DE COMPRAS POR LA CIUDAD.
Empecé a sentir como el corredor que era su coño se contraía alrededor de mi miembro duro y veloz, bombee feliz aun mas rápido y el orgasmo le llego, sus pezones lucían duros y puntiagudos mientras sus paredes vaginales se contraían sin el menor ritmo, empezó a gritar y le tape la boca con la mano.
Mi nombre es Julio, tengo 21 años, soy soltero y lo que ahora les contare me sucedió hace poco menos de dos meses, fue una experiencia única que hasta el día de hoy ronda mi memoria a diario, no soy capaz de definir como es que me siento con ella, por una parte disfrute mucho y por otra me siento culpable por no haber sido capaz de frenar mis instintos.
Era un viernes por la tarde y necesitaba comprar un pantalón de vestir azul o negro asi como unas cuantas corbatas de colores solidos para iniciar a trabajar como cajero en una cadena de farmacias que se localiza en mi ciudad, como ya les dije tengo 21 años, solo estudie hasta la preparatoria y vivo solo con mi madre que es empleada domestica a las afueras de la ciudad, ella rara vez se encuentra conmigo antes de llegada la hora de la cena desde que era un niño, y del mismo modo que por años me dirigí solo a la zona centro de mi ciudad para buscar las prendas necesarias para iniciar a laborar el Lunes por la tarde, fui a varios establecimientos de cadena comercial pero contrario a lo que uno podría imaginar no halle variedad ni de materiales ni de precios ahí, si bien las telas y marcas eran de gran calidad salían por completo de mi presupuesto para comprar, después de hablar con algunos vendedores recordé que no muy lejos de ahí había una mercería, que no solo vendía hilos, agujas y botones, también muchas prendas a precios bajos en la parte profunda que era donde habían improvisado una pequeña bonetería, varias veces había ido ahí de niño con mi madre a comprar ropa interior o calcetas y recordé haber visto ropa de vestir y corbatas, hice memoria para recordar como llegar y me dirigí hacia allá,
En mis audífonos sonaban algunas canciones de cumbia y trap de variados cantantes, camine por varias cuadras y sentí como el calor de la ciudad a pesar de ir por la zona sombreada por los altos edificios hacia mella en mi y mi ropa, estaba un tanto húmedo debido a el calor y el sudor que se desprendía de mi cuerpo y aligere el paso para evitar mojarme aun mas,
Soy un hombre joven, de piel morena, tengo el cabello en corte militar y un semblante risueño, mido 1.80 y aunque no soy un asiduo del Gym si cuido de mis brazos y abdomen con calistenia ocasional, no soy un modelo ni el mas llamativo de los hombres de la zona en la que vivo pero mentiría si dijera que soy un acomplejado, que soy feo o que no recibo miradas picaras tanto de mujeres como de hombres por igual,
Llegue a la mercería y me la tope mucho mas humilde y descuidada que en mi recuerdos, parecía estar cerrada, la calle en la que se encontraba era paralela a la zona comercial pero aun así muy baja en su flujo de trafico y peatones, me acerque a la puerta y apenas puse la mano y empuje un poco cedió, entre en la tienda y me sorprendió notar que no había dentro del local mas que una anciana ya muy mayor sentada en un rincon de la tienda con una caja de costura y a unos cuantos metros de ella, una jovencita de no mas de quince años de edad que colocaba en orden unos paquetes de estambre según su color en unas cajoneras de exhibición hechas de cristal, por el ruido que venia del fondo (se oían a aves cantar) supe que en el interior estaba la casa en la que ellas junto a su familia vivian, me acerque al mostrador y me dirigí a la señora mayor
-Buenas tardes, estoy buscando pantalones de vestir,
No hubo respuesta alguna de su parte y cuando repetí mi frase la jovencita me detuvo a medio camino
-Mi abuela no oye, no muy bien, yo lo puedo atender,
Fue entonces que preste mas atención en ella, era una chica linda de poca edad, llevaba unos pantalones de mezclilla azul un poco flojos y una blusa blanca, sin escote ni estampados, que dejaba ver unas tetas redondas y muy apetecibles, me distraje un poco viendo sus pechos pero al caer en cuenta de lo que estaba haciendo en cuestión de segundos redirigí mi mirada a su cara, le repetí la pregunta y ella me llevo a la parte interna de la tienda en donde había mercancía de bonetería, camisas sin mangas, ropa interior de mujer y de hombre, gorras de distintos estilos, calcetas y algunas prendas de vestir, me mostro algunos modelos de pantalones y los colores escasos que tenían, yo no podía evitar ver sus pechos, se notaba por debajo de la tela el diseño de encaje blanco de su sujetador, estaba muy caliente y tenerla ahí tan cerca y tan linda me hacia volar la imaginación, ella lo notaba pero lejos de incomodarse parecía sentirse halagada, fue entonces que note que ella no era ninguna santa, buscaba que pareciera que no me veía a detalle pero si lo hacia, sus ojos pasaban rápidamente cada vez que me veía por mis brazos, mi pecho y mis nalgas y a pesar de que por mi mente paso el probar suerte con ella para verla después jamás imagine que haríamos lo que hicimos,
Tome algunos pantalones y le pregunte en donde podría probármelos, ella me dijo que no contaban con cabinas, cosa que era cierta pues recordé que mi madre y yo habíamos hablado de eso en algunas ocasiones en mi niñez, me dijo que si gustaba podía dejarme solo para que me los probara y ella volvería en un rato mas de la parte delantera de la tienda,
Me dejo solo y después de quitarme la mochila que llevaba en las espaldas, la gorra y los zapatos empecé a desvestirme para probarme la ropa, ella parecía haberse ido y de verdad se lo creí, que me esperaría en la parte delantera de la tienda hasta que note una sombra proyectada por los focos del local en el suelo a unos cuantos metros de mi, sentí el impulso de mirar de lleno en busca de la persona que la proyectaba, pero me calme pensando que quizá algún empleado que no había visto me vigilaba de no robar nada, fingí no haberlo notado y mire de reojo mientras miraba las prendas, distinguí de inmediato el color de sus jeans por el rabillo de mi ojo, la muchachita me miraba escondida detrás de una columna curiosa y deseosa de conocer lo que había debajo de mi ropa,
Decidí que le daría ese regalito jaja, permitirle a su corta edad conocer el cuerpo de un hombre peludo y adulto, hecho y derecho,
Me quite la camiseta y acaricie de forma natural el pequeño matorral de pelo en el centro de mi pecho fingiendo tener una comezón, el vello de mis pectorales definidos apareció ante su mirada atrincherada y sabiendo lo bien que lucia eche los brazos hacia atrás de mi nuca flexionándolos para mostrarle mis axilas velludas, el pelo de mi pecho bajaba hasta mi ombligo y se unía a el pelambre que brotaba de mi pubis, de reojo podía ver como su ojo izquierdo se asomaba aun mas deseoso de ver mi piel al desnudo, me abrí el pantalón y me lo saque por completo, me deje los calcetines y después de un flashazo de valentía me quite los calzoncillos fingiendo sacudirlos, mi verga apareció dura y velluda, tenia largos pelos rizados coronando en mata mi pubis, mis ingles y mis huevos colgaban pesados y redondos,
Me gusta ser velludo, no un cavernícola, pues me aseaba y recortaba los vellos para darle una forma estética pero un tanto descuidada, sabia por experiencia que a muchas mujeres eso las enloquecía al ver desnudo a un hombre, toparse con un animal velludo con una verga hambrienta de placer como todo un sátiro, pero al mismo tiempo que guardara cierto aire de pulcritud, aseo y que oliera bien, fueron solo segundos los que le permití verme en pelotas, después de «sacudir mis calzoncillos» me los volví a poner, me probé los pantalones, me coloque de nuevo la camiseta y tome unas corbatas al azar, roja, azul, amarilla y negra, empecé a doblar las prendas después de haberme vestido para ir «a buscarla» a la parte delantera de la tienda, ella no se movía de ahí, sonreí para mi mismo, estaba embobada aun esperando ansiosa la oportunidad de verme desnudo por mas tiempo, empecé a hacer cuentas en voz alta para que comprendiera que el show había acabado y de inmediato la sombra desapareció del suelo, mire de reojo y ya no estaba escondida detrás de ese pilar, escuche sus pasos venir desde la parte delantera de la tienda y sonreí de nuevo para mi mismo «vaya si es tramposa» debía haber algún pasillo y corredores que pudiera tomar para volver de una forma alterna desde la parte delantera de la tienda hasta el área de la bonetería sin ser notada a simple vista por los clientes,
Llego y se paro frente a mi, para preguntarme si me llevaría algo, mire su cara y la note sonrosada, las pupilas dilatadas y un tanto transpirada, la mire y supe que esta hembra había quedado receptiva después de verme en pelotas y con la verga endurecida, no sabia si era virgen o no lo era, pero creí firme que una inexperta no se tomaría tantos riesgos si no supiera de que va el sexo por experiencia,
-Si,
Le dije ya fuera de mi, sosteniendo sus ojos con los míos, fijándome en sus labios carnosos y húmedos y sin decirle mas me abalance hacia ella, la abrace por la cintura y antes de que pudiera decir nada selle sus labios con los míos en un beso desesperado y ansioso de sexo, los primeros segundos opuso algo de resistencia, trato de soltarse de mi y de empujarme pero después de un firme agarrón a sus caderas y un chupeteo a su cuello dejo de oponerse, empezó a mover sus manos de arriba a abajo por mi espalda y mis caderas, toco mis nalgas y mi pecho, yo empecé a quitarle la blusa y ella de inmediato levanto los brazos para ayudarme a sacarla por encima de su cabeza, sus pechos carnosos y redondos aparecieron ante mis ojos y pusieron aun mas firme mi pene, mire de nuevo su rostro feliz y sonriente y note su ansia por ser tomada, su desesperación y su picardía, me despoje de inmediato de mi camisa, mi gorra cayo al suelo, abrí su pantalón y lo baje hasta el suelo, la desnude por completo solo conservaba sus pantaletas y su bra, me abrí el pantalón y me quite los interiores, ella me miraba curiosa y cachonda la entrepierna, sabia lo que quería y ahí estaba mi verga dura y gruesa para cumplirle el capricho, mi pene de 16 centímetros estaba gordo y muy duro esperando el momento de hundirse en una hembra húmeda y caliente, esa mañana yo había salido de mi casa tranquilo a buscar unas prendas para empezar a trabajar y ahora estaba ahí, a punto de empotrar a una hembra como un macho animal sin siquiera planearlo,
Le termine de quitar la ropa interior y use nuestras prendas para armar una especie de colchoneta en el suelo helado, la puse de espaldas al suelo con cuidado sin parar de besar sus labios, le abrí las piernas con mi mano y acaricie con las yemas de mis dedos su vulva, después de una mirada rápida a esa vulva lampiña y rosada me moví hacia su entrepierna y hundí mi cabeza entre sus muslos, mame y sorbí sus jugos, la puchita ya estaba mojada, se notaba que verme desnudo la había puesto mala, lami sus labios mayores, use mis manos para abrírselos y lami sus labios menores, mi princesa olía delicioso, era un olor a pucha sudada y mojada justo en el nivel exacto para no ser un tufo apestoso (aunque la verdad no me habría molestado jaja) sino un perfume primitivo y sensual, mientras chupaba sus labios vaginales estimulaba mi pene con la mano derecha, la izquierda me servía de apoyo para el hombro, ella gemia y acariciaba mi cabello, no decía nada solo se quejaba de forma placentera y ahogada,
Ya era suficiente, su panocha era por completo resbaladiza entre sus jugos y mi saliva, le escupí y le hundí dos dedos de mi mano derecha, ella se quejo un poco
-Calma mi niña, tienes que aguatar esto porque no soy un macho pequeño y eso ya lo viste por ti misma, vas a tener esta adentro, le dije tomando mi miembro con la mano y moviéndolo frente a sus ojos,
Su rostro se puso colorado, movió sus ojos lejos de los míos por pena y le hundí aun mas los dedos, cerro sus ojitos de forma violenta y gimió alto,
Ya era el momento, no tenia condones, sabia que debería de parar, que había riesgos para ella y riesgos para mi, que podía dejarla embarazada o ella pegarme una ETS, pero no podía detenerme, no quería detenerme esa era la realidad, me puse de rodillas me abalance sobre ella, que al igual que yo tuvo un flashazo de lucidez y pánico, trato de impedirme que me acercara mas pero ya era tarde en cuestión de decimas de segundo yo estaba dentro de su vagina,
Mi pene entro firme y sin miramientos a mas de la mitad de su cuevita, ella gimió por la molestia pero lejos de empujarme, se abrazo a mi cuerpo y eso me encanto, fue muy raro y especial, no se sentía como solo sexo, de algún modo en mi interior sentí como si hubiera hallado algo que ni siquiera sabia que estaba buscando, de algún modo sentía que ese era mi sitio y el de ella, saque esos pensamientos de mi cabeza y empecé a bombear su puchita, era cierta mi sospecha, ella no era virgen a pesar de su aparente corta edad, se notaba que el sexo no le era desconocido, su pucha no ofreció muralla o resistencia alguna, recibió mi pene en su interior ajustado, suave, caliente y resbaladizo con normalidad, quería susurrarle palabras tiernas, decirle que me encantaba y si eso le servía de algo decirle que la amaba, aunque no pudiera ser cierto, quería que esta cogida fuera de las mas especiales para ella, quería significar algo mas en su vida que solo el chico random que un dia se la cogió en la bonetería de atrás, quien sabe quizá no era el único, tal vez no era ni el primero ni el ultimo,
Ella no era nada mío y aun así pensar eso me molesto, empecé a follármela mas duro, quería que sintiera de forma intensa el pene que tenia dentro, que sintiera mis embestidas y se corriera como una perra, que recibiera ya al final mis mecos en su interior y quedara escurriendo como una bestia recién pisada por su macho, la bombee largo rato, de forma profunda y sin piedad, mis huevos hacían n sonoro aplauso al chocar con su cuerpo, me dolía un poco pero lejos de molestarme la sensación me gustaba, ella no sonaba dolorida, cada embestida la sobresaltaba y le arrebataba gemidos y quejidos pero se notaba en sus caricias a mis brazos y en sus miradas fijas y suplicantes a mis labios que le encantaba, bese su boca y estruje sus pechos moderando que tan tosco podía ser con ellos para que ella lo disfrutara, eran grandes y de unos pezones pequeños y rosados, los empecé a mamar y ella ya no fue capaz de seguir gimiendo bajito, de pronto y sin aviso trato de cerrar sus piernas de forma violenta alrededor de las mías y supe que el orgasmo se estaba anunciando en su coño, las abrí de forma tosca y le susurre al oído
-Córrete bonita, córrete como una perra, esto es lo que quería la puta? que un macho random te rompiera la cuca? pues aquí estoy mamita y no solo te voy a romper la cuca, te voy a llenar de lefa ese coño,
Su rostro era un desastre, tenia lagrimas de placer por la constante estimulación, saliva saliendo de su boca que corría por la comisura de sus labios y me abrazaba fuertemente como pidiéndome que no me fuera ya nunca, mientras me miraba a los ojos, en cada embestida sentía su clitoris rozar mi piel, ese botoncito de su cuerpo sobresalía un poco, me escupí la mano y lo embarre de saliva generosamente, cambie el angulo de mis embestidas y ahora con mi pubis velludo empecé a frotar de forma constante y violenta su timbresito, ella sintió mi cambio de técnica desde el principio y empezó a gemir mas duro y a tratar en balde de cerrar las piernas, de nuevo no se lo permití y empecé a sentir como el corredor que era su coño se contraía alrededor de mi miembro duro y veloz, bombee feliz aun mas rápido y el orgasmo le llego, sus pezones lucían duros y puntiagudos mientras sus paredes vaginales se contraían sin el menor ritmo, empezó a gritar bajito y le tape la boca con la mano mientras besaba su cuello, la deje disfrutar por unos segundos del post orgasmo acariciando sus tetas por los pezones y besando su cuello, pero la tolerancia acabo y yo también necesitaba venirme, le había permitido cerrar las piernas y ella me abrazaba tiernamente muestras respiraba jadeante en mi cuello,
De golpe se las abrí de nuevo, me hundí hasta el fondo y empecé a taladrarla rápido, ella se quejo, pero yo calle sus gemidos con un beso, la folle duro por unos cuantos minutos y por fin llego, sentí como de golpe la cabeza de mi pene se lleno de placer y ansias, bombee como un desesperado y me hundí en lo profundo de esa hembra joven y cachonda para vaciar mi semen en su útero, dos, cinco, siete, ocho, diez contracciones liberaban en su interior mi semen, la tenia atravesada hasta los huevos que pesados y velludos me caían sobre su vulva y perineo, después de eso la bese, acaricie su cara, su cuello y le di toda la ternura para que no se arrepintiera de lo que acabábamos de hacer, pasara lo que pasara yo tampoco quería arrepentirme así y contrajera una venerea, de verdad sentía que estar con ella así en ese momento lo valia.
estuvimos tirados ahí un buen rato, ella con las piernas abiertas abrazando mis caderas, acariciándome el pecho mientras mi cabeza reposaba junto a su cuello suave, perfumado y delgado como el de una ninfa, sus manos pasaban de mi pecho a mis caderas y por un momento poso temerosa su mano derecha en mi nalga izquierda, acaricio el vello que tenia en ella y subió de nuevo por mi espalda aja hasta tomar mi cabeza, después de un rato de corresponder sus caricias y sus besos, me levante del suelo, salí por completo de ella (mi pene estaba casi ya flácido pero aun en su interior)
Me levante del suelo y le tendí la mano para que ella también se levantara, sus ojos subían bajaban por mi piel desde mi cara hasta mis rodillas, ella me veía admirada y aun curiosa, empecé a vestirme y vi como ella de pronto caía en cuenta de todo lo que habíamos hecho en el suelo bajo nuestros pies, sus ojos se pusieron ansiosos, empezó a morder las uñas de su mano derecha y yo ya vestido me acerque a ella, la abrace de frente contra mi cuerpo asi desnuda como aun estaba y le bese la cabeza, era bajita, no mas de 1.55, le dije que había sido genial y que no debía sentirse mal por nada, que ambos habíamos buscado tener sexo y que me había dado cuenta de que no era su primera vez, la solté después de unos segundos en los que me abrazo y empecé a pasarle su ropa mientras la iba recogiendo del suelo, ella empezó a vestirse rápido, se notaba que ahora que el orgasmo y la calentura había sucedido se estaba recriminando a si misma y se estaba haciendo un nudo la cabeza.
-Sabes, todo estará bien, ambos tomamos el riesgo, ambos disfrutamos yo no tengo la seguridad de si tu estas bien o estas enferma pero puedo asegurarte que yo no estoy enfermo de absolutamente nada, jamás he tenido una ETS y si lo que te preocupa es un embarazo basta con que busques una «pastilla del día después»,
-Si,
Me dijo ella aun triste y pensativa por lo que acababa de permitirme hacerle, tome las prendas que había elegido, las metí en mi mochila frente a sus ojos, saque de mi cartera el valor de las prendas y un billete de 500 pesos (era mas que suficiente para una pastilla del día después) se los di y le dije que era el precio de las prendas, y los 500 pesos eran mi parte de la responsabilidad por haber tenido sexo sin condon, le asegure una vez mas que no estaba enfermo y que quería pensar que ella tampoco, ella tomo el dinero y después de echarme la mochila en las espaldas salí por la puerta de enfrente, mire de reojo a la abuela en la esquina de la tienda y note que se había quedado dormida, ya afuera vi por su escaparate de vidrio, ella seguía en el fondo de la tienda, estaba poniendo en orden algunas prendas, pero sintió mi mirada y me la devolvió fijo con una mezcla de tristeza y miedo, le hice una seña para que viniera y ella troto hacia la puerta para hablarme
-Lo que paso me gusto mucho, y a ti? le dije
-También,
se limito a decirme sin mirarme a la cara
-Sabes, me llamo Julio, tengo 21 años, soy soltero, no tengo novia ni hijos y aunque esto sea raro quiero que sepas que me gustas, si tu quieres podemos seguir viéndonos, pero me gustaría que me dijeras tu que piensas, si no te agrada la idea no pasa nada, que dices, me quieres ver de nuevo?
Yo miraba su cara y note como ilumino, acerté, mis palabras fueron un bálsamo para su autoestima y amor propio, me dijo que se llamaba Gloria, que tenia 16 y que también era soltera, que no tenia novio, ni hijos y que también me quería ver de nuevo.
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