CONFESION 2: Benjamin D. Zinguer
Mi forma de ganar el año con mi profesor José. .
El profesor José y yo, antes del exilio.
Me llamo Benjamin David Z., soy un chico gay que ha vivido con mi hermana mayor y mis padres fuera de mi pais natal Venezuela. Originalmente, mis amigos me dicen “Benitocamelo”, un apodo que me gane en este nuevo país, después de que mis amigos supieran mi homosexualidad. Y, esta es mi historia.
Antes de irme de mi pais, estudié en una escuela privada bilingüe en la capital, de ahí conocí a muchos chicos y chicas, en especial a mi actual mejor amigo Henki, quien es un año menor que yo. Yo supe de mi homosexualidad desde mis 8 a 9 años de edad, solo que me daba pena decirlo porque mis padres son judíos conservadores. Mi amigo Henki y yo solíamos reunirnos mucho, en especial, cuando el solía ayudarme con mi mascota, un Chihuahua llamado Edwin. Además, que mi hermana estaba en el equipo de porristas en la escuela, me daba curiosidad saber el porque muchas chicas le atraían al profesor José, quien se había convertido en un galán del colegio.
Henki y yo nos reuníamos y hablábamos de cuantas veces las chicas suspiraban por él, cosa que siempre decía que “era algo exagerado”, era algo inocente de mi parte ignorar el poder de la atracción que emanaba ese hombre varonil que era mi profesor.
Un día supe que había reprobado educación física y me tocaba recuperar con él, la cual mis padres me dijeron: – Todo porque parecía estar mas concentrado en los video juegos que hacer cosas de varones, como jugar futbol o practicar algún deporte.
Me toco ir al día siguiente a la oficina del profesor José y vi la descripción exacta del cual todos hacían caer rendidas a él, se notaba que era un macho con buen musculo y alto, aspecto del típico “amante latino”, al cual solo se veía en películas o novelas de TV., le dije al profe: – Había reprobado educación física y que deseaba recuperar.
El profesor en un principio me miro y me dijo: – Estas demasiado blando, debes hacer algo de ejercicio o de lo contrario ese sedentarismo me haría daño.
En eso no es que me centre mucho sino en recuperar esa “maldita asignatura”, odiaba decir esto, pero no me gustaba que me regañasen tanto. El profesor me ordeno que hiciera algo de calistenia para empezar los ejercicios y así evaluarme, resulte ser lo suficientemente rápido e incluso ágil para ciertas actividades, pero sin dudas el cansancio pudo vencerme más. Solía cansarme mucho mas que el resto, por lo que el profesor me dejo descansar y al verme me desplome al suelo.
El profesor se me acerco y apoyo su cabeza en mi pecho para escuchar los latidos de mi corazón, solo pude observar a ese hombre tan cerca de mi diciendo: – Vamos a mi oficina.
Me levante y nos dirigimos a la oficina, la cual me quede sentado mientras el me ofrecía agua, tome lo más rápido que pude y casi me ahogo. Esto genero algo de risa al profe, que me dijo: – No tan de prisa, niño.
Estaba demasiado sediento, y el solo miraba que me había empapado de sudor, por lo que me indico donde estaba el baño para ducharme. En ese momento me desnudé y me fui a darme un baño porque estaba sucio y sudoroso. Cuando finalmente termine de bañarme el profesor José miro que era un chico delgado, lo cual empecé a sonrojarme de la pena. El profesor solo dijo: – No te de pena, que estamos entre hombres.
Entonces no tuve reparos en intentarme cambiar, solo que, el profesor me tomo de la cintura, y empezó a darme besos detrás de la nuca y el cuello, pellizcando mis tetillas, y agarrando mi penecito. El solo decía: – Eres un chamito tierno, con ese cabello rubio y ojitos azules, te vez como un ángel.
Le pregunte, para intentar de evadirlo: – ¿conoce usted a algún ángel?
Me dijo, sonriendo: – Solo a ti que deseo poseer.
El profesor tenia demasiada fuerza y me doblego para que le chupara la verga, yo estaba en cuatro en ese momento y empecé a chuparle la verga, en un principio me asuste de verle esa enorme cosa de 20 a 21 cm, y creía que yo estaba siendo un pendejo por hacer esto. Sin embargo, yo sabia que era diferente a otros chicos y el profesor se había percatado de esa parte débil de mí.
Mi profesor metió su pene en mi boca y lo chupe mientras el movía mi cabeza, follando mi boca como si un hombre follase a una mujer. Le dije: – Profe, esto no esta bien.
El profesor solo me miro y dijo: – Lo hare sin importar que…
Lo cual, me hizo ser su perrita lamedora, y pase de disgustarme a cogerle placer, lo cual continue chupando rico, aunque en ese momento, sabia que mis padres llegarían en cualquier momento. Mi profesor sabía eso, por lo que decidió hacer un “polvazo a la carrera”.
Mi profesor se sentó y me hizo sentarme encima de su verga, lo cual sentí como me empezó a romper mi anito, desde ahí embestía con mucha fuerza y rapidez, metiéndome todo el pene en el ano, mientras decía: – AHH AHH AHH AY AHH, profe para… ahhh ahhhh….
El profesor solo dijo: – Vamos a mantener todo esto en secreto…
Solo pude contestar: – Paralé profesor… ya… ahhh ahhh
Mi profesor no se detenía, sino que continuaba mucho más rápido y embestía mas profundo mi ano, a lo cual me dijo: – Se que te gusta, y estoy seguro que no le dirás nada a nadie.
El profesor sabía que mis padres eran judíos conservadores y que me regañarían si me vieran alguna tendencia homosexual, en ese momento. Mientras que me miraba con lujuria, su pene y mi trasero chocaban y hacían sonidos de plop plop plop plop, aun cuando mi cuerpo era sostenido y tembloroso en brazos de mi profesor José, cuyos brazos de hombre me sostenían fuerte.
Mi profesor seguía fallándome más fuerte, sin contemplación alguna hasta que sentí que había derramado dentro de mí. Mi culito se lleno de leche y sentía un poco de dolor. Temblando y sonrojado, al final quede sucio de leche y el solo me arropo. Dormí unos 15 minutos, y durante ese momento de descanso, sentí un ligero placer de haber probado a ese hombre con fuerza de buey.
Mi profesor se baño y se vistió, y luego de los 15 minutos, me desperté y me fui a limpiar para que nadie sospechara que él me había follado. Cuando me vestí, me dolía un poco el culito, aun así, evite a toda costa que se notase el dolor y camine con firmeza para evitar que se dieran cuenta de que ya no era virgen. Mi profesor estaba hablando con mis padres, que habían llegado hace 5 minutos y me dijo que había logrado recuperar la asignatura, y cuando me dirigí a mis padres, ellos me dijeron: – Espero que no pierdas mas asignaturas.
El profesor sonrió y dijo: – El ya aprendió la lección y solo le hace falta ser disciplinado y dejar el internet, ya que estaba muy sedentario.
Mirándome todos, sonreí y dije: – Estoy bien, solo quiero irme a casa.
Cuando me fui de casa, me entero que mis padres ya habían programado un viaje al exterior, ya habían noticias de que en la capital habían tratado de destruir nuevamente la sinagoga y el antisemitismo se estaba viendo por las calles. Por eso mis padres y mi hermana se fueron conmigo y dejamos la casa al cuidado de un empleado. Pero sabía yo que no volveríamos más.
Han pasado mucho tiempo, desde ese entonces y recuerdo al profe, luego supe en este pais donde actualmente estoy viviendo, que el profesor José se había ido a España, todo porque Henki, quien también vivía aquí, pudo contactarse con el profesor.
Actualmente el profesor gana bien en Europa y hace secciones de entrenamiento para damas y jóvenes, está casado y tiene sus hijos, pero ya no esta interesado en nosotros, solo conservamos si contacto como dulce nostalgia, el sabe ya que Henki y yo somos gays.
Además, que, el en España, pese haber muchos jóvenes gays y es un pais friendly, lo cierto es que por el momento no le apetece una aventura nueva con alguien más. Es por eso que a veces suele comunicarse con nosotros y en 2025, prometió en visitarnos o buscar la manera de podernos ver en España. Al parecer, parece ser que ninguno va a regresar a Venezuela por mucho tiempo.
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