Con su tremenda verga, mi cuñado inauguró…mi garganta con su pija (1)
Primera parte de cuando Miguel, el novio de mi hermana, en una noche donde mi hermana le negó sexo, remató con todo por mi boca y garganta, descubriendo mi punto g en esa babosa y profunda parte de mi cuerpo….
Hola, gracias desde ya por la lectura. Este relato será de dos partes, así que espero lo disfruten a pura paja, jaja.
En mi familia, ante la ausencia de una figura paterna, era mi cuñado Miguel, un corpulento macho de 25 años, morocho de ojos y cabellos negros, con un cuerpazo marcado y buen mantenido, hecho a base de laburo, fútbol de barrio, asado y lomo curtido por el sol de las obras de construcción, en la cual era un sacrificado, dedicado (y muy calentón) albañil, el macho proveedor de la casa, junto a mamá, mi hermana Sofía de 24 años y yo, Andy, en ese entonces de 16 años, un flaquito blanco, gay asumido, de buena cola pero de chica pija, tan tímido como virgen de culito (aunque ya había probado chupar pija, nada memorable por cierto, con dos chicos de mi escuela) aunque sin meterla a la garganta, sector de mi cuerpo que aún seguía virgen, hasta esa noche de viernes en la cual cambiaría todo, y lo relato a continuación:
Lo que Migue (así le decimos de cariño) no tenía de alcohólico (virtud que mi hermana, enfermera de profesión en ejercicio destacaba siempre) lo «compensaba» con su líbido sexual. Incontables son las noches que me mataba a pajas escuchando a mi hermana, en sus inicios con el, gemir en todos los tonos y sonidos, siendo complacida por un hermoso semental que, en momentos que compartíamos charlas en soledad, me alardeaba sobre sus virtudes sexuales; aunque mi cuñado sabía que era gay (y lo aceptaba) me seguía viendo como hombre, como uno de los suyos, con el que desarrollaba confianza y camaradería, como cuando me contaba, a veces a solas y otras en compañía de sus cuates, con lujos de detalles, sus proezas sexuales que luego terminaban en sendas pajas mías; hasta me confiaba que le repartía pija a otras chicas sin miedo, ya que nuestra relación era increíble y yo con mi hermana no me llevaba bien, así que, poco y nada me interesaba la vida de esa fría y aburrida mujer jaja; es más, siempre decía que lo mejor que tenía Sofía, evidentemente, era su vergudo y viril machote que, con sus 22 centímetros y grandes testículos, los cuales siempre se marcaban notoriamente en esos shorts de fútbol, y que, para mí suerte y deleite, no dejaba mucho a mi imaginación; compartíamos cancha, pero mi tardía pasión al fútbol fue generada por estar siempre cerca de ese manjar que Dios le puso entre sus piernas…y que pronto probaría…
Miguel era un socio, un cuñado excepcional, un amigo. Siempre se sorprendía por la poca vida sexual que tenía…siempre me tentaba por mi culo y la boca de petero que tenia (según el) y también me decía que el, a mi edad, (y sin guardarse detalles) era apodado «el terror de las bombachas» y su apodo entre los perros era «manguera»… Y también resaltaba un detalle que me llamaba la atención y hacia ilusionar: sus constantes quejas sobre lo mal que en general, cogen las pendejas, como si novia mi hermana (ejemplo principal) u otras que cogen sin pasión, que no le ponen ganas, que no quieren entregar el culito, que chupan mal… en esas rondas de tereré, bien nuestras, de hombre a hombre (salvando las diferencias de gustos) hasta se animó, una vez, a darme consejos de cómo debo hacer yo un sexo oral ideal, para conquistar a un hombre (osea como debería hacer el pete o petear, como lo decimos acá en Paraguay, Argentina y Uruguay), desde como usar la lengua, esconder los dientes, atragantarse con la pija y mirar a los ojos al dueño de la pija para que, según el «atrape al amor de mi vida»…todo eso sin imaginar que, de cierta forma, ya estaba instruyéndome para ser el primer «beneficiario» de esas clases…
Y así es que llegó la noche del viernes en casa, sin mamá que estaba de viaje y luego de cenar, compartimos con Sofía y Miguel la sala, y este último hacía poco para disimular la calentura que buscaba aliviar, y la cara de cansada y amargada de mi hermana mayor no cooperaba, van al cuarto y, en poco tiempo, suena un portazo y luego mi cuñado baja a la sala, con una cara de pocos amigos y prende la tele, ignorando mi presencia; minutos después y sin despedirse, mi hermana se va de la casa con su uniforme laboral… Resulta que había una urgencia en el hospital y, con su chongo también con su «urgencia», se quedó con las ganas (ni un rapidito) y eso llenó de furia a Miguel, que se resignaba, una noche más, a tener que pajearse a full o, de última, acudir a una amiguita o ir al putero de la zona. Pero nada de eso pasaba, porque pasadas las 21:30, estábamos los dos solos en la casa y en la sala, viendo el segundo tiempo de un entretenido y disputado River vs Huracán (campeonato local de Argentina), con una cerveza en la mano del machote (cosa rara, pero justificada diría) comentando el partido, hasta que suelta «no se más que hacer con tu hermana, disculpame chera’a que te diga, pero cada día es más fría conmigo, cada vez cogemos menos y me estoy volviendo loco, me explota la pija loco» y yo le respondo «que bajón, tranquilo nomás, ella ya no va a cambiar, pero eso sí, que luego no se queje si buscas otro lado lo que no te dan acá»… en eso me mira y dice «que tipaso sos, Andy, de verdad demasiado te quiero y te respeto tal como sos, porque te caés de buena gente»…y yo le respondo «no, el buen tipo sos vos, de verdad» y, a continuación, dije unas palabras que nunca pensé decirlas «si pudiera y supiera como, yo quiero ayudarte en lo que sea para que estés bien, Miguel» en eso me mira y, automáticamente, quizá por el efecto de la birra en un chico que no toma mucho, una notoria y potente carpa se marca en su short de fuol y me mira intensamente a los ojos, yo preso del miedo pero poseído por el atrevimiento que genera la calentura le meto un «dónde te vas de viaje, amigo, y ese camping??» señalando su duro y feroz paquete… «Si seguís jodiendo, en breve me voy a tu culo o a tu garganta» me dijo…yo «eju hese (traducción: y vení pues hacia mí) plata y problemas no tengo» le rematé, en tono medio broma y medio en serio; y ahí empieza lo bueno, porque efectivamente Miguel, preso de la calentura y la desesperación por deslecharse, viene todito por mí, que estaba sorprendido y sentado en el sofá, me agarra los cachetes con su mano y me dice «mi amigo…mi putito amigo…hoy vas a ser mi salvador y yo tu profesor, de esta vas a salir siendo el mejor de los peteros, siempre y cuando todo muera acá, nuestro secreto de hombres, está bien?»…»dale, está bien, te soy sincero mi rey…hace rato que ya quiero probar esa feroz pija que tenés»… «Entonces dale, abrí la boca, putita, tanto como puedas ahora»…
En el siguiente relato, el desarrollo (lo más detallado posible) de mi debut, vía una poronga de 22 cm… por la garganta…
gran relato como sigue
Disponible parte 2