Cómo me volví un hombre sumiso ante mi esposo. (2da parte)
Está es la historia de como logré mi plenitud personal al someterme al dominio de mi esposo. Ahora solo sirvo para complacerlo porque mi amor y devoción por él es inmensa, solo vivo para servir a mi marido..
Me levanté de inmediato del lugar donde me encontraba esperando y alzando el brazo, comencé a ondear la mano para indicar a Diego mi ubicación; a lo que él se apresuró hacia mí caminando velozmente.
No pude evitar mirarlo de pies a cabeza mientras se aproximaba; mis ojos recorrian su rostro, su cuerpo y su peculiar andar; y al ir analizando cada detalle de su anatomía, rápidamente noté algo que atrajo una especial atención sobre mí mirada.
Justo en el centro de sus pantalones; extremadamente muy definido y bien delimitado por los pliegues formados en su entrepierna; se alzaban con gran orgullo y vanidad, un enorme bulto. Recuerdo sentir como mis ojos se abrian de par en par, mientras mis lengua empapaba mis labios, al imaginar el sabor, la textura y el olor de aquel peón que rompía filas sobresaliendo al frente de la marcha.
Trate de contenerme y luche por desvíar mi mirada nuevamente hacia los ojos de Diego. El me sonreía desde lo lejos y yo le devolvía nuevamente la sonrisa, sin saber que esa mueca en su rostro sería mi completa perdición, el abandonó de mi libertad, de mi control y de la totalidad de mi voluntad.
El se acercó hasta mi e instintivamente me tomo entre sus brazos, aferrando fuertemente mi cuerpo contra el suyo. Me sonrió, me miró fijamente a los ojos y me dió un beso en la mejilla. Nos presentamos formalmente al fin y salimos dirigidos hacia un lugar donde venden helados.
Charlamos un poco antes de salir de la central de autobuses, y mientras comíamos los helados que él compró, comenzó a contarme acerca de su viaje y de como se sentía antes de encontrarnos ahí. Al igual que yo, él experimentaba una mezcla de nervios, angustia y adrenalina por conocernos finalmente.
Tras consumir el helado e introducirnos brevemente el uno al otro, decidimos abandonar el lugar, avanzando hacia el sitio de taxis; hablamos con el chófer de un vehículo que estaba aparcado y al confirmar que estaba disponible para viajar, los dos abordamos en camino hacia mí hogar de aquel entonces. Durante el camino de regreso a casa, en mi mente un solo pensamiento rondaba alrededor de mi cabeza; una sola cosa y esa era; que ese día sería la primer noche que pasaría en compañía de Diego.
—continuará
«El día de hoy le he contado a Diego sobre esta historia que he estado compartiendo con ustedes, le pareció muy especial que yo estuviera relatando todo lo sucedido desde nuestro primer encuentro. Por lo que él decidió darme un pequeño giro a esta historia, solo para hacerlo más interesante para mí.
Así que Diego me pidió escribir esto, obligando a ponerme de rodillas, mientras succionando fuertemente su pene hago que eyacule ferozmente dentro de mi boca, ya que ese es mi pago por estar develando los detalles de nuestra relación.
No se que otras cosas esté planeando en secreto para mí, pero sin duda iré actualizando lo que él me solicita hacer.
Porque en fin, que más puedo decir… no puedo negarme a hacer lo que él me ordene.»
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