Con un madurito en el metro
Una chica cuenta lo que le ocurrió a sus 17 años en el metro con un madurito que le dejo el culito bien abierto .
Hoy vengo a compartir una historia que nunca he contado a nadie. Sucedió hace ya tiempo, cuando tenía 17 años. Yo soy una chica un poco gordita, bajita pero con un buen pecho y con un culo respingón, bien redondito y en su sitio. Soy pelirroja, ojos verdes y piel clara
Todo ocurrió un día saliendo del instituto que me subí al metro para ir a casa. Había mucha gente en el metro y tuve que quedarme de pie al final del vagón. En la siguiente parada se subieron más gente y todos íbamos apretados, era casi imposible no rozarse. Entonces un señor de unos 60 años se puso detrás mía, era bastante robusto con bastante barriga. De repente empiezo a sentir como se pega a mí y un roce en mis nalgas, no le doy importancia por el hecho de que había mucha gente y poco sitio. Pero el se me pegó poniendo su entrepierna entre mis nalgas y empecé a sentir algo duro, al principio se quedó quieto pero después comenzó a moverse, restregando su pene,ya duro, entre mis nalgas. Como yo iba con mi uniforme del instituto llevaba falda, discretamente la fue subiendo y me iba tocando mi culo. Yo nerviosa no sabía que hacer, bloqueada me quedé quita sin hacer nada pensando que no llegaría más lejos de ahí, pero me equivocaba. Sus manos subieron y empezaron a acariciar mis tetas, mientras seguía restregando su pene, ahora fuera, se había abierto la bragueta y sentía ese trozo de carne caliente entre mis nalgas. Yo ya estaba calentando, sentía mucho morbo, un señor que podría ser mi padre me estaba metiendo mano. Sentía como estaba mojando mis bragas. El señor se dio cuenta y empezó a tocar mi coñito por encima de la braga, masturbándome, después hizo a un lado la braga y me toca diciéndome al oído «Uf que mojadita estás, esto te pone cachonda eh zorrita» y me metió los dedos en mi agujerito. Yo intentaba no gemir, pero estaba sintiendo muy rico, me encantaba como iba penetrandome con sus dedos gordos. Entonces, sacó sus dedos de mi vagina y fue hacia mi ano. Lo acariciaba y empezó a meter un dedo en mi estrecho culo. Nunca me habían hecho eso, era una de mis fantasías. Siempre quise sentir como me abrían el culito. El señor seguía metiendo su dedo, y aunque se sentía un poco raro, me gustaba la sensación. Tras un rato, metió un segundo dedo, mi ano iba dilatándose. Yo bajé mi mano y le agarré la polla, era bastante grande y le empecé a hacer una paja. Desgraciadamente llegamos a la siguiente parada y el se tenía que bajar pero antes me dijo al oído
-Si quieres que te dé una buena follada bájate y ve a los baños de hombres, te espero ahí nena, no te arrepentirás – y se bajó del metro.
No sé qué me impulsó a hacerlo, si lo cachonda que estaba o el morbo de hacerlo con un madurito y encima poder probar el sexo anal. Pero me bajé yo también y me dirigí a los baños. Una vez allí, mirando que no me viera nadie, entre al servicio de hombres pero no vi a nadie, pensé que no estaría cuando escuché una voz que me llamaba. Abrió la puerta de uno de los baños y me arrastro dentro, cerrando la puerta.
– Así que al final te decidiste a venir eh preciosa.
Empezó a besarme y a tocar todo mi cuerpo, iba diciéndome «que rica estás bebe», besaba mi cuello, me desabrochó la camisa y sacó mis tetas dejándolas al aire. Me las comenzó a chupar, mordiendo mis pezones rosaditos. Estaba en la gloria, y le empiezo a tocar su verga por encima del pantalón.
– ¿Quieres verga eh zorrita? Pues arrodíllate y cometela toda
Me empuja con cuidado hacia bajo para quedarme de rodillas, se saca la polla y con sus manos me guía la cabeza hacia ella. Abrí mi boca y me la metió. Fui chupando su cabeza, pasando mi lengua, saboreándola. La fue metiendo más, y yo seguía tragando, hasta tenerla ya casi al completo. Entonces agarró mi cabeza y estuvo follando mi boca con brusquedad, me daban arcadas pero aguanté, me pone muy cachonda ser dominada. Tras un rato saco su polla de mi boca, me levantó, me dio la vuelta y me puso contra la pared, me bajo mis braguitas y me empezó a chupar primero mi vagina para luego pasar a lamer mi ano. Nunca había sentido tanto placer, sentía que pronto iba a tener un orgasmo y así fue cuando empezó a meterme sus dedos, sacando y metiendo, hasta que no aguante y me corrí.
-¿Te gusta que te den por detrás verdad putita? Estás bien cerradita conque supongo que es tu primera vez
-Si.. nunca lo hize. Mi culito es virgen..
– Ufff nena, así que yo te estrenaré..que rico. Te voy a dejar bien abierta y lo vas a disfrutar – me decía mientras seguía con sus dedos en mi agujero.
Dicho esto, me dijo que abriera mis nalgas con mis manos, le obedecí y el fue metiendo su polla, poco a poco pero sin parar. Sentí dolor, como iba abriendose mi culo con algo tan grueso. De repente, de un golpe la metió entera,y la dejo quieta dentro,yo reprimí un chillido, pero me dolía mucho, me estaba partiendo.
-Tranquila pequeña, ahora se pasa el dolor y verás que bien se siente. – me decía mientras empezaba a moverse muy despacio.
Siguió moviendose poco a poco, el dolor fue disminuyendo y siendo sustituido por placer. Él se dio cuenta y fue aumentando el ritmo. Era una mezcla de dolor y placer. Poco después, empezó a follarme más duro y yo gemía con sus embestidas. Ufff que bien sentía.
– Ufff que rico se siente papi…no dejes de follarme..Ufff…
-Te dije que disfrutarías putita..uf que culito tan rico tienes…
-…si .. rómpeme el culo…no pares..- empecé a gemir alto y el tuvo que taparme la boca
– cállate, no tan fuerte pequeña zorrita, nos van a escuchar. Te voy a romper ese culo hasta llenartelo de leche.
Me agarró de las caderas y me empezó a penetrar bruscamente, eso me ponía a mil. Unos minutos después, me agarró del pelo y me dijo que se iba a correr, y con sus últimas embestidas, me corrí junto a el, que me dejó llenita de su semen. Se vistió, se despidió de mi y se marchó dejándome ahí sola con el culo abierto lleno de una mezcla de semen y sangre.
Me limpié como pude, me arreglé el uniforme y me fui a esperar el siguiente tren para ir a casa. Había hecho realidad mis dos fantasías en un mismo día. Después de ese día, no he vuelto a encontrar a ese hombre, hubo otros momentos que hombres me han metido mano en el metro pero no llego a pasar de ahí, fue un recuerdo muy caliente que me gustaría volver a repetir.
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Espero que os haya gustado este relato, espero vuestros comentarios!
Increíble lo que puede ocasionar una jovencita, me refiero a la erección que ocasionan en los hombres maduros, como yo. Es que sólo basta el contacto con alguna parte de la joven, sentir al rato despertarse y ponerse a punto como en los años mozos. Ojalá, algún día me tope a alguien como tú.
Saludos.
Me alegro de que te gustará el relato. Y espero que tengas suerte