mí y la comenzó a doblar.
—Quítame los zapatos— le dije a Lalito, que en esos momentos ya temblaba, no de miedo sino por el frío que su cuerpo flaco sentía.
Se hincó y me los quitó, le di una patada en su pecho y lo derrumbé sobre su espalda.
Él estaba asustado, le pedí me quitara los calcetines sin levantarse, luego le metí mi dedo gordo del pie a su oca y lo lamió.
Mi verga estaba dura y chorreante, le levanté del cabello y le dije quitara mi pantalón, lo hizo y noto mi verga y mi trusa toda manchada del lubricante que ya me salía.
Lo puse a oler mi axila y a lamerla, luego de dos cachetadas muy duras lo tiré de nuevo al suelo y enseguida lo levanté del cuello.
Él no dijo nada, sólo se agarraba con sus manos de mis brazos, lo aventé afuera de la habitación y le dije
—Consigue una pizza, 4 chocolates amargos y una cajetilla de cigarros—
—Pero…—
—Tienes 90 minutos para regresar con todo— y le cerré la puerta.
Me desnudé y lo esperé en la cama, cuando escuché que se abría la puerta me hice el dormido; eran menos de los 90 minutos, yo había puesto el cronómetro del celular y ya pasaba de las 10 cuando había salido, algo temeroso me decía
—Señor ya traje todo—
Voltee a la mesita que estaba al lado del sofá y vi las cosas ordenadas, le dije que mis zapatos no estaban limpios y los puse a lamerlos para que así los limpiara, me puse un pants y antes de salir le dije
—Quiero que termines esa pizza antes de que yo vuelva—
Tomé los cigarros y bajé a fumar, sólo fumé uno y de prisa, quería ver que tan rápido y obediente era, me encontré a los compañeros que ya venían a dormir y les regalé los cigarros.
Cuando subí Lalo llevaba apenas e rebanadas de pizza, se quedó algo asustado al verme
—Recoge todo y métete a bañar— le dije
—Sí señor, enseguida —
Cuando lo vi que iba al baño le dije que dejara su ropa afuera, que no la metiera en el baño y así sin preguntar obedeció y dejó su pijama en el sofá.
Cuando terminó de bañarse me comí un chocolate y le dije que ya se durmiera, se puso su pijama (el aire acondicionado seguía encendido) y le dije
—Los hombres no dormimos con pijama, buenas noches—
El se dejó su pijama y dijo Buenas Noches Señor.
Se acostó en posición fetal volteando hacia el respaldo del sofá y me dormí un par de horas.
A las 3 de la mañana me desperté y levanté silenciosamente, lo observé y no dormía, estaba temblando, yo estaba desnudo.
Lo domé de la cintura y lo llevé a la cama.
Él no decía nada.
De cucharita me acosté detrás de él y le arrimé mi verga dura, él no decía nada, seguía temblando.
Me levanté y subí un poco más el aire, más frío.
Me lavé las manos con agua fría y volví a la cama, me puse de nuevo detrás de él y metí mi mano fría debajo de su camisa de pijama y el pegó un gran suspiro.
Era muy peludo y demasiado flaco, como anorexico y sus pezones se pusieron duros.
Agarré su pequeño cuerpo con una mano y lo empujé hacia mí, puse mi verga dura entre sus piernas, luego bajé mi mano a su culito y así fría se la metí, vaya sorpresa su culo todo peludo, no tenía nalgas y parecía tener su culito abierto, metí mi mano por detrás y le agarré sus huevos que eran muy peludos.
Los toqué y suspiró, después por en frente metí mi mano y le toqué ese matorral de vellos que tenía, muchos en su pubis.
Su verga empezaba a pararse y le susurré al oído que no quería verlo erecto, metí mi dedo índice en su culo y dio un pequeño grito.
No podía meterlo más porque estaba muy seco, lo saqué y lo hice chuparlo, húmedo en su saliva lo metí con fuerza en su culo todo a fondo y gritó, le tapé la boca y vi que se le paraba más, le repetí que no quería verlo erecto.
Me alejé de él y me acosté del otro extremo de la cama.
Así me quedé sin hablarle, fingí dormir.
Él se quedó en la misma posición en la cama.
De pronto sentí que se levantaba, sin voltear le dije que se durmiera y regresó a la cama, dejé pasar un rato, mi verga seguía dura, calculo eran las 4:30 A.M.
y me le acerqué, estaba dormido, lo sacudí para despertarlo, apreté sus huevos, noté que despertó y le dije “te dije que los hombres no duermen en pijama”.
Con toda fuerza le rompí su camiseta, hasta en la espalda tenía vellos, le rompí el pantalón y quedó en boxer, temeroso e inmóvil permaneció a mi lado.
Tiré los restos de su pijama al piso, ahora le rompí el boxer, froté mi verga con el lubricante que salía de mi y lo embarré en lo que podía tratando de cubrir la cabeza y la mitad de la verga.
Yo estaba super caliente, él parecía un niño como de 11aunque mas flaco y peludo, rocé mi verga en su culito, le levanté un poco la pierna, toqué su verga y le dije “que no se te pare” y de un putazo se la metí toda, vaya hasta a mí me dolió, el gritó y empezó a llorar, le tapé la boca y con mi mano metida debajo se su brazo lo empujé hacia mi y lo empecé a bombear, dolía un poco por lo seco pero luego se fue abriendo y mi verga lubricando más que sentí muy rico.
Él lloraba en silencio y yo no paraba de darle, lo tomé del cuello y sin sacarle mi verga giré para acostarme de espalda, él estaba arriba de mí muy ensartado, mis huevos pegaban en sus casi planas nalgas, lo seguí apretando del cuello y dándole muy duro, luego metí y saqué varias veces mi verga, cuando me iba a venir me puse arriba de él sobre su cara y le metí mi verga, que tenía un poco de sangre, en su boca para que se la comiera toda mi leche.
La verdad es que no me gusta ver sangre pero estaba tan caliente en ese momento.
Él se tragó casi toda la leche, luego toqué sus huevos y en un par de frotes se vino en abundancia.
Tuvo tanto control de su mente que logró no tener erección y complacerme.
Me fui a bañar y le llamé cuando terminé, se bañó y me fui a dormir, cuando desperté él estaba en el sofá, eran casi las 7 de la mañana, él aún dormía, me le acerqué y embarré mi verga del lubricante que me salía, lo tomé con una mana y me senté en sofá, él despertó y me lo fui sentando en la verga, él gemía y le dije que podía tener una erección y vaya sorpresa su verga era muy larga aunque delgada, lo hice que solito se meneara de arriba a abajo hasta que lo llené de leche.
Lo mandé bañarse porque a las 8 debería dar la primer parte de la capacitación.
Yo me quedé a dormir un rato.
Cuando desperté él ya había vuelto y tenía listo el reporte de la primera parte de capacitación de ese día, me bañé y salimos a comer.
Regresamos y faltaba una hora para la ultima parte de capacitación.
Así el Profe Lalito terminó de dar su lección y les dije a los demás que ya podían relajarse y disfrutar lo que restaba de la tarde y noche, eran casi las 3 de la tarde por lo que decidieron ir a comer y beber unos tragos, les dije que ya había comido y que me quedaría a mandar el reporte al trabajo pero que me dieran un número y yo los alcanzaba después de la comida en algún bar.
Mandé el reporte y me llevé a Lalito a un cine porno, yo había investigado y fuimos.
Cuando llegamos se veía como cualquier cine, de hecho ni aparenta ser cine porno hasta que te acercas y ves las pelis que van a proyectar.
Para eso yo le dije a Lalo que se adelantara y que lo alcanzaba, que su misión era mamarle la verga a uno que estuviera ahí y mantener su leche en su boca hasta que yo llegara.
Al entrar, yo creo por su pequeño cuerpo, no lo dejaban pasar pero sacó su credencial y pudo meterse, esperé unos minutos para darle tiempo de que tuviera acción.
Entré y no estaba tan oscuro.
Era la escena de una peli y demasiado vieja pero pues ahí estábamos todos en busca de acción no de una peli de buena calidad, calculo que habíamos unos 30 en el cine, subí hasta la parte trasera y en la antepenúltima fila de asientos estaba Lalito mamándosela a un chavo quizá de 25 años, me miró y siguió haciendo su tarea.
Me quedé de pie y poco a poco se acercaban algunos con la intención de conseguir algo de acción, le mandé un mensaje a Miguel, fue el quien me dio su número, y le dije “ven, vamos a divertirnos los tres” y le mandé la ubicación.
En eso se acercó Lalito y no hablaba, era obvio que traía la leche ahí, lo dejé así unos minutos y le permití escupir.
—Quítate toda la ropa— le dije
—¿Aquí?— me respondió asombrado
—No puto, aquí no, en la iglesia cabrón— le contesté de una manera sarcástica
Se arrimó a una fila se asientos, se quitó la ropa con calma mientras todos lo observaban y la acomodó perfectamente doblada en el respaldo del asiento, vino hacia mí y lo tomé del cabello para que me la mamara.
Varios se acercaban y querían tocar os, on la mirada les dije que no, era un morbo tremendo de ver a ese pequeño peludo hincado mamandome la vergota, como todo un experto mamando los huevis y verga, Al fin llegó Miguel, el ya sabía que estaríamos en la parte más alta del cine, se acercó y no tuvo problemas para abrirse paso entre los que nos observaban, disfrutó la escena y se sacó la verga, le dije a Lalito con la mirada que lo atendiera.
Miguel es un hombre como de 1.82 metros, moreno, lampiño, cabello negro, medio musculoso y una verga como de 16 cm pero muy gruesa, le dimos bastante duro en su boca a Lalito, me hice un poco a un lado, ya había varios con sus vergas de fuera anciosos de que Lalilo les chupara la verga, el estaba ensartado por Miguel, lo tenía empinado, miré y había varios vergones pero elegí a un señor como de más de 40 años, medio llenito y de verga chica, le hice la seña de que se acercara y se puso frente a la cara de Lalito, él se la mamo mientras Miguel no dejaba de darle.
Luego se me acercó un señor a querermela mamar pero lo alejé, así estuvimos hasta que Miguel se vació en la espalda de Lalito, había varios queriendo cogerlo y otros pidiendome verga.
Luego lo puse a mamarmela mientras Miguel iba por unas botellas de agua, le eché la leche en su cara y les dije que se acercaran los que quisieran echárselos en la cara pero que no se las mamarían y fueron 6 los que aceptaron.
Ya lleno de mecos Miguel le dio agua para que se lavara la cara y nos fuimos al bar con los demás.
Bebimos un poco y nos despedimos, les dije que algunos serían enviados a Chihuahua y otros se quedarían en Aguascalientes pero que eso lo decidiría la empresa.
Lalito, Miguel y yo nos fuimos a mi habitación, era casi la 1 de la mañana.
Entre los dos nos cogimos a Lalito muy duro, tanto que hasta le hicimos un dos romano.
Siempre he dicho que los flaquitos saben abrirse y aguantarla bien.
Después de haberle echado dos palos le dije.
Miguel que se fuera a dormir, yo en la mañana ya como a las 6 volví a coger a Lalito como la primera vez, de cucharita.
Se los eché adentro, me comí un par de chocolates.
Él estaba muy cansado pues no había dormido mucho y había tomado bastante, cuando lo escuché roncar tomé mis.
Osas, le dejé el último chocolate que me quedaba y me llevé sus lentes como un pequeño recuerdo, no hice ruido y me fui sin despedir.
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