De como me convertí en una perra
Historia de mi comienzo en la zoofilia y como pase a ser la perra de mi novio.
Soy Clara. Una joven de 22 años de tez morena, mido 1.65, no tengo senos o un culo particularmente grande, pero si lo suficiente para levantar más de una mirada. Esto sucedió cuando tenía 19.
Acababa de mudarme a otra ciudad ya que recién había ingresado a la universidad, estaría viviendo en casa de mi novio Armando, él tendría unos 21 años por aquel entonces y estudiaba en la misma facultad a la que yo había aplicado. Llegué muy emocionada ya que, al haberme criado en una comunidad rural, todo en la ciudad me resultaba novedoso, llegamos a la casa y enseguida salió a recibirnos “Gladius” un perro mestizo de gran tamaño, saltó hacia mí y por poco me derriba.
- Gladius déjala – Gritó armando – Perdón amor, es bastante juguetón, pero créeme, es un buen perro y también mi mejor amigo.
- No pasa nada – conteste risueña – Me encantan los perros.
- Bueno, entonces espero que tú y Gladius aprendan a llevarse bien.
Aún faltaban 3 semanas para que dieran inicio las clases, por lo que, mientras Armando trabajaba, yo me quedaba a atender la casa y cuidar del perro. La primera semana transcurrió normal, como solo éramos 2, los que haceres los hacía en un momento y me quedaba el resto del día libre sin mucho que hacer, generalmente sacaba a Gladius a dar una vuelta en el parque y luego regresaba a la casa a perder mi tiempo en internet.
Fue durante la segunda semana, el sábado, que me encontraba sola y aburrida, pues Armando había viajado a mi casa por unas cajas que olvidé y no regresaría hasta el domingo por la tarde.
Volvía de dar un paseo con Gladius, cuando de repente este comenzó a resistirse y a tironearme.
- Vamos chico, el paseo ya terminó – le dije mientras tiraba de su correa.
Pero Gladius no hacía caso y se seguía resistiendo, fue ahí que me di cuenta, junto a un árbol se encontraba una perra callejera siendo montada por otro callejero, evidentemente estaba en celo y Gladius, siguiendo su instinto quería participar, otro callejero montaba a la perra enérgicamente y esta solo permanecía rígida ante las furiosas embestidas del can, esta escena me hipnotizó por completo y comencé sentirme caliente, enseguida los tirones de Gladius me sacaron de mi ensoñación y volví en mí misma. Como pude conseguí llevarlo de vuelta a la casa; una vez ahí Gladius continuaba inquieto y no paraba de acercar su hocico hacia mi entrepierna, traté de apartarlo, pero sentir su cálido aliento sobre mi sexo solo consiguió que comenzara a mojarme, entonces un pensamiento invadió mi mente, recordando que estaría sola hasta el día siguiente, decidí ceder a mis impulsos y dejarme llevar, me deshice de los shorts que traía para correr y de mis bragas, me senté en el sofá de la sala y abrí mis piernas exponiendo por completo mi ya muy mojada vagina, Gladius que hasta ese momento no se despegaba de mí, procedió a dar furiosos lengüetazos a mi sexo, mientras que a mí, la cabeza me daba vueltas por el inmenso placer que esto me producía.
- Ho si Gladius, así, buen chico – dije entre gemidos, mientras Gladius continuaba aumentando el ritmo de las lamidas.
Unos momentos después sentí un enorme calor recorriendo mi vientre y terminé por correrme en el sillón, agotada permanecí ahí hasta que consideré que mis piernas estaban lo suficientemente firmes para poder levantarme.
Sin embargo, aun sentía un cosquilleo en mi zona intima, a pesar del enorme orgasmo que acababa de tener mi cuerpo no estaba satisfecho, fue ahí que me percaté del enorme miembro rojo que permanecía erecto debajo de Gladius, consumida por la lujuria me puse en cuatro patadas y llame a mi macho, Gladius sin dudarlo se trepó sobre mi espalda, tuve que apretar los dientes cuando sentí sus garras arañándome los costados, rápidamente trató de embestirme y tras fallar unas cuantas veces, finalmente consiguió introducir todo su miembro de una sola embestida, sentí que me partía en 2 y estuve a punto de caer al suelo, pero a Gladius no le importo y comenzó a penetrarme una y otra vez a toda velocidad. Con lagrimas en recorriendo mis mejillas suplicaba que parase, pero Gladius, implacable, continuó con sus acometidas. No pasó mucho y esas súplicas se convirtieron en gemidos de placer, estaba extasiada y el dolor dio paso al mas profundo gozo, entonces se detuvo, sentí como su miembro comenzaba a hincharse y un mar espeso y caliente era vertido en mi útero, la sensación de calor y dilatación me hicieron venir de nuevo, el se dio la vuelta y quedamos pegados trasero con trasero.
Entonces escuché el inconfundible sonido de un auto estacionándose frente a la casa, la puerta de este abriéndose, pasos, mi corazón empezó a ir a mil por hora y por primera vez fui consiente de la escena que tenía. Estaba en el suelo completamente desnuda, sudada y con un perro pegada a mi sexo, traté de separarme, pero fue inútil.
- ¿Clara? – Se escucho desde fuera – Soy yo Armando, volví de improvisto, olvidé un par de cosas.
Escuché como la cerradura de la puerta dio vuelta, entonces Armando entró y vio lo que estaba sucediendo.
- QUE MIERD…
- *plop – se escuchó y la verga de Galdius por fin Salió.
Me desplomé en el suelo y Gladius fue hacia su amo.
- CLARA QUE PUTAS ESTÄ PASANDO – Gritó Armando iracundo.
Entre sollozos traté de explicar la situación, pero antes de terminar Armando se dio la vuelta y se fue cerrando de portazo.
Me di una ducha y me la pasé llorando en mi cuarto hasta caer dormida, Armando no vino esa noche.
En la mañana por fin regresó, corrí a abrazarlo, dispuesta a hacer lo que sea para conseguir su perdón, traía consigo unas bolsas negras.
- Así que te gusta ser una perra eh
- N-no armando esch..
- SILENCIO -Gritó, solo pude bajar tímidamente la cabeza – LAS PERRAS NO HABLAN
- Abrió las bolsas y de ellas extrajo una cadena y un collar para perros.
- Quítate la ropa – dijo con severidad. Obedecí
Me puso el collar y me ordenó que me pusiera en cuatro patas, al principio dudé, pero terminé cediendo, si con eso me perdonaba estaba dispuesta a obedecer. Tomo la otra bolsa y me sacó al traspatio, enganchó un extremo de la cadena a la casa de Gladius y el otro a mi collar.
- Bien, si tanto amas ser una perra, pues ahora te trataré como una – dijo, de la bolsa sacó una diadema con orejas y un plug anal con cola.
- Amor por favor, espera
- YA TE DIJE QUE LOS PERROS NO HABLAN – dijo y soltó una nalgada que me dejó rojo mi desnudo culo.
Me puso la diadema, trató de ponerme el plug pero este no entró, así que llamo a Gladius, comenzó a llorar y a rogarle que por favor no lo hiciera, que se detuviera, haría lo que me pidiese pero que por favor dejara las cosas por la paz, el solo rió.
- Llora lo que quieras, tu cuerpo no miente, te encanta esto, mira lo mojada que ya estas.
No mentía, a pesar de todo estaba muy mojada, en el fondo todo este asunto me ponía muy cachonda. Con sus dedos lubricó mi ano y comenzó a introducir sus dedos, estuvo un rato jugando con mi culo y por fin los sacó, estos tenían un poco de caca ya que no había ido al baño desde el día anterior, los unto en mi cara mientras se burlaba, yo creí que iba a vomitar, pero me contuve, por fin pudo insertar el plug, en eso llego Gladius.
- Bueno, dejo a la parejita para que puedan conocerse mejor – Y entró de nuevo a la casa.
Sin dudarlo Gladius, me montó y comenzó a penetrarme, sin embargo, no vació ninguna carga y tras un rato se echó a dormir, al rato apareció de nuevo Armando con un plato de comida para perros.
- COME – Me ordenó, resignada tomé el plato.
- ASÏ NO – dijo – COME COMO LA PERRA QUE ERES.
Enseguida me tomo por el cabello hizo a un lado mis manos y acerco mi cara al plato, comencé a llorar de nuevo mientras trataba de comer. El ruido despertó a Gladius, quien al verme en esa posición me montó y nuevamente me penetró, esto a Armando le pareció divertido y no paraba de reírse, esta vez Gladius si se vino y permanecimos pegados un buen rato. Y Así fue el primer día del que de ahora en adelante seria mi nuevo estilo de vida. FIN
Espero este pequeño relato les haya gustado, no duden en comentar sus opiniones y observaciones, eso me ayuda mucho a mejorar, gracias por leer.
Muy bueno espero mas