DE NIÑO INOCENTE A TODA UNA PUTITA 2
Mi verdadero despertar sexual; el día que todo cambió definitivamente..
Tras haber pasado toda la noche entre sueños intermitentes donde las imágenes de la mamada que le había dado a Axel era lo único presente, desperté con una emoción tremenda por ir de nuevo a la escuela y toparme con él, esperando repetir lo que habíamos hecho.
Si bien me quedaba claro lo mucho que había disfrutado ese encuentro, algo dentro de mi aún tenía temor y culpa pues una voz interna me decía que eso estaba mal, pero aun con todo y remordimiento durante la mañana estuve atento a la puerta de mi casa, en caso de que la mamá de Axel no tuviera chance de ir a dejarlo y tuviera que pasar el día en mi casade nuevo, pero lamentablemente no fue así.
El día transcurrió normal en la escuela, con la diferencia de que en ratos me quedaba muy pensativo, imaginando que estaría haciendo Axel en esos momentos y asomándome por la ventana intentando verlo a lo lejos, en los últimos salones. Cuando la campana timbro fui el primero en salir, despidiéndome rápidamente de mis amigas y corriendo a la salida para ver si él estaba por ahí, pero una vez mas no tuve suerte para encontrarlo.
Cuando llegue a casa mi estado de ánimo estaba por los suelos, y mi mamá lo noto, pero rápidamente la hice despreocuparse diciéndole que tenía demasiada tarea y no quería hacerla (cosa que en parte era cierta, pero obvio eso no era lo que me tenía desanimado) y ella me respondió que entre más pronto la termine más pronto estaría jugando fuera. Abrí mi libro y comencé con mis deberes de matemáticas, pero rápidamente entre en un callejón sin salida, porque las matemáticas nunca fueron lo mío y esto ya se me estaba haciendo bastante complicado.
Tome mi libro y me acerque con mi mamá para pedirle ayuda, pero se estaba arreglando para salir rumbo a casa de mi abue:
—Mmm, ya. Se miran bastante complicadas las operaciones, ¿las tienes que entregar para mañana? —me preguntó sin siquiera haber volteado a ver mi tarea.
—Sipi, si no la profe no me deja entrar al salón hasta que termine.
—Intenta recordar lo que te enseñaron en clase, que Rodolfo no está ahorita como para que te ayude.
Rodolfo era uno de mis tantos primos, que se encontraba cursando la prepa en aquel entonces y siempre fue y es hoy en día una persona muy inteligente. Cada que iba a casa de mi abue solía llevar mis tareas conmigo para que me ayudase a avanzarlas y tras ello salíamos con los demás primos que estaban de visita a jugar en la casita del árbol que tenía mi abue en el patio.
Yo me quedé en el cuarto de mi mamá intentando resolver los problemas unos minutos más, pero cuando ella vio que no podía terminarla dijo algo que me animo sospechosamente rápido, aunque claro, ella no noto nada:
—Si quieres te llevo a casa de Axel, a ver si él te puede ayudar como ayer.
Literalmente pude sentir como mis ojos se iluminaron y apenas termino de decir la oración rápidamente le dije que sí. Mi mamá me mando a cambiarme el uniforme de la escuela por algo más cómodo, y yo me puse unos shorts algo holgados y una playera roja con dibujos y nos dirigimos a casa de Axel, que quedaba a media cuadra de la mía. Cuando llegamos mi mamá toco el timbre y después de unos segundos salió Axel, quien me vio de pies a cabeza y luego vio a mi mamá y palideció por completo, con una expresión de sorpresa, pero mi mamá no lo noto:
—Hola Axel, ¿no está tu mami otra vez? —le pregunto con ese tono que tienen las mamás para hablar con los niños.
—Ahh hola seño… no, no está mi mamá… otra vez tuvo que doblar turno —respondió tartamudeando un poco. — ¿por qué pregunta?
—Es que vengo a molestarte otra vez… ¿crees que puedas ayudarle a mi Martin con su tarea? Le ayudaría yo, pero tengo un compromiso en casa de mi mamá y no me da tiempo…
Axel al escuchar esto pareció sentirse muy aliviado y casi suspirando contestó:
—Claro señito, ya sabe que no hay problema con eso, yo le ayudo con lo que sea.
Mi mamá me dio unas palmaditas despidiéndose de mí, diciéndome que me portara bien y que le hiciera caso a Axel para no meterme en problemas y Axel se paró en la puerta, despidiéndose con la mano de mi mamá. Cerró la puerta tras de sí y yo me quede a su lado, esperando a ver que decía, pero el solo me sonrió como si nada y empezó a caminar hacia su cuarto.
—Te estuve buscando todo el día en la escuela, no te vi por ningún lado… —le confesé, caminando tras de él, pero se giró rápidamente y me hizo una seña con el dedo de silencio, a la vez que me respondía con un tono casual.
—Me tuve que ir temprano, está un amigo de visita porque sus abuelos enfermaron.
Rápidamente entendí que no podía continuar hablando sobre lo de ayer, pues entre más nos acercábamos a su habitación los sonidos de videojuegos provenientes de la tele se hacían más intensos y la voz de otro chico hablando consigo mismo se hizo presente.
Al llegar a su habitación pude ver que sentado a la orilla de su cama estaba Ronaldo, uno de los muchachos que estaba en el salón de Axel. Si bien él no vivía tan cerca su casa quedaba dentro de la misma colonia, por lo que una que otra vez lo había visto por ahí, jugando con los demás al futbol o paseando con una que otra chiquilla.
Ronaldo era alguien que a primera vista te daba la impresión de ser muy duro, con su piel morena, su corte de cabello estilo militar y un cuerpo ancho algo llenito pero que gracias a su estatura se disimulaba bastante bien, pues era bastante alto para su edad. Su presencia imponía bastante, pero la realidad es que era alguien bastante relajado extremadamente bromista.
—¿Quién era we? —le pregunta Ronaldo a Axel, sin despegar su mirada de la televisión.
—Una vecina… la mamá de Martin, vino a encargármelo para que le ayude con la tarea. —fue ahí cuando Ronaldo volteó a la puerta y me saludó, yo le correspondí el saludo y siguió con lo suyo, al parecer jugaban Call of Duty.
Axel se giró hacia mí y me dijo:
—Si quieres espérame en la sala, nada más acabo esta partida y ya voy contigo.
Yo asentí y me encamine hacia los sillones, donde deje mi libro y mis lápices en la mesa de centro y me senté a esperar, escuchando como la puerta del cuarto de Axel se cerraba. La presencia de Ronaldo me hizo entristecer un poco, pues estaba claro que no íbamos a poder tocar el tema y mucho menos repetir lo de ayer, que extrañamente yo quería volver a hacer sin siquiera tener la más mínima idea de lo que Axel me estaba haciendo o por qué.
Pasaban los minutos y no parecía que el fuera a salir. Yo estaba a punto de asomarme hacia la calle, a ver si mi mamá aún no se iba para regresar con ella, pero fue entonces cuando la puerta del cuarto se abrió de nuevo y salieron de él Ronaldo y Axel. Ronaldo se estaba despidiendo al parecer:
—Me vas a buscar cuando acaben, voy a estar jugando con Neto y Chuy. —le dice Ronaldo mientras se despide con un choque de puños.
—Está bien we… pero en buen pedo, espérate a que te hable yo.
—Simón, simón —le responde Ronaldo con una risa y los ojos entrecerrados, para después ponerme el puño para que yo lo saludase también —nos vemos al rato Martin.
Yo le correspondí el saludo y salió de la casa, quedándonos solos Axel y yo, por fin
Él se quedó unos momentos asomado por la ventana, asegurándose de que Ronaldo se fuera y después de unos segundos cerró la puerta principal con llave y caminó hasta quedar frente a mi.
—¿Cómo estás? —me pregunta, mirándome a los ojos y acercándome a él para que le dé un abrazo.
—Bien… pero pensé que ya no querías juntarte conmigo —le confese a la vez que pegaba mi cabeza con su pecho, en un abrazo que me levanto los ánimos.
—No digas burradas… nada mas no podía seguirte la corriente con Ronaldo aquí… cuando haya más gente no nos podemos portar igual que cuando estamos solos, ¿entendiste?
Yo asentí y nos separamos, el vio mi libro de matemáticas que estaba en su mesa y hojeo las páginas que tenía que resolver como tarea.
—Está muy fácil esto, te lo resuelvo rápidamente y si quieres te lo explico más tarde, pero mejor nos divertimos un poquito antes de empezar, ¿no crees?
—Si! Si! SI! —le respondí muy emocionado, a él le dio risa mi respuesta tan emocionada y me tomo de la mano, caminando hacia su cuarto. Cuando llegamos cerró la puerta y bajó las cortinas que daban hacia su patio trasero.
—Mi mamá no llega hasta la noche, así que no te preocupes. —me comentó a la vez que apagaba el foco de su cuarto, que ahora estaba iluminado por los tenues rayos de sol que lograban colarse por la cortina.
Después de arreglar todo Axel se paró frente a mí. Yo me encontraba sentado a la orilla de su cama y después de vernos unos segundos empezó a besarme apasionadamente.
Yo intentaba seguirle el ritmo torpemente, pues a mi corta edad jamás había hecho algo parecido, pero sus labios, su lengua e incluso su saliva inundaban mi boca y eso me hacía sentir cosas que nunca había sentido. El sonido de nuestro beso pasional era lo único que rompía el silencio en ese cuarto, y después de unos segundos Axel empezó a subirse encima de mí, tirándome por completo en la cama, aun besándonos, para después acostarse al lado de mí y tomándome con sus manos para ponerme encima de él.
Una vez arriba, empezó a mirarme mientras me acariciaba por encima de mi playera, de la cual empezó a deshacerse, quitándomela lentamente dejando mi torso desnudo expuesto. Yo sentí como mi cara empezó a enrojecer de la vergüenza que sentía al estar así frente a Axel, pero el continúo acariciando con sus manos todo mi cuerpo, deteniéndose en mis pezones, los que empezó a acariciar con más insistencia.
—Te miras tan lindo encima de mí. —me dijo con una voz que jamás le había escuchado. Una voz que ahora se solo denotaba lo caliente que estaba.
Yo enrojecí aún mas y solo me le quedé viendo, el me acomodo más abajo, de manera que mi culito quedó por encima de su verga, que se sentía tan dura con una roca. Por instinto comencé a moverme encima de él, lo que pareció volverlo loco pues echo su cabeza para atrás y me tomo de la cintura, restregando nuestros cuerpos más.
Tras un rato de estar frotando mi culo con su verga, él se paró de la cama, quitándose su playera en un solo movimiento y desabrochando su pantalón, dejándolo caer lentamente y luego quitándose el bóxer que llevaba puesto. Yo en ese momento quedé en un estado de trance ocasionado por el placer que sentía ante aquella vista.
Axel estaba desnudo frente a mí, con un cuerpo marcado por el ejercicio que hacía jugando futbol, un torso casi brillante con unos pectorales y abdominales bien definidos para su edad, unas piernas gruesas bastante velludas de ensueño y mejor aún, esa verga con un el vello púbico típico de un puberto. El noto como lo miraba y solo se rio y se acercó a mí, mi cara quedo frente a su verga y como por memoria muscular acerque mi boca a ella, a lo que él puso su mano en mi frente para detenerme.
—Aún no, esta vez tenemos más tiempo… —me dijo, empujándome hacia la cama para que me recostara una vez más, mientras empezaba a quitarme el pantalón con desespero.
Yo levante ligeramente mi cuerpo ayudándolo a que se deshiciera de mi pantalón y en cuanto lo quitó y yo quede solamente con mi ropa interior comenzó a besar mi pecho, lamiendo mis pezones y bajando hasta mi abdomen, en el que con sus dedos tomo el elástico de mi calzón y empezó a bajarlo lentamente.
Yo estaba bastante nervioso y apenado, pues claramente nunca había estado desnudo frente a alguien que no fuera mi mamá, mucho menos alguien que me gustara de la manera en la que me estaba gustando Axel, pero estaba dispuesto a dejarlo hacerme lo que sea con tal de seguir a su lado.
Cuando me quitó el calzoncito se me quedo viendo por unos momentos, acariciando mis caderas con ambas manos de una manera que me daba cosquillas y me volvía loco. Ver sus manos más grandes que las mías y de un tono color de piel, que si bien no completamente moreno, pero si más oscuro que el mío, me hacía sentir frágil, como si le perteneciera, y eso me encantaba.
Tras unos momentos de admirarnos el uno al otro Axel me tomo, parándome frente a el y ahora el quedando sentado frente a mí.
—Me encantas un chingo, cabroncito… —me dijo, de nuevo con esa voz lujuriosa. —quisiera tenerte así encuerado para mi todo el tiempo…
A la vez que decía esas palabras tomo su verga, que ya estaba más que durísima y palpitando y comenzó a masturbarse lentamente, disfrutando de la vista.
Yo estaba bastante nervioso y no sabia que hacer estando frente a él, por lo que me metí un dedo a la boca nerviosamente y con mi mano desocupada empecé a tocar mi pequeño pene de niño, que igual que la noche anterior cuando recordé todo lo que paso con Axel estaba bastante duro ya, y solo podía clavar mi mirada en el pene de Axel. Él tomo la iniciativa y se levanto de la cama, cargándome desde las piernas de manera que mi culito quedaba justo por encima de su verga, que se sentía bastante caliente y seguía palpitando contra mí. Yo me sujete con ambas manos de su cuello y una vez más nos fundimos en un beso largo y húmedo del que no quería liberarme jamás. Poco a poco empezaba a seguirle el ritmo a su boca, pero de la nada el se separó de mí, dejándome en la cama mientras el se agacho bajo su cama a buscar algo.
Tras unos segundos de hurgar bajo su cama saco una caja de zapatos en la que había diversas películas dentro. Entre ellas pude reconocer varias películas populares, y el saco una que tenía una portada de Shrek, al abrir el contenedor de DVD había dos discos dentro, uno que parecía ser el de la película y otro que era un disco genérico, sin ninguna marca.
—¿Has visto porno alguna vez? —me preguntó, mientras desconectaba la consola en la que jugaban y empezó a conectar su reproductor.
—¿Qué es eso? —le respondí con genuina curiosidad, pues en mi corta vida jamás había escuchado algo parecido.
El solamente se rio un poco y respondió:
—Ya verás…
Al meter el DVD al reproductor en la pantalla de la televisión apareció un jardín con una piscina, en la que segundos después se pudo ver a una mujer de cabellera rubia bastante bronceada jugando con sus tetas, masajeándolas mientras dos hombres con cuerpos bastante atléticos le restregaban la verga en la cara. Aquella visión rápidamente me hipnotizo, pues si bien jamás había tenido alguna platica sexual o algo por el estilo ya me imaginaba que esto era algo que no debíamos estar viendo. La mujer del video se metió una de las vergas que tenía a su disposición y comenzó a chuparla haciendo sonidos bastante eróticos, mientras que el hombre colocaba sus manos tras su nuca y se limitaba a disfrutar la gloriosa mamada que aquella tetona le estaba dando. Axel se estaba jalando su verga, moviendo de arriba hacia abajo y en ese momento no sabía si quería ver la verga de Axel o aquella película prohibida, pero el ver aquella mamada y recordar que yo había hecho lo mismo ayer sin saberlo me calenté demasiado, y me quedé hipnotizado mirando la pantalla.
Axel tomo el control del reproductor y comenzó a atrasar el video, dejándolo justo en la escena en la que recién aparecía la mujer, que usaba un traje de baño que no dejaba nada a la imaginación, mientras que una canción erótica sonaba de fondo. La mujer se paró frente a la pantalla y comenzó a bailar sensualmente mientras se deshacía de sus prendas lentamente. Axel me tomo de la nuca y una vez más comenzó a besarme, esta vez de una manera mas salvaje mientras se seguía jalando la verga, con más velocidad cada vez.
—Quiero que me bailes como esa vieja, putito… —me dijo al oído. Sus palabras me estremecieron y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Solo atine a quedarme viéndolo con confusión y el me tomo de la mano, parándome justo frente a la televisión para después volver a sentarse en su cama frente a mí, tocándose aun esperando a que hiciera algo.
La tensión en aquel cuarto era bastante, pero después de un rato en el que solo estaba parado frente a el decidí ignorar la vergüenza y comencé a moverme, girándome ocasionalmente para imitar los movimientos de aquella mujer fingiendo quitarme un brasier y un calzón inexistentes y contoneándome sexualmente ante Axel, quien tenia una cara que jamás le había visto, y denotaba lo mucho que estaba disfrutando el espectáculo.
Una vez mas tomo el control de la televisión y adelanto el video a la escena en la que la mujer se la estaba chupando a los dos hombres, y se levanto de la cama quedando frente a mí.
—Bailas como toda una zorrita experta, ¿sabías? Te ves mucho mejor que la perra del video…
Sus palabras de aprobación me hicieron sentir bien conmigo mismo, y fue el ultimo golpe que logro romper por completo la vergüenza que sentía estando frente a él. Saber que me miraba deseándome mas que a una mujer que muchos hombres desean me hizo sentir el chiquillo más poderoso del mundo, y desde ese momento supe que lo único que quería era sentirme deseado por aquel hombre.
Axel me dijo que me hincara como si fuera a rezar y yo le hice caso, quedando ligeramente más debajo de su miembro, con el que me empezó a dar cachetadas suaves que me volvían loco, yo lo miraba sintiendo algo que jamás había sentido, lujuria, y el noto mi mirada y solo esbozo una sonrisa cínica.
—Abre bien la boca —me ordenó, y yo rápidamente obedecí.
Comenzó a guiar su verga hacia mi boca y una vez que la metía la sacaba, solo para volverla a meter, ocasionándome arcadas y que mis ojos se llenaran de lágrimas, pero aquello me estaba encantando. En una ultima metida me dijo que me preparara y sin mas me dejo ir toda su verga en la boca, que me llego hasta la garganta y puso sus manos en mi cabeza para que no pudiera liberarme, dejando escapar un gruñido de placer que jamás olvidaré. Yo comencé a retorcerme en el suelo y a intentar liberarme, pues aquello me estaba cortando la respiración, pero eso no parecía importarle, pues solamente estaba mirando hacia el cielo y yo sentía como su verga palpitaba en mi garganta.
Cuando finalmente me soltó yo me hice para atrás, recargándome en el mueble en el que se encontraba la televisión intentando agarrar aire, y lo vi, aun con su verga completamente dura y llena de mi saliva, mirándome con deseo.
—Eres una putita tragona… lo estas haciendo muy bien.
—No… no podía…. respirar… —le dije con la voz entrecortada, como pude.
—Perdóname, me deje llevar, es que tu boquita se siente tan rico…
Una vez más, su aprobación me hizo sentir en el cielo y me limpie las lágrimas que habían brotado de mis ojos. Lo último que quería era parecer débil ante mi macho, sobre todo al ver lo mucho que el me estaba disfrutando.
Cuando por fin pude agarrar aire bien fui yo quien gateo hacia él y me volví a meter su verga en la boca, intentando imitar a la mujer en el video, quien se tragaba esas vergas hasta el fondo sin apenas detenerse a respirar, y Axel solamente atino a mirarme, colocando ambas manos sobre su cintura, admirando como un chiquillo de apenas 8 años le estaba comiendo la verga.
Si bien no era un experto para nada estaba dándolo todo de mí, él ocasionalmente me decía que no usara los dientes y yo como podía intentaba acatar su instrucción, abriendo mi mandíbula a lo máximo y envolviendo su verga con mi lengua.
Axel empezó a respirar cada vez más rápido y sus gemidos empezaron a ser mas constantes, yo supe ahí que estaba a punto de venirse, como el había dicho ayer, e intenté mantener el ritmo que llevaba, pero el me detuvo la cabeza con sus manos y se hizo para atrás, cayendo sobre su cama y apretándose la verga, intentando detenerlo. Después de unos segundos se calmó al fin, y empezó a reír con satisfacción, recorriéndome con la mirada.
—Casi me haces venirme putita… se sintió tan pinche rico… —dijo entrecortadamente aun recuperando la respiración. —pero aun no… quiero que hagamos otra cosa…
Otra vez tomo el control remoto y empezó a adelantar mas en el video, dejándolo en una escena en la que aquella rubia estaba en cuatro sobre una cama, tocándose la vagina con los dedos y uno de los dos hombres se acercaba, rozándole la verga en la entrada.
—Si no has visto una porno, ¿tampoco sabes lo que es coger, o sí? —me dijo, mientras yo iba a sentarme a su lado para ver el video.
Aquella escena logró abrir otro mundo nuevo para mí, pues jamás se me había atravesado el concepto de la penetración por la mente. La mujer de inmediato comenzó a mover el culo para recibir aquella verga y el hombre la tomaba de la cintura, dándole unas embestidas que la mujer parecía disfrutar demasiado. Yo solamente atine a imitar la posición de la mujer, subiéndome en cuatro a la cama, Axel vio eso y esbozo una sonrisa como si su plan se estuviera cumpliendo a la perfección.
—¿Ves como solito te pones? Estás hecho para esto, cabrón… —me dijo mientras se colocó atrás de mí, y escupió en mi culo, esparciendo su saliva con la punta de su verga.
Al sentir aquella cosa dura contra mi de inmediato me volví loco de placer, deseando que la metiera de una buena vez, y no dude en hacérselo saber:
—Hazme eso que le están haciendo a la mujer del video… —le dije con un tono que, aunque intenté hacer de placer, sonó bastante inocente. Axel tomo aquello como lo ultimo que necesitaba escuchar y comenzó a hacer presión contra mi ano.
Primero pude sentir la humedad en mi culito, y luego como aquello se abría paso en mi culo, pero cuando lo que supongo que fue su cabeza entró en mí, un dolor terrible invadió mi cuerpo, como si estuvieran partiendo a la mitad y no pude evitar soltar un alarido de dolor, que con suerte no habría escuchado nadie, pero había sido demasiado fuerte.
Axel se asustó demasiado y saco lo poco que llevaba dentro, haciéndose para atrás y pidiéndome perdón de manera repetida. Yo empecé a retorcerme en la cama llorando de dolor, intentando verme el culito seguro de que me estaba sangrando, y además intentando masajearlo, pero el dolor no se detenía y solo pude seguir llorando. Axel se coloco a mi lado y me abrazo, pegándome a su pecho aun pidiéndome perdón:
—Perdóname Martincito en serio! no era mi intención, lo ultimo que quería era lastimarte, en serio lo lamento… —decía mientras sobaba mi cabeza y me apretaba contra él. Yo no podía dejar de llorar, pero conforme el dolor se calmo y me fui tranquilizando solo quedé acostado con el.
Estaba a punto de decirme algo mas cuando escuchamos que alguien estaba tocando la puerta. Axel se exalto demasiado y abrió la puerta de su cuarto, intentando ver quien era desde ahí, y yo brinque de la cama y busque mi ropa rápidamente, poniéndomela como pude.
Axel al parecer no podía ver nada desde donde estaba, pero se calmó al escuchar la voz de Ronaldo:
—Axeeeeel! Soy yooooo! Abremeeeee! —decía Ronaldo, con un tono bastante casual a la vez que tocaba a la puerta.
Axel se puso su ropa rápidamente y quito el video que seguía reproduciendo en la televisión, para sacar el DVD y lanzarlo bajo su cama después, yo solo permanecí sentado a la orilla de la cama, aun con algo de dolor en mi culito, pero ni de cerca tan horrible como hace unos segundos. Él fue a abrir la puerta y tras dejarlo pasar solo pude distinguir algunas palabras desde el cuarto:
—¡Te dije que no volvieras hasta que te fuera a buscar yo! —le reclamó Axel a Ronaldo.
—Ya se wey, pero es que… —y ahí fue cuando deje de escuchar, pues Ronaldo bajo la voz.
Después de un rato de cuchicheos Axel me llamó desde la sala y yo salí del cuarto, caminando lentamente pues aún era algo molesto. Los dos me esperaban sentados en la sala, y Axel ya estaba respondiendo mi tarea. Cuando la termino Ronaldo dijo que deberíamos ir a jugar con los demás, que ya estaban la mayoría afuera en la calle y todos aceptamos.
Yo le agradecí a Axel y el me prometió explicarme después como se hacían esos problemas, tomando mi cabeza y pegándola en su hombro, aun buscando reconfortarme por lo que había sucedido en el cuarto, y yo solo me recargué unos segundos, pero después nos separamos y empezamos a caminar hacia la calle.
Estábamos a punto de salir, cuando Ronaldo me detuvo y solamente me dijo:
—Oye Martin, te pusiste la playera al revés…
Yo me volteé a ver y en efecto, me la había puesto al revés. Era bastante obvio pues se veía la costura del dibujo que tenía, pero con la prisa de vestirme rápido no lo había notado. Estaba a punto de pedirle permiso a Axel de usar su baño para cambiarme, cuando Ronaldo mismo se acerco a mi y me la quito, girándola en el sentido en el que tenia que estar y me la volvió a poner rápidamente.
Ahora si íbamos a salir a la calle, cuando solo pude escuchar que Ronaldo le dijo en voz muy baja a Axel:
—Tienes que ser más cuidadoso, cabrón…
Y Axel solo atino a responderle con un codazo que Ronaldo esquivo. El resto de la tarde fue bastante normal, ellos se la pasaron jugando fut con los demás de la colonia, y yo me senté junto con los mas chicos a platicar y a dibujar con gises en la acera, viendo ocasionalmente a Axel con otros ojos, ojos de amor y deseo, y el me regresaba esa mirada en ocasiones. Ahora estábamos muchísimo mas unidos que jamás lo pude haber imaginado, y eso me hacía sentir algo que nunca había sentido.
Cuando mi mamá llegó a la calle, Axel, al ver su carro se acerco para entregarme con ella y despedirse. Mi mamá se lo agradeció mucho y le ofreció dinero en recompensa por ayudarme y cuidarme, pero el se negó sin pensarlo:
—No seño, nada de eso, cuando ocupe algo así no se preocupe, Martin es muy buen niño y los dos la pasamos bien juntos… —le dijo a mi mamá, a lo que ella muy alegre le sonrió y se despidió de él.
Estaba por entrar a mi casa cuando gire una vez mas para ver a Axel, quien me miraba desde la banqueta y se despidió con la mano. Yo le correspondí y en eso se acercó Ronaldo, despidiéndose mí también, guiñándome un ojo.
CONTINUARÁ…
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