Desde ese día salgo a mariconear un poco para liberar el estrés.
Un joven empresario se da cuenta que cuando se siente extremadamente estresado, que si sale a mariconear, eso le ayuda bastante a liberar el estrés..
El dueño de varios negocios, comenzó a sentir algo de estrés, por lo que, decide irse a beber en una barra, en la que conoce a un tipo e que lo invita a una fiesta, en la cual el resto de los invitados lo confunden con un maricón y él se deja hacer de todo para complacerlos.
Soy propietario de varias tiendas especializadas en mangas y animes, pero recientemente me di cuenta de que me era muy difícil delegar algunas funciones a mis empleados, y que también con eso me ahorraba el sueldo de un administrador.
Por eso mismo cuando apenas comencé a ser víctima del estrés, y como para, cuando comenzaba a anochecer, y después de cerrar caja, decidí irme a pasear cerca de una de mis tiendas, que se localiza por la zona turística, luego entré en un pub, y me tomé algo, con la idea de posteriormente marcharme a casa.
Pero la verdad es que comencé a beber, y de ese pub fui a otro, y luego a otro ya que había escuchado que tenía un buen ambiente.
Ya con unas cuantas copas de más, pensando en irme a casa a penas me tomase un último trago.
Estando en la barra, se me acercó un joven algo mayor que yo, moreno, muy simpático, y varonil que comenzó a sacarme conversación.
Después de un rato me dijo, que él y varios de sus amigos, iban a tener una fiesta, y que gustosamente me invitaba.
Yo no sé en qué diablos estaba pensando yo, ya que, sin conocerlo, me acuerdo de que sin pensarlo y sonriendo le dije que si aceptaba su invitación.
Así que apenas llegamos a la casa donde se realizaba la fiesta, me encontré en compañía de varios hombres jóvenes de distintas edades.
Sí me di cuenta de que era yo el único que había bebido mucho, y de que dichos tipos eran demasiado confianzudos.
Ya que apenas sin conocerlos, comencé a sentir sus manos agarrándome por todas partes en especial por las nalgas.
Fue cuando les pregunté que se habían pensado ellos que, yo era maricón, y sonriendo el que me invitó a la fiesta me dijo. “Si quieres, como somos seis, te pagamos el doble, y algo más.”
Yo me quedé entre confundido, e indignado, ya que, aunque el tipo que me invitó a la fiesta, no me lo dijo nada al respecto, por lo que yo no tenía ni la menor idea, del porque ellos pensaban evidentemente que yo sí era maricón.
Es cierto que soy algo delgado de estatura promedio, de cabello abundante, y reconozco que mis modales y manera de comportarme en ocasiones cuando bebo, puedo sonar y verme algo afeminado.
Pensé sacarlos de su error, y retirarme de inmediato, pero de momento en medio de mi borrachera, no sé por qué me detuve a pensar, en lo que todos ellos podrían hacer conmigo.
Lo cierto es que desde hace mucho tiempo que no mantenía sexo con ninguna mujer, pero lo que ellos me estaban proponiendo, jamás había contemplado hacerlo.
Pero aparte de eso, en ese instante mi loca mente comenzó a divagar, imaginándome todo lo que todos ellos me podían hacer, si me quedaba en la habitación.
Fue cuando la gruesa voz de uno de esos tipos, me preguntó. “¿Qué me pasaba?” Sonriendo, y dándome la vuelta les dije al tiempo que me dejé caer sobre un sofá, diciéndoles. “Es que me siento algo mareado, pero ya se me pasa.”
De inmediato varios de ellos, prácticamente me saltaron encima, así que los dejé que continuasen acariciando, y agarrándome por todas partes, al tiempo que algunos de ellos me fueron quitando toda mi ropa, hasta dejarme completamente desnudo rodeado por todos ellos, que permanecían vestidos.
De momento, sentí una gruesa mano sobre uno de mis hombros, obligándome a que me agachase.
De eso a que me pusieran a mamar no pasó mucho tiempo, la verdad es que me dejé llevar por el gusto de sentirme deseado, no por uno sino por esos cinco o seis chicos.
Pero algo de lo que más disfruté fue el sentir como, poco a poco fui sintiendo unos dedos explorando mí apretado esfínter, embadurnados con mucha vaselina, al principio fue uno, luego dos, y posteriormente tres, y así ese tipo continuó hasta que llegó a introducir casi toda su mano dentro de mi apretado culito.
Ya en esos momentos nada más bastó que uno de ellos sacase su verga del pantalón, para que yo de inmediato me pusiera a mamársela.
Yo me encontraba de lo más inspirado mamando aquella cosa, cuando comencé a sentir que suavemente me sacaron toda esa mano de mi culo, y casi de inmediato sentí que algo bien duro y caliente penetraba mi culo, por lo que hasta lloré, de dolor y alegría.
Además de eso comencé a sentir, varias bocas chupando mis planos pechos y pequeños pezones, así como también me mordisqueaban la nuca, al tiempo que sus manos acariciaban todo mi cuerpo.
El placer que todos ellos a la vez me proporcionaban, era algo que jamás yo me hubiera llegado a imaginar.
Así que mientras ya fuera que tuviera enterrada una de esas enormes vergas dentro de mi culo, o mi boca, con mis manos masturbaba a algunos de ellos, por lo que podía sentir lo fibroso de su miembro entre mis dedos.
El evidente contraste de nuestras pieles también fue algo que me embelesó, viendo como aquellas enormes vergas, entraban, y salían de mis sonrosadas nalgas y hasta de mi boca, en la mayoría de las ocasiones a un mismo tiempo.
Yo la verdad es que movía mis caderas, lo más que pude, el sentir algunas de sus manos apretando mis testículos y mi verga hizo que en más de una ocasión hasta eyaculase del placer.
Y algo que yo jamás pensé que podría llegar a disfrutar, fue del fuerte aroma de sus cuerpos.
Del raro sabor, entre dulce y salado, de su semen dentro de mi boca, en fin, el olor de su solo sudor me volvió loco de placer.
Así que, en la madrugada, después de que me debí quedar dormido, cuando me desperté, tomé mi ropa, y me vestí, y el tipo que me llevó hasta esa casa, aparte de lo mucho que lo disfruté todo lo que me quisieron hacer, me entregó una buena cantidad de billetes.
Yo no pensaba aceptarla, la verdad es esa, pero me momento me puse a pensar, que un verdadero maricón no haría eso.
Por suerte los agarré los metí en mi cartera, y al llegar a la calle, de inmediato detuve a un taxi que me llevó hasta donde yo había dejado mi auto.
De momento me preguntó, cuanto yo cobraba, como yo en realidad tenía ganas de sentir otra buena verga, ya fuera dentro de mi culo, o mi boca le dije. “Dime si no tuviera dinero para pagarte, «¿Cómo podríamos arreglárnoslas?”
El taxista deteniendo el auto, y volteándose hacia mí me dijo, con una sádica sonrisa. “Mi amigo, podemos buscar un lugar donde detener el auto, y después de que me dejes darte los dos golpes, quedaríamos a mano. ¿Conoces algún sitio por aquí que sea seguro?”
Yo le indiqué que metiera en taxi en la entrada del estacionamiento, casualmente es donde están nuestra tienda, que como ya era bien tarde, permanecería cerrado.
Así que mientras él se pasó para el asiento trasero, yo me quité toda mi ropa, incluso hasta mis interiores y medias.
Sin pérdida de tiempo, me dediqué a mamar su tremenda verga, hasta que él me pidió que me colocase en cuatro patas sobre el asiento trasero.
Al principio comencé a sentir como su verga, penetrando bruscamente mi culo, pero de momento comenzó a ir penetrando, mí ya abierto culo.
La verdad es que, a pesar de lo incomodo del lugar, lo disfruté, y bastante, ya que el tipo ese, a medida que no paraba de meter y sacar toda su verga de entre mis nalgas, me decía lo mucho que disfrutaba darme por el culo.
Al poco rato me agarró la verga con sus grandes manos, apretándomela con fuerza, hasta que yo, disfruté de una salvaje eyaculación, para finalmente dejarme todo mi culo y mis nalgas, llenas de su leche.
Luego me bajé, y tras dirigirme a una llave de agua, comencé a lavarme frente a sus ojos, luego me puse mi ropa, y tras despedirme de él salí caminando moviendo mis caderas, en dirección a la calle.
No regresé al estacionamiento hasta que estuve bien seguro de que el taxista ya se había marchado.
Fue cuando me di cuenta de que había dejado mis interiores dentro de su taxi, desde esa fecha, cuando me siento extremadamente estresado, salgo a mariconear un poco para liberar el estrés.
Claro que sin que ninguno de mis conocidos o familiares se enteré, yo sigo haciéndome cargo de mis negocios, y liberando todo mi estrés de esa forma y manera de cuando en cuando.
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