Desvirgué a mi hijo de 11 por parecerse a su mamá

Mi nombre es Eduardo, tengo 27 años, tuve a mi hijo a los 16, y cuando ya tenía 11 me lo cogí por parecerse a su mamá.
Hola

Mi nombre es Eduardo, tengo 27 años, soy alto, muy delgado, de tez claro, hago deporte ocasionalmente, voley y fútbol de barrio.

A los 16 embaracé a mi hembrita de ese entonces, nuestros padres no estaban contentos, pero poco a poco se hicieron la idea y nos apoyaron, mi flaca y yo estudiamos en la universidad mientras mis padres y mis suegros cuidaban a Matías, mi hijo.

Cuando cumplí 23 pude alquilar un cuarto para vivir con mi familia. Hasta ese entonces solo tiraba con mi mujer y una que otra forajida de la chamba.

Mi flaca murió en un accidente de moto hace 3 años, desde entonces tuve que quedarme solo con mi chibolo, quien iba creciendo cada vez más.

Al inicio, donde vivíamos era en un solo cuarto, teníamos distintas camas, pero dormíamos en el mismo ambiente, cuando su madre murió, Matías empezó a venir a mi cama a dormir conmigo y a llorar.

Yo lo abrazaba y sostenía hasta que se durmiera

Dormíamos solo en short, sin polo ni nada más abajo, me gustaba protegerlo y sentir su piel junto a la mía. Eso con el tiempo empezó a calentarme y lo abrazaba cada vez más de la cintura y lo acercaba junto a mí.

Más de una vez cuando se durmió y se separó de mí, no pude contenerme en sacarme la pinga y darme una paja, extrañaba la concha de mi hembra, y Matías cada vez se parecíaá más a ella.

Este año empecé a tener pichangas los sábados con gente del trabajo, después de eso nos ponemos a beber unas Chelas. Llevo a Matías conmigo y el juega con otros niños cuando los adultos nos ponemos a tomar y hablar de mujeres. En una ocasión, estaba bastante ebrio y al llegar a casa con mi hijo solo atiné a quitarme toda la ropa y Matías me ayudó a llegar a mi cama, yo estaba arrechazo y mi pinga estaba bien parada, mi hijo se me quedó viendo la verga mientras yo me acomodaba en cama, le pedí que me diera un abrazo y un beso, obedeció, y se fue a duchar

En la mañana siguiente desperté, mi cachorro estaba en su cama, solo con su shortcito de fútbol, él ya con 11 años, tiene un cuerpo divino, flaquito, con una cinturita de hembrita, verlo ahí, boca abajo me excitó bastante. Aún tenía alcohol en mi cuerpo y me metí a su cama jalé su cuerpo hacia el mío y lo abracé fuerte, empecé a acariciar todo su cuerpo y a besarlo, él se despertó y se acomodó a mí, siempre hemos sido muy cariñosos, pero siempre lo veía como mi hijo, mi cachorro, ahora lo estaba viendo como mi perra.

 

-Hijo, buen día, perdón por despertarte

-Papito, no te preocupes, cómo te sientes?

-Mejor, campeón, estoy más despierto que ayer

-Ayer no podías ni caminar, y…

-Y que pasó?

-Papá, tienes un pene muy grande

-Oh hijo, no lo habías visto ya?

-Sí, pero nunca así de parada

-Oh, campeón, eso sucede cuando un hombre se arrecha mucho

-A veces me pasa, que se me para… Extrañas a mami, papá?

-Todo el tiempo, hijo… Espera, A ti también se te para?

-Pero la mía no es como la tuya

-Jajaja, hijo, cuando vayas creciendo tu pinga también crecerá

-Me gustaría que llegue a ser de grande como la tuya

 

Eso me excitaba más, la admiración de mi hijo ante mi miembro viril

 

-Lo será, mi amor, eres mi hijo

-Papá, y cuando se te para así, qué haces?

-Bueno, hijo, cuando a un hombre se le para la pinga tiene que meterla en algún lado, en una vagina o en un culo

-Si mami ya no está acá, dónde la metes tú?

-Oh, hijo, bueno, a veces tengo amigas que me dejan meterla en sus Conchas y hay lugares donde si les pagas a las chicas, ellas te hacen todo lo que tú quieras, te la chupan, dejan que la metas hasta por el culo, y eso es riquísimo. Cuando estés más grande te puedo llevar a esos lugares y que tú también puedas meterla, seguro las harás gritar a todas, mi hijo.

-Papi, y cuándo la metes por el culo, les duele?

-Pues las hembras a las que me cacho, siempre se quejan de dolor, pero eso me excita más, me pone más arrecho, luego el dolor pasa y las perras no dejan de pedirme más y más y más, les gusta a las forajidas

-Me gustaría ver cómo es

-En serio, hijo?, ya estás Arriola?

-Sí, quisiera ver cómo es

 

Acerqué mi celular y puse un video porno casero, mío con su madre, donde me la estaba chupando y donde me la cachaba

 

-Mira hijo, así es

-Ella es mamá?

-Síí, tu mami era experta en chuparla y en dar el culo, ojalá algún día te toque una hembra como ella

Noté que empezó a tocarse por encima del short y yo también, agarré su mano y la puse en mi entrepierna

-Mira, campeón, así ya me puso ver a tu mamá

-Se puso muy dura

-Y a ti también por lo que veo, sácate el short, para estar más cómodos, obedece.

Se sacó el short y lo vi bien calatito y con la pinga parada, él me vio también y se quedó mirando mi verga con los ojos bien abiertos

-Hijo, tú sabrás que extraño mucho a tu mamá, y que un hombre tiene que meter su pinga en algún lado para que esté bien. Me la quieres chupar? Así igual que tu mamá en el video

-Es rico?

-No viste como a tu mami le gustaba? , se la tragaba toda

-Bueno

 

Acercó su boquita a mi verga y se la metió lo más que pudo

Chupaba y Chupaba, se veía que lo disfrutaba, me miraba con esos ojitos de niño bueno con cierta coquetería, después de un rato así lo acerqué a darme un beso, profundo, de amantes

Lo agarré de la cara con cierta fuerza y lo tumbé sobre la cama boca abajo

Él se quejó, bajé a darle un beso negro y meter mi lengua en ese culito cerradito, él empezó a gemir como mujercita lo cuál me excitó más, mi verga estaba por explotar, le puse saliva a mi pinga y fui metiéndola en el culito virgen de mi hijo de 11 años, él empezó a quejarse y a apretar el culo, le di una nalgada con mucha fuerza, diciéndole que me obedezca

 

-Papi, me está doliendo mucho

-Cállate, ahora eres mi mujercita, eres mía y me vas a obedecer

 

Él empezó a llorar de dolor y suplicar que la saque, eso me excitaba aún más. Se la metí entera, 18 cm de carne en un culito super apretadito, con los minutos, Mati empezó a gemir de placer y a moverse a mi ritmo.

 

-Te gusta, mi amor?

-Sí papito, sigue, sigue

Con sus gemidos que me pusieron toro, derramé chorros de leche caliente y espesa dentro suyo

Salí de él y me recosté en la cama, él se recostó sobre mi pecho y me dijo que me amaba, le di un beso y me quedé acariciando su cabello.

Cacharme a mi hijo fue lo mejor que hice, ninguna puta se compara a preñar a tu hijito

 

Y no fue la primera vez…