Convertí a mi hija en una niña adicta al semen 06
Y por fin, a sus 9 añitos mi Luna empezó a disfrutar de sus orgasmos, y de ser follada como toda una mujer, practicando a diario el incesto con su padre. Pero cada vez pedía más rondas de sexo, así que busqué ayuda en nuestro perro Yupet..
Como bien lo dije anteriormente, mi nena me pedía mucho sexo después de haber experimentado los orgasmos por primera vez, había sido una ninfómana en potencia, y yo solo había ayudado a manifestar esas ansias reprimidas, su madre era así, sexo duro, sucio, incluso tenía un leve gusto por el dolor, mi ex esposa difunta me contó que ya a sus 9 años era tocada y besada como una adulta por chicos de niveles mayores, y todo en los baños de su escuela, ahora no sorprende que mi Luna también siga sus pasos sólo que en su caso, era con su propio padre (en realidad, no era hija de mi sangre pero que ella no lo sepa era suficiente). Al menos 2 o 3 veces por día me pedía sexo, uno justo al despertar por la mañana, otro ni bien se iban sus abuelas (ya no necesitaba ninguna niñera), y otro round antes de dormir, y sin contar con lo que le hacía al perro y el masturbarse ella misma, se tragaba cada día cantidades de semen, y los fines de semana ni hablar, obvio que me gustaba que sea mi putita ahora, pero el desgaste sexual que me hacía sentir, me superaba. Fue cuando veía a veces frotarse el coño con la verga de Yupet y este quería montarla, pero nunca se concretaba el acto, porque ella no lo permitía al final, cuando le abordé el tema decía tener miedo por el enorme bulto que tenía el perro en la base de su miembro, tarde o temprano ella sería montada por nuestro perro, así que tenía que enseñarle cómo hacerlo.
Estaba lista, fueron muchos vídeos de zoofilia que vimos juntos, sabía ya la técnica para llevarlo acabo, así que como ya era casi el día de su décimo cumpleaños, quedamos que sería su regalo. Y el día llegó, para ello, la sala era el mejor lugar, en esa mesita del té, «Papi tengo miedo que me lastime esa bola fea que tiene su cosa» me dijo, «Lo sé amor, pero por ahora no permitiré que te lo meta, vamos de a pocos sí, confía en tu padre» le dije, en verdad me preocupaba que su nudo pudiera lastimarla. Para eso también había hecho que se acostumbre a tener a su perro al lado cuando teníamos sexo,
particularmente con ella chupando la pija de Yupet mientras yo la follaba a lo perrito. Al final, era ya tan zorra que terminé convenciéndola para que se dejara follar por su perro. Pensé que el mejor modo era el misionero, así que preparé la mesita baja con un edredón doblado como colchón y ella acostada boca arriba con el culo sobre una almohada, de ese modo podría controlar la verga de Yupet y evitar que le meta el nudo.
«Papi me da un poco de miedo», «Te entiendo cariño, para eso estoy yo, te voy a cuidar» le dije empezando a masturbar su coño con el vibrador al máximo nivel, su vulva estrecha se estremecía y temblaba estrepitósamente, liberando ya sus deliciosos jugos, dándole una ligera probadita para que continuara Yupet, mi nena ya estaba fuera de sí con tanta excitación y lubricación, «Joder chico, sí que estabas sediento jeje… Mi nena tiene buen sabor no es así» comenté irónicamente, la gran verga roja cabezona ya estaba buscando la boquita golosa de mi niña putita, «Mi Luna deja que yo lo guíe y tú solo disfruta y sopórtalo como una perrita de verdad» dije guiando con mi mano la pija descarriada de Yupet, apuntando a los labios vaginales de mi niña que ya palpitaban, una, dos, tres, y en la cuarta vez, estaba hecho, el perro había enterrado su carne dentro de mi niña, lo cual la hizo delirar cual perra en celo, empujaba más, ya estaba a la mitad de su verga, un poco más y ya muy cerca al nudo, y al tocar fondo queriendo dar el gran empuje final para anudarse a mi hija, logré sujetar aquella bola caliente para que no pueda penetrarlo también, el perro dió un gemido como si se quejara por lo que hice, «¡Haaay es muy grande papi, haaa… muy grande!» sollozaba mi niña, «Pero te gustará ya verás amor, de seguro ha atrevasado tu cérvix pero tranquila, su nudo no está dentro tuyo, yo lo sujetaré» le decía mientras Yupet ya estaba con sus movimientos salvajes de apareamiento, «¡HAY HAY QUE FUER…TE HA HA…!» gozaba mi niña con su rostro rojito llevando hacia atrás su cabeza, yo había leído que el placer que da un perro supera a la que puede dar un hombre, pero su punto débil es que estos canes no regulan sus instintos y terminan muy pronto, fué así que Yupet se quedó quieto jadeando y soltando su baba sobre los pechitos de mi niña, quería empujar su nudo otra vez para poder eyacular, pero yo lo tenía bien sujeto y tampoco pudo lograrlo, y veía gotas caer de la mesita, «¿Parece que ya te estás corriendo en mi hija?» dije en voz baja, pero no, había sido que mi princesa estaba teniendo su squirt aunque sin orgasmo porque su cuerpo estaba relajado, «Cariño se vé que te gustó tanto que ni tú cuerpo esperó a tener su orgasmo para chorrearse así jeje» le dije burlándome de ella, «HAAA PAPÁ ME ESTÁ LLENANDO HAAA…» y el útero de mi hija era inundado por 1era vez de esperma de perro, ya que un hombre no tiene tal capacidad para producir leche como lo hace un can y además que ella no quedaría preñada de él. Como no había logrado anudarse a mi Luna, muy fácilmente retiró su pieza de carne de su coño, y en una levanté sus piernas y la cadera de mi niña, «Aguanta, ajusta tu coño amor, no dejes que todavía expulse el semen» le ordené, «Papi no puedo, es demasiado no puedo» refutó sollozando, «Está leche es especial, porque han bañado tu útero en lo más profundo por primera vez, espera un poco» y cogí una jarrita poniéndolo entre sus piernas, «¡Ya ahora sí, suéltalo mi amor!» le dije e inmediatamente iniciado por un rico pedo vaginal salió disparado toda la leche caliente de su coño dentro de la jarrita, fue una de las cosas más sucias y lujuriosas que hice con mi niña, mi Luna gemía y se contraía fuerte mientras lo dejaba salir, y creo que al mismo tiempo tuvo su orgasmo al fin. Después ya relajada logró sentarse con dificultad, «¿Te duele tu coñito hija?», «No… Pero sentí que me lo estiraba a los costados papi… Fue extraño», «¿Pero te gustó o no te gustó?», «Siii… Se siente muy rico también papi aunque duele más», «La tiene más grande y larga que el mío pues cariño, pero igual tu sacrificio tiene su recompensa» le dije mostrándole la jarrita llena de semen, «¡Oh mira cuánto me había llenado!», «Y ahora quedaste bien preñadita de tu perrito amor jeje», mi Luna me miró con una carita que se le caía el mundo, sus ojos ya estaban a punto de lagrimear cuando le dije que es broma, y le expliqué que eso no es posible por ser de distintas especies, «¡Eres malo conmigo papi, malo!» chillaba de coraje, «Sabes envidio a Yupet porque él sí podrá llenarte el coño sin problemas, pero en fin, lo importante es que ahora podrás follar con él también y así me dejes recuperar energía mi pequeña ninfómana jeje, toma, bebé y aliméntate de los fluidos de tu macho» le dije entregándole la jarra para luego de sacarme la lengua como niña malcriada, empezar a beberlo como si fuera el mejor refresco del mundo.
Muy rápidamente Luna aprendió a hacerlo y por lo menos dos veces a la semana se dejaba follar por Yupet en la misma pose de misionero evitando el nudo, obvio bajo mi supervisión, generalmente apenas regresaba del colegio quería sexo conmigo, y una vez que drenaba mis bolas, estando aún caliente y excitada entraba en escena nuestro perro si es que ella lo quería. Como a veces el perro del vecino Tito nos visitaba (casi nunca lo dejaba salir de casa), yo hacía que se uniera a la fiesta, para que vaya teniendo experiencia en hacer tríos, un perro la folla mientras ella le chupa la verga a un segundo perro. Sin mí estos canes ya la hubiesen anudado, y ella no quería que pasará eso por el desgarro que podría suceder en su coño.
Esas ocasiones en que disfrutaba del sexo con dos perros era increíble, un perro la llenaba, recogía el semen en la jarra, y el otro perro la montaba para volverla a llenar y otra vez recibirlo en la jarrita, y ahí entraba luego yo, tan excitado al ver como se la follaban para darle duro sin miedo en esa conchita tan abierta por las vergas de los perros, para también eyacular pero dentro de la jarrita juntando así una gran cantidad de esperma, y mi niña lograba terminarlo todo pero descansando jeje. Era una adicta al semen en su máximo potencial.
Ella entendió muy bien la responsabilidad con su mascota, y lo atendía sexualmente una vez al día sea oral o penetración, pero siempre cuidando no anudarse. Así que ahora Luna tiene once años y sigue loca por el sexo. Intento mantenerla satisfecha, pero Yupet tiene que ayudarme en ello cuando estoy demasiado cansado. Yo sé que ella ahora se ha hecho dependiente del perro y lo hace todas las veces que lo necesita. Para mí lo importante es que mi plan funcionó y gozo de tener a una hija puta y perra como siempre quise. Lo mejor es que ella siempre termina tragándose mi semen, lo hace en el modo clásico cuando me chupa la pija o también después de haberla follado y terminado dentro, ella se ponía en cuclillas sobre mi abdomen, y dejar gotear todo mi esperma para luego inclinarse a lamerlo directamente sobre mi piel (esto no lo podía hacer siempre, ya que era muy riesgoso, pero a veces era inevitable y tenía que darle la pastilla otra vez), otras lo voy recogiendo en la palma de mi mano y ella lo lame desde allí. No habrá ninguna mujer en mi vida que pueda competir con ella y esto me mantiene joven y activo.
Bueno esta es mi historia ficticia, de cómo pude educar a mi hija en el sexo, sé que aún me queda mucho terreno que cubrir con ella, por ejemplo: iniciarla en el sexo anal, y que llegue a ser anudada por ambos agujeros, y quién sabe alguna vez follármela exhibiéndonos ante un desconocido para su diversión personal, pero eso se lo dejaré a las fantasías de mis libidinosos lectores 🙂
EPÍLOGO
«Te ves muy tierna mi nena», «Así que con estas orejitas y está colita, seré ahora tu gatita papi» dijo mi niña muy sonrojada, «Siempre serás mi gatita en celo jeje… ¿Te ajusta mucho o un poco?», «No mucho papi, ¿pero por qué tengo que estar sujeta por éstas correas?», «Es parte del juego mi princesa, levanta más el culito… Ahí está bien, ahora comprobaré tus lindos agujeritos», «Hay papi esperaba mucho este momento pero… No sé, tengo miedo», «Pero está vez es diferente, tu cuerpo lo resistirá amor, tú sabes que cada año que cumples hacemos cosas nuevas jeje», «Ok papi, tú siempre me enseñas cosas nuevas y muy ricas», «Ahora relájate y… hum… Si, está posición está bien», «Como te gusta tenerme en perrito, pero ahora soy gatita», «Y una muy golosa jeje… Bien es hora de comenzar la fiesta… ¡Adelante muchachos!» …. «Wooow tantos de donde los trajiste papi», «No son muchos mi Luna, que son sólo… 7 perros…»
FIN
Qué lástima que ya lo tengas que terminar pero estuvo muy exitante y me gustó como el morbo y cada vez había algo más. Ese epílogo estuvo bien
buena historia, pero continua con la otra, esa me atrae mucho.
Siguiente parte
Se me hizo cortito… Me encantó
GATO, que buen relato, sigue escribiendo e invita a mejores amigos para que e ayuden jejeje saludos esperamos los demas relatos.
Te seguimos leyendo
William
Super. ❤️❤️👍👍
Muy excitante