Castigo para niños malos II
Continua la venganza de los tres amigos contra dos niños….
00:53 a.m. una zona industrial bastante oscura, iluminada por la luz de la luna y postes de luz que a penas podían mantenerse encendidos.
Solo se escuchaba la respiración exaltada de dos niños proveniente de un callejón casi oscuro, el cual se encontraba bloqueado por un auto, en el mismo también habían tres figuras adultas.
Tras haber largado una cantidad abismal de semen sobre los niños, los tres adultos observaban detenidamente a los pequeños, allí arrodillados el uno al lado del otro, tratando de recuperar la respiración con la boca abierta, sus rostros empapados por semen y no de uno sino de los tres. Tomaron un respiro, pues esto no iba a terminar así, aun era demasiado pronto.
Martin y Juan se fumaron un pucho, mientras los niños recuperaban energías, por su parte, José tomo varias fotos y videos de los mocosos. Tenia pensado mandárselo a un amigo el cual le gustaban los pollitos, se aparto un par de minutos del callejón para regresar en un par de minutos.
Ya todos recuperados sus energías, continuaron, los tres hombres robustos tomaron a los niños y arrancaron todas sus prendas de encima. Pantalón, remera, calzados, etcétera, todo directo al contenedor de basura que se encontraba en del callejón. Dejando a los dos pobres niños únicamente con sus calzoncillos. Mati el niñito de siete, era delgadito, con un poco de panza, brazos y piernas acorde a su edad, era totalmente lampiño. Mientras que Alex tenia un cuerpo mas desarrollado, como si hiciera ejercicio, y dando indicio que en breve pasaría por la pubertad.
– Ey putito, ¿Haces ejercicio? pregunto Juan a Alex. quien le respondió tímidamente.
– mmm Si, yo juego futbol los viernes.
– mmm ya veo, has de tener un culito firme. jejejej
Los pusieron contra la pared con las manos arriba, mientras observaban con atención los cuerpos de los niñatos, aprovechando para tocarles todo mientras se reían y burlaban de ellos.
Martin, quien sintió interés por el pequeño de 7 años, acariciaba sus brazos, sus pechos y por ultimo su espalda, en donde su mano bajaba lentamente hasta llegar a los calzoncillos, pasando por debajo de estos, tocando la nalga derecha del pequeño acariciándolo lentamente. Quería ver la reacción del niño, quien únicamente exhalaba lentamente, era fascinante de ver.
Por su parte, Juan fue mas directo, agarro con sus dos manos los calzoncillos del otro niño, y los desgarro por completo. Dejando expuestas sus nalgas a la intemperie. Manoseándolo y de momentos dándole nalgadas en su colita, escuchándolo dar grititos de puta. Mientras que José se limitaba a grabar y masturbarse, de a momento enviándoles mas imágenes a su amigo.
Martin cogió la mano del pequeñín y se lo llevo a su auto, sentándose en el asiento de conductor y el niñato al lado. Una vez allí, se aflojo su cinturón, para luego bajarse los pantalones hasta los pies.
– Bien, quiero que te pongas como un perrito y me chupes la berga como hace rato. ¿Okey putito?.
El niño, con miedo en su cara simplemente continuo sin reprochar nada. Abrió grande su boca y trago la berga del señor como se le ordeno. Era sometido por el adulto, mientras la tenia adentro de su boca, su cabeza era agarrada por las manos del señor, quien pujaba para que entrara mas la berga en su garganta quien hacia fuerza para que su pija s quede dentro de su garganta. El niño agarro ritmo para chupar berga, por lo que, Martin empezó a meter mano en la pequeña colita del niño, dando nalgadas, acariciándolas, y de apoco metiendo un dedo con saliva, hasta percatarse del tamaño del niño.
Aprovechando la altura del niño, lo levanto, colocando sus piernas sobre sus hombros y su cabeza hacia el piso del auto, básicamente un «69 en el auto». Mati el pequeñín, tragaba la verga con mayor facilidad, mientras que Martin lubricaba el trasero del niño, preparándolo para lo que se venia.
Juan y José tras lamerle el trasero a Alex, lo llevaron al capó del auto donde le obligaron ver como le daban una dosis de berga a su amigo.
– Ufff como traga tu amigo, comento Juan mientras lo nalgueaba con rudeza.
– Bueno nene, subite al capó, y mostrale a Martin y a tu amiguito lo puta que sos. ¿Okey?
Alex se subió sobre el auto, se coloco en cuatro y movió el culito, apoyándolo sobre la ventana, dejando la figura de su trasero empañada en la ventana.
Martin quien ya le estaba colocando el tercer dedo al pendejo, observaba como el otro chico movía el culo, como era nalgueado por sus amigos, siendo humillado. Le gusto tanto la escena, que se vino en la boca del niño en pleno 69. Quien sentía cada bombeo de la pija, en su boca.
Mientras tanto, Alex era acomodado boca arriba sobre el capo, su cabeza casi viendo el suelo.
– Bueno nene, te la vas a tragar la pija entera, abrí grande. Dijo José, mientras colocaba su berga en la garganta del niño.
Juan, observaba de cerca, como la pija perforaba la garganta del niño, se podía ver como se le marcaba la berga de su amigo por la gargantilla. Las bolas golpeando la pera del niño cada vez con mas intensidad,
– Bueno Juan, tu turno. mientras se quitaba sus pantalones y los guardaba en el auto.
Juan bajo al chico del capo, para luego reposarse en el con los pantalones abajo, mientras Alex chuparía parado con las piernas abiertas, a su vez José prepararía el ano de este pendejo.
Cada uno con lo suyo, Juan tomando del cabello al niño, sacando y metiendo su berga toda babeada de la boca con olor a semen, viendo la mirada del pequeño luego de sacar su pija y burlándose en su cara. José seguía preparando el ano, ya estaba casi listo, metía los dedos, miraba como se abría y cerraba el ano de la pequeña putita que estaba frente suyo. Mientras que Martin y Mati, cambiaron de lugar, dirigiéndose a los asientos de atrás preparándose para la acción.
Tras un rato, Juan, José y Alex, fueron alertados por el movimientos bruscos del auto, sonidos de aplausos provenientes del mismo carro, era Martin quien estaba sentado, detonando el culo del infante quien estaba encima del él, con una enorme berga metida en su culo. El niño sujetaba con fuerza el cuello del adulto, mientras que el sostenía el trasero del putito. Insultándolo y nalgueándolo.
– Te gusta puto de mierda, ehh, PLAF PLAF PLAF
– Aagg Aaagg Aghh, ddue aagh duele aaghh aghh
El detonador de culos solo sonreía, miraba como la putita luchaba por respirar, su boca completamente abierta con la lengua afuera, solo lo excitaba mas.
Esto calentó a Juan, quien tomo a Alex del cabello, y lo coloco en la ventana trasera.
– Bueno, asientos de primera fila para ver como le rompen el culo a tu amigo.
Alex coloco sus manos sobre la ventana del auto, abrió las piernas para Juan, escuchaba como su amigo gritaba y ahora seguía el. Juan, tomo al chico de sus hombros, lentamente acercaba su berga con su trasero. Rozando cada vez mas cerca de su agujero, el chico solo respiro hondo, y espero hasta sentir en su interior como algo entraba, algo grande perforaba su trasero.
– AAAAAHHHH MI CULO, ME DUELE. entre lagrimas.
Juan apoyándose sobre el, para que no se escape, tapándole un poco la boca para reducir sus gritos, dándole sin pena alguna. Escuchando como gritaba como una puta. Dándole hasta la ultima gota de leche de su pija.
-Aaaggh aaagh aghh aah ahg, cada grito disminuía mas.
PLAF-PLAF-PLAF-PLAF-PLAF era uno de los sonidos que resonaban en ese callejón, junto gritos de niños que poco a poco se transformaron en gemidos. En el auto del placer, Martin abrazaba con fuerza al niñito sentado en su verga, subiendo la intensidad de sus envestidas, hasta acabar en su culo. Mientras en el asiento de costado, estaba Alex en cuatro, trasero apuntando hacia la puerta abierta, donde recibía berga con un litro de leche de parte de José. Todos bajaron del auto a presenciar, los detonados y destruidos traseros de los infantes, quienes tuvieron un rayo de esperanza, pues unas luces rojas y azules se aproximaban por las calles de la zona, saliendo de inmediato a toda prisa, huyendo del callejón a pedir ayuda.
Era una patrulla policial, que se detuvo al ver dos dos infantes en medio de la calle a estas horas, uno en calzoncillos y el otro completamente desnudo.
– Señor, señor aquellos señores nos hicieron cosas feas, ayúdenos por favor, por favor. dijo Alex señalando al callejón donde se encontraban los adultos.
Cuando el pequeñín de 7 añitos dio un pequeño gritito.
– Aahhggg casi perdiendo la voz.
Alex al darse vuelta, vio a su amigo en el aire, viendo como su amigo recibía un calzonchino por parte del oficial..
CONTINUARA…



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