Capitulo 5 Desahogo de Laura “Sentimiento Morboso”
Desahogo de una adolescente por una relacion incestuosa (Lea y comience por los capítulos anteriores).
Laura tenía miedo. Miedo de los sentimientos morbosos que le causaba saber que ella era la fantasía sexual de su propio padre. Miedo y morbo. Sentir morbo por aquello era lo que le causaba miedo. ¿Cómo es que siente una adolescente cuando sabe que su propio padre la mira con deseos? Vergüenza, pero también ese “orgullo femenino” de sentirse deseada era lo que le generaba morbo.
En el conventillo en que Laura vivía con sus padres era pequeño, así que en la casa tampoco había mucha privacidad. Sentía temor de quedarse a solas con su padre, ya que sentía que su padre era capaz de hacerle algo, ya que para él, entrar y salir de la cárcel era rutina, aparte que ni su mamá ni ella se atreverían a denunciarlo.
En un modo raro de ver las cosas, Laura se sentía especial, ya que aunque su padre era un tipo temido en todo el barrio por su fama de violento, Laura se daba cuenta que con ella era distinto, quizás por los deseos que sentía hacia ella, pensar en eso a Laura la hacía sentirse morbosa.
Una noche, después de una fuerte discusión de sus padres, Laura no pudo evitar escuchar como sus padres cogían en la habitación de al lado. Sentía como su padre le decía insultos a su madre, pero a la vez podía escuchar como su madre gemía de placer, sentía como su padre bufaba y gruñía mientras penetraba a su madre. En ese momento Laura sintió algo que no había sentido nunca con tanta intensidad …. celos.
“Es a mí a quien él desea” se decía así misma Laura. Sentía como su padre bufaba y gruñía, pero Laura deseaba pensar que lo hacía por ella, que es a ella quién él desea, que se masturba con sus calzones y que ella jugaba con el semen que dejaba manchada en su ropa interior. Ya no era la primera vez que Laura se masturbaba fantaseando que su propio padre la penetraba.
Comenzó a sentir celos de su madre, quería ser ella quien llamará siempre la atención de él.
El padre de Laura se sentía el amo y señor del conventillo, sabía que era temido y respetado. Se paraba en la puerta de su casa y no se cansaba de decirles obscenidades a las vecinas que pasaban por la calle, incluso a veces iban acompañadas de sus maridos, pero estos no se atrevían a defenderlas, ese era el miedo que provocaba el padre de Laura.
Un viernes por la noche, Laura fue invitada al cumpleaños de una prima que cumplía los 15 años. Su madre le dio permiso pero su padre no tenía ni la menor idea. Se paseaba como león enjaulado esperándola cuando entrara al conventillo. Cuando ya era tarde en la noche Laura entra por la puerta del conventillo, su padre queda sorprendido al verla, se veía hermosa con esa minifalda, ese vestido, el peinado y su manera coqueta de caminar. No iba a regañarla en medio del pasillo del conventillo así que la toma de la mano y se mete al baño del conventillo. Una cosa húmeda y oscura que todos tenían que compartir pero a esas horas no había nadie. El padre de Laura no podía ocultar sus celos, que otros hombres miraran con deseos a su hija, eso era un privilegio solo para él.
“¿Por qué vienes llegando a estas horas y vestida así?!” le hablaba con un grito reprimido el padre. Laura no atinaba a decir nada, el miedo la tenía paralizada.
Tomando a Laura del cabello, la coloca delante de un sucio espejo, enfrente del lavamanos, “mírate que pareces una puta vestida así!! Quieres provocar que algún tipo te viole por la calle!!” se lo decía en su oído para que nadie escuchara, y aprovechaba de sentir su aroma que lo excitaba más.
Laura se estremecía con cada una de sus palabras, pero sentir su aliento sobre su cuello, con un olor entre cerveza y cigarrillos, le provocaba una sensación que la confundía. Comenzaba a sentir un vacio en su estomago, quería hablar pero sentía que algo no le permitía sacar la voz, sentía un escalofrío en su espalda. Pero también comenzó a sentir como la mano de su padre se deslizaba por la espalda llegando a su cintura. Con una luz tenue que había en el baño, Laura de pie delante del espejo y apoyada en el lavamanos, no quería ver su reflejo en el espejo, pero sentía como su padre le decía esas cosas en su oído mientras tomaba su cabello por la nuca, mientras que su otra mano bajaba lentamente por su espalda hasta llegar a su cintura, para comenzar a bajarla por sus caderas y bajarla un poco más, hasta que comenzó acariciar las piernas de Laura. Ella se sentía avergonzada pero excitada también.
“Mira lo que provocas usando estos vestidos tan cortos” le decía su padre susurrándole al oído. Laura sentía que le faltaba el aire, sentía que el vacio en el estomago se llenaba de mariposas y que algo invisible apretaba su cuello que no la dejaba decir nada. Comenzó a sentir la mano áspera de su padre acariciándole las piernas. Laura solo sentía un escalofrió recorrer todo su cuerpo. Solo se podía sentir la respiración de ambos y Laura sentía que desmayaba cuando sintió que su padre poco a poco comenzaba a levantar su minifalda, fue como si el tiempo se detuviera, Laura ni siquiera podía respirar, solo sentía como su padre acariciaba gentilmente su trasero y su minifalda se arrugaba sobre su cintura. Sentía esas manos grandes y ásperas acariciar su piel y mover su ropa interior para sutilmente acariciar su entre piernas. En suu mente luchaba por parar aquello, pero a la vez una tremenda excitación incomprensiblemente la dominaba.
Laura continuaba inmóvil frente al espejo con sus manos en el lavamos y su padre aun sujetándola por el cabello y con su otra mano manoseándola, y por un segundo, la mirada de ambos se cruzaron en el espejo, aquello provoco un temblor en el cuerpo de Laura que no pudo controlar. Laura cerró los ojos y no pudo dejar de recordar como su padre bufaba y gruñía mientras penetraba a su madre pero ahora ella podría darle ese placer.
De repente se escucha una puerta que se cerró en el pasillo, posiblemente alguien pudiese venir a los baños del conventillo, el padre de Laura la suelta rápidamente sin antes darle una buena palmada en sus desnudas nalgas, plash! Sonó en el baño vacio. Laura sintió que estaba en un transe en el que no podía recuperarse, solo atino a ordenarse su minifalda y el gesto instintivo de una mujer de alisarse el cabello antes de salir del baño, pero no había nadie en el pasillo. Su padre ya se había entrado en su casa y ella lo siguió. Laura aun se encontraba en una especie de transe, aun no creía lo que había sucedido. Se fue a encerrar a su dormitorio tratando de acomodar sus pensamientos pero no podía. Cuando de repente comienza a escuchar un ruido del dormitorio de sus padres. Era su padre que bufaba y gruñía mientras penetraba a su madre y ella gemía de placer. Laura sintió una especie de desesperación dentro de ella, era una mezcla de morbo y celos, por un momento pensaba que debía ser ella a quien su padre penetrara, que fuera en ella que descargara todos esos deseos. Fue tan fuerte la sensación para Laura que no pudo resistir unos espasmos que sentía en su vientre, que casi le hacían perder los sentidos, cuando de pronto se da cuenta que comenzaba a orinarse …
Por favor más más que delicia