Cómo me volví un hombre sumiso ante mi esposo. (1ra parte)
Está es la historia de como logré mi plenitud personal al someterme al dominio de mi esposo. Ahora solo sirvo para complacerlo porque mi amor y devoción por él es inmensa, solo vivo para servir a mi marido..
Nos citamos para vernos un viernes por la tarde en la central de autobuses de Monterrey. Ya que él vivía con sus padres en ese entonces y yo vivía solo con mi roomie en el departamento que rentabamos. Así que la mejor opción para ambos (Diego y yo) fue que él viniera de visita a Monterrey.
Después de acordar la fecha de nuestra reunión, rápidamente comencé a preparar todo para cuando él llegara a la ciudad. Hablé con mi roomie y le conté sobre mi plan con Diego, y le supliqué que de favor hiciera un espacio para que yo pudiera estar a solas con Diego en el departamento; mi roomie acepto con gusto y decidió que el la pasaría en casa de sus padres, durante el fin de semana que yo estaria en compañía de aquél visitante foráneo.
Pasaron los días y finalmente se llegó la fecha en que Diego y yo coincidimos para vernos. Me duche, lave mis dientes, me coloque mi mejor ropa, cerré con llave el depa y me puse en marcha en camino hacia la central camionera. Llegue con una 60 minutos de anticipación para alcanzar a comprar algo ligero para comer, ya que debido a la impaciencia que desbordaba de mi ese día, olvidé almorzar algo y ya me sentía un poco mareado. Me dirigí hacia un local dentro de la central y conseguí una dona y un café descafeinado, busque un espacio libre en las largas bancas de espera que abundan dentro del lugar, me senté dispuesto a comer y con la esperanza de ver pronto a mi invitado.
Pasaron los minutos, el día iba transcurriendo hacia el atardecer y la espera se hacia cada vez más interminable. En cada camion que se estacionaba en el lugar de descenso de pasajeros, apuntaba mi mirada en las personas que bajaban de ellos, pero con cada arrivo de gente en ningún rostro que visualizaba se encontraba aquella cara que me había citado para estar esperando en ese lugar, aquella hermosa tarde de primavera. Hasta que por fin luego de una imparable pasarela de autobuses que subían y bajaban personas, logré distinguir a lo lejos una figura que acaparó toda mi atención.
Bajando del autobús que acababa de estacionarse, se vislumbraba un hombre de piel morena, que vestía un par de jeans azules y una camisa de manga larga color verde oscuro; sobre su cabeza se distinguía un sombrero de color blanco hueso y a sus pies un par de botas color café oscuro le servían de calzado. Aquel hombre era alto de 1.90m, delgado, con brazos largos y manos grandes.
En su cara se apreciaba una frondosa barba de vellos negros que daba la impresión de haber sido cuidada y delineada hace poco tiempo, sobre ella un par de labios gruesos (que hasta ese entonces solo había visto a través de la pantalla de mi celular) que eran apretados con nerviosismo por sus dientes frontales. Su nariz era gruesa y justo por encima de ella se asomaban dos grandes ojos de color negro, adornados con largas pestañas rizadas y enmarcados por un par de cejas gruesas que se alzaban con galantería junto a su mirada que se desviaba hacia los alrededores del lugar, como tratando de encontrar entre la multitud a algo o a alguien con gran desesperación.
Era él, era Diego.
Por fin había llegado.
—continuará
Espero sea de su agrado esta nueva parte de mi relato sobre como dio inicio está relación entre mi marido dominante y yo, su servil y sumiso esposo.
Apreciaría leer en los comentarios su opinión al respecto de esta lectura, ojalá lo disfruten tanto como yo disfruto mientras escribo las anécdotas que me hacen vibrar cada vez que las recuerdo.
Les confieso que escribo esto desnudo en mi habitación, mientras me masturbo y pellizco mis pezones al recordar como fue floreciendo esta unión entre Diego y yo.
Esperen la próxima parte de la historia, que cada vez se intensifica más y más, ya quiero llegar a la parte en que me dió a beber de su orina por primera vez, pero para eso aún faltan un par de partes más.
Gracias y buenas noches.
Está chido la trama, pero demaciado corto el relato.
Solo espero que no haya golpes no violencia como tal en los relatos