Dejándome dar por el culo y mamando las vergas de los profesores, así es que subo mis notas en la universidad…
Un estudiante universitario narra como tras un pequeño esfuerzo dejando que un profesor le de por el culo, y lo ponga a mamar su verga, el estudiante logra subir sus notas de clase..
Dejándome dar por el culo y mamando las vergas de los profesores, así es que subo mis notas en la universidad…
No les voy a venir con el cuento de que soy un buen estudiante, la realidad es que no lo soy, pero siempre obtengo muy buenas notas.
Y la razón es porque sé que es lo que les gusta a mis profesores.
Así que pongo en práctica mis conocimientos, y hasta ahora nunca me han fallado, aunque en ocasiones he tenido que llegar hacer ciertos sacrificios, de los que no es que me arrepienta, ya que los he disfrutado.
Pero son los que menos me gusta comentar, ya que cuando eso pasa, y no es muy a menudo, yo debo dejar que me den hasta por el culo.
Como cuando me tocó la clase con el profe de economía, al terminar de entregar notas, de un trabajo que yo no hice, me llamó y me dijo. “Lo veo al salir de clases en el salón.”
Yo imaginándome de que se trataba por la manera en que se me quedaba viendo, lo primero que hice antes de que terminase la clase fue irme a lavar.
Cuando él vio que regresé al salón me dijo. “Pensé que se había marchado.” A lo que yo sonriendo coquetamente le respondí. “No profe, solo fui a lavarme.” Y mientras yo decía eso, él cerró la puerta con llave.
Ya con la puerta cerrada, sin miramientos, ni pérdida de tiempo me dijo. “Desnúdate, que tengo ganas de ti.” Sumisamente lo obedecí, y una vez que me quedé del todo desnudo.
En ese momento me tomó como si fuera un muñequito de papel, y colocándome sobre su propio escritorio me comenzó a besar, y luego se dedicó a darme lo que llaman el beso negro, introduciendo su lengua dentro de mi esfínter.
Después de eso me puso a mamar su parada verga, para luego, clavármela, yo moví mis caderas, y le dije lo mucho que me gustaba sentirlo dentro de mí.
Al tiempo que su verga entraba y salía una y otra vez de mi cuerpo, yo movía mis caderas, y gemía de placer, haciendo que él se sintiera bien.
Una vez que el profe acabó dentro de mí, supuse que todo había terminado, cuando él agarrándome la verga, y tras llevársela a su boca y darme una buena mamada me dijo. “Ahora quiero que seas tú quien me dé a mí por el culo.”
Y como dice el refrán, donde manda capitán no manda marinero, o lo que es lo mismo, lo que te pida tu profe, tú lo haces.
Así que al poco rato yo estaba clavándome por el culo a mi profesor, y él moviendo sus caderas, con mucho más gusto que yo.
De más está decirles que aprobé no tan solo el trajo, sino el curso completo….
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