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Dominación Hombres, Gays

DE NIÑO INOCENTE A TODA UNA PUTITA 3

Mi desarrollo sexual continúa, pero esta vez algo amenaza con cambiarlo todo….
Por la noche no pude evitar repasar cada momento vivido con Axel y entre mas pensaba en ello mas me excitaba. Mi penecito de niño se endurecía de tan solo recordar todo lo que hicimos esa tarde, e imitando lo que vi comencé a jugar con él, masturbándome como vi que Axel lo hacía.

Tras pasar un buen rato tocándome el clímax llego, en una mezcla de sensaciones nuevas para mí que se sentían como cosquillas, invadiendo todo mi cuerpo y llenándome de un placer que nunca imagine poder sentir con mi pipi.

Al día siguiente por la mañana volví a arreglarme con entusiasmo, con muchas ganas de volver a la escuela, cosa que mi mamá elogió, atribuyéndolo a que tenia ganas de aprender y demás, la realidad es que anhelaba ver a Axel por ahí y, si tenía suerte, poder chupársela de nuevo. Antes de llegar al salón en el que tomaba clases volteé por todos lados intentando verlo a lo lejos, y si lo vi, pero lamentablemente su salón ya había comenzado las clases. Supongo que el sintió mi mirada pues levanto la vista y me saludo levantando la cabeza, yo le respondí el saludo y caminé hacía mi aula.

Rezaba y rezaba porque el tiempo volara para que por lo menos se llegara el receso y pudiera ir a saludarlo o algo, pero entre mas miraba el reloj más juraba que parecía detenerse a momentos, por lo que para despejar mi mente (y mi vejiga, claro está) le pedí permiso a la profesora de ir al baño. Me dirigí hacia allá y cuando estaba a punto de entrar a un cubículo sentí una mano en mi espalda que me asustó, pues me saco de mis pensamientos.

—¿Qué anda haciendo por aquí, jovencito? —me preguntó Axel, con un tono de broma, pero hablando algo bajo.

—¡Hola Axel! —le respondí emocionado y me lancé hacía el, abrazándolo, lo note algo incomodo y, aunque me abrazó por unos segundos dándome palmadas en la espalda se separó rápidamente.

—Espérame, ya vuelvo. —dijo mientras se metía a los baños y veía en todos los cubículos asegurándose que no hubiera nadie, y después de asegurarse regreso hacia donde estaba yo, afuera del baño. —tengo algo que decirte, pero no te asustes, ¿va?

—Emmm… va…

Aquellas palabras me hicieron sentir raro, pues el tono con el que las dijo fue bastante serio.

—Ayer que estábamos en mi casa… este… ya sabes… —su voz temblaba un poco, y se notaba como intentaba buscar las palabras adecuadas. —este… Ronaldo… nos vio haciendo eso…

Yo no pude decir nada y pude sentir como se me bajaba la sangre. Los nervios me atacaron rápidamente e incluso pude sentir como mi cara se llenaba de lágrimas.

—Pero no te preocupes… tampoco es para tanto… el… bueno, ya le había contado algo a medias… es solo que… supongo que no me creyó, y ayer… el pendejo estaba viendo y escuchando por la ventana de mi cuarto… pero no te preocupes, el me dijo que no iba a decir nada…

Sus ultimas palabras me aliviaron un poco, pero aun así el saber que alguien nos había visto haciendo algo que yo veía tan intimo y sagrado me hizo sentir bastante incomodo, lo único que pude hacer fue asentir y agachar un poco la cabeza. Axel se giro para todos lados y después me limpio las lágrimas con su mano.

—Ya… no te sientas mal… solo, si el cabrón te dice algo raro ignóralo, ¿sí?

Asentí una vez más. A pesar de saber lo rico que se sentía lo que estábamos haciendo la sensación de que estaba mal no se iba de mí.

En una que otra platica familiar siempre había escuchado burlas hacia los homosexuales e incluso insultos despectivos, pero jamás me lo había tomado a pecho, supongo que era tan niño que nunca tuve la iniciativa para sentarme y razonar que yo era un homosexual más, y que mi familia prácticamente se burlaba de mí, pero ahora que estaba profundamente enamorado de Axel y de lo que hacíamos, y sabía que alguien más que no compartía esos sentimientos sabía lo que pasaba entre el y yo, me daba pánico lo que se pudiera desencadenar.

Axel pudo notar lo pensativo que me quede y, tras mirar a todos lados para que no hubiera nadie de nuevo, me tomo de la mano y nos encamino hacia el ultimo cubículo. Una vez ahí nos encerramos, bajo la tapa del retrete y me dijo que me sentara ahí.

—Hagamos algo rápido, ¿sí?… ya tiene rato que pedí permiso para venir al baño y no nos pueden venir a buscar…
Mi corazón empezó a acelerarse, pero sentí como una sonrisa se formaba en mi cara y no se deshacía con nada. Si lo que estábamos haciendo ya era prohibido hasta cierto punto el hacerlo en la escuela le agregaba un montón de niveles de peligro.

Axel empezó a desabotonarse el pantalón del uniforme y sacó su verga, que ya estaba dura y empezó a jalársela frente a mí, a lo que yo sin perder el tiempo me lancé intentando chupársela rápido como lo hice ayer. El coloco sus dos manos en las paredes del cubículo y empezó a disfrutar de la mamada que le estaba dando, y yo me sentía tan excitado que mi penecito empezó a ponerse duro también y desabroche mi pantalón, para sacar mi pene y comenzar a tocarme como lo había hecho anoche. Cuando Axel se percato de eso no pudo evitar reír y, con esa mirada tan excitante a la que ya me estaba acostumbrando, me dijo susurrándome que me parara en el retrete.

Como pude me levante en el asiento, y gracias a que no soy alto desde los otros cubículos no se notaba que estaba parado de esa forma. Cuando encontré estabilidad Axel solo se rio una vez mas y me vio a los ojos, para luego meterse mi pene en la boca, chupándomela toda en unos movimientos que inmediatamente me dieron un placer tremendo.

La sensación era indescriptible y desconocida para mí, pero me llenaba de un placer tremendo que se sentía en el pene, en el estomago y me ocasionaba debilidad en las rodillas. Axel, al no batallar con el tamaño de mi pene de niño, metía y sacaba mi miembro de su boca, haciéndome sentir en el cielo y, después de unos segundos más mis rodillas empezaron a debilitarse y no pude evitar hacer unos sonidos de placer que rápidamente Axel calló con su mano libre, mientras que con la otra seguía masturbándose como loco, estaba teniendo un orgasmo seco, y Axel lo sintió pues mi pene no dejaba de palpitar, yo solo veía como Axel seguía jalándose esa verga tan rica que tenía y, después de sacarse mi pene de la boca pude ver como estaba eyaculando en sus propias manos, mordiéndose el suéter del uniforme para callar los sonidos, pero tenía la cara completamente roja y en su mirada se podía ver lo mucho que había disfrutado aquello.

Cuando ambos nos repusimos de aquel encuentro él tomó un poco del hilo de semen que colgaba de su verga y me lo paso por la cara:

—Se te ve tan bien mi leche en la cara… —me susurró.

Su uso de la palabra leche me desconcertó un poco, y supongo que el lo notó porque solo me dijo que me lo explicaba luego.

Tras tomar papel higiénico para limpiarnos ambos se asomo para asegurarse de que no había nadie y después salimos. Antes de salir del baño me detuvo y me dijo lo siguiente:

—Vete tu primero, yo saldré después para que no sospechen nada… espero que podamos vernos en la tarde cuando salgamos a jugar, ¿va? —me dijo mientras se agachaba para darme un beso rápido, y después me miró de nuevo a los ojos —te quiero, Martincito.

Esas palabras me derritieron el corazón, por lo que me lancé para darle un abrazo antes de irme y esta vez el me correspondió, apretándome contra su cuerpo.

Salí del baño y comencé a caminar con si nada hacia mi salón, pero al pasar por el salón de Axel pude notar de reojo como Ronaldo me clavaba la mirada, aunque de los nervios no pude ni siquiera voltear y aceleré el paso.

Por la tarde cuando mi mamá fue a recogerme en lugar de tomar el camino habitual hacia casa se desvió, y fue ahí cuando recordé que hoy era el cumpleaños de la abuela, por lo que muy probablemente no iba a poder ver a Axel como habíamos acordado, y aquello me hizo sentir bastante mal, pero no había ninguna excusa que pudiera poner sin hacer que mi mamá pensara que estaba actuando extraño.

La fiesta pasó bastante normal, me la pase jugando con mis primos como siempre y paso lo que usualmente pasa en las fiestas familiares. Eran pasadas de las 10 p.m. cuando emprendimos el camino de regreso a casa. Una vez ahí tomé un baño rápido y me puse mi ropa para dormir, pero mi mamá me llamó desde la cocina:

—Martin… oye Martin, ¡ven acá! —me decía con algo de urgencia, por lo que me levanté de la cama y fui rápido hacia la cocina. —olvide por completo comprarte el pan para tu lonche de mañana, ¿crees que puedas ir con Conchita y traerlo rápido? El dinero está en mi cartera, llévate uno de 50…

Yo renegué un poco, pero al ver que mamá no podía dejar la estufa sin supervisión no me quedo mas que aceptar, por lo que tomé el billete y caminé hacia la tienda.

En la calle, a pesar de que ya estaba entrada la noche, aun había bastantes jóvenes, algunos mas grandes tomando cerveza y platicando, y uno que otro chiquillo de mi edad aun echando retas de fut. Me asomé para ver si Axel estaba entre ellos todavía, pero para mí mala suerte ya no se le veía por ningún lado, así que apuré mi paso para llegar a la tienda, comprar lo que tenía que comprar y regresar.

Estaba de camino a mi casa, en mi mundo, cuando siento una mano tocarme el hombro. El susto fue tal que brinqué y lancé la bolsa de pan por los aires, que por suerte no se abrió y la persona que me había tocado lanzo una carcajada y se agacho para ayudarme a recogerla. Era Ronaldo.

—¿Qué andas haciendo en la calle tan de noche? ¿Andas buscando a Axel? —me preguntó, arqueando la ceja, mientras me daba la bolsa.

—¡Me asustaste muy feo! Se me ha de haber mallugado todo el pan de seguro… —dije, revisando la bolsa, que gracias a dios se veía normal —no, no lo estoy buscando… de seguro ya está dormido.

—Si, puede que si… oye, antes de que te vayas, ¿puedo hacerte una pregunta? —me dice, tomándome del hombro como para que no me fuera a ir, yo estaba por responderle, pero me interrumpió—. Lo que te hace Axel… ¿eso te gusta?

Sentí claramente como mi cara enrojeció de la pena y lo único que pude hacer es soltar una risita nerviosa. No supe que responder, claramente quería decir que si, que amaba sentir lo que me hacía sentir y demás, pero no sabía como podía responder. El insistió.

—Te gusta, ¿no? —me dice sacudiéndome del hombro para que le respondiera—. Por eso lo sigues buscando…

Yo agaché la cabeza y solo asentí, soltando otra risa nerviosa. Ronaldo me quito la mano del hombro y se la puso en la boca, como si estuviera sorprendido. Pensé que iba a burlarse de mi, o a hacer algo peor, pero solo rio de sorpresa y me dijó:

—Entonces es verdad… eres toda una putita… —dijo con una voz baja burlona entrecerrando los ojos, yo me incomode bastante y me le quede viendo, intentando ver si lo decía de mala manera, pero solo vi cómo empezó a jugar con su paquete desde la bolsa de su pantalón—. Lo disfrutas, ¿eh wey?… Hace rato me estaba debatiendo entre si debía decirle a alguien lo que Axel te hacía, pero en tu cara se te nota que te encanta…

Su verga empezó a crecer dentro de su pantalón y el seguía acariciándola. Su cara se estaba transformando en una similar a la de Axel cuando se ponía caliente, pero como si de pronto recordara que estábamos en la calle y habían bastantes personas cerca su expresión cambio a la que usualmente traía, sacando su mano de su pantalón para intentar disimular la erección.

—Está bien… no le diré a nadie… pero vas a tener que hacerme un par de favores también, eh putito… —llevó sus manos a mi cabello, despeinándomelo juguetonamente.

Yo me reí nerviosamente y solo asentí, a Ronaldo le gritaron los que estaban jugando futbol que ya lo buscaba su mamá y se despidió de mí, saludándome de puño, y yo regresé a mi casa bastante confundido.

Después de entregarle el pan a mi mamá me fui a acostar, intentando dormir, pero rápidamente me quedo claro que no lo lograría esta noche, pues las imágenes de lo que había vivido con Axel y ahora las palabras de Ronaldo pasaban por mi mente con gran insistencia. Por un lado me sentía temeroso de lo que Ronaldo podría llegar a hacer si decidía decirle a alguien lo que teníamos Axel y yo, y por otro lado me sentía emocionado por recordar como se tocaba cuando se dio cuenta de que en realidad disfrutaba estar con Axel. Entre tanto pensar mi penecito empezó a endurecerse, y de inmediato me lo saqué, masturbándome, imitando los movimientos que había aprendido de Axel y así dure un buen rato hasta que llegue a mi orgasmo seco, que me hizo retorcerme de placer en mi cama. Por un momento supuse que eso sería suficiente para irme a dormir, pero fue cuando me voltee para intentar agarrar sueño nuevamente, que me di cuenta de que mi pipi seguía duro, y entonces el video que había visto ayer en casa de mi hombre me cruzó por la mente, así como una idea.

El reloj ya marcaba pasadas de las 12, por lo que mi mamá ya estaría dormida, así que con cuidado abrí la puerta de mi habitación y camine cuidadosamente hasta la “oficina” que había en mi casa, en la que había una computadora con acceso a internet. Cerré la puerta tras de mi y desconecté las bocinas antes de prenderla. No era mi primera vez escabulléndome para utilizar la computadora tan noche, pero si era la primera vez que lo iba a hacer con la intención de mirar algo “prohibido”, por lo que me sentía bastante nervioso.

La computadora encendió, y de inmediato abrí el navegador, intentando recordar el como Axel había dicho que se llamaba ese video que me puso, y cuando logré recordar lo escribí en la barra de búsqueda, buscando porno. En los resultados aparecieron bastantes paginas y seleccione una al azar, esperando encontrarme con el mismo video que había visto en casa de Axel, pero para mi sorpresa había una amplía selección de videos eróticos. Había videos que mostraban a chicas tocándose así mismas, videos de porno interracial y otros que se veían mas caseros, y yo de inmediato hice clic en el que se mostraba a un hombre guapísimo embistiendo a una morena con un gran culo.

El video empezó a reproducirse, empezando con la pareja tocándose en la cama, ella quitándole la ropa a el para empezar a darle una mamada mientras el tipo la nalgueaba, y después hizo algo que me hizo abrir los ojos en sorpresa y emoción. El camarógrafo del video ahora grababa desde un ángulo tal que quedaba en cuadro el culo de la mujerzuela y la cara de aquel hombre, que se estaba metiendo sus propios dedos a la boca para luego empezar a introducirle uno por el ano. Inmediatamente a mi cabeza regreso la sensación de Axel metiendo su verga en mí, y el dolor que venía después, por lo que supuse que la mujer iba a tener una reacción similar pero mi sorpresa fue que ella hizo una mueca que para mi significaba que estaba disfrutando esos dedos en el culo.

El hombre introdujo uno, luego dos y después de un rato tres, y la mujer no parecía quejarse ni un poco. Adelante un poco el video, y después de dedearla el tipo empezó a lamerle el culo, para después enterrar su verga en ella, que entro tan fácil que la tipa a los pocos segundos ya se encontraba cabalgando, disfrutando por completo de la verga de aquel galán.

Yo tenía mi penecito de niño durísimo, me impactó demasiado la capacidad de aquella mujer para montar aquel palo sin sufrir para nada, por lo que sin pensarlo mucho me saque el short que llevaba para dormir y me lleve un dedo a la boca, para luego buscar la entrada mi culito e introducirlo lentamente. Tenía la otra mano en mi boca, en caso de que necesitara gritar el sonido no despertase a mi mamá, pero para mi sorpresa mi dedo fue entrando lentamente, ocasionándome una sensación rara, pero ni de cerca tan dolorosa como la de ayer. Metí y saque mi dedo arremedando lo que había visto en el video, y después de unos minutos, cuando la sensación de incomodidad se había ido, me ensalive mi otro dedo, metiéndome ahora dos. El segundo dedo entro mas fácilmente, y empezaba a sentir mi pene mas duro todavía, por lo que dejé de cubrirme la boca y empecé a apretármelo sintiendo un placer que nunca había experimentado, en mi culito y en mi pipi. Empecé a meter y sacar con mayor velocidad mis dedos y a jalar mi verguita. A la mujer del video ya la tenían en cuatro y yo moví la silla para echarme en el suelo de igual forma, metiéndome los dedos y jalándomela a la vez con una velocidad extrema, y sentirme tan expuesto ocasionó que no durara mi medio minuto cuando ya estaba sintiendo otro orgasmo, que hizo que mi ano comenzara a palpitar y me retorciera en el suelo, apenas evitando gemir del éxtasis que estaba sintiendo.

Tuve que quedarme acostado unos segundos para recuperarme de esa sensación riquísima que acababa de descubrir, para luego levantarme y ponerme mi short de vuelta. Mi pene al fin estaba flácido de nuevo y me quede viendo el video por unos segundos más, pero escuche como mi mamá se estaba levantando de su cama y por reflejo cerré la ventana y apagué la computadora lo más rápido que pude.

Creí que había sido descubierto y me estaba preparando para un regaño, pero por suerte se dirigió al baño. Cuando escuché que cerró la puerta salí con todo el cuidado del mundo y fui a dormir de una vez por todas, ansioso por ver que deparaba la vida para mi mañana.

 

CONTINUARÁ…

 

40 Lecturas/24 junio, 2025/0 Comentarios/por YrFavSinner
Etiquetas: baño, culito, culo, cumpleaños, mayor, orgasmo, primos, semen
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