Como acepte que me adiestrara el maduro que me desvirgo a mis 15
Esta es la continuación de mi primer relato «Mi proceso hasta la desvirgación…» en donde os contare como accedi a que quien me desvirgo me adiestrara en la cama..
Esta es la continuación sobre mi anterior relato “ Mi proceso hasta mi desvirgación con 15 a manos de un maduro”, en el cual os relate el proceso por el que pase hasta que un hombre maduro de 36 años me desvirgo.
Esta historia empieza a los siguientes días de que Andrés, de 36 años, 1’95m aprox. de estatura, de aspecto rudo, con varios kilos de mas, pelo negro rizado y moreno de piel albañil me hubiera desvirgado en su casa con tan solo 15 años y escasos 3 días, 1’80m, pelo castaño estilo Beatle y poco vello corporal.
Eran días de máximo estrés para mí, empezaba mi ultimo curso de secundaria con un mar de dudas sobre que camino tomar sobre mi futuro académico, sin saber que camino elegir y aun digiriendo que hacia escasas 48hs que por primera vez había tenido a un hombre dentro de mi. Estaba en shock, no lo voy a negar, en mi se cocía una extraña sensación de asco y vergüenza provocada por el tabú que suponía la diferencia de edad entre ambos y por la impresión ruda y dura que había tras haber follado con él, que contrastaba con una infantil creencia del sexo bonito en la primera vez. Estaba desconcertado, evitaba chatear con Andrés, no sabia manejar la situación y no estaba seguro de querer volverlo a ver, en cambio el estaba feliz y con ganas de volver a repetir la experiencia, o eso parecía en un principio… Paso la primera semana sin contacto, con el insistiendo en vernos y preguntándose el porque de mi desaparición hasta el punto de que al siguiente lunes de regreso a casa me lo encontré con el coche cerca de mi casa, esperándome sabiendo que iba a ir allí al salir del instituto, salió de su coche y de forma educada vino a pedirme explicaciones, buscando una razón a mi forma de actuar a lo cual yo le respondí que lo sentía y que no me sentía con fuerzas de tener nada mas con el, que la culpa era mía por haber tomado la decisión de darme a el…
Asumió mi explicación, se subió al coche y tras amagar con partir volvió a bajar y me dijo: Espera… puedes besarme y luego decirme que no era real, que esto ya se acabo? Así te quitas las dudas. Conteniendo la respiración, me acerque a el, lo bese y aguantándome las ganas de llorar le dije que lo sentía mucho. Él subió a su coche sin media palabra y se fue…
Pasaron los días y mi cabeza solo hacia darle vueltas a la situación, besarle había sido un desencadenante de mi mar de dudas, no sabia como afrontar la situación, no sabia lo que quería para mi vida y mi único confidente desde hacia meses era el. Llego el sábado tarde y mi ansiedad era tal que le hable, quería hablar del tema con el, no sabia ni por que ni para que pero necesitaba poner las cosas en orden. Quedamos a las 18hs en su casa, fui y lo note muy arisco conmigo, molesto (cosa que también comprendía) empezamos a hablar, sentados en su sofá solté un monologo sobre como me sentía, sobre el lio que tenia en mi cabeza, intentando convencerle de que yo realmente había sentido algo por el ese verano pero que ahora me encontraba en un escenario que no sabia manejar. Acabe de hablar y se me quedo mirando, en silencio y yo a él sin saber que pasaría, fueron segundos eternos que el rompió de forma rápida lanzándose a besarme… un beso largo, lento y con mucha lengua que me encendió. Paramos de besarnos y de nuevo ese silencio que solo rompió el sonido de su pantalón bajándose… no pensé, simplemente me fui al suelo y metí la cabeza en su entre pierna, viendo como de entre su frondosa mata de pelo púbico asomaba su polla gorda y venosa a punto para recibir placer mientras yo abría mi boca camino a ella mientras iba cerrando mis ojos hasta el momento en que entro en mi boca… Había vuelto al verano, a su casa y al momento que tanto había repetido durante los últimos 2 meses y medio el de sentir ese olor a hombre combinado con ese sabor a macho que tanto había adorado, con esa sinfonía de fondo que eran sus gemidos y sus comentarios alentándome: Así, así, que bien sigue! Me sentía extasiado, sentía como esa sensación se apoderaba de mi, se desencadenaba algo parecido a la adrenalina en mi a cada segundo que estaba amorrado a él hasta que paro bruscamente, para quedarnos los 2 mirando como si de una escena de una carrera desesperada se tratara, con la respiración desbordándose y el corazón a mil el no lo dudo, me levanto, me beso y empezó a quitarme el pantalón mientras el con sus pies intentaba zafarse de los suyos, manoseándome de forma acelerada mientras yo sentía esa mezcla de presión en el pecho por sentir como me manoseaba y la adrenalina de seguir besándonos. Consiguió que ambos nos quedáramos desnudos de cintura para abajo y corriendo fue a su habitación y regreso con un tubo de lubricante, tubo que yo en el momento no vi siquiera fruto de la excitación y el acelerón total que me había provocado esa situación, me tiro al sofá abalanzándose el sobre mi, note como jugaba con algo en sus manos para sentir a continuación el frio húmedo del lubricante recorriendo toda mi raja, mire hacia abajo y vi como quitaba su mano, brillante por el lubricante y no tuve tiempo de dudar ni de llevar a mi mente mas allá, no había cabida para todos mis líos mentales de días atrás, mire hacia arriba y vi como el se abalanzaba sobre mi, como su barriga impactaba sobre mi cuerpo y su polla se paseaba por mi lubricada raja buscando de nuevo mi ojete, para a los pocos segundos encontrarlo y poco a poco empezar a penetrarme junto con su cuerpo que se iba recostando sobre el mío y nuestras miradas frente a frente que se rompía al besarnos de forma lenta para que al final el clavara uno de sus brazos en el sofá y el otro en mi hombro, empujando mi cuerpo de forma algo simbólica hacia abajo y su cuerpo sobrepasando al mío para empezar a empujar con su pelvis a su polla venuda y gorda hasta el fondo de mi culo para luego al llegar al fondo quedarse quieto durante unos segundos y susurrarme: De nuevo mío… Y empezando a follarme progresivamente mas y mas rápido mientras volvía a tener esa sensación de que se apoderaba físicamente de mi, imponiendo su ley sexual, pero a diferencia de la primera vez empecé a sentir placer, a gemir tímidamente y esta vez si por placer, que duro unos minutos hasta que un gemido enorme suyo que precedió a varias clavadas suyas duras y contundentes mientras jadeaba en mi oído, intente besarlo a lo que el aireadamente me quito la cara y entre jadeos soltó un sonoro: Déjame que te estoy lefando! Volvió a invadirme la sensación de sentirme sucio, pero esta vez no de forma negativa, sino de una forma extrañamente neutra, mientras el seguía jadeando y “temblando” sobre mi para acabar sacándola.
Una vez fuera se dirigió a la mesita de la televisión de comedor, cogió un pañuelo y me lo dio, me limpie la raja de lubricante y su semen que empezaba a desbordarse desde mi culo mientras el se ponía sus calzoncillos para después pedirme por favor que me fuera. Sin yo entender nada y preguntando varias veces porque, el de forma educada me repitió que me fuera y me fui, confuso y desorientado, sin entender nada de lo que había pasado y con una situación totalmente inversa a la que había llegado gestándose en mi…
Pasaron los días y ahora el que sufría su silencio era yo, sin entender nada de la situación, imaginando que no quería saber ya nada mas de mi mientras que yo empezaba a identificar amor por él, a sentirme “pilado” de él, fantaseando con que me contestara y arreglarlo todo para quizás tener algo mas que sexo, poder estar juntos… Tras toda la semana sin saber de él el viernes al salir del instituto me tope con un mensaje suyo en Messenger, quería verme, a última hora de la tarde en su casa para hablar las cosas y zanjar el tema de una vez. Temiéndome lo peor me arreglé cuanto pude para la ocasión con el fin de que si decidía cortar todo lazo conmigo al menos intenta hacerlo recapacitar. Lo que no sabía yo era que esa noche seria víctima de un juego final de tira y afloja en el cual había entrado semanas atrás fruto de mi inexperiencia y que cegado de amor entraría en el juego de un Andrés, hasta ahora inédito, cerdo, pervertido y dominante.
Llegue a su casa, casi de noche y nada mas entrar me negó un beso lo cual ya me puso en alerta, me invito a sentarme en el sofá y me confeso que a pesar de gustarle mucho y de que el otro día hubiéramos vuelto a follar él no podía seguir así. Yo automáticamente le dije: No quiero seguir así tampoco, por eso lo he estado pensando y quiero que estemos juntos, sin rodeos, me da igual lo que digan, la edad, me da igual todo con tal de poder estar contigo.
Él me respondió que para el era imposible estar con alguien con quien tenia que contenerse, que no era sexualmente maduro y que sentía aun tantos tabúes. Mi contestación desesperada fue prometerle que mejoraría con el tiempo, que era lo único que necesitaba, tiempo. Su respuesta marco un antes y un después ya no en nuestra relación, sino en mi vida sexual: No, no puedo, no creo que pudieras aguantar que te adiestrara… Mi respuesta fue desesperada y controlada por la sensación de ver una rendija de posibilidad para poder estar con él, suplicándole una oportunidad y diciéndole que haría lo que fuera por él.
Se le acababa de abrir la puerta que el había buscado durante tanto tiempo, jugando al tira y afloja, Andrés no se había visto nunca en una igual, un chaval de 15 años en el salón de su casa suplicándole su amor y el poder estar con él, asumiendo su condición de inexperiencia y dispuesto a dejarse adiestrar sexualmente. Me tenía donde quería y procedió a ponerme condiciones: Nada de tapujos con mi cuerpo, accesibilidad para tocarme y verme desnudo, que aceptara que se corriera en cualquier parte de mi cuerpo, que tragara su semen cuando me lo pidiera, nada de preservativos nunca (a pesar de que las 2 veces ya no habíamos usado), nunca tener un no por respuesta a sus propuestas y deseos, ser sumiso y dejarme adiestrar adoptando una postura sumisa y servicial hacia él. Acepte sin pensarlo, yo solo anhelaba estar con él y estaba dispuesto a pagar cualquier peaje.
Esa noche cambio mi vida, debía dejar de ser un “niño” que había jugado con un hombre a tener sexo para ser un chaval joven al que iban a meter de lleno en el sexo adulto de la mano de un hombre de 36 años que pasaría de ser encantador y comprensivo a un auténtico cerdo pervertido sediento por dominarme, someterme y realizar así sus mas oscuros caprichos sexuales.
Una aventura que, si os gusta esta y tiene apoyo os contare en mi próximo relato, en un camino hacia el sexo duro, sin tapujos y al servicio de los hombres, un camino que me cambio y del que nació un nuevo yo o como algunas me han dicho: El camino en el que nació una buena puta.
Super genial me encanto amo estos relatos
Gracias por tu comentario y apoyo. En cuanto pueda empezare a escribir la continuacion y podras disfrutar de todo lo que me hizo Andres paraconvertirme en sumiso y asi destapar mi faceta sumisa.
Un fuerte abrazooo Moy1012 jejeje
Ufff que excitante, me has dejado muy caliente.
Hey que buen relato, esperó leer más de ti amigo. Y aún mejor leer de lo que te sucedio por qué está morbosamente hot el relato
Amo tus relatos cada día entro a ver si ya los subiste