Convirtiendome en un puto sumiso 4: La desvirgación
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por angelperverso.
Mi amo, seguía usándome a gusto, aunque ya no con tanta brutalidad como la última vez, si, me seguía pegando y me trataba con su usual desprecio,
pero nunca más volvió a ser tan violento como en la ocasión de la bolsa, es más, solo una vez volvió a someterme a eso con
uno de sus compañeros de entrenamiento, y si bien fue algo bastante doloroso no se podía comparar con la primera vez que
me golpeo de verdad.
La ventaja de que bajara un poco la violencia, es que ya no tenía tantos moretones (al menos visibles) y ya no tenía
necesidad de inventar excusas en casa para los golpes. Tal vez él estaba empezando a tomarme cariño, o tal vez veía en mí
a un juguete que estuvo a punto de romperse y por eso decidió tener más cuidado.
Esa noche, estaba más callado que de costumbre, no miraba porno, sino que se dedicó a entrenar y trabajar en su
computadora, yo mientras tanto me ocupaba de los quehaceres domésticos y cada tanto le servía como mijitorio.
En un momento decide llevarme a su cuarto, me alza para arrojarme boca abajo sobre la cama, y utilizando una serie de
cuerdas decide atarme a cada extremo.
"-Esta es tu primera vez putita, así que puede ser que estés un poco nerviosa, y no quiero correr ningún riesgo"
Entendí perfectamente sus intenciones, aunque me dio un poco de ternura que el piense que era virgen.
Tomó fuertemente mis testículos, los cuales como siempre estaban encerrados en la jaula de castidad y los oprimió,
aprovechando así el chillido que dí para meterme sus boxers sucios en mi boca, luego selló la mordaza con cinta, como
había hecho en otras ocasiones.
Escupió en mi agujero y empezó a meter sus dedos de una forma muy violenta, solo eran sus dedos y yo sin embargo ya estaba
sufriendo.
Detuvo sus dedos, solo para propinarme un fuerte golpe en la cabeza seguido de dos golpes igual de dolorosos en mis
costillas, había recibido el mensaje, él no quería que me resista.
Pero mi verdadero sufrimiento empezó cuando metió su cabeza en mi agujero, a pesar de no ser virgen, y de que cada hombre
con el que me había acostado era más dotado que yo, ya desde el principio eso me causó un dolor horrible.
Cuando terminó de meterme la pija en seco y rapidamente, mi grito de dolor fue ensordecedor, y la mordaza hizo poco para
contenerlo.
Una lluvia de golpes recorrió mi cuerpo, mis costillas, mi cabeza y espalda. "-¡Callate puta de mierda!" dijo, y me tomó
fuertemente del pelo para empezar a cojerme tan fuerte como no me cogieron nunca.
Su pija entraba y salía, me cogía rapidísimo mientras me daba chirlos, me golpeaba, quizás hasta fue más bruto que cuando
me usó de bolsa y yo estaba sufriendo más que en esa ocasión.
Ahora entendía todo cuando me dijo que era "mi primera vez" poco le importaba que fuera o no virgen, era mi primera vez
con EL, y tenía razón en atarme y amordazarme… de haber podido hablar le hubiese dicho que pare y de haber podido
moverme hubiese intentado escapar, no es como si pudiera hacer mucho de todas formas, seguramente de haberlo intentado el
me hubiese molido a golpes y me hubiese violado de igual forma, debía darle las gracias por atarme para no tener que
recurrir a eso.
Aumentó su ritmo, gemía, rugía y me apretaba cada vez más fuerte del pelo, llegué a sentir sus venas temblar "-¡Tomá
conchuda!" me anunció, y acompañándolo de un fuerte puñetazo en la costilla izquierda, vacío su leche en mis entrañas.
Cuando terminó de depositarme su monumental eyaculación, sacó su pija con la misma brutalidad con la que me la puso, me
desató y retiró la mordaza. Yo me desplomé en la cama pero el no me dejó descansar, me tiró al piso y yo me arrodillé, fue
en ese momento que note que el hijo de puta me había hecho sangrar la cola, mi sangre había decorado sus sabanas y su pija
también.
"-¡Limpiala!" ordena y me abofetea, yo empiezo a lamer la asquerosa mezcla entre semen, sangre y vaya uno a saber que, en
ese momento solo quería irme.
"-¡¿No te olvidas de algo forra?!" me grita, yo me lo quedo mirando, no había entendido, entonces empezó a abofetearme sin
pausa hasta que finalmente comprendí lo que quería…
"-Gracias… amo" las palabras salen lastimosamente de mi boca.
"-Bien putita, ahora lavame las sábanas, pegate una ducha y tomatelás que estoy ocupado!"
Seguí sus instrucciones y volví a mi casa, esta vez sin moretones pero con una marca interna mas fuerte que cualquier
golpe.
Mi amo volvió a cojerme de la misma forma varias veces, hasta que en un punto ya ni siquiera me ataba, el dolor siempre
era el mismo, o peor, pero era evidente que para ese entonces yo solo viviría para complacerlo, sin importar lo violento
que fuera y cuanto sufriera yo en el proceso, mi transformación estaba terminada.
para los interesados, dejo los links con las otras partes del relato:
parte 1: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-19139.html
parte 2: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-20175.html
Parte 3: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-20330.html
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