como inicio la sesión con un Ama dominante y brutalmente sádica y a que me someto luego
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Al llegar al domicilio de mi Ama en la primera cita que me convoca, la sesión de dominación total empieza solicitándole que, antes de arrodillarme a sus pies para rogarle, suplicarle e implorarle que sea mi Dueña. Ama y Señoira y total y mi voluntad deje de contar par siempre, pues solo podré hacer lo que ella me ordene, me permita realizar la ceremonia de mi entrega de manera total y perpetua, le explico que así fué dispuesta por mi primera Ama y así quedó para siempre como inicio de la sesión en la que, si ella me acepta. me convertiré en el máximo esclavo que nunca haya tenido a sus pies para hacerle y obligarle a hacer TODO, ABSOLUTAMENTE TODO, SIN LIMTES. Casi siempre, mis Amas dudan y me preguntan que es eso debo detallarlo y reiterarles que es la ultima voluntad de un esclavo. Cuando termino y comprueban que lo que pido es bastnete parecido a lo que ellas pensaban hacerme, empieza la ceremonia. Me arrodillo con las manos en la espalda. Ellas se acercan y, entre insultos de todos los tipos, me arrancan con toda s fuerza del pelo y, al tiempo que me escupen varias veces en la cara y me aplican 5 o 6 cachetazos con toda su fuerza, me ordenan: " Bueno, culastrón de mierda hijo de puta, quiero ver como te desnudas y de rodillas a mis pies, besándolos hasta que te ordene terminar, un reputazo reventado a pijazos como vos pretende que una Diosa syblime como´yo sea tu Ama, basura inmunda!. "Gracias. Ama suprema" debo contestarle. Y así empieza el relato. Sentado en una silla donde ella me ordenara, comienzo a desnudarme lentamente, Zapato, medias, pantalón y, desaboichándome la camisa dejo ver al quitármela una de las pruebas, por si alguien no lo supiera, de mi condición de puto. Levanto los varzo y muetro mis axilas afeitadas, y lo más sugetivo, mis pezones afeitados prolijamente en todo un círculo a su alrededor, como si fuera una teta. Por supuesto, esto siempre motiva comentarios burlones, "Ah, crei que eras puto repútazo. Pero veo que te gustaría ser una recontra puta, no?" "Si, Ama, lo que Udprefiera" contesto. Me doy vuelta y, con toda lentitud , bajo lentamente el calzoncillo y dejo ver el culo, racontraroto como reputazo alguno jamás haya tenido, totalmente afeitado, contrastando visiblemente con mi espalda peluda al igual que mis piernas. "Que lindo culo, , trolazo, cuantas pijas y consoladores te lo rompieron?. Debo contestar y lo hago:"!no sé, Ama, cientoss o miles, tal vez". "IIgual, de3spués que te mete dos otre consoladores míos, lo vas tener completamente roto, como corresponde un esclavo que se at6reve a rogarme que sea mi dueña. Dale, date vuelta, culastrón". Así lo hago, mientras que con la camisa me tapo desde la cintura. La bajo lentamente y dejo ver una leyenda, escrita con una marcador bien notorio: "Reputazo. Esclavo total". Continúo bajando la camisa hasta llegar a la píja y huevos, totañmente afeitados, al igual que el resto de mi abdomen hasta donde, por atrás, termina el culo. Queda solo un triángulo de pendejos, con el propósito deliberado de que, cuando me coge uno de los tantos y tantos machos que lo han hecho, de frente me refrieguen la pija en la cara, y. mientras me muerden brutalmente los pezones -o lo queda d ellos, despúes de cientos de cigarrillos apa en ellosgados, igual que en mi pija y nuevos, totalmente desgfiguradas por otros cientos y cientos de cigarrillos bestiialemnte apagados allí, entre mis alaridos de dolor. Y ya totalmente desnudo, me arrastro hasta los pies del Ama y se los beso frenéticamnete, mientras le ruego, le imploro, le suplico, como ya lo había adelantado- que sea mi Ama, Dueña y Señor total de mí, el esclavo más reventado que jamás ha tenido ni tendrá. Luego de un rato me ordena:"Pará Date vuelta y tendete en el piso boca abajo, brazos y piernas totalmente estirados y juntos". Obedezco, por supuesto y empieza pisándome las manos, sigue por los brazos hasta el hombro. Continúa igual en la otra mano y brazo, ni que decirlo clavando me con toda su fuerza en cada pisotón. Lueho, otro tanto conlos pies, Ala llegal al culo, me clava con más fuerza aún los tacos y me los mete de auno en el culo. Sigue en el espalda y termina aplastóndome la cara contra el piso, con más fuerza todavía. Luego, una patada en la cintura pqra que gire y quede tendido boca arriba, Me ordena que esta vez abra los brazos y las piernas. Y nuevaemante empieza a pisarme los brazos y luego las piernas. Pero esta vez, claro, tiene un agregado. mi pija y huevos, pisados brutalmente, sin piedad. Me retuerzo, pero me ordena: "Quedate quieto, reputazo de mierda o te la corto, culastrón hijo de puta". Lo hago, pero no puedo reprimir un grito de dolor. Y viene el comentario:"Oime, reputazo. Si te acepto como esclavo, esto es nada más que una caricia comparado con las torturas y suplicios que te voy a aplicar, maricón puto". Y sigue por el estómago y, al llegar a los pezones, ni que decirlo, me clava las puntas de los tacos con toda su fuerza, mientras vuelvo a gritar de dolor y escuchar otra vez: "Callate, basura asquerosa, otro grito y te juro que te la corto en pedazoas. La pija de un puto, su culo y, huevosy pezones slos tené s nada más que para que sufras, esclavo. cuanbdo así lo decida, sies que lo hago". Debo callarme. Y llega a la cara. Me aplasta una zapato brutalemnete mientras me orden que le lamea la suela. Y luego el otro, , reprimiendo mi sufrimiento en silencio mientras el dolor es insoportable. Cuando temina la tortura, queda un rato en silencio, mientras y permanezcoinmovil, tenido en el piso. Y entonces murmura: "Bueno, voy a condescender en ser tu Dueña, Ama y Señora. No te lo merecés, porque una inmundicia puta como ves no lo merece, pero, en fin, te voy a probar por un tiempo en los castigos de verdad. no estos y en ver como te dan por el culo machos con pijas enormes, previamente chupadas y al final, por supuesto, acabándote en la boca. " Me arrodillo a su pies , se lo agraderzco y me ntrego, mientras le digo: "Ahora que puedo decirle mi Ama, hágame todo, todo, absolutamente todo lo que quiera. Y lo hace. Comienza con un enorme consolador, metido bien adentro del culo, Mu cuelga de las brazo y comienzan los azotes. Fusta primero, látigo después y palmetes -ya de espaldas- hasta que me sangra el culo, rojo como un tomate, con los de frente calaramente marcados. Potrso, cepos, cruz de San Andrés y hasta una silla de clavos -Tortura del medievo- son algunas de los habiituales sausplicios recibidos. Pero esto ya es ajeno al objeto principal de mi historia -absolutamente real y auténtica: esa -su´pongo- infrecuente cermonia de entrega que practiqué y seguiré practicando hasta que un día , no lo dudo, alguno de estos espantosos tormento termine conmigo, no ya desmayado, como tantas y tantas veces, sino liquidado. Será en mi ley.
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