«Confieso que violé a Justin Bieber»
Relato fan sobre como el cantante rapero Diddy (su mejor amigo), folló a Justin bieber..
[2009]
El coronel policial Douglas prende la grabadora para asegurarse que la confesión quede registrada.
Coronel: ¿Nombre?
Diddy: Ya lo saben… Sean Combs.
Coronel: ¿Edad?
Diddy: 39 años.
Coronel: Muy bien. Ahora vas a contar detalladamente como abusaste de Justin Bieber.
Diddy ríe sin remordimientos, como si sus recuerdos le dieran placer.
Diddy:
Después de que grabamos el video donde le prometía a Justin que la iba pasar bien, nos dirigimos a mi mansión para dar inicio a la gran fiesta…
Invité a muchas chicas de 20, 18, 16 años. Eramos pocos hombres y muchas mujeres… Sabía que Justin lo iba a disfrutar. Bebimos, bailamos, la pasamos de lo más grande.
Sí, había «harina», pero no permití que le dieran a Justin porque sabía que me metería en problemas si alguien veía su estado después de una dosis. Por eso, solo bebió un poco de alcohol, nada más.
A las dos de la mañana, cuando se armó el top, trajimos a las «chicas malas». Fue como una despedida de soltero, para Justin, sin estar comprometido jajaja
Al inicio, Justin parecía tímido, pero luego jugó con ellas. Bailo, tocó sus senos y sus traseros… Ufff las chicas le robaban besos.
Llamé a Justin y le dije, que si quería follar con alguna de ellas o con todas, que el salón y el cuarto estaban vacíos. Pero el muy tonto se negó a pesar que le insistí para que lo hiciera.
Los otros broths empezaron a elegir a sus chicas y se las llevaron a hoteles y casas… Solo quedamos cuatro hombres y diez mujeres.
Yo tenía muchas ganas de cogerme a una perra, pero quería que Justin disfrutara más que todos, ya que era el invitado especial. Así que lo llevé con engaños al salón dónde lo esperaba una chica de su edad, semidesnuda y drogada, acostada sobre una mesa.
Justin se sorprendió pero luego río, creyendo que era una broma de mi parte. Pero le aseguré que nadie se enteraría de eso y que se la podía coger como quisiera.
Rápidamente, lo dejé a solas y esperé frente a una ventana polarizada por si se arrepentía…
Justin se acercó a ella y cuando parecía querer salir corriendo del lugar, se quitó la camisa y empezó a tocarla.
Rápidamente se bajó todo el pantalón y empezó a acomodar su pene para penetrar a la jovencita. Su actitud me hizo gracia porque parecía un perrito en celo, pero también me llamó la atención… Bueno, es que Justin es un chico lindo y nadie negará que da morbo ver el culo a un famoso top… Se veía como una chica de espaldas, con ese culo blanco, pequeño pero redondito… en ese momento no lo miré con deseo, solo con admiración y gracia.
Luego, lo dejé y me fuí a la cama con una mujer Rusa de 18 que desde el principio le había echado el ojo.
Cuando mi polla estaba taladrando la vagina de la zorrita, Justin pasó a mi habitación desesperado y empezó a gritar que lo dejara salir de allí. Al parecer, quiso huir pero los guardias no lo dejaron marcharse.
Me levanté de prisa e intenté calmarlo. Justin estaba sin polo, solo con pantalones, lucía como un niño haciendo una pataleta, y yo estaba totalmente desnudo.
La Chica huyó del lugar asustada porque sabía que Justin era menor edad, supongo que no quería meterse en problemas. Intenté detenerla pero Justin seguía histérico.
Molesto le dí un bofetón a Justin para que se tranquilizara y lo recosté a la pared para que entendiera mis palabras.
«¡Eres el puto dueño de todas!» Grité en su cara. «¿Crees que están aquí en contra de su voluntad? ¡¿Me crees tan tonto?!»
Justin me observó asustado y en silencio.
«Son unas zorras hambrientas de dinero» dije más calmado.
En ese momento, me dí cuenta que yo estaba desnudo y, aún, con la verga parada de 24 centímetros, a la altura de su estomago.
Justin se sonrojó al darse cuenta, y yo al ver esa expresión tierna, sus ojos mirándome fijamente y sus labios rosados, sentí un deseo extraño por acercarme a su rostro… Cielos! Se veía mas lindo que la chica que me estaba cogiendo. Entonces, confundido le dí un beso, lamiendo su labio inferior que estaba húmedo.
Justin se impresionó, me empujó, haciendo un cara de asco y limpiándose los labios.
Me sentí molesto por su expresión, pero luego comprendí que él no era una de mis putas y que los tragos y la droga me estaban jugando una mala pasada.
Reí fuertemente, me puse la bata y reclamé su actitud por interrumpir mi faena.
Justin se sentó en la cama, aún molesto por lo que había hecho.
—Llamaré a Benabou (su guardaespaldas), quiero ir a casa…
—No te irás —alzé la voz.
Justin me observó desafiante y con su expresión típica de niño rico.
—Dame el celular, ahora —extendió su brazo.
—¡¿Quién te crees?! Está es mi puta fiesta y mi puta mansión. Las reglas las pongo yo.
—¿Obligarme a follar y besarme también son tus reglas? —dijo con ironía.
—¿Obligarte? ¿Dices que yo te obligué a venir?
Tú sabías lo que pasaría ¿Querías divertirte no? —pregunté molesto.
Justin se puso de pié y empezó a buscar su celular en mis cajones, el que antes se lo había quitado para que se divierta sin distracciones.
—No me vas a malograr la noche —cerré con llave la habitación, sin que Justin lo notara.
—Maldito celular… —seguía buscando.
—¿Solo piensas en ti?¡¿Sabes lo que me costó hacer esta fiesta?! —traté de hacerle entender su falta.
Justin hizo una mueca de aburrimiento y eso me molestó.
—Eres un mocoso malagradecido…
Tome de su brazo y lo tiré a la cama.
—¿Sabes lo caliente que me dejó aquella chica que espantaste? —me paré frente a él.
Justin, semi sentado en la cama, puso un semblante burlón.
—¿Qué?… ¿Me vas a volver a besar? —sonrió y me barrió con la mirada.
Justin era tan arrogante que se creía intocable, el puto amo del mundo.
A pesar de que me sentía molesto, sus bellas facciones me desconcertaban y recordé su lindo trasero que ví en el salón.
—Te gustaría chuparmela ¿No? Te gustaría que te folle —me acerqué, a centímetros de él.
Justin sonrío de lado y se acomodó su lindo cabello sedoso.
—Estás loco… Ya deja de bromear.
—¿Te gusta esto? —me quité la bata de dormir, sacudiendo mi pene frente a él.
Al ver mi erección y mi rostro excitado, la sonrisa de Justin desapareció.
—No soy tu puta —intentó ponerse de pie.
—Hoy te haré mi mujer…
Puse mis piernas encima de las suyas y atrapé sus brazos en cada extremo para que no huya.
Frente a frente observé lo asustado que estaba. Eso lo hacia ver más lindo y tierno, sus ojitos brillaban y sus labios lucian más rojos.
Justin forcejeó para escapar. Intenté besarlo, pero él esquivaba mi boca moviendo su rostro de un lado hacia el otro.
Entonces, empecé a lamer sus mejillas, sus ojitos, su oreja, su nariz, también sus labios, toda su carita… Justin olía muy rico, eso me incentivó a besar su cuello y también oler su cabello.
—¡Sueltame! ¡Esto no es gracioso!
Para confirmarle que iba a ser mío, comencé a bajarle el pantalón con una mano, mientras él hacía el intento por empujar mi cuerpo. Justin utiliza los pantalones caídos, asi que fue fácil dejarlos hasta las rodillas. Lo único que no pude bajar fue su fino boxer blanco.
—¡Sueltame!… ¡Ayúdenme, Diddy se volvió loco!
Su grito me hizo gracia y para que no siguiera gritando, me subí encima de él, hasta dejar mi polla a centímetros de su boca.
—¡No!… —Justin pataleaba y empuja mis nalgas para que saliera de su pecho.
Deslicé mi glande con precum por sus labios.
—Si muerdes, te mato… —le advertí.
Apreté sus mejillas fuerte. Poco a poco Justin empezó a abrir la boca por el dolor hasta que mi pene se metió dentro de su boca y empujé rápidamente para no dejarle opción de moder. Lo metí hasta su garganta. La mitad de mi verga estaba dentro de esa pequeña boquita. Justin dió una arcada, sus ojos y su cara enrojecieron.
Me moví rico penetrando su garganta. Uff Lo estaba disfrutando mucho. Justin se estaba ahogando con mi polla y no paré hasta hasta que ví que le faltaba la respiración y entonces lo solté.
Aprovechando su agitación, tomé los cables de dispositivos que había en la mesa. Volteé su cuerpo y amarré sus manos detrás de su espalda.
Cuando Justin recobró las fuerzas ya era tarde, estaba encima de él, viendo el hermoso trasero que me iba a comer.
Le bajé todo el boxer y por fin aprecié de cerca esas nalguitas que minutos antes me llamaron la atención. Me subí a la cama y coloqué mis rodillas en cada lado de sus piernas e inmediatamente acaricié sus glúteos de piel de bebé, los apreté y jugué con ellos.
—¡Sueltame! —Justin se meneaba en la cama, haciendo que su nalgas reboten en mis manos.
Separé sus nalgas y al descubrir su ano rosita, se me hizo agua a la boca… Ufff lo tenía perfecto. Estaba muy cerradito y húmedo, definitivamente mi amiguito era virgen.
No me resistí y le dí unas lamidotas, desde debajo de su ano, hasta el inicio de su raja.
—Ahhhhhhh —Justin gimió al pasar mi lengua.
Pude sentir la suavidad y como su anito se dilataba, ufff… Aunque Justin se quejaba y pedía que lo soltara, yo sabía que lo estaba disfrutando.
Entonces, luego de tirarle saliva, puse mi polla gorda y negra en el inicio de su ano e introduje mi glande con fuerza y sin pena.
—¡Ahhh! ¡No, no me duele! —Justin gritó.
—Te dije que serías mi puta. —susurré cerca a su oído, mientras la cabeza gruesa de mi polla desgarraba su ano.
—¡No, porfavor sácalo!
—Que rico culo tienes…
Empujé mas fuerte, hasta que la mitad de mi polla abrió su culito.
—¡Ahhhhh ayuda!
Justin empezó a llorar y gritar.
Podía sentir como su ano se contraía, estaba tan estrecho que me costaba meter otro centímetro más.
—¡Por favor Ahhhh! —Justin lloraba —Perdoname…
Empezó a suplicarme para que lo dejara libre.
—Mi amor, siempre te he tenido ganas. No te dejaré —le confesé.
—¡Negro de mierda! ¡Sueltame!
El pensó que me iba a molestar pero sus palabras me excitaron más. Empecé a moverme rápidamente, de atrás hacía delante, con rudeza. Al estilo de un perrito apareandose.
—¡Ahhhhhh! Me duele ¡Ahhhh! Noooo…
Justin gritaba y lloraba como una nena. Mi pene estaba partiendo su rico ano, sus nalguitas rebotaban, yo tenía los ojos blanqueando de lo delicioso que se sentía estar dentro de él.
—Eres mí putita… —dije para dejarle en claro quien mandaba en nuestra amistad.
—¡Sueltame! Ahhhhh —retorcia su cuerpo, intentado huir.
Justin apretó las nalgas y eso hizo más difícil seguir penetrandolo, así que bajé de la cama y jale su cuerpo hasta que sus pies tocaron el suelo y su cuerpo quedó tendido en la cama.
—No porfavor —balbuceó agitado.
Eché saliva a mi polla y la coloqué en su hoyito.
—No, noo…
La metí nuevamente.
—Noooo ahhhhhh! —gritó.
Esta vez, metí mi pene más de la mitad.
Agarré de su cintura para controlar los movimientos, su cuerpito delgado se movía sin hacer tanto esfuerzo.
—Ufff sí, que rico estás bebe…
Tenerlo así era un sueño. Su lindo cabello se movía al compas de mis movimientos, su cuerpo delicado y el contraste de mi polla negra metiendose a su piel blanca, suave, me fascinaba.
Ansioso, metí más la polla, sentí que estaba llegando a su estómago.
—¡Ahhhhh no, no, sacalo por favor!
Casi la tenía toda adentro.
—¡Nooooo!
De un golpe, se la metí toda.
—¡Ahhhhhhhhhh! —Justin gritó tan fuerte que tuve que taparle la boca.
Luego saqué mi polla de un tirón porque sentí que me iba a correr.
Entonces, levanté sus pies, haciendo que Justin se arrodille sobre la cama, con el culito levantado y la cara sobre una almohada.
En esa posición su cuerpo se veía perfecto, muy sexy, así que aproveché para ver como estaba su anito.
Ufff estaba rojito, palpitaba. Se lo habia abierto como una dona de fresa.
No puede resistir en meter mi lengua en ese hoyito virgen que ya era mío.
Justin quiso bajarse de la cama pero no lo deje.
Me subí y en esa posición de perrito, nuevamente empecé a cogermelo, mucho más rápido y rudo.
—Diddy, ya no…
Justin se quejaba, lloraba pero ya no gritaba. Su ano ya se estaba acostumbrado a mi verga.
Y de repente empezó a gemir como puta.
—ahhnh mmmm Diddy…
Eso me fascinó. Jalé de su pelito suave para atrás y le dije que era solo mío, que su culo siempre sería mío y me lo follaría cuando quisiera.
—ahhhh ahhh ahhh …
Se lo sacaba y se lo metía con mas fuerza… bien fuerte, hasta que mis huevos empezaron a rebotar contra sus nalgas.
—mmmmm, ayyyy —Justin seguía quejándose.
No podía resistir más, ya me iba a correr… Pero pensé que no sería bueno preñarlo, por si me acusaba, así que le dí vuelta rápidamente y me sobresenté en su pecho, con la pija en dirección a su cara.
—Ahhhhh ahhhhhhh Justin….
Expulsé abundante chorros de leche, sobre su boca, sus mejillas, sus ojos, prácticamente toda su carita quedo cubierta de mi semen.
Justin apretaba los labios para que no cayeran dentro de su boca, mientras yo gemía escurriendo las últimas gotas de semen en sus mejillas.
[Residencia policial secreta]
—Eso fue todo coronel… ¿Se imaginó a Justin en esas posiciones?
Diddy sonríe irónicamente. El coronel Douglas traga saliva y comparte miradas nerviosas con el subalterno que aguarda en la puerta, quién tiene el rostro acalorado y una notable erección.
—Eso fue todo por hoy —el coronel apaga la grabadora y le pide a su acompañante que traiga a Justin Bieber para tomar su confesión.
Dos policías ingresan y se llevan a Diddy hacia una celda cercana.
El coronel Douglas pide que todos se retiren de esa área para que Justin se sienta cómodo.
Justin Bieber llega vestido con una chaqueta violeta, camiseta blanca y pantalón beige, se acomoda el cabello hacía un costado, mientras el coronel y su subalterno encierran con llave aquella cabina desolada…
…Diddy relajado, escucha desde su celda los gritos y gemidos de Justin bieber. Los huevos y la pelvis del coronel Douglas chocan contra las nalgas del adolescente, creando el mismo sonido de la noche en la que Diddy violó a Justin Bieber.
[Fin]
Wuaooooo que ricooooo 🍆👉👌
Parte 2