Como me cogí a un par de hermanos – parte 6 final
La última experiencia que tuve con Felipe y Mari.
En el anterior relato les había hablado sobre como encontré a Felipe con un compañero en el baño de la escuela, esto me dio la idea de que lo invitara a su casa el viernes, lo cual no podría negarse porque fácilmente le podía decir a toda la escuela sobre lo que estaba haciendo con Felipe, sin olvidar que su hermano se fue usando calzones de niña. Lo único que me daba dudas eran las amigas de Mari, esperaba que la sorpresa de verla siendo penetrada y llenada con mi leche no las haya asustado.
Pasó la semana de manera tranquila, para darles ganas no me fui al baño ni con Felipe o Mari, incluso veía la desesperación en sus caras un día antes de la fecha indicada. Cuando dio la salida de la escuela, antes de irme me acerqué a Israel (el compañero de Felipe al que le había chupado su verga) y de forma discreta le dije que su hermano debía llevar puestos los calzones de Mari. En su cara se vio molesto, pero no podía hacer nada, solo asintió con la cabeza y se fue, ya estaba todo preparado.
Al llegar a la casa de Felipe y Mari saludé y le pregunté a la mamá dónde estaban ellos. Ella me contesto que estaban arriba, que ambos habían invitado a unos amigos. Fingí sorpresa, me adelanté para subir dejándolas para que hablaran mientras yo disfrutaba de lo que había preparado. En la sala de arriba donde estaba la televisión vi que estaban todos sentados viendo una caricatura, Israel se veía preocupado, Rodrigo (el hermano menor de Israel) tenía la cara un poco roja, Felipe parecía estar ansioso porque algo pasara y Mari con sus amigas eran las más normales al estar viendo la tele sin preocupaciones.
Saludé con total normalidad, Felipe mostró claramente una cara de excitación mientras que Mari se alegró y corrió para darme un abrazo. Sin perder tiempo, la cargué sujetando su redondo trasero para darle un beso profundo, ella me respondió de la misma forma sin importarle quien estaba presente. Aunque estaba usando pantalón sentía como su entrepierna se calentaba por mojarse con ese beso, le metía la lengua pasándola por toda su boca y jugando con la suya, al separarnos todos pudieron ver el rastro de saliva que dejaron nuestras bocas.
Rápidamente la puse en el suelo para bajarle el pantalón que traía y quitarle su blusa, dejándola únicamente con unos calzones rosas los cuales agarré por detrás y levanté para dejarlos como tanga. Así semidesnuda la acerqué a sus amigas para decirle que no me las había presentado, dicho esto Mari empezó:
-Ella es Alondra- dijo señalando a su amiga que era blanquita con un vestido amarillo y blanco, cabello negro amarrado en dos coletas y de la misma estatura que Mari.
Me saludó con su cara completamente roja, a lo que le devolví el saludo besando su mano para que no se preocupara.
-Y ella es Raquel- añadió señalando a su otra amiga. Ella tenía una piel un poco más bronceada, un poco más chaparra que Mari, cabello castaño ondulado y vestía un short rojo con una blusa azul. Al saludarme se cubrió completamente la cara por la pena, así que la saludé de la misma manera, lo que hizo que se ocultará un poco más.
Dejé a Mari un momento, me dirigí hacia Rodrigo, lo levanté del sillón y frente a las niñas los presenté:
-Este es Rodrigo- Alondra y Raquel levantaron la mano para saludar, en ese momento me apresuré y le desabroché el pantalón a Rodrigo para bajárselo, primero él puso resistencia, aunque le dije que hoy no me podía desobedecer. Intentó buscar ayuda viendo a su hermano, pero este ya se estaba acariciando la verga sobre el pantalón por estar viendo a Mari, quien tenía una mano dentro de su calzoncito para estarse tocando su vaginita. Ya sin alternativa, Rodrigo quitó las manos para que le bajara el pantalón dejando ver que estaba usando los calzones morados de Mari. Al verlo las niñas se dieron cuenta y soltaron una leve risa, pero pude notar como esto excitaba más a Mari.
Rodrigo no podía quitarse el pantalón debido a sus tenis, lo que me dio una idea, me acerqué a Mari y le susurré al oído:
-Llévate a tus amigas a tu cuarto y prepáralas- ella asintió con la cabeza -también llévate a Rodrigo y vístelo como si fuera Felipe- en ese momento aumentó su respiración al entender mi idea, seguramente su vaginita estaba chorreando por pensar en lo que podría pasar. Sin demora se los llevó a su habitación, fue encantador ver a Rodrigo caminar con los pantalones abajo intentado cubrir el calzoncito que usaba.
Ahora me concentré en Felipe e Israel, ambos ya estaban acariciando sus verguitas sobre sus pantalones, así que le dije a Felipe que debía tratar mejor a su invitado, le ordené que se pusiera algo más «presentable». Primero lo dudó, sin embargo, bastó con darle una apretada a su culito para convencerlo. Al irse le pregunté a Israel si le habían gustado las putitas que acababan de irse, él me respondió que si, que deseaba cogérselas a gusto. Yo le respondí que todo a su tiempo, que de este día no salía sin cogerse a alguien. Para esto me acerqué para acariciar su entrepierna, a diferencia de la vez anterior ahora no me alejó sino que lo recibía con gusto, incluso llevó su mano al mío y me respondió de la misma forma.
Aprovechando la situación me desnudé completamente lo más rápido que pude, le dije que tenía que hacer lo mismo para disfrutar al máximo. Cuando estaba quitándose su última prenda llegó Felipe usando el vestido negro de tirantes que anteriormente me había mostrado. Esto encendió a Israel cuya verga se puso completamente erecta señalando al techo. Le dije a Felipe que se hiciera cargo de su amigo señalando la verga parada que tenía, en ese momento Israel se sentó en el sofá y sin pensarlo mucho Felipe se arrodilló para empezar a chuparsela a su compañero. La cara de Israel denotaba lo bien que la chupaba su compañero, como iba de arriba a abajo, usando su lengua, succionando la punta y metiéndosela en la boca lo más que podía.
Yo ya estaba prendido por verlos así, por lo que solo me arrodillé de igual manera por detrás de Felipe, le alcé el vestido dejando ver la tanga roja que traía. Israel vio esa tanga y no lo pudo resistir más, pude ver en su cara una expresión de completo placer, se había venido.
-No que querías cogerte a alguien?- le pregunté de forma burlona
-Es que esta putita la chupa muy bien- respondió señalando a Felipe quien había recibido toda la leche en su boca
-Felipe, sácate la leche de la boca y ponla en su verga- así hizo dejándola blanca y reluciente
Acto seguido me acomodé el trasero de Felipe a la altura de mi verga, sin previo aviso le hice la tanga a un lado y se la metí hasta el fondo, haciendo que soltara un gemido largo. Lo sujeté fuerte para poder darle duro y sentir como su culito no dejaba ir mi verga. No me movía rápido, pero con cada embestida buscaba llegar lo más profundo sabía que con este movimiento no me iba a negar nada, sobre todo al escuchar como buscaba ahogar sus gemidos para que no lo escucharan. Me detuve por un momento para acercarme a su oído y decirle:
-Ahora quiero que excites a Israel todo lo que puedas, báilale, chúpasela, haz todo lo necesario, pero no dejes que te la meta o que se venga de nuevo, ¿entendido?- Felipe me respondió asintiendo con la cabeza rápidamente. En ese momento llevé mi mano a su verguita y la jalé duro para que se viniera, al sentir como apretaba su lechita empezó a salir mojando la tanga.
-Te lo encargo- le dije antes de dejarlos.
Al levantarme me fui al baño para lavarme la verga antes de ir a mi siguiente objetivo. Salí y vi a Felipe bailando moviendo su culo sobre la verga flácida de Israel, pensé que así estaría hasta que saliera.
Me dirigí al cuarto de Mari. Al abrir la puerta tuve una imagen que me dejó con la verga super dura. Alondra estaba acostada sobre el borde la cama con cara de placer mientras que Mari arrodillada con el culito parado tenia la cabeza metida en su vestido, por el otro lado Rodrigo tenía la cabeza metida entre las nalguitas de Mari quien ya no tenía su calzoncito. Me alegré también al notar que Rodrigo vestía con una falda de mezclilla y una blusa azul con una imagen de Barbie. Para rematar, Raquel estaba viéndolos pero aunque no participaba se había desabrochado su short y tenía sus manos masturbando su vaginita.
Al verme, Raquel sacó sus manos, Alondra empujó a Mari para sacarla de su vestido, Rodrigo intentó cubrirse pero Mari lo agarró y evitó que separara la cara de su vaginita. Como estaba desnudo se quedaron viendo mi verga erecta, entonces pregunté si ya estaban listos, solo Mari alcanzó a decir entre gemidos que Alondra quería intentarlo. Me senté en la cama junto a ella para no asustarla
-No tienes que temer- le dije dulcemente, ella solo me miraba con curiosidad -seguramente Mari fue un poco brusca contigo, ¿verdad?
-Solo un poco- contestó con un tono bajo
-Tranquila, seré cuidadoso contigo- dicho esto acerqué su cara para darle un beso en la boca, en este caso fue uno más pequeño para calmarla.
Alondra respondió abrazándome, con esto empecé a acariciar su cuerpo con mis manos, empezando por la espalda para bajar a su culito, al sentir esa suavidad le aprete sus nalguitas al mismo tiempo que intensificaba los besos que le daba. Sorprendentemente ella no se detuvo e igual intentó acariciarme como yo lo hacía, sus manitas pasando por mi cuerpo me encendieron más a tal punto que mi verga empezaba a sacar líquido preseminal por la excitación, pero a esto Mari se acercó para comenzar a chupar mi verga sin quitarse la cara de Rodrigo de su vaginita.
Ante la situación le alcé todo el vestido a Alondra para quitárselo, dejándola únicamente en sus zapatos y su calzoncito azul de cenicienta. Me acosté para poder acostarla sobre mi, así podría seguir besándola al mismo tiempo que Mari me la seguía chupando. Podía sentir como Alondra movía su cadera de atrás para adelante restregando sobre mi estómago su vaginita caliente cubierta por su calzoncito. Lleve mis manos hacia sus pompas para apretarlas fuerte, sintiendo como entraban perfectamente en mis palmas. Agarré mi verga con una mano y la apunté hacia su vaginita, solo la bajé un poco más e hice a un lado el calzoncito, tan pronto mi punta tocó la entrada pude sentir todo el calor y humedad de Alondra.
Sin pensarlo dos veces la bajé más para poder metérsela, en ese momento Alondra dio un largo gemido ahogado. Debido a que ya venía excitado de haberme cogido a Felipe comencé con un movimiento más rápido de lo normal, pero ella en lugar de asustarse o querer sacarlo buscaba que le entrara más mi verga, podía notar que Mari hizo un buen trabajo calentándola. Sin embargo, seguía siendo una niña primeriza, comencé a sentir como apretaba con más fuerza mientras que su cara mostraba que estaba a punto de venirse. Seguí con la misma velocidad y comencé a besarla para evitar que se le escapara un algún grito. No me detuve hasta que sentí como todo se detuvo, su cuerpo se tensaba y su vagina se mojaba más de lo que ya estaba.
Tuve que salirme rápido de ella debido a que podía sentir como estaba a poco de venirme y quería guardar esa carga. La dejé a un lado para que descansara, voltee a ver a Raquel quien ya tenía sus shorts a la altura de las rodillas dejando al descubierto que se estaba masturbando metiendo sus manos en sus calzoncitos blancos. Mari intentó volver a meterse mi verga a la boca pero la aparté para dirigirme con su amiga. Al llegar con ella pude notar que ya estaba sudada y con la respiración agitada, llevé mi mano a su vaginita y pude notar que estaba demasiado mojada, al parecer se acababa de venir.
En ese momento recordé que tenía que darme prisa si quería juntar a todos, pero primero debía hacer algo. Llevé a Raquel a la cama para acostarla, le quité su short y calzoncito para luego ponerla con las piernas lo más abiertas que pudiera, como se había venido entonces no tenía muchas fuerzas para resistirse. Al dejarla lista fui con Rodrigo lo alejé de la vaginita de Mari, lo puse de pie y metí mi mano debajo de la falda que usaba para sentir su verguita. Todavía estaba flácida y pequeña, por lo que intenté hacer que creciera sobándosela, le dije a Mari que se la chupara a lo que procedió de inmediato por lo caliente que estaba.
-Ya está duro?- le pregunté después de unos momentos
-Si, pero sigue un poco pequeño- respondió Mari saliendo de la falda
-Eso será suficiente
Llevé a Rodrigo al borde de la cama, le bajé ligeramente el calzoncito morado que traía y le subí la falda para dejarlo al descubierto, lo puse encima de Raquel poniendo su verguita en la entrada de la vaginita. Con una mano lo guíe para que lograra metérsela, al hacerlo se empezaron a escuchar sus gemidos pero se quedó quieto como si no supiera que hacer. Como no quería perder el tiempo agarré su cintura y empecé a moverla de adelante para atrás continuamente, eso aumentó sus gemido para que después de un tiempo él ya hiciera el movimiento por si solo. Raquel por su lado también soltaba pequeños gemidos, tal vez se vino recientemente pero no dejaba de sentirse rico que un niño se la metiera.
Regresé a ver a Mari, quien estaba masturbándose lentamente porque parecía que solo quería venirse con mi verga dentro. La agarré pero en lugar de penetrarla como ella quería la llevé con su amiga Alondra, primero le dije a Alondra que se quitara su calzoncito, lo cual obedeció sin problema. Las acomodé de tal forma que entrelazaron sus piernas quedando vaginita contra vaginita. Alondra quiso preguntar el porqué las ponía así, pero tan pronto Mari sintió el contacto con su amiga empezó a moverse intensamente. Esto provocó que ambas niñas empezaran a gemir con fuerza debido a la excitación, para callarlas lo más rápido posible tomé el calzoncito azul de Alondra y se lo puse en la boca a Mari mientras que a Alondra le puse el de Raquel.
Me detuve un segundo para apreciar la situación, era una pequeña escena donde Rodrigo vestido de niña se cogía a Raquel como le había enseñado al mover su cadera, mientras que al lado Mari y Alondra haciéndose unas tijeras entre ellas. Mi verga ya estaba por explotar por todo lo que había aguantado, aunque todavía faltaba un poco más, encontré los calzones que Mari estaba usando cuando llegué y se los puse en la boca a Rodrigo. Con eso mi plan ya estaba por acabar.
Salí del cuarto para ver como iban Felipe e Israel. No me sorprendió encontrar a Israel buscando quitarle la tanga a Felipe, aunque este se resistía bastante, abajo de Israel parecía que su verga estuviera a punto de explotar, seguramente no aguantaría mucho. Yo le dije que ya podíamos unirnos a los demás y pude notar como la cara de Israel se iluminó, seguramente ya esperaba cogerse alguna niña para perder la virginidad. Agarré una playera del suelo y la usé para taparle los ojos, al preguntarme por esto solo le respondí que era para que las niñas no se asusten. Aceptó esto y dejó que yo lo guiara hacia la habitación donde estaban todos.
Al llegar, con Felipe por detrás de nosotros, escuchamos más claramente los gemidos de todos, esto provocó que Israel empezara a chorrear líquido preseminal como si tuviera tanta leche guardada que se derramaba de su verga. Sin decirle nada lo guíe hacia el culito de su hermano. Incliné a Rodrigo para que no se saliera de Raquel y su hermano tuviera su culito a la mano, parecía que no se daba cuenta de mis intenciones porque no estaba preocupado. Acerqué a Israel más rápido para que sintiera el culito de su hermano, al primer toque de la verga con el ano, Israel llevo sus manos a las pompas de Rodrigo y comenzó a presionar para metérsela, al sentir esto Rodrigo quiso gritar del susto, pero el calzoncito en su boca se lo impedía. Como vi que Rodrigo levantaba su mano para intentar quitárselo, entonces sin previo aviso empujé a Israel para que su verga entrara. En el instante que entró la puntita, Rodrigo soltó un alarido silenciado por el calzoncito en su boca, Raquel apretó las manos porque también sintió el empujón e Israel comenzó a mover su cadera, estaba tan emocionado que comenzó con movimientos bruscos que parecían que lo harían acabar en cualquier momento.
Sin esperar, me puse detrás de Israel, con mi verga erecta apuntando a su culito, le agarré de la cintura con una mano para pararlo un momento y poder apuntar mejor, fue entonces que con la otra mano le quité la playera que tenía en los ojos. Al poder ver nuevamente comenzó mirando todo el cuarto, en un instante reconoció a las niñas que estaban en tijera a un lado suyo, pero tardó un poco en entender a quien tenía adelante, al darse cuenta que estaba cogiéndose a su hermano, se asustó y quiso salirse rápidamente. En ese momento aproveché para acercarme más y metérsela todo lo que pude. Israel soltó un gemido tan femenino que provocó que Mari y Alondra se detuvieran, durante dos segundos todo en el cuarto se detuvo, por lo que para volver a empezar todo comencé a moverme dentro de Israel. Otros gemidos femeninos salieron de su boca por cada embestida, provocando pequeñas risas en las niñas que nos veían. Rodrigo al principio parecía incomodo por la situación, pero de un momento a otro estaba disfrutando la verga de su hermano dentro suyo a tal grado que los calzoncitos en su boca se estaban llenando de saliva por el placer que sentía.
Durante unos momentos lo único que se escuchaban eran los gemidos de los hermanos que inundaban la habitación, hasta Raquel que tenía la verga de Rodrigo dentro apreciaba el espectáculo que tenía enfrente. Yo seguía moviéndome cada vez más rápido y profundo, provocando que los gemidos aumentaran en duración y feminidad. Poco a poco los demás volvieron a moverse, Mari y Alondra siguieron con su tijera, pero también metieron sus dedos, tocándose sus vaginitas la una a la otra. Felipe comenzó a jalarsela rápidamente, intentando mantener la erección de su pequeña verga, hasta Raquel empezó a mover sus caderas mientras agarraba el traserito de Rodrigo. Toda la escena me prendía demasiado, ya no podía aguantar más así que sin previo aviso agarre a Israel de su cadera y lo jalé hacia mi con todas mis fuerzas para llenarle su culito de toda la leche guardada que tenía. Pude sentir como mis chorros salían con mucha presión llenándolo, incluso lo jalé tan fuerte que lo saqué del culo de Rodrigo y al parecer ya estaba listo para terminar porque pude ver como disparaba su lechita donde la verguita de Rodrigo y la vaginita de Raquel se conectaban.
Me salí de Israel y él se recostó boca abajo sobre la cama para descansar, al ver lo excitado que estaba Felipe tuve una idea.
-Felipe, si tantas ganas tienes, sírvete- le dije al mismo tiempo que señalaba el culo al aire de Israel que chorreaba mi leche.
No lo pensó mucho, se posicionó detrás de él, movió su tanga y sin mucho esfuerzo su verguita entró en el culito lechoso de su amigo. Ambos empezaron a gemir con una voz afeminada que volvió a llamar la atención del cuarto. Vi que Mari y Alondra cada vez se movían más rápido, pero ya estaban sudadas y se habían sacado los calzoncitos de la boca por lo que estaban gimiendo con la lengua de fuera, me imaginé que ya se habrían venido más de una vez y no se querían detener. Por otro lado, Rodrigo ya estaba rendido sobre Raquel que no se movía.
No quería que hubiera algún descanso, así que agarré a Rodrigo para llevarlo frente a la cara de su hermano. Lo senté con las piernas abiertas poniéndole su culito y verguita lo más cerca posible, no tuve que hacer nada más para que Israel entendiera y comenzara a lamerle toda la lechita que le había tirado de antes. A Raquel la llevé cerca de sus amigas para ponerle la cara en medio de la tijera que estaban haciendo, con todas las fuerzas que le quedaban comenzó a pasar su lengua de una vaginita a otra, al parecer lo hacía tan bien que Mari y Alondra comenzaron a empujar su cabeza con sus manos. Yo solo acerqué mi verga a Mari para que la limpiara porque se notaba que necesitaba chuparla.
El primero en terminar en toda la escena fue Felipe quien le tiró más lechita dentro de su amigo. Israel intentó aprovechar ese momento, al levantarse mostró que tenía la verga muy dura y en sus ojos se notaba que tenía la intención de ir por Raquel que era la única con la vaginita no ocupada. Al acercarse lo detuve, no iba a dejar que hiciera lo que él quiera, él con ojos suplicantes intentó decirme que realmente quería cogerse a una de las niñas, por su desesperación parecía que era su última carga, pero eso no me importó. Saqué mi verga de la boca de Mari, sujeté a Israel y lo tiré boca arriba sobre la cama. Volví a llamar a Felipe, pero en esta ocasión le pedí que me prestara su culito, como siempre él entendió a la primera sin darle momento de luchar, se puso encima de Israel, agarró su verga y se la metió.
Fue una cogida rápida, ni siquiera necesitó muchos sentones para terminar, su verga ya estaba muy sensible y él estaba sin fuerzas. En su cara solo se veía una gran frustración combinada con una satisfacción de haberse venido nuevamente. Para rematar la situación, agarré a Raquel, la puse de pie arriba de él con los pies en ambos lados de su cabeza, me puse detrás de Raquel y empecé a cogerme a la única niña de esa habitación que no había probado mi verga. A pesar de su cansancio, todavía tenía suficiente fuerza para mantenerse de pie mientras era cogida, incluso empezó a mojarse tanto que algunas gotas caían sobre Israel. Este intentó quitarse, pero Felipe no le dejó moverse, todavía apretaba esa verguita con su culito aunque ya se estaba poniendo flácida, sabía que no iba a tardar en poder quitarse de ahí, así que me apresuré. Para asegurarme que Raquel terminara le empecé a apretar sus pezones suavemente, podía sentir como su vaginita apretaba ligeramente, realmente estaba cansada, por lo que decidí pasar a lo mejor. Le sujeté el traserito con una mano, eso le gustó naturalmente, lentamente movía mis dedos acariciándolo y acercándolos a su culito, hasta que tuve mi dedo tallando la entrada. Al sentirlo pude sentir como su vaginita reaccionó, eso me dio la señal para que continuara y le metiera la punta de mi dedo. Al ser una niña no quería forzar la entrada, pero eso fue suficiente para que no solo me apretara con más fuerza, sino también para hacerla acabar y conmigo también al ver su carita de completo éxtasis.
Cuando su vaginita se llenó de mi leche la saqué rápido, de esa manera toda mi leche combinada con los fluidos de Raquel cayó en la cara de Israel. Aunque intentó limpiarse, Raquel del cansancio se le vencieron las piernas y terminó sentándose en su cara, para seguir embarrando los fluidos. Se la quitó como pudo, pero no se movió de donde estaba, en ese momento supe que ya había caído todo su orgullo.
-Oye, Isra, ya sabes que hacer- le dije mientras me acostaba en la cama. Ni corto ni perezoso se acercó a mi verga y comenzó a chuparla tímidamente. Ya con mi logro volteé a ver a los demás, Mari y Alondra yacían rendidas jadeando por aire, sin importarme su cansancio les dije que se acercaran para chuparlo también. Ellas parecían que se movían por instinto, se acercaron para unirse con sus lenguas, incluso Raquel se unió sin que le dijera algo. Felipe se estaba masturbando pero en lugar de jalar su verguita, se estaba metiendo su dedo en el culito al mismo tiempo que miraba con hambre a mi verga, todavía faltaba un pequeño lugar que llenar así que le dije que podía hacer ambas cosas al mismo tiempo, así fue como se inclinó y comenzó a chupar como bien sabía hacer. De esa manera tuve cinco bocas turnándose para chuparme la verga o juntando sus lenguas para lamérmela completa.
El único que faltaba era Rodrigo, quien al ver el festival de culitos frente a él se calentó tanto que empezó a jalarsela fuertemente. Ya no había espacio para que se uniera, pero también sabía que era lo que quería, así que le señalé a su hermano y aunque lo dudó un segundo, no se que fue lo que vio que lo convenció. Se puso detrás de él y comenzó a meter su verguita en ese culito apretado lleno de leche. Israel ya solo gemía mientras lamía mi verga.
-Cómo se siente la verguita de tu hermano?-
-Rico- me contestó con el gemido más femenino que pudo hacer
-Qué se siente haber recibido tres vergas en un día?
-Muy rico- siguió gimiendo
-Qué se siente que tu hermano, el que te cogiste, ya haya cogido con una chica y que ahora te este cogiendo con ropa de niña- ahora no contestó pero su cara lo decía todo, en una combinación de enojo, vergüenza y excitación recibió mi leche en su cara y por la cara que tenía su hermano al parecer también recibió la venida de Rodrigo.
De esa manera todos menos Felipe caímos completamente cansados. Le dije a Felipe que vigilara que nadie subiera en lo que nos recuperábamos y así hizo sin chistar. No se cuanto tiempo pasamos recostados, incluso Mari, Alondra y Raquel cayeron dormidas. Después de un rato me sentí un poco mejor así que empecé a vestir a las niñas para evitar problemas, levanté a Israel para que él mismo se vistiera y a su hermano. Lo único que no les puse fueron sus calzoncitos, al menos a Alondra y Raquel, esos los conservé como mis trofeos. Cuando terminé me vestí para ir a la sala del segundo piso, ahí estaba Felipe completamente vestido viendo la televisión. Después de mi salieron los hermanos, nadie dijo nada y nos quedamos viendo la televisión hasta que fue hora de irse. Lo divertido es que ni Alondra o Raquel se dieron cuenta que les faltaban los calzoncitos hasta que al despedirse las toqué en sus traseritos y sintieron que les faltaba algo, su cara de sorpresa fue excitante.
Con esto terminó la gran orgía que tuvimos todos, la siguiente semana intenté seguir jugando con ellos, empezando con no hacer nada con ninguno, para ver cuantas ganas se les acumulaban. El problema fue que Israel terminó más frustrado de lo que pensaba, porque las niñas no se le acercaban, por lo que tenía que usar a Felipe para desahogarse. Solo que no tuvo cuidado y no tardaron en sorprenderlos en un baño. Se armó un gran problema en la escuela a tal grado que la familia de Felipe y Mari tuvo que mudarse para evitar los problemas, hasta la familia de Israel y Rodrigo se fueron. En teoría aún tenía a Raquel y Alondra para divertirme, pero con el susto de la situación prefirieron no acercarse a mi, aunque estoy seguro que las veía tocarse entre ellas cuando creían que nadie las estaba viendo. Así terminó mi juego con los hermanos, ya después tuve otros encuentros pero nada como este.
Si quieren hablar o compartir experiencias pueden contactarme por telegram: @mag0123
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