Capítulo II: un padre y sus Dos hijos adolescentes.
Los deseos de un padre para sus dos hijos..
Esa noche no pude dormir nada por los pensamientos que vinieron después, el sueño solo fue el inicio a todo lo que vino después. Pasé días pensando e imaginando, al igual de las torturas morales que conllevaban mis pensamientos, era mi hijo y lo deseaba. Era un monstruo y una desgracia de padre, aún así no dejé de pensar en lo rico que estaba mi hijo Lucas y el sexo que podríamos tener. Estoy mal, lo sé, pero no podía controlarme solo con masturbaciones y sexo casual con chicas de vez en cuando, necesitaba un buen sexo con algún lazo afectivo como lo hacia con mi esposa.
Pasaron días y seguía mi vida como siempre, mis hijos se ocupaban en lo suyo y yo con el trabajo estaba agotado.
— Nicolás, ¿Almorzamos hoy?— Necesitaba un respiro y gracias a mi guapa compañera Katy pude relajarme un poco. Fuimos juntos a un restaurante de comida Mexicana y almorzamos cómodamente, luego después de tanto tiempo me convenció de ir por unas horas a su departamento cerca del lugar. Cómo secretario general mi único supervisor era mi tonto jefe que por suerte estaba de viaje y no me diría nada por faltar unas horas hoy, con Katy solia hacerlo eventualmente y casi siempre me relajaba pero no me quitaba las ganas por completo, está vez no fue diferente. Llegamos a su departamento y fuimos directamente a follar a su recámara, si vagina rosada era muy deliciosa y follarla era muy satisfactorio pero después de la eyaculación estaba tan vacía, yo no era el único que pisaba el departamento porque sé que otros compañeros pasaban por las garras de Katy, me sentí asqueado por lo casual de la ocasion y me retiré dandole el dia libre.
Después de lo sucedido con Katy llegué un poco tarde a casa, estacioné el auto y entré sin hacer mucho ruido porque tenía una decepción encima por el asqueroso sexo casual con la secretaria puta, no dejaba de imaginar ese sueño que atormentaba mis pensamientos. Noté que nadie salió a recibirme como cuando eran pequeños, caminé y noté que la puerta del baño estaba un poco abierta por lo que me acerqué para asegurarme de que todo estuviera bien y me estremecí al ver dentro del baño, mi hijo lucas estaba unicamente en boxer apretados mirando al espejo sus músculos, me paralicé unos segundos.
— ¿Papá? ¿Puedes ayudarme con algo?— escuché a Lucas y abrí la puerta, él me miró y empecé a arder, había olvidado que muchas veces los varones no le tienen pena a estar medio desnudos.— la regadera está presentando fallas, ¿crees que debamos llamar a alguien para que la reparé?— se paró de frente y me habló con naturalidad, yo solo miraba su bulto disimuladamente. Joder, se le marcaba un buen trozo en el boxer mientras su miembro estaba flácido, de verdad que estaba bien dotado.
— ¿Hijo? ¿Ya comenzaste tus aventuras en el sexo?— ni siquiera sé por que pregunté tal cosa, supongo que queria partir la tension que sentía.
— Eso es raro, papá. No preguntes esas cosas— asentí y traté de retirarme pero me tomo de la mano deteniendo mi paso.— Lo he intentado, pero las chicas están locas y ni siquiera me aguantan la punta— me causó gracias su comentario y me sorprendió que se agarrara el bulto mostrándome el volumen estando flácido, creía que mi Lucas era timido pero pareció juguetón al mostrarme su bulto de esa forma.
— No creo que sea tan grande— sabía que mi hijo estaba dotado, solo quería echarle leña al fuego a ver hasta donde llegaba.
Lucas empezó a reír y de un segundo a otro se sacó la verga oscura un poco flácida fuera del boxer para mostrarme el tamaño, su miembro dormido tendría al menos 14 cm y pienso que sobrepasaría los 20 cm bien parado. Estaba cautivado por la verga de mi hijo y sin estar totalmente cuerdo me acerqué y empecé a masturbarlo, sorprendentemente mi hijo se quedó quieto y poco a poco empezó a pararse su pene entre mis manos.
Miré a Lucas y tenía los ojos cerrados mientras su respiración se volvía agitada, ahora era él quién parecía vulnerable. Acaricié ese animal hasta que se puso tan duro que soltaba gotas de baba, necesitaba eso, mi cara estaba caliente y mi pene estaba erecto dentro de mis pantalones pero aun asi me arrodillé hasta quedar frente a la verga de mi hijo y sin pensarlo la guarde en mi boca hasta la mitad, el sabor era dulce y salado al mismo tiempo pero sabia a juventud, mi lengua lamia toda la punta y mis labios gozaban ese roce de piel con piel.
Mi hijo solo me miraba atónito con cara de placer, supongo que disfrutaba tanto como yo la calentura. El gemía bajito y yo me volvía loco chupando esa verga, era la primera vez que me atrevía a hacer algo con otro hombre y mi hijo estaba gozando mi boca tanto como yo disfrutaba su verga. El pene de mi hijo era hermoso, es un poco más oscuro que el color de su piel, la cabecita era pequeña y rosadita, estaba recién afeitado y sus bolas eran hasta mas grandes que las mias, mi pene era un juguete comparado a la gran herramienta de mi hijo, seguí chupando el pene a mi hijo como por 15 minutos y seguía igual de duro, era largo y mi boca solo alcanzaba hasta la mitad, varias veces me ahogué y el sonrió cada vez, era como un niño con cuerpo de hombre.
— ¿Papá?¿Luke? Tengo hambreeeee— Cristofer como nunca aparecía para matar el momento, miré a Lucas aún con su verga en mi boca y él sonrió agitado antes de empujar su miembro y provocar que me ahogara, lo miré molesto y el solo hinco los hombros. Tuve que salir del baño después de darle unos últimos chupones y lamidas a la verga de mi hijo mayor.
Cociné algo rápido para despejar mi mente de todo lo que acababa de pasar, nunca imaginé que mi hijo se mantuviera tan calmado con que su padre le chupara el pene, y nunca imaginé que me encantará el sabor de una verga, una verga de niño adolescente.
Los tres cenamos juntos en el comedor como todas las noches, Lucas casi no me miraba y yo me sentía culpable por pervertir a mi propio hijo. Tiempo después ambos se fueron a sus cuarto y me quedé a limpiar los platos, las noches estaba serena solo que el alterado era yo, estaba suponiendo que mi hijo me odiaba seguramente y yo era un fracaso de padre al hacer eso con mi hijo, solo daba vueltas en la cama sin poder dormir.
— ¿Papá?¿Estás despierto?— adormilado miré a Lucas que estaba en mi cuarto casi a media noche, pensé que de seguro lo que pasó era otro sueño y mi hijo no me odiaba, agradezco al cielo que asi fuera. — ¿¡papá!?—Mi hijo mayor parecía nervioso, sus brazos fuertes estremecían el colchón.
— Si hijo, dime.— bostecé un poco, y lo miré a los ojos, él estaba avergonzado por algo pero se mantenía serio.
— Cristofer se escapó de nuevo— me dijo y se mantuvo serio en todo momento, era extraño que delatará a su hermano.— aún Lo tengo parado— me informó antes de pararse y agarrarse el bulto dentro de sus pantalones, supe que no era un sueño pero mi hijo quería jugar.
Lo miré cuestionandolo pero se quedó serio y sacó su miembro excitado poniéndolo cerca de mi, sin esperar nada me lance a chuparle la verga otra vez. Su verga era gruesa y larga, la punta era pequeña pero ascendía el grosor hasta la base, mi hijo empezó a embestirme la boca metiendo y sacando su pene de mi boca mientras me miraba a los ojos, esa sensación era deliciosa, sentía el pene de mi hijo llegar a mi garganta y salir tocando mis labios, yo estaba inclinado mamando y oliendo al adolescente hormonal reprimido.
Duramos un rato en esa posición, cada vez Lucas metía su verga más al fondo y yo soportaba su tamaño bastante bien.
— Papá, quiero follarte.— lo miré sorprendido y él solo me regaló una sonrisa. — es mi primera vez y quiero cogerte a ti ahora que estamos solos— cambio su temperamento a uno más dominante, yo acepté. Me quite la ropa excitado y me coloqué en la posición del perrito alzando mi culo deseoso.
Eché bastante saliva en la entrada de mi ano y me relajé todo lo que pude para aguantar la gran verga de mi hijo, él hacían movimientos torpes tratando de meterlo pero no lo conseguía, escupió un par de veces en el culo de su padre y se preparaba tensando el cuerpo, después de intentos fallidos estaba irritado y se notaba en su nerviosismo. Yo estaba esperando su verga en mi culo pero se estaba tardando en entrar, así que tomé su pene de jovencito y la apunté a mi culo para meter al menos la punta. Cuando estaba en el lugar correcto mi hijo sintió la suavidad de mi culo y de un empujón metió su verga provocándome electricidad por todo mi cuerpo, su verga me abría por dentro y el gemía desesperado por el calor de mi culo en su pene recién desvirgado.
Se calmó unos minutos sin moverse hasta que se acostumbró a la sensación caliente, lo miré y el sonrió con cara de placer, le indiqué que siguiera y de un empujón brusco y torpe me metió la verga hasta más de la mitad provocandome un grito ahogado que detuve al instante, él se preocupó pero gimió al sentir su miembro en mi culo apretado.
Después de un rato él no dejaba de jadear y yo me calmaba por el inmenso dolor que tenía en el culo. Poco a poco la sensación de tener el palo de mi hijo adentro me provocaba unas cosquillas de placer que hacía que mi propio pene babeara sin parar, sentía como mi culo estaba abierto y las palpitaciones de su pene sincronizando se con el calor de mi ano.
— Papá, se siente de maravilla— me dijo mi hijo jadeando antes de meter cada centímetro por centímetro hasta pegar su pelvis a mis nalgas indicando que ya lo tenía completamente a dentro.
— Hijo, un poco lento— sentir a piel viva la verga hinchada de mi hijo era una sensación que me calentó por completo, mi bebé me estaba follando el culo y el dolor rápidamente se había vuelto gozo.
Mi culo ardía pero no me importó, el espectáculo era increíble y estaba ansioso por disfrutar de mi recién desvirgado hijo y su verga de al menos 20 cm. Me acomodé para estar más cómodo y le di la señal para que empezara a bombearme, lo hacía lento pero con la presión perfecta.
— Estas apretado, y caliente— Dijo acercándose a mí oído gimiendo.
La verga gruesa de mi hijo entraba y salía poco a poco hasta que de un momento a otro me agarró muy fuerte en las cinturas y me la empujó completa hasta el fondo, solté un grito ahogado y caí a la cama, sin esperar la señal Lucas empezó a aumentar el ritmo cogiéndome rápido y fuerte; al principio sentía dolor e incomodidad pero al rato mi hijo me estaba provocando uno de los mejores placeres de mi vida, si verga larga llegaba hasta el punto más adentrado en mi culo y si cuerpo marcado brillaba por el sudor que desprendía, podía sentir como la carne de su verga entraba y salía de mi.
Empecé a gemir por la excitación que sentía y mi hijo golpeaba cada vez más fuerte su pelvis con mis nalgas provocando ruido en la habitación, metía y sacaba rápidamente provocando que mi culo se abriera perfectamente para su pene, no había vuelta atrás. Estaba disfrutando como nunca disfruté en mi vida, y mi amante era súper sexi con un pene tan placentero.
—Lucas sigue… Sigue asi— no podía controlar los gemidos que salían de mi boca y mucho menos el sonido de nuestras pieles chocando, él entraba tan profundo que me hacía ver blanco y mi culo cada vez necesitaba más de él.
Siguió follandome un rato y de la nada aumentó el ritmo provocando sonidos muchos más fuertes y estocadas mucho más profundas apretando mis tripas, su respiración se agudizaba y podía sentir el calor de su cuerpo aumentar. Su pene se ponía más caliente y palpitaba mucho mas hasta que de un suspiro me la dejó completamente adentro y pude sentir los chorros de su semen juvenil en mis tripas, mi culo apretaba su pene que se mantenía quieto soltando chorros y chorros de su esperma adolescente muy adentro, era caliente y se sentía espesa. Fueron más o menos 5 chorros bien cargados que me dejó dentro del culo, cuando terminó espero hasta que su verga se pusiera flácida y la sacó destapando mi ano dejando caer gotas se semen.
Lucas no dijo nada y tomo su ropa antes de salir del cuarto dejándome con el culo rojo abierto al aire y con escalofríos por todo el cuerpo, controlé mi respiración y sonreí al entrar en cuenta de
lo maravilloso que se sintió ser follado por mi hijo mayor.
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