CRÓNICAS DE CUARTEL II
Es el turno de un nuevo cuartel que viene a contar una candente historia dentro de sus muros, este relato es para ser leído a 1 mano, disfruten….
CUARTEL 92 BRIGADA DE CARIBES
La 92 brigada, es un cuartel militar del componente ejercito ubicado en la localidad de Guasdualito Estado Apure en Venezuela, la región forma parte de los llanos venezolanos y su ubicación casi fronteriza con Colombia lo hace un regimiento de importancia, el contingente de tropa siempre es numeroso generalmente el alistamiento es voluntario, jóvenes de la localidad y otras partes del estado que ven en la milicia una opción del qué hacer con su vida y una prueba a ver si la vida militar es lo suyo.
Juan Pimente,l es un muchacho de 21 años, después de graduado de bachiller hizo varios intentos de estudiar pero no logró ubicar su vocación, tuvo trabajos esporádicos, es de un pueblo del estado Apure llamado Mantecal, localidad de campo del Estado Apure y la actividad comercial del campo es la agricultura, eso lo llevó desde muy joven a realizar trabajos esporádicos en diferentes haciendas y sembradíos, trabajos a destajo que hacía cuando los estudios se lo permitían, su papá se puso intenso al no encontrar qué hacer después de graduado lo mandó a alistarse al servicio militar y así lo hizo.
Juan era un muchacho de campo y el trabajo duro moldeo de buena forma su cuerpo, era un hombre joven y fuerte, de buenas piernas espalda fuerte y grandes nalgas, tenía una particularidad, algo común en los hombres llaneros y es que tenía un pene bastante grande, todos los hombres en su familia eran así y eran conocidos por esa particularidad, de hecho le causaba un poco de pena desvestirse en público porque siempre lo jodían con eso y más de un chiste salía a su costa. En el cuartel le decían el burrito sabanero, y es que el pipi de juan era una cosa seria de verdad, en estado de reposo media 18 cts y con la cabeza semi-descubierta en erección alcanzaba sus buenos 25 cts y grueso, ya a estas alturas una vez estando en el cuartel se lo tomaba relajado y andaba campante con su pene bamboleando que dijeran lo que quisieran ya no le paraba, sin embargo se daba cuenta las miradas de reojo de algunos compañeros incluso algunos ante la visión se erectaban sin remedio, lo cal dejaba ver el gusto de verlo y esto no pasaba desapercibido por juan.
Había un curso en especial que tenía dificultades para apartar la vista del animal que juan tenía entre las piernas y ese era el gocho, el gocho cuyo nombre era Luis Pernía, era oriundo de un pueblo del Táchira llamado Rubio, era también un muchacho de campo, buena gente y educado, no era particularmente delgado como se esperaba en los muchachos de su edad, tenía 19 años, era ligeramente gordito, lo que llaman un gordi bueno, era sólo un poquito más bajito que juan lampiño de piernas gruesas y culo redondeado de mujer, también lo jodían por eso, eran muchas las bromas por su anatomía, no perdían oportunidad de nalguearlo los compañeros cosa que lo hacía enojar pero a la vez le causaba cierta excitación, los encuentros gays no le eran ajenos ya tenía sus experiencias en su haber, cuando tenía 16 par de primos mayores le hicieron una encerrona en el campo donde se encontraban recogiendo cosecha, ya lo tenían planeado y con la excusa del calor lo llevaron a un poso que había en la finca y la soledad ayudó a que todo se diera, los primos se desnudaron al llegar sin disimular sus erecciones y se lanzaron al pozo refrescante, al pobre Luis no le quedó otra que hacer lo mismo desnudarse mostrando su pene pequeño con pudor, la charla jovial y distendida empezó y de allí pasaron a los juegos de echarse agua y hundirse unos a otros, eso llevó al contacto físico y los roces lo que logró la estimulación de todos, en el forcejeo uno de los primos inmovilizó a Luis por la espalda encajando su pene erecto entre las nalgas redondas y duras del muchacho, éste sintió al instante la erección de su primo en su culo y forcejeó para apartarse, ante la seña del otro se acercó su otro primo y se le fue al frente pegó su cuerpo a él y comenzó a frotarse, el susto de Luis por lo que iba a suceder paso a la excitación y su primo que se encontraba al frente empezó a lamerle y besarle el cuello, esto fue demasiado para el pobre muchacho y comenzó a gemir con deseo y angustia nunca lo habían tocado de esa manera y cuando se vino a dar cuenta su primo lo besaba con pasión, ante su sorpresa le metía la lengua con fuerza con morbo y eso lo volvió loco, bajo por su pecho lamió sus tetillas muy duras siguió bajando y llegó al pequeño pene erecto de Luis y de un bocado se lo metió en la boca, Luis casi se desmaya del placer nunca le habían hecho eso y era la cosa más deliciosa que había sentido, su primo lo mamaba con vigor más que por el gusto a su pene era para excitarlo y comprometerlo a que se las tenía que mamar a ellos, cuando ya lo tenía a punto de caramelo paró la mamada la idea no era hacerlo acabar sino excitarlo y subió a los labio de Luis y lo volvió a besar esta vez Luis correspondió el beso de manera mordelona.
El primo que se encontraba a la espalda de Luís soltó el amarre y empezó a besar la espalda y hombros de Luis, hizo camino por la columna y llego a las nalgas estupendas que era el objetivo de estos primos morbosos, las besó las lamio mientras Luis seguía enfrascado en un beso intenso de lengua con su otro primo, el que se encontraba besando sus nalgas las abrió con las dos manos encontrado el cerrado botón rosado y ese punto lo atacó con su lengua, Luis abrió mucho los ojos y gimió en la boca de su otro primo, nunca había sentido nada parecido, la caricia era demasiado deliciosa, en definitiva su primo era bueno dando beso negro, echó las nalgas atrás buscando más de esa lengua y se abandonó a sentir 5 minutos bastaron para tener el culo encharcado de saliva y boqueando de la excitación, el momento había llegado, su primo se incorporó, lo tomó de las caderas lo inclinó un poco y apuntó su cabeza amoratada al ano virginal, punteó par de veces ya Luís no pensaba sólo sentía y quería sentir ese guevo duro adentro, su primo al tercer intento presionó un poco más y la cabeza entró presionando y estirando al ano virginal, sintió un dolor soportable pero la excitación era mucha y vencida la resistencia el primo penetrador siguió de largo lento pero sin pausa mientras el otro no dejaba de besar al muchacho, sabía que luego vendría su turno de disfrutar ese culo que desde hace tiempo ambos se querían comer.
Luis sintió poco a poco el vaivén de su primo profanando su intimidad, la intensidad iba aumentando y solo se escuchaba que golpe de las pieles ante el contacto de la penetración ya no besaba a su primo, sus sentidos sólo se enfocaban en las sensaciones de su culo, hacía rato que dejó de sentir dolor y ahora todo era placer quería que lo cogieran siempre, su primo aceleró las embestidas el orgasmo estaba cerca incrementó el ritmo y sintió la leche fluir, con dos estocadas más se vació sin remedio en ese culo apretado y caliente, Luis sintió en su interior la leche que le quemaba y se masturbó con violencia acabando casi encima de su otro primo que lo sujetaba, el primo que penetraba salió luego de un breve reposo y fue sustituido en su lugar por el otro que aguardaba, entró fácilmente ya estaba Luis dilatado y lubricado, casi no se pudo reponer del orgasmo cuando sintió la penetración desesperada de su otro primo, este pene no era tan largo como el anterior pero si un poco más grueso pero se adaptó rápido, su otro primo el ya deslechado se pudo adelante y comenzó a besarlo y tocarlo mientras la penetración aumentaba por parte del otro, estaba listo para acabar en ese culo delicioso y la leche subió con rapidez y fue a parar dentro del culo de Luis, se estaba masturbando de nuevo y volvió a largar la leche (bendita juventud). Allí terminó ese encuentro de allí en adelante se lo siguieron cogiendo cada vez que tenían oportunidad, Luis se volvió adicto al guevo (pene) pero esa actividad ceso cuando se fue a cumplir el servicio militar.
Era una noche lluviosa, lo que llaman un vendaval como suele llover en el llano venezolano en la época de lluvia, esa noche juan tenía guardia en una de las garitas del lindero sur del cuartel, eran de esas estructuras de concreto muy altas que tenía arriba un redondo techado donde el militar de guardia tenía visión 360° del entorno, había que caminar como 15 minutos para llegar al punto, la guardia era de 4 horas pero debido a la lluvia el sendero estaba intransitable, Juan recibió orden por radio que debían redoblar porque era difícil llegar el relevo, recibió la noticia con resignación, el espacio contaba con dos sillas porque la guardia se hacía con dos efectivos había agua y podían orinar abriendo la puerta de entrada a la garita, su compañero de guardia era el gocho.
J: gocho tenemos que redoblar
L: uich toche y esa vaina por qué
J: no puede llegar el relevo el camino no se puede transitar por el barro
L: bueno ni modo toca.
J: si no queda de otra, me estoy meando coño
L: hágale toche si tiene con que jajajajaja
J: tú sabes que sí tengo gocho no seas guevón, tas cansao de bucearme el guevo
L: uy y cómo va a culpar a uno…con ese rolo e guevo que se gasta los ojos se le van a uno jajajaja.
J: bueno pues míralo una vez más
Juan levanto la compuerta y por el hueco de entrada se sacó el pene ya morcillón y comenzó a mear, se miraba el guevo mientras orinaba y cuando levantó la vista a donde estaba el gocho sentado, vio que éste no le quitaba la vista de encima, dejó de orinar y se sacudió el pipi pero no se lo guardo siguió masajeándolo hasta que poco a poco iba agrandándose en su mano, sin dejar de mirarlo y masturbarse lentamente le dijo:
J: gocho ven acá…ya. –dijo juan con autoridad-. Ese tono de autoridad hizo estremecer a Luis, nunca le habían hablado así y su pipisito dio un salto y su culo latió.
Luis se puso de pie y caminó lentamente a donde estaba Juan y se paró delante de él en silencio, juan con una mano le agarró el mentón con firmeza y acercó su cara a la suya y dijo casi en un suspiro:
J: agárralo
Luis no se dio a esperar y tomó el gran pene de Juan con una mano, era tan grueso que no podía abarcarlo con una mano, lo sintió duro, caliente y suave al tacto, deslizó un poco su mano adelante y atrás y Juan cerró los ojos con placer disfrutando la caricia y Luis dio un pequeño gemido que lo que hizo fue excitar más a Juan.
Juan abrió sus ojos y vio a Luis con los ojos cerrados y la boca entreabierta, sus labios eran rojos y carnosos y su aliento fresco, Juan no aguantó la tentación y se acercó a esos labios y lo besó, juntó sus labios a los del muchacho y le metió la lengua con intensidad, ante esto Luis abrió los ojos con sorpresa, sólo lo habían besado sus primos y era la cosa más divina que le gustaba del sexo, Juan lo besaba y le metía la lengua hasta el fondo, Luis no dejó de masajear ese guevote que lo tenía loco y Juan llevo las manos a las nalgas del gocho y las apretó y masajeó, metió la mano por la pretina del pantalón y llegó a esas carnes tibias y suaves que tanto había deseado en las duchas y más de una paja había caído en su honor. Lo volteó y lo recostó de la barda de la garita, se le pegó atrás y lo maraqueó mientras le besaba el cuello y mordía la oreja, el gocho meneaba el culo buscando el contacto con esa cosa grande y dura que sentía detrás, juan se fue a la correa y pantalones del gocho los aflojó y estos cayeron al suelo dejándolo en interiores verde militar propio del uniforme.
Al tenerlo desnudo de la cintura para abajo Juan bajo a ese culo que tanto deseaba y se lo comió literalmente, lo mordió, lo beso, lo lamió, con sus mano en la cadera lo echó atrás y el gocho quebró cintura y levanto el culo, ya allí no había vuelta atrás, con sus manos grandes y fuerte de campesino separó esas nalgas y allí metió su lengua grande, gruesa y raposa y comió con gula, Luis pegó un grito de sorpresa y placer sujetándose fuerte a la barda y empezó a mover el culo con desespero buscando esa lengua que lo abría y lubricaba, allí estuvo pegado a ese culo divino por 10 minutos el pipi de Luis no dejaba de brotar precum en cantidades industriales estaba punto de acabar sin tocarse, era demasiado placer el que sentía, Juan percibió esto y no lo iba a dejar llegar al orgasmo sin cogérselo, se levantó ya estaba también desudo de la cintura para abajo, seguía lloviendo a cántaros, Luís estaba expuesto, abierto de piernas, con el culo levantado y abierto por esa lengua maestra, se puso de pie y apuntó su pene durísimo a ese culo hizo contacto con el ano Luis, al contacto abrió mucho los ojos y la boca y Juan presionó con fuerza y la cabeza entró, le dolió a los mil demonios pero aguantó como un varón y Juan siguió de largo penetrando sin parar, nunca se había cogido un culo, le habían mamado el guevo mujeres y algunos hombres pero ninguno la aguantó por el culo pero este gocho para su sorpresa aguantaba como un campeón, aguantó hasta el fondo los 25 cts de carne masculina bien gruesa por cierto, cuando hizo tope se quedó allí como 5 minutos besando el cuello y orejas del gocho que gemía de dolor y placer, sus lloriqueos lo excitaban más quería destrozarle el culo a guevazo pero tampoco era la idea lastimarlo, cuando sintió que se redujo la presión comenzó lentamente a ir y venir, para Luis el tormento había pasado un poco pero se iba adaptando sobre todo al grosor, poco a poco aceleró la penetración y allí comenzó el disfrute para ambos hasta Luis aflojó por completo el culo y se entregó.
Juan comenzó a penetrar a buen ritmo y aceleró, este culo era demasiado caliente y suave lo estaba volviendo loco, la aceleración era agitada haciendo tope y volviendo a salir, el orgasmo estaba cerca, Luis no se atrevía y tocarse el pene el mínimo roce lo haría largar la leche sin remedio eso disminuiría la excitación y no podría aguantar ese guevo tan grande, era imperioso no acabar aun debía hacerlo después de él, Juan sintió la leche fluir y aceleró y aceleró, y la leche caliente y espesa llegó a la punta de su guevo y bañó todo el recto de Luis, esa sustancia viscosa y caliente bañó su próstata y allí no pudo contenerse y Luis largó la leche en el muro de la garita, Juan depositó 9 trallazos de leche dentro del culo de Luis, el orgasmo lo dejó devastado y cayó casi desmayado en la espalda de Luis con sus piernas temblando.
J: Gocho por Dios que vaina tan rica ese culo, dime que es mío y que me lo puedo coger cuando quiera.
L: hijo e puta, ese culo es suyo cuando lo quiera, no quiero que nadie más me coja de aquí en adelante soy su hembra toche, haga conmigo lo que quiera.
Esa noche cogieron 2 veces más, a las 5:00 de la mañana eran un despojo de fluidos y ropas tiradas en el piso, con el agua del botellón que había se levaron como pudieron y se vistieron con su uniforme tratando de parecer lo más normal posible. A las 6:00 am en punto llegó el relevo de guardia, fue normal que los vieran tan agotados después de pasar toda la noche de guardia, el comandante les permitió dormir hasta el mediodía y lo hicieron a pierna suelta.
A partir de allí se hicieron amantes, cualquier momento era bueno para sexo desenfrenado, en una oportunidad un teniente los sorprendió teniendo sexo pero la imagen lo excitó tanto que sin pensarlo se quitó la ropa y se unió a un trio épico, Juan se los cogió a los dos e hizo del teniente su putica personal, tenía el control sobre él, era este teniente quien organizaba el rol de guardia y siempre ponía a Luis y a Juan Juntos, eran inseparables, fueron muchos los comentarios que surgieron pero ellos no le paraban a eso, era demasiado placer el estar juntos y nada más tenía importancia.
Al terminar el servicio militar, Juan se fue con Luís al Táchira y con el apoyo del papa de ambos lograron comprar una finquita en una zona de montaña y frio y allí se encerraron a trabajar el campo y disfrutarse mutuamente por muchos años, la inmensidad del campo les permitió tener sexo a diario y sin ninguna inhibición, lograron hacer amigos que eventualmente los visitaban y tenían largas sesiones de sexo entre todos, eventualmente caía por allá el teniente que le era difícil mantenerse lejos por mucho tiempo del guevo de Juan.
FIN.
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