Cuidado con las fantasias que se pueden cumplir.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Despues de varias conversaciones en un chat, me decidi por Raul, un chaval de 26 años, que no tenia experiencia con hombres, ni como amo ni activo, pero él tenia la fantasia de romper el culo a un papi, y una cosa importante tenia sitio para quedar.
Llegamos al acuerdo de que él me humillaba, siempre que terminara follandome.
Con un poco de miedo, acepte y quedamos en un parque cerca de su casa.
Tras esperar un rato sentado en un banco del parque, se me acercaron dos chavales.
Hola, eres Pedro, no.
Yo soy Raul y este es mi hermano Andres.
Si, pero.
Aquello no entraba en mis planes pero no me dejo acabar.
– Mira mi hermano tambien quiere divertirse, asi que o te jodemos los dos o te vas a casa.
Tras pensarlo un poco, acepte.
– Asi me gusta, vamos a casa.
Los segui a su casa.
Nada mas cerrar la puerta, Raul me solto un bofetón.
– A partir de ahora somos tus amos, esta claro.
Yo asenti.
– Bien desnudate.
Yo me desnude, Tengo un cuerpo forjado de muchos años de gimnasio, pero algo de pecho y unos pezones grandes.
Andres se coloco delante mio y me pellizco con fuerza los pezones.
Yo pegue un grito.
Inmediatamente Raul me dio un fuerte azote en el culo.
– Silencio maricona, no quiero que te oigan los vecinos.
Vamos inclinate y abrete las nalgas.
Yo me incline y me separe las cachas.
– Vaya agujerito.
Intento meterme un dedo pero no entraba.
– No te preocupes cuando terminemos va a parecer un tunel de la M30.
Cogio un bote de lubricante y forzando metio su dedo en mi culo.
Me dolio una barbaridad y solo era un dedo.
Me acojone.
– Oye espera, no se si voy a poder.
– No pensaras que puedes echarte atrás.
Hemos quedado que te follabamos y de aquí no sales hasta que te jodamos los dos.
Comenzo a mover el dedo dentro de mi culo con rabia, intentado meterlo todo lo que podia, Mientras Andres que se habia desnudado me coloco la polla en la boca.
Empece a mamarsela lo mejor que podia, aunque a veces la metia demasiado y me atragantaba.
– Joder, hermano que bien la chupa.
Raul saco el dedo de mi culo.
Se quito el cinturón y se lio a darme zurriagazos, mientras me insultaba.
– Eres una zorra, que te gusta comer pollas, verdad.
Seguro que tu mujer no tiene ni puta idea de los zorrita que es su marido.
Yo intentaba contestarle, mientras seguia chupando la polla de Andres.
Al poco éste se retiro.
– Joder, para ya que me voy a correr.
Raul me agarro de los pelos y me incorporo, llevandome a rastras al dormitorio.
El se tumbo en la cama, mientras su hermano por detras me doblaba al filo de la misma.
Raul me agarro de la cabeza para que empezara a mamarsela.
Andres me pasaba su polla por la raja del culo.
– Es el primer culo que me voy a follar.
¿De verdad quieres que te lo folle?.
Dijo Andres.
– Con cuidado, por favor, despacio.
Dije yo.
– Ni cuidado ni pollas, vamos rompele el culo a este puto maricón.
Andres intento varias veces metermelo, pero no habia manera, yo estaba acojonado y cerraba todo lo que podia.
Raul me solto dos bofetadas.
– Va a ser por las buenas o por las malas, relaja el culo de un puta vez.
Yo intente relajarme y en un intento de Andres entro la cabeza.
Era un dolor insoportable, intente gritar, pero Raul me tapo la boca.
– ¿Ya?.
Pregunto Raul.
Si, la cabeza.
Respondio Andres.
– A que coño esperas.
De un golpe Andres me clavo casi toda la polla.
Es imposible describir la sensacion, como si fuera imposible estar tan lleno, como si te estuvieran taladrando con algo inmenso.
Yo intente zafarme, pero Raul me sujeto fuerte.
– Habias venido a esto, no.
Agunta que ya te gustara.
Vamos rompele el culo.
Andres haciendo caso a su hermano, dio unos cuantos empujones queriendo que entrara más, Yo estaba viendo las estrellas, llorando como una nena.
Empezo el vaiven despacio, pero prontro empezo a follarme con saña.
– Madre mia hermano, que estrecho, como aprieta, no tiene nada que ver con un coño.
– Dale duro, le respondio Raul, mientras me obligaba a seguir mamandosela.
Al cabo de un rato el dolor ceso un poco, y empezo a gustarme, metido en mi papel de putita, comence a acompañar las embestidas.
Andres enseguida se dio cuenta.
– Parece que le vas pillando el gusto, eh zorra.
Dijo mientras me daba más duro.
Enseguida se corrio dentro.
Cambiaron las posiciones y en la misma postura Andres se puso a que le mamara la polla flacida llena de semen, mientras su hermano se me coloco detras.
– ¿Quieres que te folle duro, perra?
– Si, por favor, amo.
Apunto y sin pensarselo mucho me la metio de golpe.
Yo pegue un respingo.
– Madre mia , que estrecho y eso que ya no eres virgen.
Al igual que su hermano, Raul me dio unos buenos empujones a fondo, antes de empezar a bombearcon rabia, de vez en cuando paraba un poco, me daba unos azotes, me insultaba y volvia a la carga.
– Tanto musculo, y eres una maricona.
¿Sabe tu mujer lo zorra que eres?.
Mueves el culo como un perra en celo.
Asi siguio hasta que se corrio.
Yo pensaba que se habia terminado.
Pero tenian otros planes.
Andres me volteo encima de la cama, me coloco los pies encima de sus hombros, y volvio a penetrarme sin ningun miramiento, aprentandome los pezones con fuerza.
– Asi, como las zorritas buenas.
¿ Te gusta verdad?.
– Más despacio por favor, me duele.
– Me importa una mierda si te duele, es lo que querias, pues disfruta.
Raul se me subio encima de mi cara, y mientras su hermano me follaba, me obligaba a comerle el culo y los huevos.
Yo ya gemia de gusto con cada embestida.
Andres se corrio por segunda vez.
Ya estaba esperando que su hermano me cogiera en la misma posición, cuando este se tumbo en la cama boca arriba.
– Ahora vas a ser tu quien se la meta.
Vamos a que esperas, subete.
Lo intente incluso con la ayuda de Andres fue imposible.
Entonces Raul se sento en una especie de puff que tenia en la habitación y lo volvi a intentar.
Esta vez si pude meterme su polla.
– Vamos, muevete, que se note lo zorra que eres.
La verdad es que estaba muy cansado y mi ritmo no era muy acelerado.
Raul me palmeo varias veces.
– ¿A que esperas, putón?.
Muevete más deprisa, o prefieres que te desuelle el culo a correazos.
Yo acelere, y por fin obtuve mi cuarta corrida en el culo en una tarde.
– Has estado muy bien, dijo Andres mientras me tiraba un rollo de papel higienico para que me limpiara.
– Si, me ha gustado, contesto su hermano.
¿Y tu que tal?
– Me ha dolido más de lo que esperaba.
– La proxima vez ya te dolera menos.
Nos despedimos.
Todavía no he vuelto a quedar con ellos.
Aunque me gusto ser una zorrita, el dolor fue espantoso y me echa un poco para atrás.
Casi prefiero seguir fantaseando.
En las fantasias siempre duele menos.
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