De niños y ahora
Los volví a ver.
Hola grupo, he titulado este relato «De niños y ahora», porque los que les voy a contar sucedió cuando era un jovencito.
Mi nombre no importa, lo que les voy a decir es que tenía entre 13 y 14 años cuando se dieron los acontecimientos.
En esos años la gran mayoría de mis vecinos eramos casi contemporáneos, nuestras edades variaban entre 10, 11, 12, 13, 14 y algunos de mayor edad que preferían jugar con nosotros porque constituíamos una presa fácil.
Mi relatos cuenta lo sucedido un día en que algunos amiguitos jugabamos en un río cercano a donde vivíamos. Todos teníamos teniamos la costumbre de ir al río, los fines de semana o cuando hacía mucho calor, nunca estabamos solos.
Una tarde invité a José de 12 años y a Luis de 11 a que fueramos a bañarnos al río, como dije anteriormente los grandes preferíamos a los pequeños por eran presa fácil, yo estaba ya entrando a los 14 años. Como era el mas grande comenzamos a jugar a lanzarlos en el agua, yo lo tomaba de la cintura y los lanzaba uno por uno, entre toques, rozadas mi amigo se despertó y cada vez que los tomaba para lanzarlos, los hacía contra mi fuertemente para hacerles sentir mi virilidad en plena dureza. Los tres reíamos y unos sumergíamos en el agua, yo les tocaba sus nalgas y por momentos se las apretaba, les tocaba sus penecitos para medir si estaban excitándose y que tanto, ambos tenían sus penecitos parados y al darme cuenta que no oponían resistencia alguna, comencé mis arremetidas. José niño de color de piel moreno tenía un guevito regular para su edad, no era grande, pero lo tenía grueso, Luis siendo mas pequeño tenía un lápiz, largo pero delgadito.
Yo les agarré a cada uno sus pichitas y se las comencé a sobar, ellos se quedaban tranquilitos disfrutando de su masaje que le proporcionaba a cada uno al mismo tiempo, al rato les pido ponernos mas a la orilla del la lagunita y los senté y me puse acostado frente a ellos y les hice sacarse sus huevitos, se los sobaba y de inmediato me llevé a la boca uno y otro después un largo rato, ellos gemían de placer, al rato les pedí que me mamaran ellos a mí, se miraron un poco indecisos y fue allí, cuando mi malicia de mayor salió a relucir y les dije «Yo los he visto en la quebrada cogiendo uno con otro, ellos se miraron y hecharon a reir con picardía.
Me acosté en la orilla, donde el agua me cubriera parte de mi mástil, que ya para esa edad era hermoso, largo lo suficiente para mi edad unos 13cm, algo grueso y con la cabeza morada clara.
Los niños con un poco de pena al principio comenzaron a jugar con mi pito, le pasaban la lengua, lo besaban y poco a poco se lo fueron metiendo en sus bocas uno primero otro después, así paso un buen rato, yo gemía al sentir el calor de aquellas bocas y abretaba las piernas para no eyacular, después de un buen rato, les indique que se colocaran sobre una piedra lisa que estaba en la orilla, uno sobre el otro y dejaran sus orificios anales a mi disposición, aquello me produjo tanta excitación que mi falo latía de la emosión.
Al tenertos así, les puse bastante saliba a cada uno y coloqué la cabeza en el agujero de Luis, quie estaba abajo, y empujé con mucha delicadeza y al no entrar me fui al agujero de José tenía menos nalgas que Luis y por eso lo puse arriba, presenté mi falo en aquel agujero y empujé, para mi sorpresa le metí la cabeza y él se sujetaba a Luis, hice un nuevo movimiento y logré meter la mitad de mi verga en aquel culito, eso fue el climax, le hice unos mete y saca bien ricos, con lentitud para hacerlo sentir placer, el niño no lloraba solo abrazaba a Luis, cuando sentí que estaba por llegar, me apresure a sacar mi verga de José y volví a intertarlo con Luis, al segundo empujón Luis recibió mi pene entre su esfinter, él si sintió algo de dolor, pero Jose lo besaba en el cuello y eso lo relajó y me hizo cogerlo de lo mejor. Estube dándole poco a poco mientras se acostumbraba al tamaño de mi lanza pero llegaron mis ganas de eyacular y no me aguanté, se lo metí completo y exploté en sus entrañas.
Quería quedarme dentro de él, pero mi otro amante necesitaba su parte de leche y lo saqué rápidamente de Luis y lo sampé en José de un golpe hasta que sus nalgas tocaron mi vientre y terminé de derramar la carga de leche que llebaba en mis testículos, aquel fue el primero de muchos días de sexo salvaje en aquel río, a veses me encontraba con ellos juntos o a veces con cada uno por separado, aquello duró casi año y medio, la familia de Luis se mudó a otro estado y José tambien se mudó cerca pero ya no podía ir al río.
muy exitante me gusto
comos igue
Esto debería estar en «gay».
Asquito. Mala categoria.