Celular perdido

Presione el botón para encender la pantalla sin expectativas pues creí que tendría contraseña pero mi sorpresa fue que no la tenía, me emocione un poco porque podía revisar a mi antojo..
Relato corto que ya tenía guardado desde hace un tiempo

 

Siempre he tenido gusto por ver a las chicas en uniforme escolar, sin importar la edad, pero tenía claro que solo podía ver y eso con mucha discreción para evitar cualquier problema, aunque a decir verdad es parte de lo que me gusta, la adrenalina de ser descubierto viendo las piernas y trasero de alguna chica de secundaria o bachiller, más aún de primaria.

Como dije jamás había intentado nada más que mirar, tal vez intentar ver su ropa interior pero nunca manosear o seducir a alguna.

 

Todo comenzó por mi propio gusto, todos los días voy a la estación del metrobus a la hora de salida de las escuelas, ya sea con algún libro o mi celular para disimular, con tantas personas en un espacio tan reducido las personas ni siquiera notan que estoy ahí. Me gusta ir por la tarde ya que a esa hora las chicas ya no llevan su suéter o chamarra y con la delgada tela de las blusas se transparentan los sujetadores. En fin, el día pasaba como de costumbre, disfrutaba el excelente espectáculo de piernas en minifaldas escolares hasta que a la misma banca donde me encontraba llegó un grupito de niñas hablando, hasta ahí todo normal más de una vez ya había pasado pero esta vez sucedió algo distinto, solo había un espacio vacío junto a mi y yo me hice el desentendido con mis audífonos puestos, tomó el lugar una chica de más o menos 1.55 de altura, cabello castaño algo chino y a la altura de sus hombros, piel apiñonada tirando un poco más a werita, ojos cafés enmarcados con unos lentes de armazón delgado; en pocas palabras hermosa la chamaca, de cuerpo no sabia que tal estaba ya que llevaba uniforme deportivo y ese es muy engañoso, por su uniforme de secundaria y sus rasgos que ya mencioné, parecía ser de primer año, tendría unos 12 o 13 años. Jamás la había visto y me extrañaba porque normalmente siempre veo a las mismas chicas e incluso ya tengo a mis favoritas. Puse un poco de atención a su conversación y pude escuchar que efectivamente era la primera vez que ella tomaba ese transporte ya que tenían que hacer un trabajo en equipo. Pasaron varios camiones pero los dejaron ir ya que como era normal a esa hora, pasaban totalmente llenos hasta que pasó uno medianamente vacío, aunque la chica no quería irse las otras la obligaron diciendo que ver un camión así de vacío era un milagro y si no se iban en ese tendrían que esperar al menos otra media hora, la jalaron y durante el forcejeo el celular de la niña se salió de la bolsa de su pantalón deportivo quedando en la banca y ella ni cuenta se dio, así que aproveché para irme de ahí con el teléfono en mi bolsillo, regrese a mi casa de inmediato, al llegar lo primero que hice fue ver el celular de la niña, uno bastante caro para su edad. Presione el botón para encender la pantalla sin expectativas pues creí que tendría contraseña pero mi sorpresa fue que no la tenía, me emocione un poco porque podía revisar a mi antojo.

 

Comencé a revisar las conversaciones que tenía en whatsapp, aparentemente no tenía muchas conversaciones pero tenía unas cuantas archivadas.

 

Tío Daniel: Entonces mija, te gustó el celular que te compré?

 

X: Sí tío, me encanto, es justo el que quería

 

Tío Daniel: nada mas acuérdese de esconderlo bien, que no se lo vean sus papás

 

X: si, en frente de ellos voy a usar mi celular viejito

 

Tío Daniel: muy bien mija, pero si se acuerda la condición para comprarle el celular?

 

X: no sé preocupe, cuando tengamos la oportunidad nos escapamos

 

Tío Daniel: uy que rico, nada más de pensarlo ya quiero que llegue ese día

 

Ahí entendí que el tío se andaba cogiendo a la niña, o al menos eso quería.

 

X: mientras le puedo enseñar cómo me quedó el otro regalito que dio

 

Tío Daniel: andele mija, esa idea me gusta

 

X: pero solo la prueba porque es para ese momento de agradecerle por el celular

 

La niña le mando al tío una foto de ella usando un Baby Doll rojo mostrando su cuerpo que no era monumental pero si tenía buena figura, en la parte de las copas le faltaba llenar un poco pero no mucho espacio, su abdomen no era totalmente plano pero su ombligo era muy sexy y que decir de su pequeña entrepierna cubierta por un trozo de tela minuzcula de color rojo era fantástica. Yo ya estaba babeando.

 

Tío Daniel: que hermosa hija, ya sabe que si se porta bien con su tío favorito le puedo comprar muchas cosas

 

X: Lo sé tío, gracias por todos los regalitos

 

Tío Daniel: esta bien mija, ya no conteste porque su tía ya va a llegar

 

Ahí terminaba la conversación. No lo dude más, sabía que la información de este teléfono era valiosa así que lo conecté a la computadora e hice un respaldo.

La verdad no podía creer que tenía en mi poder conversaciones y fotos comprometedoras de una niña de 12 o 13 años

 

Esperaba que alguien se intentará comunicar para recuperar el teléfono pero las horas pasaban y no llegaba esa llamada, pensé en ir directamente a buscar a la chica para devolver el equipo pero más entrada la tarde recibí una llamada.

“Hola, diga”

“Hola, gracias a Dios contestaron”

“¿Tu eres la dueña del celular?”

“Si, si, lo perdí en la tarde”

“Hoy ya es algo tarde pero mañana te lo puedo devolver sin problema”

“Wooow muchas gracias, no creí que me regresaran»

«No te preocupes, solo dime en donde nos vemos para dártelo. si gustas puede ser un área abierta y en compañía de tus papás, por aquello de las malas interpretaciónes»

 

Yo sabía de antemano que no iba a aceptar eso, la guíe a que ella me pidiera vernos a solas en un lugar solitario

 

«¡No! Mejor nos vemos en otro lugar. Hay que vernos en el cine de la plaza comercial, dentro de la sala. Ahí podemos entrar ambos sin levantar malos entendidos»

 

«¿A qué hora puedes?»

 

«Temprano, en la primera función del cine… creo que es a las 11»

 

«¿Pero no sería sospechoso que entremos juntos?»

 

«Yo voy a llegar desde las 10:30 y compro mi boleto, tú llega 10 minutos antes de que inicie la función y así nadie va sospechar nada»

 

«me parece una gran idea, entonces te veo mañana»

 

«otra vez gracias, mañana te marco para saber cómo reconocerte»

 

Así terminó la llamada y mi mente comenzó a planear. Las cosas parecían ser un regalo divino, la misma niña me facilitó las cosas.

 

Al otro día me desperté muy temprano, me bañe y arregle con tiempo para salir 10:30 ya que la plaza estaba a 15 minutos de mi casa caminando. Iba con nervios pero también emocionado.

10:45 estaba llegando a la plaza y entró la llamada de la niña.

—Hola, ya estoy dentro en la sala 2. No traigo uniforme pero soy la única en la última fila.

—Yo estoy llegando, te veo en 5 minutos

 

Fui por mi boleto, compré unas palomitas y refresco para disimular y entre. La sala estaba prácticamente vacía, máximo había 5 personas, entonces caminé hasta la última fila.

 

Ahí estaba ella, una linda chica de secundaria. La luz aún estaba encendida y pude ver que llevaba puesto un pantalón de mezclilla y una blusa estampada de personajes de caricaturas.

 

—hola, muchas gracias por devolver mi celular

 

—Claro, hay que hablar de la recompensa

 

Tomé asiento junto a ella quien me miraba con una cara de preocupación

 

—pero no tengo dinero ni te dije algo de una recompensa

 

—nadie hablo de dinero

Le dije mientras comenzaba a acariciar su pierna

 

—no, espera… nadie habló de algo así

 

—ah no? Debí haberlo olvidado

 

—no, no, soy menor de edad, tengo 12

 

—uy, eso no te importo para conseguir el teléfono en primer lugar

 

Cuando dije eso su cara cambió totalmente

 

—revisaste mis mensajes

 

—por cierto ese babydoll te queda muy bien… me gustó tanto que respalde las fotos

 

—¿Qué quieres que haga?

 

—pues de momento dame una mamada

 

—ahorita que apaguen las lucas

 

—que obediente, así me gustan la putitas

 

Su cara ya era de resignación, apagaron las luces y de la sala y comenzó la diversión, la niña disimuladamente comenzó a chuparme la verga. Duró aproximadamente unos 15 minutos hasta que sin avisarle le llené la boca con mi leche.

 

—tragate mi leche— le dije susurrando. Ella sin pensarlo se trago todo mi esperma con sus ojos llorosos.

 

—acomodate y disfruta la película para no levantar sospechas— mientras le hablaba al oído le acariciaba la pierna a lo largo de todo el muslo.

 

—por favor, dame mi teléfono— me respondió a punto de soltar el llanto.

 

—te lo voy a dar, solo ten paciencia.

 

Terminamos de ver la película y la lleve discretamente hacia un motel de mala muerte, si algo descuidado pero tenía fama de ser visitado por parejas de dudosa legalidad y no interferir, cosa que comprobé no solo al poder rentar una habitación con mi pequeña acompañante si no que al ingresar pude ver a hombres de aproximadamente 50 años con acompañantes de entre 11 y máximo 15 años. Mismos que al verme pasar me hacían un gesto de aprobación al verme con mi forzada amante la cual tampoco perdía detalle de las parejas.

 

Al ingresar a la habitación directamente comencé a besarla, ella ponía un poco de resistencia pero al besar por su cuello y detrás de las orejas comenzó a ceder un poco y lo que antes eran sonidos de forcejeos pasaron a ser pequeños gemidos ahogados y grandes suspiros entrecortado.

 

Las paredes de este motel eran tan delgadas que se podía oír perfectamente como a los lados nuestros vecinos disfrutaban del glorioso momento sexual que tenían sin importar que la pareja de amantes tenían una diferencia de edad abismal.

 

Probablemente mi pequeña esclava entre resignación, hormonas y curiosidad terminó por aceptar el ingreso de mi lengua a su boca teniendo por fin un beso francés, el cual aproveche para tomarla de las nalgas y subirla sobre mis piernas.

 

—eso mi amor, Disfruta como la puta qué eres

 

Aparentemente di en el clavo con esa frase pues el beso se hizo aún más intenso.

 

La blusa de ella salió volando mostrando un pecho cubierto por un brazzier rosa que ocultaba un par de montes qué como mencioné al inicio no son grandes pero son del tamaño adecuado.

 

Mis manos subieron por su espalda buscando desabrochar y liberar esas juveniles tetas, quería conocer su pezon.

 

—qué lindas tetas tienes— le decía mientras acercaba mi boca para chuparlas, ella se limitaba a gemir y disfrutar. Fue ahí donde empecé a quitar su pantalón revelando qué la muy puta llevaba una diminuta tanga negra, la que por cierto ya se encontraba empapada

 

—Ve como si eres bien puta, ve como estas tan mojada.

 

Por primera vez escuche su voz dentro de la habitación— Si, soy una puta, meteme los dedos, me muero por sentirlos.

 

En ese momento hice a un lado su tanga y le metí directamente dos dedos al tiempo que ella gritaba implorando por más, la humedad era tanta se escuchaba el clásico sonido como cuando pisas un charco.

 

Acto seguido chupe mi mano para saborear su miel, ella misma comenzó a quitarme el pantalón liberando mi verga qué para ese momento ya estaba palpitando de lo dura.

 

Le dio una pequeña mamada antes de pedirme que se la metiera, sin temor a nada se la clave de una sola embestida, cosa que disfruto al máximo. Al ser mi primera vez dentro de una vagina tan pequeña termine muy rápido y dentro de ella.

 

Ambos caímos a la cama y dormítanos por unos minutos hasta que escuchamos la puerta, avisando que nuestro tiempo estaba por terminar, ambos nos vestimos, le entregue el teléfono y salimos de ahí.

 

Fue mágico, fue único e irrepetible.