Convertí a mi hija en una niña adicta al semen 01
Mi pequeña Luna se volvió adicta y amante del semen. Decidí educarla y condicionarla para que llegue a ser así. La inicié en el felatio a sus 5 añitos, y hoy en día ya tiene 11. ¿Cuántos mililitros o incluso litros de mi semen habrá tragado en estos últimos 6 años? ¿Y cómo fue que logré criarla así?.
Aunque suene a utopía, sean sinceros. ¿Quién en lo más hondo de su oscuridad, no desea probar a su propia nena? Yo logré aquello y he superado ya los remordimientos.
Desde infante aprendí a manosear a las niñas, y siempre fueron mi principal fetiche, pero también, el semen. He admirado aquel líquido lechoso de fuerte olor desde adolescente y me he masturbado más de 1 vez al día, por ello ver mi semen era tan natural para mí.
Lastimosamente con las pocas chicas que he estado, no me han querido hacer oral y si una lo ha hecho, era terrible. Pero mi amada esposa, ella me complació en cada ocasión que follábamos, era tan pasional conmigo, tan perra en la cama, que mi lujuria alcanzó su nivel máximo, a ella le encantaba mi semen, nunca había visto a una mujer disfrutar tanto mi esperma, amaba tragárselo, al igual que ser llenada por la vagina, mi esposa era tan bella, cuánto sufrimos para al fin concretar nuestro amor, era alta, 1.78 cm, muy blanca y delgada, con cabellos rubios y ojos grises que parecían verdes y azules por momentos, insistía tanto en darle un bebé, y como ella quería, tuvimos a una bebé, mi amada Luna. Pero el destino un cruel dador que te da para luego quitártelo, me la arrebató por un tumor en su cabeza, dejándome en el hoyo de la tristeza junta a mi pequeña Luna de 3 añitos.
Yo recuerdo mi adolescencia, cada vez que venían mis pequeñas sobrinas y primitas, de entre 6 a 8 añitos, me las ingeniaba para llevarlas a jugar a solas en una habitación de mi casa, en donde las punteaba por el culo bajándoles el pantalón hasta eyacular en sus pequeños cachetes, no se quejaban, pues tampoco las penetraba, incluso sonreían a veces cuando las miraba. Pero siendo mayor de edad ya no podía hacer eso con ninguna otra niña más, pero siempre mantuve aquel fetiche vigente en mi inconsciente.
A pesar de que la madre de mi esposa quiso tener la custodia de su nieta, yo no lo permití, y se quedó conmigo. Fue un año difícil para mí, pero logré sobrevivir y salir adelante con mi nena, así cumplió sus 4 añitos, a pesar de que mi madre quiso vivir con nosotros yo nunca acepté, quería lograrlo solo, y lo hice, mi Luna salió igual de bella que mi suegra y su mamá, yo siendo trigueño, de cabello castaño y ojos marrones oscuros, mi nena nació con sus ojos verdes, blanca y rubia. Seré sincero, al quedarme viudo, me hice la prueba de ADN al año que me dejó mi esposa y que creen. ¡La nena no era mi hija! Solo mi madre lo sabe, pero decidí seguir teniéndola, y me costó el corazón perdonar a mi esposa ya estando muerta, pero ahí estaba mi Lunita, su fiel retrato. Pero esa inquietud de que no era de mi sangre me perseguía día y noche.
Fue un día cualquiera, que mi princesa venía a darme las buenas noches para luego llevarla en brazos a su cama, cuando me di cuenta que tenía la perfecta oportunidad de realizar mi fetiche más oscuro, estaba ahí mi nena, totalmente bajo mi cuidado y viviendo solo con ella. ¿Aberración? ¿Enfermedad? ¡No lo sé! Pero desde ese momento aquella idea no salió de mi cabeza. Consideré todas las consecuencias, positivas y negativas, pero el resultado final, sería muy beneficioso para mí. Cuando llegué a tal conclusión, no hubo marcha atrás, tenía la posiblidad de convertir a mi hija en mi amante sexual adicta a la verga y al esperma.
Y a sus 4 años, comencé por jugar con ella haciéndole roses en su conchita debes en cuando, no parecía sentir molestia cuando la rosaba ahí, luego a la semana aproximadamente empecé a vestirla con falditas o vestidos, para poder discretamente levantarle su falda y empezar a frotar su conchita por encima de su calzoncito. Mientras le hacía eso la distraía hablándole y jugando con ella con mi otra mano, a veces me tomaba la mano que frotaba en su chochito y empecé a frotarla con su propia manito, realmente me tomaba mi tiempo ahí urgándole la flor por lo menos 15 min, así poco a poco la hacía acostumbrar a este juego de tocamientos indebidos para su edad. Estuvimos así casi 20 días, hasta que en una que volvió a tomar mi mano mientras la tocaba, aproveché en meter mi mano debajo de su calzoncito, y fue mi 1er contacto con su conchita peladita al jugar así, estaba tibia y suave, con mucho cuidado, tomándome mi tiempo, le sobaba su rajita de abajo arriba, recorriendo su tierno canalcito con mi dedo índice, mientras ella sujetaba mi mano en ese vaivén, como se suponía que solo jugábamos no podía tener una buena posición para hacerlo como debería ser, así que hice que se siguiera tocando ella misma mientras me sentaba detrás de ella, para meter mi mano en su flor pero por encima de su manita que jugueteaba ya con su conchita, entre los dos empezamos a masturbarla, y eso parecía encantarle a mi Luna, porque se reía a veces diciendo: «¡Oyeee me hace cosquilla jaja», «Pero nos estamos divirtiendo verdad mi princesa» le dije, «Jaja pero me hace mucha cosquiiiillaaaa…» Aunque aún era muy tierna para tener orgasmos, lograba calentarse mucho, su coño terminó bien rosadita y calientita. «Papi está calienteee», «Si muy caliente mi Lunita, pero te gusta verdad, si o no he jeje», «Siiiiiii son cosquillitas rico rico», las palabras de mi bebé me hacían delirar. Y como siempre después de terminar la sesión la llevaba directamente al baño, le alzaba su faldita y hacia que ella lo sostenga, mientras le bajaba su calzoncito hasta las rodillas y cargándola la sentaba en el trono para que orinase. «Haciendo pichirrún» le decía, «Jajaja pichiruuuu» decía mi nena, y orinaba una gran cantidad, y luego de eso yo mismo le sacaba su chuchita con mis dedos, y así ella se iba contenta a jugar a su cuarto, mientras yo terminaba jalándome la verga en el baño chupándome el dedo con el que limpié su rajita. Sólo así lograba defogar el deseo.
Al día siguiente, luego de que mi madre o mi suegra se hubiesen ido, porque siempre se turnaban para apoyarme con la nena, si es que no venía la niñera ese día, compré saliendo del trabajo aceite para bebé, pues me preocupó que al quedar tan rosadita su vagina pudiera lastimarse, empecé a vestirla sólo con un polito y su calzoncito, y antes de cenar, la llevé a su cama como siempre, y en una me senté detrás de ella, y le dije: «Hora de las cosquillitaaaas», «Cosquillita cosquillitaaaa» respondió, y procedí a untar mi dedo índice con el aceite de bebé, y sin más metí mi mano debajo de su calzoncito y empecé a frotar su florcita, y me sorprendió la facilidad con que ahora resbalaba mi dedo por su rajita, podía ahora subir y bajar más rápido que el día anterior, «Ha… Mmmm…» mi Luna emitió sus 1eros gemidos, lo cual activó mi lujuria al máximo nivel, masturbándola rápidamente haciendo ya un poco de presión, juntó sus brazitos a su cuerpo y con los antebrazos en horizontal a los costados si cuerpecito blanquito empezó a mover, no había dudas, mi nena estaba sintiendo el placer de verdad, y mientras la frotaba le decía al oído: «Te amo mi princesa, nunca dudes que te amo, que eres lo más importante para mí», «Ha… Hua… Hum… Ha…» mi bebita no podía pronunciar palabra alguna por el placer que sentía, le daba besitos por el cuello mientras dale y dale con mi dedo en su chochito, fueron como 5 min así full placer con mi niña, hasta que dijo: «Papi papi quiero pipí, quiero pipí», «¡Ya te quieres orinar amor! ¿Tan pronto?», «Ha… Quiero el baño papi haaa…», «Pero si recién estamos empezando mi Lunita…» y en eso empecé a sentir gotitas muy caliente deslizarse por mi mano, «¡Hija, te estás orinando!», sin demora la cargué y la llevé al inodoro para que orine, y ni bien se sentó salió disparado a chorros su pichi, salpicándome un poco, «Hey mi niña, casi me orinas», «Haaa jaja… Haaa papi haaa», su carita de alivio al poder orinar sin miedo, me enamoró totalmente. Luego de limpiarla con mi dedo otra vez, la dejé ir a su cuarto mientras la veía correr tan tierna con su calzoncito puesto, y yo tenía que defogar la energía acumulada por el deseo hacía mi propia niña.
Aún no podría tener orgasmos, pero el querer orinarse se podría considerar como sus pre-orgasmos. Solo pude resistir una semana entera haciendo lo mismo usando el aceite, y tocarla hasta que de nuevo expulse sus gotitas de orina, pues era el límite que podía soportar en ese tiempo, lógico, aún tenía 4 años, de 5 a 10 min era su límite antes de que se empezara a orinar. Después de eso, fui al siguiente paso, le insité a que se empezara a tocar ella solita solo cuando esté en casa conmigo, los 2 sin nadie más, la dejaba bien en claro que nadie debe verla tocándose ahí, ni decirle a nadie sobre lo que hacíamos. Le untaba el aceite en su zanjita y con mi mano sobre su manita le enseñaba como debe hacerlo ella sola, así poco a poco aprendía a masturbarse ella misma. Amaba sus tiernos gemidos y como empezaba a contraer sus caderitas, también la acostumbré a besarla en el cuello y rostro mientras se tocaba. Cada noche su calzoncito terminaba empapado de su propia orina. Y también se tomó de costumbre bañarla en las noches antes de que duerma y luego de ponerla en su camita sin nada debajo, ni siquiera su calzoncito, empecé a comerme su pequeño coñito, la primera vez que lo hice solo dijo: «Oyeee cochinooo», «Ahora soy un cochinito oic oic» le contesté, «Jajaja un chanchito» dijo la nena. Iba subiendo el tiempo cada noche, era una adicción el saborear de su intimidad de esa forma, al final se acostumbró a ello, incluso después se quedaba dormidita como una bella angelita.
Todo iba bien, a veces la veía tocándose su coñito mientras mirábamos la televisión juntos, parecía que la estimulaba ver Plaza Sésamo con todos esos monstruos peludos. Y una noche que le pregunté si se tocaba estando solita, me confesó que incluso se había tocado en su jardín por debajo de su escritorio cuando nadie la miraba, eso me dejó pringao, le dije que no lo haga fuera de casa, que era peligroso, «No lo haré más ahí papi», «Si cariño recuerda que es nuestro secreto ok». Así, mi Luna ya se podía dar placer ella solita también, pero ahora más que tocarla con mi dedo, le hacía full sexo oral, hasta que llegue a orinarse un poco, y yo saboreaba esa mezcla salada de sabor a coño infantil y orina. Ella estaba lista para avanzar en su aprendizaje.
Fin de la parte 01…
(Tener en cuenta que esto es un relato ficticio, y que jamás se debería de intentar hacer, gracias por leer y espero sea de su agrado)
Muy bien relato, me gustó mucho. Me alegro de que te animaras a publicarlo! Espero una segunda parte!
Hola amigo, que bueno que te gustó, si lo iré publicando por partes porque mi relato es muy amplio XD saludos.
Nooooo porqué tan corto!!! Excelente relato y excelente ortografía, un placer leerte. A la espera de la continuación.
Gracias por leerlo, lo seguiré subiendo por partes, así que estate atento 😀 saludos…
Muy lindo. Me gustó. Seguro el papá le cómo podrá algún collar y orejitas. Quizás algunas esposas de cuero para jugar con ella. Solo digo.
Muy bueno. Todos esperaremos el siguiente.
Escríbeme telegram @E001234
Tu idea no está tan alejada de la realidad he, talvez cuando la nena ya sea capaz de follar como una mujer de verdad, su padre la disfrace de gatita jeje gracias por leer, saludos
Lindo relato, seguire con la parte 2. 👍❤️
Gracias por leer, espero disfrutes mucho más con su 2da parte… 😸👍
Que buen relato amigo ojalá tenga muchos capítulos más sabes muy bien relatar la historia ojalá tenga un buen final
Me complace saber que se toman el tiempo de leer mis relatos y que les gusten sobre todo… Muchas gracias por ello 😺👍 (poco a poco lo iré publicando, saludos)
Aaay, encima de morboso es tierno xD me mojé y me dedeé rico entre alguna risita jajaja ❤️ pero eso lo hizo más caliente.
Ojalá todos gozaran asi a las nenas, propias o ajenas.