• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (1 votos)
Cargando...
Dominación Hombres, Gays

DE NIÑO INOCENTE A LA PUTITA DE LA CALLE 1

La historia de como inicié mi vida sexual a los 8 años..
Todo lo que voy a relatar a continuación son mis vivencias. Cada letra aquí plasmada representa mis primeros acercamientos al mundo de lo sexual, y a pesar de que muchos de mis recuerdos pueden resultar escandalosos para algunos, cabe aclarar que yo guardo cada experiencia con un cariño y placer inmenso.

Desde chiquito siempre estuve muy acercado a mi lado sexual, aunque no podía expresarlo de gran manera. Al ser hijo único pasaba muchas de mis horas solo mirando las novelas que pasaban en la tele, no solo perdido en las historias, si no que deleitando mi vista con los muchos galanes que en aquellos tiempos había. En esos momentos no sabía explicar el porque, pero mirar a esos hombres con cuerpos de ensueño muchas veces sin remera alguna ocasionaba en mi sensaciones de hormigueos que me impedían despegar los ojos de la pantalla. Cuando llegaba a ver una de estas novelas con mi mamá y ella notaba mi mirada intensa ante los hombres siempre hacia los comentarios de que «algún día iba a lucir como ellos»… lo que ella no sabía es que yo anhelaba estar con uno de ellos, aun sin saber el porque, pero deseaba que uno de estos galanes simplemente me tomara.

Ahora, me presento, me llamo Martin, y podría mentir y decirles que era un niño con un cuerpo curveado que me hacía pasar por una niña, pero la realidad es que era un chiquillo bastante promedio, lo único que me hacía sobresalir de los demás niños eran mis labios algo carnosos y facciones y maneras de actuar que claramente mostraban que era un maricón, aunque después supe que en mi familia atribuían mi personalidad a la edad. En la calle me juntaba con los niños de mi cuadra, que ocasionalmente me hacían la burla por «jotito», pero nunca fue de una forma agresiva, incluso a veces me daban risa las cosas que decían, pero conforme mas crecía y no se me quitaban los modos los demás se fueron dando cuenta de que no eran solamente bromas. A pesar de eso nunca dejaron de hablarme.

Y si bien en mi calle tenía amigos, en la escuela era otro cuento. Alentado porque en el salón de la primaria la mayoría eran niñas daba rienda suelta a mi lado femenino, atrayendo a mi a las chiquillas como si fueran mis hermanas, pero obteniendo miradas raras de los demás chiquillos, y una mirada intensa de uno que otro profesor (que en esos momentos aun no imaginaba el motivo).

Pero bueno, les voy a contar sobre el día que descubrí que las cosquillas que sentía al mirar a otros hombres no eran solamente por curiosidad.

Un día jueves mi mamá me estaba arreglando para llevarme a la escuela cuando llegaron y empezaron a tocar la puerta. Mi mamá fue a abrir y se encontró con que era la vecina, quien traía a su hijo, Axel, pidiendo que por favor lo lleváramos a la escuela, pues ella no podría porque tenía que ir al trabajo de urgencia o algo así, mi mamá acepto con gusto y Axel paso a mi casa, sentándose en la sala mientras yo terminaba de alistarme para irnos ya.

A Axel ya lo conocía, pues a veces salía a jugar con los demás chicos futbol, y si bien yo ya dejaba de jugar cuando ellos jugaban fut siempre me quedaba ahí a mirarlos (por morbo, aunque en ese momento no sabía explicarlo), pero realmente fuera de eso eran pocas las veces que habíamos interactuado, a lo mucho llegamos a saludarnos en esos encuentros con los demás. El me ganaba con 4 años, pues tenía 12 y estaba a punto de terminar la primaria. No estaba ni flaco ni llenito, la forma correcta sería decir que estaba conservado, y supongo que por el deporte que realizaba al jugar futbol y otras cosas se le veía bastante bien físicamente para su edad, era de los pocos que yo llegaba a ver con un cuerpo ligeramente distinto a los demás de su edad. Siempre fue mas reservado, apenas hablando con los que yo sabía que eran sus amigos, por lo que a decir verdad a mi me daba un poco de miedo acercarme a el.

Eventualmente mi mamá nos fue a dejar a la escuela y pasó el día hasta que se llego la hora de salida. Estaba dirigiéndome a la salida cuando la directora me detuvo y me hizo saber que mi mamá marco porque iba a llegar mas tarde por nosotros, pude ver a Axel sentado y estaba a punto de ir a sentarme con el cuando vi que Lucy, mi mejor amiga hasta la fecha, estaba sentada también esperando a su papá, que de igual forma siempre llegaba tarde por ella. Obviamente preferí ir con mi amiga y entre risa y risa mi lado mas femenino fue dominando, hasta el punto en el que estaba hablando con un tono de voz mas agudo y sentado con mis piernas cruzadas, como una damita. Ocasionalmente llegué a mirar a mis alrededores y varias veces note de reojo como Axel no despegaba sus ojos de mi, hasta que nuestras miradas chocaban y el giraba su cara a otro lado, yo no pensé nada raro de eso y solo seguí platicando con mi amiga hasta que su papá llegó por ella, fue ahí cuando nos despedimos y después de un rato me fui a sentar, para esperar a mi mamá que ya no debía tardar.

Llegué y me senté al lado de el, quien estaba callado mirando hacia el frente, como si intentara no mirarme directamente, pero después de un rato empecé a hacerle platica y aunque al principio me respondía muy cortante fue cediendo lentamente. La platica fue muy banal al principio, hablando de la escuela, las clases, los profesores, quejándonos de las tareas y demás, hasta que no encontramos de que mas hablar y nos quedamos callados por un rato. Mi mamá no llegaba, y ya éramos solo nosotros y dos niños mas quienes esperábamos a nuestros papás, cuando el decidió romper el hielo.

— ¿Y esa niña con la que estabas es tu novia? — me preguntó, de forma muy directa.

—No! Para nada, Lucy es mi mejor amiga nada más— dije de forma casi automática, con un tono algo sorprendido por la pregunta.

—Ah, pregunto porque te vi como con mucha confianza con ella.

Yo me quedé callado, pues no sabía a que se podía referir con ello, hasta que el decidió seguir.

—Entonces, ¿no tienes ninguna noviecita por ahí? —me pregunta casi bajando la voz, pero con un tono de coqueteo sarcástico.

Yo me puse muy rojo, pues nunca nadie me había preguntado cosas así en toda mi vida.

—No… —pude responder a duras penas de la vergüenza.

—Mmm, ya. —me dice viéndome algo divertido, claramente disfrutando lo apenado que me encontraba— me imagino que lo que tu quieres es un novio entonces.

Aquello me dejo helado literalmente. Axel nunca me hablaba, y de la nada parecía tener la suficiente confianza como para no solamente preguntar por mis intereses amorosos si no que directamente llamarme maricón, y si bien dentro de mi sabía que tenía razón, la pregunta me tomó por sorpresa, aunque para Axel apenas estaba comentando.

—La verdad se te nota lo jotito bien machín, si de por si en la colonia siempre lo andan diciendo, ahorita que te vi bien suelto con esa muchachita ya lo confirmé.

Pude sentir mi cara enrojeciendo todavía mas y no pude ni siquiera voltear a verlo por una mezcla de miedo y vergüenza. El lo notó y puso una mano en mi espalda, acariciándola.

—No te apures… no le voy a decir a nadie, pero te tienes que portar bien conmigo si quieres que guarde tu secreto, de que eres una maricona de primera.

Su mano fue bajando lentamente a mi espalda baja, hasta que escuchamos como un carro se estaciono afuera y sonó el claxon, el que yo reconocí rápidamente como el de mi mamá. Tomé mi mochila y me levante rápidamente, casi corriendo hasta el coche. Axel salió momentos después, acomodando su pantalón, escondiendo una erección.

Mi mamá nos llevó a casa y le explico a Axel en el camino que su mamá lo había encargado con nosotros porque tuvo que doblar turno en su trabajo, por lo que pasaría la tarde en nuestra casa hasta que pasaran por el. El aceptó y yo me puse muy nervioso, pues tenía miedo de lo que podría llegar a hacer después de todo aquello que me había dicho. En mi mente inocente imagine que se iba a burlar de mi e iba a golpearme, pero la realidad estaba muy alejada de todo eso.

Al llegar a casa mi mamá nos dio de comer, platicando con nosotros lo típico sobre la escuela, y preguntándole a Axel sobre sus pasatiempos. El respondió que le encantaba el futbol y el basketball, y a decir verdad su cuerpo demostraba eso, mi mamá muy fascinada hizo un comentario que, aunque ella no lo sabia y yo mucho menos, acabaría de condenarme como la putita en la que me convertiría tarde o temprano, pidiendo a Axel que me llevara con el a practicar deporte, a lo que el rápidamente respondió encantado que cuando quisiera podía ir con el al campo a jugar, dándome unas palmadas en el proceso. Yo intenté actuar normal pero por dentro estaba que me moría de miedo y de vergüenza, aunque eso mi mamá no lo notó y después de que terminamos de comer me puso a hacer la tarea. Al parecer a Axel no le habían encargado nada, y estaba solamente sentado mirando por la ventana, pero mi mamá le pidió que me ayudara para que terminase pronto y pudiéramos salir a jugar, y el gustoso se acerco a mi. Después de un rato ella nos dijo que iba a ir a recostarse, pero cualquier cosa le avisáramos y nosotros seguimos con lo nuestro.

Tras unos momentos de ayudarme en serio, Axel decidió resumir la platica que tuvimos en la escuela:

—¿Ves cómo cumplo con mis promesas? No le dije nada a tu mamá de como te portas en la escuela.

Yo decidí ignorarlo y seguir enfocado en terminar pronto con lo mío, pero el insistió, poniendo su mano sobre mi pierna y acariciando lentamente.
—Lo único que te pido es que seas un putito bueno y te va a ir muy bien conmigo, ¿si? —me dijo, susurrando, acercando sus labios a mi oreja, lo que hizo que me de un escalofrío. Una sensación de placer recorrió mi cuerpo, pero a pesar de eso no pude dejar de sentir miedo.

—No le digas nada a nadie por favor —dije, con la voz temblorosa.

—No lo diré nada a nadie si me juras que me vas a hacer caso en todo lo que te diga —susurró una vez mas a mi oído. Una vez más un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y yo solamente atine a asentir, en acuerdo, sin imaginar lo que se venía.

El soltó una risa en voz baja y tomo mi libro y lápiz, contestando todas las preguntas que me faltaban rápidamente, para luego decirme que le avisara a mi mamá que íbamos a salir. Cuando llegue a su cuarto ella estaba viendo televisión, y sin prestarme mucha atención me dijo que no tardara mucho.

Yo salí por delante de Axel, aunque después de ver que no había nadie más jugando en la calle le permití dar unos pasos para ver a donde se dirigía. El al notar que me quede atrás me dijo lo siguiente:

—Ven, te voy a llevar al campo, vamos a empezar a entrenar.
—Pero la verdad no me gusta jugar a eso —le dije sinceramente.
—Tu ven, y veremos si podemos jugar a otra cosa —me dijo acercándose a mi y agarrándome del hombro para que caminara con el.

Empezamos a caminar entre las cuadras alejándonos a un campo en el que yo sabia que a veces se reunían los mas grandes a jugar futbol y entrenar y otras cosas, aunque usualmente ya entrada la tarde, y ahorita apenas iban a ser las 3 p.m.

Al llegar note que, en efecto, no había ninguna otra persona en el campo. Este campo constaba de una cancha de pasto artificial grande y unas gradas para ver hacia el, mas adelante había equipo de barras para entrenar y uno que otro juego infantil regado entre el campo. Axel empezó a caminar hacia las gradas, yo creí que para entrar hacia la cancha, pero termino yéndose hasta la otra esquina y se sentó ahí, mirándome, esperando que me sentase a su lado:

—Cada que los de la calle se burlaban de ti por jotito pensé que era pura cosa de ellos, pero con razón nunca te defendiste de eso… te encanta ser bien puto, ¿verdad?
Yo no le pude contestar nada una vez más, y el empezó a acariciarme la pierna, pero esta vez con más intensidad, subiendo hacia mi entrepierna.

—Mas te vale que no le digas a nadie esto, porque no quieres saber lo mal que te va a ir si se enteran.

Sus palabras me llenaron de miedo, pero a su vez el hecho de que el me hablara de esa forma me hacia sentir bastante raro, lo estaba disfrutando de una manera muy rara. El quito su mano de mi pierna y se desabrocho el pantalón, para luego tomar mi mano y ponerla encima de su paquete. Era mi primera vez tocando un miembro de otro hombre, ni siquiera me había tocado el mío de esa forma, pero sentirlo tan duro y caliente desato algo en mi que tenía tiempo esperando ser liberado. Instintivamente empecé a masajear su verga por encima de su ropa interior y el empezó a hacer sonidos de placer en voz baja a la vez que volteaba a todos lados para asegurarse de que no hubiera nadie cerca.

—Que rico cabrón, sabía que te encantaban las vergas… —me dijo mientras se mordía el labio inferior y me miraba con lujuria. Yo seguí con lo mío, apretando su paquete, aunque no podía aguantarle la mirada. Después de un rato el mismo tomo mi mano y la saco, abotonándose el pantalón de nuevo y tomándome de la mano. —Vamos a un lugar mas solo, mejor.

Empezó a caminar hacia la parte de atrás de las gradas, yo lo seguí con algo de incertidumbre, pues nunca había ido a esa parte del campo, pero vi que había unos baños y fue ahí a donde nos dirigimos. Axel se agacho para asegurarse de que no hubiera nadie y después nos metió a un cubículo a los dos. Ahí no perdió el tiempo, bajando la tapa del retrete y diciéndome que me sentara en el. Yo obedecí, con algo de miedo pero a la vez emocionado por lo que fuera a pasar y el rápidamente se paro frente a mi y se desabotono el pantalón, sacando ahora su miembro por completo.

Obviamente al ser la primera verga que vi me impresione demasiado con su tamaño, pero a día de hoy debo reconocer que para su edad tenía una verga bastante impresionante, de unos 14cm que se veía bastante gruesa, y que estaba bastante babosa por todo el precum que acumulo cuando lo estaba tocando por encima.

Con torpeza pero naturalmente lo empecé a tocar de nuevo, y el me miraba como un depredador mirando a su siguiente presa, una cara entre malicia y placer que me aterraba pero me hacia sentir en otro mundo. Su olor me enamoro de inmediato, mezclada entre sudor y precum intenso que me volvió loco. Estuve apretándolo por un par de segundos, pues no sabía que mas hacer con el pero eventualmente Axel se agacho y me empezó a dar unos besos húmedos, invadiendo mi boca con su lengua y dejándome en un trance que me volvía loco.
—Desde hace tiempo ya tengo ganas de comerte esa boquita —me susurro al oído. Yo me le quede viendo con deseo y el volvió a besarme una vez mas, para después decirme algo que abriría un mundo completamente nuevo para mi. —deberías darle unos besos a mi verga también.

Al decirme eso tomo con sus manos su paquete y empezó a sacudirlo, unas cuantas gotas de precum volaron, una impactando en mi cachete. Yo solo atine a acercarme lentamente a su verga y empecé a besarla de la base, para luego pasar a la cabeza y así en repetidas ocasiones, pero el me tomo de la boca y me dijo que lo chupara como si fuera una paleta. Como pude me metí aquello a la boca y empecé a tratar de chuparlo como si de un helado se tratase, pero la cabeza apenas cabía en mi boquita, a pesar de eso el parecía estar en el cielo, pues con su muñeca intentaba tapar los sonidos de placer que salían de su boca y yo solo me dedique a intentar continuar, hasta que su mano libre tomo mi cabeza y empezó a empujarme su verga mas adentro de la garganta. Yo empecé a sentir que no podía respirar bien y me la saque de una arcada, haciendo bastante ruido, el solamente abrió los ojos y se puso la mano en los labios, diciéndome que guardara silencio, yo solo atine a limpiar mis ojos pues se me habían llenado de lágrimas, pero después de unos momentos el me acerco la verga de nuevo, y yo obedientemente seguí chupando como pude.

En momentos el intentaba metérmela mas profundo en la boca, y yo intentaba resistir pero no podía con aquella verga, por lo que el empezó a mover lentamente sus caderas, cogiéndome de la boca lentamente. Mi cara estaba rojísima y llena de lagrimas a pesar de que aquella verga apenas entraba a la mitad, pero eventualmente sus movimientos se empezaron a hacer mas rápidos y susurro una frase que cambio mi vida para siempre:

—Puta madre, ya me voy a venir…

Después de eso el intento mover su verga rápidamente, pero sentí varios hilos de líquido espeso tibio caer en mi cara, yo cerré mis ojos y Axel estaba haciendo todo lo posible por no gritar de placer.

Mientras el se recuperaba de su orgasmo yo me pase la mano por la cara para limpiarme aquello que me había caído, solo para descubrir que era algo blanquecino, que no se porque, pero me dio por probar y si bien su sabor no fue lo mejor del mundo mentiría si les dijera que no me gusto. El al ver esto esbozo una sonrisa cínica, pero tomo la parte interior de su playera y me limpio rápidamente. Cuando el se asomo para asegurarse de que no había nadie cerca regreso por mi para que lo siguiera, no sin antes enjuagarme la cara. Tras ello emprendimos camino a casa, ambos bastante callados.

Yo no sabia realmente lo que acababa de pasar en aquellos baños, pero me sentía extrañamente satisfecho con la situación, y Axel se notaba algo arrepentido, pues solamente miraba hacia el frente cuando caminaba. Cuando estábamos por llegar a mi casa me detuvo y me empezó a decir en voz baja:
—Nadie tiene que saber lo que hicimos ahí, ¿va? —yo solo lo miré y le negué con la cabeza, y el un poco mas aliviado me miro y me dijo —me gustó mucho, si a ti también te gusto podemos seguir haciéndolo…
Yo no supe que decirle, solo lo mire por un rato algo avergonzado riendo nerviosamente.

—No te hagas del rogar, en tu cara se veía como lo estabas disfrutando, ¿o no putito?

Aquellas palabras me hicieron sentir extrañamente bien, y solo le dije que si me habia gustado, el se rio y me nalgueo, luego seguimos caminando hacia mi casa, en la que al llegar nos detuvieron los chicos que jugaban en la calle y nos invitaron a unirnos a su juego.

Conforme se llego la noche, la mamá de Axel paso por el y se fue a su casa. Esa noche antes de dormir estuve repasando la escena una y otra vez. No podía olvidar todo aquello y por primera vez tuve una erección, sintiendo mi pipi duro y una calentura que no podía ignorar. Me quede pensando en Axel, y en como a pesar de que utilizaba esos insultos contra mí lo único que quería era que siguiera diciéndome así.

Ahí supe que el tenía razón. Que aquella curiosidad que había sentido toda la vida por los hombres solamente era digna de un putito.

Y no quería ser solamente un putito, quería ser su putito.

CONTINUARÁ…

 

17 Lecturas/24 junio, 2025/0 Comentarios/por YrFavSinner
Etiquetas: amiga, amigos, hijo, madre, mayor, orgasmo, recuerdos, vecina
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Y así nada más cambió mi vida II
Mi primera vez.
A los 14 con un amigo
Mi hermana y el cura Don Miguel
Mi gusto por las medias
Mi primera infidelidad 3
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.113)
  • Dominación Hombres (3.363)
  • Dominación Mujeres (2.590)
  • Fantasías / Parodias (2.624)
  • Fetichismo (2.282)
  • Gays (20.552)
  • Heterosexual (7.272)
  • Incestos en Familia (16.486)
  • Infidelidad (4.069)
  • Intercambios / Trios (2.771)
  • Lesbiana (1.074)
  • Masturbacion Femenina (747)
  • Masturbacion Masculina (1.565)
  • Orgias (1.757)
  • Sado Bondage Hombre (412)
  • Sado Bondage Mujer (150)
  • Sexo con Madur@s (3.664)
  • Sexo Virtual (225)
  • Travestis / Transexuales (2.237)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.188)
  • Zoofilia Hombre (2.049)
  • Zoofilia Mujer (1.605)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba