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Dominación Hombres, Fetichismo, Gays

DE NIÑO INOCENTE A TODA UNA PUTITA 4

Como una situación riesgosa se convirtió en una tarde que jamás voy a olvidar….
Al día siguiente tenía mucho sueño en la escuela, pues mis actividades nocturnas me habían quitado el sueño que usualmente recibía y las clases avanzaban con normalidad, lo que solo hacía mí cansancio fuera en aumento. Eventualmente me quedé dormido a media clase y tuve sueños calientes en los que se la chupaba a Axel hasta que terminaba en mi boca, solo para darme cuenta de que en realidad se la estaba chupando a Ronaldo, y cosas por el estilo, cuando sentí una mano en la espalda que me despertó sacándome un buen susto.

La maestra me hacía saber que las clases ya habían terminado mientras me regañaba por haber pasado todo el día dormido, yo aun somnoliento solo asentía ante sus regaños y pedía perdón mientras guardaba mis cosas para irme. Al caminar hacía la salida vi a Axel con su mamá parados en la entrada de la escuela mirando hacía dentro, y en cuanto me vieron me saludaron y ella me hizo una señal para que me acercase.

—¡Martin! Tu mami te encargó con nosotros —me dijo con una voz bastante entusiasta, clásica de la señora—. Tuvo que ir con tus abuelos para recoger unos documentos o algo así, pero dijo que llegaba por la tarde…

—Oh ya, ¡está bien! —respondí entusiasmado a la vez que me giraba a ver a Axel, quien me miraba con los ojos entrecerrados y una sonrisa que me hacía saber lo que estaba pensando.

Llegando a casa de Axel la señora lo mandó a cambiarse de ropa inmediatamente y me invitó a ponerme cómodo, yo me quité el suéter y lo doble en mi mochila, pero la señora al ver eso de inmediato me dijo:

—Ay casi se me olvidaba… ten, tu mamá dejo estas llaves para que te fueras a cambiar, y por si querías traer algo para que te distraigas un rato… nada más espérate a que Axel salga para que te acompañe a tu casa.

Yo le di las gracias y me senté. Axel salió después de unos segundos de su habitación, y su mamá le dijo que fuera conmigo, cosa que no dudó ni un segundo y de repente ya estábamos caminando hacía mi casa.

—Y… ¿Cómo te ha ido, Martincito? ¿Por qué no saliste a jugar ayer? —me preguntó mientras caminábamos, rompiendo el hielo.

—Bien… bien… te he extrañado bastante, la verdad… y no pude salir porque no recordaba que había festejo en casa de mi abue y tuvimos que estar allá.

—Ah, con razón —me respondió, yo usé las llaves para entrar a mi casa y ambos entramos, cerrando después de que Axel entró—. Al menos hoy vamos a pasar todo el día juntos… —dijo con una sonrisa maquiavélico y empezó a caminar hacia mí.

Yo comencé a acercarme también y de repente ya estábamos sumidos en un beso pasional, que se sentía tan bien, como si no nos hubiéramos tenido en años. Yo cada vez era mas capaz de seguirle el ritmo en el beso, o por lo menos de no dejar que el hiciera todo el esfuerzo, y el metió sus manos a mi playera, acariciando mi espalda, luego llegando a mis nalgas, que empezó a apretar con cada mano. Duramos así un buen rato, yo sentía como su verga estaba bastante dura ya y quise sacársela del pantalón, pero el me detuvo:

—Me encantaría ponerte a mamarla ahorita, pero si tardamos mucho a mi mamá se le va a hacer raro…

—Si es cierto… deja me voy a cambiar entonces… —le dije, algo desanimado.

—Pero no te sientas mal… cuando mi mamá se distraiga tal vez podamos hacer algo…

Yo me reí y le dije que estaba bien, y empezamos a caminar hacia mi habitación. Cuando me iba a quitar la camisa del uniforme el me propuso algo.

—Al menos dame un show antes de irnos… —me dijo con una voz tentadora, haciendo que a mi mente regresara el video que me había mostrado, en el que la mujer bailaba sensualmente a la vez que se quitaba pieza por pieza de su traje de baño.

Yo me reí, mirándolo con ojos de bromista, pero a la vez de excitación, y comencé a menear mis caderas a la vez que me quitaba la camisa lentamente. El empezó a entonar una canción sensual a la vez que aplaudía al ritmo en el que yo me movía. Tome el botón de mi pantalón y lo quite, bajando el zipper y luego deslizándolo lentamente, su ritmo empezó a desfasarse, pues se notaba que estaba más enfocado en lo que yo hacía que en su cancioncita, y luego le di la espalda, para que me viera solamente en calzones, y me empecé a bajar el calzón lentamente dejándolo por mis tobillos, y agachándome hacía en frente de manera que mi ano quedo completamente expuesto ante él. El dejo de hacer la música que estaba haciendo y yo solo me reí, pensando en lo divertido que era aquello, volteándolo a ver desde abajo notando una sonrisa de satisfacción en él.

Creí que todo había terminado y estaba a punto de subirme los calzones de nuevo cuando él se levantó y me empujo con cuidado hacía el frente, dejándome en cuatro en el sueño y haciéndome sentir algo húmedo en el culito. Era su lengua.

Recargué mis manos en el suelo y giré levemente mi cabeza para ver lo que estaba haciendo, viendo como tenía su cara enterrada entre mis nalgas y lamía ferozmente mi culo. Aquello me estaba dando un poco de cosquillas, pero se sentía tan bien que no pude evitar gemir, permitiéndomelo pues sabía que estábamos solos. El siguió lamiendo, de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, ocasionalmente separándose para agarrar aire y luego volviendo a hundir su cara en mis nalgas. Sentí como una de sus manos dejaba de tocar mi nalga y después de unos segundos empecé a escuchar plop plop plop, lo que me hizo saber que se la estaba jalando a la vez que me comía el culo. Yo empecé a gemir más fuerte pues aquello me estaba mandando directo al paraíso y el empezó a intentar meter su lengua en mi culo, cosa que se sentía bastante satisfactoria.

La fuerza que él estaba ejerciendo sobre mí me mando hacia delante, haciendo que mi pecho quedara pegado contra el suelo y mi culo estuviera todavía más expuesto, pero el siguió chupándome el culo de una manera tan rica que me hizo entrar en un trance, en el que solo gemía y sentía como se me iban los ojos del placer. El empezó a gruñir, y a decir entre gemidos que ya no aguantaba más y se levantó. El sonido de su masturbación empezó a hacerse más rápido y sentí como pegaba su verga a mi culo. Un gruñido y la sensación de líquido tibio cayendo en mi culo me hizo saber que estaba acabando y aquello me hizo gemir del placer.

Después de que agarró aire, empezó a reír como quien acaba de ganar algo y me ayudo a levantarme del suelo, yo me toque las nalgas y vi aquel liquido blanco que estaba en todo mi culo y sonreí complacido, el me encamino a un espejo en el que me puso de espaldas para que viera como me había dejado el culo, que estaba brilloso lleno de saliva y de su semen.

—Que rico desmadre te deje… —dijo con una voz de excitación a la par que se agachaba de nuevo, lamiéndome el culo quitándome los restos de semen que me había dejado.

Con toda la acción mi verguita estaba muy dura, pero estaba claro que ya no podíamos tardar más, por lo que él me acompaño al baño para limpiarme bien con toallitas húmedas y después me cambie rápidamente para regresar a casa de Axel.

Al llegar creímos que su mamá había salido, pues no la vimos cerca, pero estábamos por entrar al cuarto de Axel cuando la escuchamos entrar del patio trasero.

—¿Por qué tardaron tanto? —nos cuestionó mientras cerraba la puerta y acomodaba algunas cosas.

Axel se enrojeció un poco y titubeó, pero yo no dude en responder.

—Es que mi mamá lavó ropa y no encontraba donde la había dejado, jeje —empecé a decir sin haberlo pensado siquiera—. Pero después de un rato la encontré…

Axel me volteó a ver, con un pulgar hacía arriba y yo le sonreí, su mamá se la creyó muy fácilmente, pues solamente me respondió que era bueno que haya encontrado ropa limpita.

Tras un rato de ver tele esperando a Axel, el por fin termino la tarea y fuimos a pedirle permiso a su mamá para que nos dejara jugar afuera.

—No. Ya sabes que tenemos un compromiso, Axel. —respondió la señora, firme

—Ahhh lo había olvidado… pero es que ya quedé con Neto para ir a entrenar… y aparte Martincito también quiere ir a jugar… —le rogó Axel, intentando convencerla con una voz algo chiflada que me dio risa escuchar.

—Todos los días se ven… no pasa nada si hoy no —nos dijo con un tono de voz que dejaba claro que no iba a cambiar de opinión.

Esperamos unos minutos y después subimos al carro, al parecer nos dirigíamos a una de las plazas en las que los viernes se ponían algos puertos comerciales tipo tianguis. En el camino la señora le iba diciendo a Axel que al llegar iban a dejarle varías casas a su abuelita para que las vendiera y después se iban a quedar ahí un rato, haciéndole compañía a la señora.

Llegamos y entre los tres cargamos algunas cajas llenas de ropa y demás y las dejamos en el puesto que tenía la abuela, a quien conocía pues era comadre de mi abuelita y nos saludamos con gusto. Desempacamos las cosas, las acomodamos y estuvimos ahí, ellas platicando y nosotros perdiendo el tiempo viendo a la gente pasar y ocasionalmente ayudando a vender algo, cuando después de una hora casi la señora nos debió ver muy aburridos, pues nos dijo:

—Vayan a los juegos un rato, tengan, para que se compren unas papas o algo… —y nos dio 30 pesos a cada uno.

Nosotros agradecimos y muy alegremente empezamos a caminar hacia el área de juegos de la plaza. Yo la verdad estaba ansioso por hacer algo con Axel, pero ni locos podíamos intentar tocarnos ahí, todo estaba muy a la vista y no había algún callejón al que escabullirnos, por lo que tuvimos con conformarnos con estar juntos, platicando y corriendo, claro con su respectiva rozada “accidental” por aquí y por allá, pero nada muy subido de tono, hasta que yo comencé a cansarme y Axel dijo que fuéramos a comprar algo que tomar.

Empezamos a caminar hacia una tienda de abarrotes cercana cuando de la nada alguien se le empareja a Axel, sacándole un buen susto, era Ronaldo:

—Pinche cochino, ya lo traes hasta de novio… —le dice Ronaldo a Axel pegándole con el codo a modo de broma, levantándole las cejas sugestivamente, cosa que Axel no tomo bien dándole un golpe en el hombro a Ronaldo y volteando, asegurándose de que nadie hubiera escuchado.

—No mames, no… nada más vinimos a dejarle unas cosas a mi abuela… ¿tú que chingados haces aquí?

—Todos los viernes vengo a ayudarle a mi tía, ¿apoco no te había dicho? —le responde, señalando con el pulgar hacia atrás al puesto donde estaba su tía.

—No wey, no sabía… pero que bueno… nosotros vamos a la tienda a comprar algo pa’ tomar

—Ahhh ya… pensé que iban a hacer otras cosas… por eso los vine a seguir… —su voz cambia a una coqueta pero juguetona, claramente intentando molestar a Axel, pero él se la regreso.

—¿Por qué? ¿Quieres chupármela también o qué? —le dijo Axel, bajando la voz, pero aun hablando con un tono sarcástico que hizo que a Ronaldo se le pusiera la cara roja por completo.

—Chinga tu madre —dice entre risas—. Quiero que el me la chupe a mí, mejor… —confiesa Ronaldo señalándome a mí, yo me reí pues creí que estaba jugando, pero algo en su tono de voz nos hizo dudar.

Axel rio nerviosamente, pero su cara era de desconfianza y se acercó más a Ronaldo, bajando la voz, tanto que yo muy apenas pude escuchar:

—Creí que no te gustaba lo que le estaba haciendo a mi niño…

Ronaldo solo esbozo una ligera sonrisa y se acercó a Axel para responder:

—Pues no se si me guste o no… pero la verdad no puedo dejar de pensar en lo que hacen ustedes dos… —dijo con un tono de lujuria que yo ya estaba aprendiendo a reconocer más bien, a la vez que acomodo su bulto que claramente estaba empezando a crecer.

Axel se alejo de Ronaldo y miro hacia el frente por un momento. Yo no podía dejar de ver como el bulto de Ronaldo empezaba a crecer más, pero al recordar que estábamos en vía publica aparte mi mirada intentando ya no voltear. La idea de hacer aquello con alguien más que con Axel me tentaba, pero a la vez me ponía nervioso, pues estaba acostumbrando a aquello, mas sin embargo aquel sueño que tuve en el que se la estaba chupando a Ronaldo demostraba que ya tenía curiosidad por él.

Estuve pensando en aquello cuando Axel interrumpió mis pensamientos:

—¿Te gustaría hacer algo con él? —me pregunto, mirándome a los ojos.

Yo no supe que decir inmediatamente, pues me daba bastante nervio, pero tras unos segundos asentí dispuesto a ser usado por Ronaldo. Axel hizo una sonrisa y asintió también, pero en sus ojos pude ver algo, como si aquella idea no le resultara muy divertida. Sentía celos.

Axel se giro para ver a Ronaldo, quien ya tenía una sonrisa de campeón marcada en el rostro.

—Pues entonces que se arme… mañana podemos salir a jugar en la mañana y nos vamos a los baños del campo… —empezó a planear Axel, pero fue interrumpido.

—De una vez, que la neta ya ando bien caliente y no voy a poder esperarme… —objeto Ronaldo con una voz de desesperación que me ocasiono una risita.

—¿En donde chingados, cabrón? Nomás quieres que nos cachen de a gratis —contestó Axel en un tono de enojo, cruzando los brazos.

Ronaldo se quedo pensativo un momento, pero la cara se le ilumino cuando le llego una idea. Busco en su pantalón y saco unas llaves.

—Vamos al carro de mi tía —propuso con una gran sonrisa en su rostro.

—No mames… nos van a ver ahí…

—No creo… lo tiene en un estacionamiento como a dos calles, casi todos los carros son de gente de aquí…

—¿Y si tu tía ocupa algo de su carro? —la cara de Axel delataba que tenía desconfianza de la situación, y con justa razón, pero en su pantalón también empezaba a formarse un bulto.

—Ni aunque ocupe puede ir para allá… no tiene quien le cuide el puesto… ándale ya vamos wey, no te hagas del rogar, que quieras o no me voy a reventar a Martincito… —dijo Ronaldo una vez mas con esa voz característica que hace cuándo quiere molestar a alguien.

Axel le soltó otro puñetazo en el hombro y después empezamos a caminar. Ronaldo le aviso a su tía que iríamos a jugar y nosotros pasamos al puesto de la abuelita de Axel, avisando que acompañaríamos a Ronaldo por un mandado. En el puesto ambas señoras estaban ocupadas platicando con otra señora que al parecer conocían, por lo que no nos prestaron mucha atención y nos dijeron que si sin cuestionar más.

Ronaldo apuro el paso claramente deseando llegar al estacionamiento, y una vez ahí el nervio de Axel bajo bastante, pues estaba lleno de carros, pero no había ni una sola persona a la vista, además de que había bastantes arboles ocasionando sombras que dificultaban mirar hacia dentro de los autos, por lo menos desde lejos.

Bastante metido en el estacionamiento había una camioneta cerrada negra, a la que Ronaldo se acercó abriendo la puerta de atrás y señalándonos para que subiéramos ahí.

Una vez dentro el ambiente cambio y ninguno de los tres decía nada. Yo empecé a ponerme nervioso y empecé a jugar con mis dedos, Axel solo veía a través de la ventana aun con algo de ansiedad y Ronaldo solo movía su pie.

—Verga… es que la neta no sé cómo empezar… —confesó Ronaldo tras unos segundos.

—Ni como ayudarte, carnal… —le dijo Axel evasivamente.

—¿No quieres empezar tu? —me dijo Ronaldo, despeinándome con sus manos.

Su toque me gusto, pero los nervios no me dejaban hacer algo.

—No sé cómo… —le dije en voz bajita.

—Chingado… ándale, Axel, caliéntame a la criatura… —pidió Ronaldo una vez más, pero Axel ni lo volteó a ver, cosa que hizo suspirar a Ronaldo, pero su mirada cambio a una retadora—. ¿O qué? ¿Tienes celos verdad?

Axel volteó de inmediato, con una expresión de molestia.

—No tengo celos. —su respuesta fue demasiado cortante.

Yo empecé a incomodarme, pues Axel estaba notablemente irritado, y por el contrario a Ronaldo parecía darle más confianza todo esto.

—¿Ah no estás celoso entonces? ¿No hay problema si uso a Martincito como se me dé la gana? —le dijo a la vez que puso su mano en mi pierna, empezando a masajearla.

Sentir sus manos me hizo estremecer y ponerme rojo, pero no pude decir nada y solo volteé a ver a Axel, quien seguía mirando hacia la ventana. Ronaldo se rio y empezó a subir mas su mano, dejándola en mi ingle y apretando un poco, sacándome un gemido. Esto pareció motivar mas a Ronaldo, pues con su otra mano empezó a apretarse la verga por encima del pantalón, que ya estaba empezando a crecer.

—Ya que tengo permiso de Axel… hoy vas a ser mío, putito —su voz se hizo mas gruesa y aquello me estaba derritiendo de placer.

Ronaldo se acercó a mí, robándome un beso en el que invadía mi boca con su lengua, llenando el coche de aquel sonido de ese tipo besándome de una manera muy alocada a la vez que con su otra mano me agarraba de la nuca, asegurándose de que no dejara de besarlo.

Yo estaba tan excitado que olvide la presencia de Axel y me deje llevar, apretando mi penecito con mis manos. Ronaldo empezó a bajar a mi cuello, besándome suavemente volviéndome loco de placer y yo lo aprete con una mano, sin saber que mas hacer. Ronaldo se bajó el cierre del pantalón, para empezar a jalársela, pero debido a la posición yo no la pude ver muy bien, solo que debido a que estábamos encerrados el olor característico de una verga empezó a llenar el ambiente, liberando otro nivel de calentura en mí.

Axel miraba atento, con la verga dura, pero en su mirada había enojo, y de la nada abrió la puerta, bajando.

—Mejor los espero afuera, cuando terminen nos vamos —dijo y sin darnos tiempo de responder azotó la puerta del carro.

Yo intente decir algo, pero los labios de Ronaldo no me lo permitieron, dándome otro beso largo y húmedo, a la par que me tomaba de la cintura y me subía a sus piernas, apretando mi cuerpo contra su verga y moviendo su cintura, restregándomela.

Yo sin pensarlo mucho me quite la parte de abajo, quedando desnudo y Ronaldo me imito, ahora estando piel contra piel, y aquello me hacia sentir en la gloria. Fui yo quien busco la boca de Ronaldo y duramos otro rato mas restregando nuestras partes el uno con el otro.

Después de un rato Ronaldo me bajo de sus piernas, recargándose contra la ventana subiendo una pierna al asiento, dejándome ver al fin su verga.

Tenía una verga prácticamente del mismo tamaño que la de Axel, pero lo diferente estaba en que era mucho mas gruesa y morena, con bastantes venas que la hacían ver mas monstruosa. Admirar aquella belleza que ya estaba completamente mojada me hizo empezar a querer mamar y rápidamente me abalance, intentando meterla en mi boca.

Batallé demasiado, pues era demasiado gruesa, por lo que tuve que lamerla a ratos mientras me acostumbraba al grosor. Ronaldo empezaba a gemir sintiendo como mi lengua recorría la punta de su verga y luego intentaba engullir aquella monstruosidad, sin mucho éxito, pero aquello no le quitaba las ganas de Ronaldo, quien me tomo de la cabeza e intento bajar. Yo abrí la boca lo mas que pude y solo así pudo entrar aquella verga, que ya estaba invadiendo mi garganta, llenando mis ojos de lágrimas y obligándome a patalear para liberarme.

Cuando me pude quitar tuve que agarrar aire, pero Ronaldo nuevamente me obligo a bajar.

—¿No que te gustaba mucho la verga? Pues ahora tienes una aquí en frente, así que más te vale comértela toda… —me dijo con una voz tan caliente que ni siquiera quedaba una pizca de la voz normal de Ronaldo—. No creas que Axel no me ha contado como se la mamas… eres un putito tragón, y te vas a tragar toda la mía hasta dejarte llenito de leche.

Sus palabras dominantes me hacían sentir riquísimo, tanto que me motivaban a abrir mas para hacer disfrutar a ese hombre, pero constantemente tenia que detenerme para agarrar aire.

Ronaldo una vez mas me tomo de la cintura, pero ahora me volteo en el asiento, dejándome boca abajo con el culo expuesto.

—Este es el culo de un verdadero maricon… —me dijo mientras empezó a restregar su verga contra mi raja.

Con cada embestida sentía como la baba que yo había dejado en su trozo me dejaba el culo mojado, y sentir aquella vestía encima de mi me hacia sentir indefenso, pero aquello me encantaba.

De mi solo salían gemidos infantiles, amortiguados pues el peso de Ronaldo me presionaba contra el asiento, cuando sentí como se hizo un poco para atrás, y luego escuché un escupitajo, sintiendo mi culo mojado, y otro, a la vez que escuchaba como se untaba su saliva en la verga.

—Vas a ser mío, puto maricón… —y tras decir aquellas palabras me dejo ir la verga en el ano.

Yo grite de inmediato, sintiendo como aquella bestia me partía a la mitad e intente moverme para quitármelo de encima, pero fue inútil, pues todo su peso estaba encima de mí. Ronaldo soltó un gruñido de placer cuando entro por completo y yo empecé a llorar, gritando con más fuerza por el dolor.

Ronaldo solo se rio, cubriéndome con una mano la boca, y empezó a moverse dentro de mi bruscamente, intensificando el dolor.

—Cállate hijo de puta… nos van a escuchar…

Yo continue llorando cuando escuche como golpeaban la puerta. Era Axel intentando entrar, diciéndole a Ronaldo que me dejara en paz, bastante enojado. Ronaldo rápido puso el seguro en la puerta del coche y siguió embistiendo mi culo una y otra vez, gruñendo de placer con cada movimiento.

Yo solo lloraba en silencio, sintiendo esa verga violándome, cuando Ronaldo me tomo una vez mas de la cintura y sin sacar su verga me sentó en sus piernas, asegurándose de que Axel pudiera ver todo desde afuera. Si la cara de Axel ya mostraba enojo ahora se veía que estaba furioso, y se alejo del carro buscando algo.

Ronaldo empezó a subir mis piernas de arriba hacia abajo, haciendo que su verga siguiera entrando y saliendo de mi ano, y pude ver como disfrutaba lo que me estaba haciendo, gimiendo y volteando los ojos hacia arriba, perdido por el placer. Mi culo pareció acostumbrarse, pues ya no me sentía tan adolorido, pero yo ya ni siquiera podía decir ni hacer nada, como si estuviera ido.

Ronaldo continúo moviéndome como si fuera una muñeca inflable, lleno de sudor pues el calor se encerraba en el carro y de la nada cuando parecí recuperar la conciencia era quien se movía de arriba hacia abajo en él. Axel estaba parado afuera del coche, amenazando con romper la ventana del coche si no me dejaba en paz, pero Ronaldo lo volteo a ver riendo, bajando la ventana lentamente.

—Sabes que no puedes hacerlo… te va peor a ti… —dijo entre suspiros, luego me señalo con la cabeza—. Además, esta puta lo está disfrutando, mira…

Y yo solo seguí brincando encima de esa verga, como poseído, sin gemir ni decir una palabra, cuando sentí como Ronaldo me apretó la cintura, abriendo los ojos muy grandes y la boca.

—¡VETE A LA MIERDAAAAAAA! —exclamó, a la vez que dejo salir un gemido intensísimo, y yo empecé a sentir como algo inundaba mis extrañas.

Ronaldo empezó a descargarse dentro de mí. Su verga palpitaba en mi interior y el seguía gimiendo y gritando, en un placer tan intenso que yo jamás había escuchado pero que ocasiono que mi verguita se pusiera dura, y tras unos segundos solo suspiro, y su verga salió sola, flácida.

Axel miraba todo desde fuera sin decir ni una sola palabra, y después, aprovechando que la ventana estaba abierta, quito el seguro a la puerta del carro y la abrió, sacándome rápidamente. Él se subió y miró a Ronaldo con unos ojos de desprecio, para luego soltarte un puñetazo en la cara, que impactó a Ronaldo, pero solamente respondió con una risa maniaca. Axel lo vio por un par de segundos mas sin saber como reaccionar, y le soltó un par de puñetazos mas hasta que Ronaldo se calló. Axel busco en la parte de en frente hasta encontrar algo de papel higiénico y empezó a limpiarme el culo.

Yo solo sentí como bajaba liquido en mis piernas, cuando Axel puso el papel en mi ano sentí bastante dolor, y cuando termino de limpiarme pude ver como en el papel había una mezcla de semen, caca y un poco de sangre.

Ronaldo seguía tomando aire, mirando hacia el techo de la camioneta, con el pantalón en los tobillos y la verga llena de los mismos fluidos, aun escurriendo semen y solo giró la cabeza para vernos marchar.

Yo intentaba caminar, pero el culo me dolía aun, y Axel sin decir nada me hizo una seña para que me subiera a sus hombros, y así me cargo hasta el puesto de su abuela, en el que después de unas horas pude regresar a casa.

El resto de esa tarde se borró de mi memoria, pues por mas que quiero recordar solo siento que el tiempo voló hasta la noche, en la que después de una ducha caliente me cambié de ropa y me acosté sin siquiera cenar.

Una vez en la cama, empecé a pensar en todo lo que Ronaldo me hizo en aquel carro, y me solté a llorar. Extrañamente, después de desahogarme por una media hora, empecé a recordar como al final el dolor de su verga en mi ano ya no era tan intenso, y mi pene me traicionó, endureciéndose, cosa que solo pude aliviar cuando empecé a tocarme imaginando a Ronaldo violándome una vez más.

15 Lecturas/28 junio, 2025/0 Comentarios/por YrFavSinner
Etiquetas: abuela, baño, culito, culo, hijo, madre, puta, semen
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