Cuando mi hermano mayor me dijo. “Por lo que más quieras, no le digas a nadie, yo hago lo que tú quieras.” Supe que me comería su culo.
Un chico se encuentra a su hermano mayor vestido de nena, empujándose un envase por el culo el hermano le dice que él hace lo que su hermano menor quiera, y este quiere comerle el culo. .
Cuando mi hermano mayor me dijo. “Por lo que más quieras, no le digas a nadie, yo hago lo que tú quieras.” Supe que me comería su culo.
Desde que tuve uso de razón me di cuenta de que mi hermano mayor, era bastante diferente a mí.
Era más semejante a mis dos hermanas y a nuestra propia mamá que a mí, mientras que ya a mis catorce años, yo había perdido la cuenta del sin número de peleas que había tenido, mi hermano por su parte jamás había tenido una.
Después de los quince había comenzado a hacerme la paja, viendo desnudas a mis propias hermanas, y a partir de los dieciséis me acostaba con la madre de un amigo mío, mientras que mi hermano, jamás le interesaron las mujeres.
Ya a los dieciocho me di cuenta de que en ocasiones mi hermano mayor, usaba los pantis que mis hermanas dejaban de usar, lo que por su manera de hablar y de comportarse tanto en la casa, como en la calle me hizo pensar que actuaba de manera muy rara.
Pero un fin de semana que nuestros padres se fueron de viaje, y que mis hermanas pasaron el fin de semana con su madrina.
Yo supuestamente iba a pasar ese fin de semana en casa de nuestros abuelos, pero la verdad es que me fui a beber con varios de mis amigos.
Luego, en lugar de irme a casa de mis abuelos regresé en la noche a casa, bastante bebido, por lo que, al llegar a casa procuré no hacer ruido, ya que me había olvidado de que mis viejos estaban de viaje.
Pero al pasar frente a la habitación de mi hermano mayor, escuché un ruido raro, como alguien quejándose, por lo que, sin pensar nada malo, abrí la puerta de su habitación y entré de golpe.
La sorpresa que me llevé fue bien grande, al encontrar en la cama de mi hermano, a una chica recostada con sus pantis abajo, su falda sobre la espalda, al tiempo que se empujaba un largo envase de plástico por el culo.
Si yo me sorprendí al verla mayor fue mi sorpresa al darme cuenta de que dicha chica realmente era mi hermano, no tan solo vestido como una nena, sino que también peinado, y hasta maquillado como una chica.
Al detallarlo más detenidamente, me di cuenta de que al mismo tiempo que se empujaba esa cosa por su abierto culo, con los dedos índice y pulgar, masturbaba su pequeño pene, lo que en parte me causó mucha risa, y acto seguido saqué mi teléfono y con la cámara le tomé varias fotos.
Por su parte mi hermano mayor al verme, por unos instantes se quedó paralizado, y apenas le tomé varias fotos, casi de inmediato se puso a llorar.
Mi idea era mostrarles las fotos a los viejos, y que ellos decidieran que hacer con mi hermano, pero sin dejar de llorar, y extrayendo esa cosa que él se estaba empujando por el culo, mi hermano se me fue acercando, diciéndome. “Por lo que más quieras, no le digas a nadie, yo hago lo que tú quieras, pero no le digas a nadie”
En ese momento, al escuchar esas palabras mágicas de. “Yo hago lo que tú quieras.” Quizás por lo bebido que me encontraba, en lo primero que pensé fue decirle que me diera el culo.
Al decírselo su cara se transformó, era como que no podía creer lo que yo le terminaba de decir, y lo único que alcanzó a decirme fue. “Pero mira que soy tú hermano.”
En ese momento saqué de su encierro a mi verga, y le respondí a mi hermano, diciéndole. “Tú mismo me acabas de decir. Por lo que más quieras, no le digas a nadie, yo hago lo que tú quieras, pero no le digas a nadie.”
“Bueno yo quiero que me mames la verga y me des el culo, ten en cuenta que si lo haces ya yo no podría decirle nada a los viejos, porque no me gustaría que supieran que yo te di por el culo a ti.”
En ese instante mi hermano que se encontraba de pie frente a mí, nada más me bastó colocar una de mis manos sobre uno de sus hombros, y ejerciendo una pequeña presión, lo obligué a que se arrodillase frente a mí.
Luego dirigí mi verga a su boca, y aunque al principio la mantuvo cerrada, nada más le dije. “Si no quieres hacerlo bien, pero imagínate la cara que pondrán los viejos al ver las fotos que te tomé.”
Eso bastó para como por arte de magia, mi hermano abriese su boca, y en menos de lo que canta un gallo se puso a mamar mi verga.
Quizás por lo maquillado, y el peinado que tenía, se me parecía más a una de mis hermanas que a él mismo, así que colocando mis manos sobre su abundante cabellera, a medida que mi hermano estaba mama que mama, yo le iba marcando el ritmo con mis manos.
Realmente no lo tuve mucho tiempo mamando mi verga, cosa que hizo de maravillas, ya que como mi interés era darle por el culo, saqué mi verga de su pintarrajeada boca, diciéndole. “Ahora súbete a tu cama, y ponte en cuatro, que te quiero comer ese culito.”
Mi hermano a regañadientes, se subió a su cama, y se colocó en la posición que yo le había ordenado, recogiendo la falda del vestido que tenía puesto sobre su espalda, separando las piernas, y abriendo sus pálidas nalgas con sus manos, pero de inmediato se bajó de la cama.
Él no dejaba de seguir llorando y diciéndome en repetidas veces, que yo era su hermano menor, pero cuando le dije. “Está bien, cuando regresen los viejos les muestro las fotos y les cuento como te encontré vestidito de nena, y con un grueso envase plástico enterrándotelo todo por el culo.”
Eso bastó para que sin decir palabra alguna mi hermano volviera a recostarse sobre su cama, levantase las nalgas, separase las piernas, y abriera el hueco de su culo con sus propias manos.
De inmediato me bajé los pantalones y los interiores me trepé en su cama, y colocando mis manos sobre sus nalgas comencé a ir acercándole mi parada verga.
Al principio comencé a pasarla lentamente por toda la raja de su culo, hasta que poco a poco, comencé a ir presionando mi colorado glande contra su sensible esfínter, el cual se encontraba no tan solo bien dilatado, sino que también bastante embadurnado de vaselina.
En esos momentos fui viendo como el culo de mi hermano mayor, poco a poco se fue tragando por completo toda mi verga, sin chistar.
Una vez que ya había penetrado a mi hermano por completo, y que sus nalgas se unieron a mi cuerpo, lentamente comencé a sacar y meter totalmente toda mi verga de su culo.
Pero a medida que seguí metiendo y sacando toda mi verga de su culo, mi hermano comenzó a quejarse, al principio me pareció que era de dolor, pero sus quejidos suavemente se fueron transformando en profundos gemidos de placer, al tiempo que comenzó a menear sus caderas de manera divina.
Su chillona voz se fue transformando en una aflautada y muy femenina, que me pedía una y otra vez que le diera más duro.
No sé si sería por lo bebido que yo me encontraba, pero en esos instantes, el apretado y caliente culito de mi hermano, para mi estaba mucho más sabroso que el coño de la mamá de mi amigo, y el de las chicas con las que ya me había acostado.
Luego de un buen rato me provocó cambiar de posición, por lo que, sacando mi verga de su apretado culito, le ordené que se recostase boca arriba en el borde de su cama.
Cosa que mi hermano hizo de inmediato, en ese momento lo tomé por los tobillos, separé sus piernas, y nuevamente dirigí mi parada verga al centro de sus nalgas.
Debido a la posición en que nos encontrábamos, veía su rostro de frente, y realmente era como ver la cara de mi madre, quizás por el maquillaje y el peinado que mi hermano llevaba.
Ante esa morbosa visión, con más fuerza le daba a mi hermano por el culo, al tiempo que él nuevamente con sus dedos pulgar e indicé, graciosamente se masturbaba su pequeño miembro.
El morboso placer que sentía al estar penetrando a mi hermano mayor, en las fachas que él se encontraba, provocó que, con más fuerza e ímpetu, sacara y metiera por completo toda mi verga de su apretado culo, hasta que no pudiendo más me vine dentro del.
Una vez que acabé por completo dentro del culito de mi hermano mayor, extraje toda mi verga y me dejé caer en su cama, a su lado.
No es que estuviera completamente agotado, pero cerré mis ojos, sentí cuando él se levantó de la cama, escuché como se lavaba sus nalgas en el baño, pero de momento sentí que con una toalla húmeda limpió toda mi verga, y casi de inmediato se la llevó a la boca.
La madre de mi amigo ocasionalmente me ha mamado la verga, pero la manera en que mi hermano lo estaba haciendo en ese instante era única.
Tan así fue que, a los pocos minutos, para mi mayor sorpresa, ya mi verga se había vuelto a tonificar, y casi de inmediato bastó que mi hermano recogiendo la falda del vestido que estaba usando me mostrase sus nalgas, para que yo golosamente le volviera a enterrar toda mi verga.
Hoy en día mi hermano mayor, y yo seguimos manteniendo sexo con regularidad, pero claro sin que nuestras hermanas ni nuestros padres lo sepan.
gran ralto como sigue