Desvirgué a mi hijo de 11 por parecerse a su mamá. Parte 2

Después de Cacharme a mi hijo de 11, lo convertí en mi amante.
Hola, soy Eduardo.

Inmediatamente después romper el culito apretado de mi hijito empecé a sentir culpa y preocupación. ¿Y si el conchasumare dice algo?. Me dormí pensando en eso, aunque MI chibolo estaba más cariñoso de lo normal.

Para esto comentarles que Matías, a sus 11 años está en sexto de primaria, vivimos en Iquitos, selva del Perú, hace un huevo de calor. Él no es tan alto, es delgadito, tiene una rica cintura, es algo trigueño por su mamá (Y más gritón que ella), es lampiño, por lo general y fuera de la casa es tosco, cuando juega fútbol o conversa con sus amigos del cole, se le sale lo de barrio, un mini chacal, tal vez por crecer en un ambiente rodeado de hombres, aunque conmigo siempre fue cariñoso, me abrazaba, me besaba la mejilla, el cuello y se sentaba en mi regazo

Pasó una semana sin hablar del tema, un viernes salí temprano del trabajo y pasé a recogerlo del colegio (Siempre lo recoge mi cuñado y se lo lleva a su casa a que almuerce ahí con él y mi hermana), esta vez fui yo y se sorprendió al verme, se acercó con un amiguito del cole, que a mi parecer también estaba muy rico.

-Papá, hola, qué sorpresa

-Hola, hijo, pude escaparme de la chamba

-Papá, el es Sebastián, de mi salón

-Un gusto, señor.

-Sebastián, te vienen a recoger?

-No, vivo a dos cuadras, me regreso caminando, mi mamá deja el almuerzo hecho antes que se vaya a trabajar

-Oh, bueno, entonces puedo llevarlos a comer a un restaurante

Ambos dijeron que sí

En el camino los dos chibolos hablaban de unas compañeras de su salón, sus expresiones eran muy directas, hablaban de cómo otros compañeros les tocaban las piernas y las Conchitas cuando se sentaban juntos y estos chibolos sacaban pecho que, supuestamente, se las habían tirado.

Mi hijo y su amigo decían que seguro que sí, que las niñas se les ve bien fáciles. En mi mente pensaba que cuán chibolos para iniciar su vida sexual, y no creía de todo lo que los otros niños decían haber hecho.

Cuando entramos al restaurante y pedimos la comida, le pregunté

-Sebastián y tú ya te has tirado a una hembrita?

-Sí pes, señor, cuando cumplí 12 nomas, mi tío me llevó a su casa donde estaba una flaquita de 17 años, mi tío me dijo que ese era mi regalo y que debía hacerme machito, y le metí toda la pinga.

Matías se sorprendió

-En serio tu tío te regalo una chica?

-Sí, y qué rico se siente, tú no te has tirado a ninguna aún? Acaso eres cabro?

-No soy cabro, huevon.

-Entonces por que no te has tirado a ninguna germa?

Interrumpí para que Mati no se sienta incómodo de responder, pero me dejó pensando, debería hacer que mi hijo pruebe una vagina?, yo moría por su culo de nuevo, además, esa charla, tan tosca, tan de hombres me arrechó.

Despedimos a Sebastián y llevé a Mati a casa, al llegar y cerrar la puerta, lo jalé hacia mí y le planté un beso profundo, con lengua mientras rodeaba su cintura y acariciaba sus nalguitas

El se deslizó hacia abajo, me desabrochó el cinturón y sacó mi verga, la contempló, me miró como una coqueta y me la empezó a chupar, sin apartar sus ojitos de los míos, su lenguita pasaba por toda mi pinga, el líquido preseminal mojaba sus labios, y con una voz super aguda, me dijo

-Papito, cachame, por favor, cachame

-Quieres que te cache, mi amor, quieres que te haga mía?

-Sí, papi, quiero ser tuya

Amo que se ponga en ese papel de perrita sumisa.

Tenía su uniforme del colegio, la típica camisa blanca, medias largas y pantalón gris, llegamos a la orilla de la cama y lo tiró con fuerza boca abajo, ahí voy quitándole el pantalón con todo bóxer, él levantaba el culito. Conservé su camisa blanca y sus medias grises largas, quería ver como me tiraba a un colegial, a mi hijo colegial.

Acerqué mi rostro a sus nalguitas y empecé a jugar y a restregar mi cara en su culito, mi ligera barba le hacía cosquillas y le raspaba, empecé a comerme ese culito, a introducir mi lengua lo más profundo posible, mientras mi chibolo se estremecía y gemía, después de un rato de verlo arquear la espalda y apretar con fuerza sus manos el colchón. Llegó el momento, mi verga dura y mojada por preseminal se hacía dentro de mi chibolo, sentía cada pliegue de dentro de él y apretaba riquísimo, él gritaba más fuerte y que fuera despacio, empecé a sacar y meter, hasta que mis huevos chocaban sus nalgas de puta, amaba verlo ahí, dispuesto solo para mí, mi nuevo amante, mi colegial, mi propiedad. En un momento se me vino a la mente Sebastián y lo que contó que se tiró a una hembrita y esa imagen mental estuvo en mi cabeza, cuánto me gustaría ver a un chibolo cacharse a una hembrita, al mismo tiempo veía a mi hijo, machito frente a sus amigos y una perrita conmigo.

Lo cambié de posición, él cabalgando sobre mí, mientras agarraba su cinturita y le metía mis dedos en su boquita, no dejaba de chupar la muy perra, mi bebito se corrió de tanta penetrada, yo pensé en Sebastián otra vez y me lo imaginé cogiendomelo a él también, a otro machito y también me imaginé a Sebastián cogiendose a Matías, esa imagen hizo que me corriera demasiado, chorros de leche dentro de mi primogénito, él solo se retorcía y blanqueaba los ojos. Salí de él y nos quedamos acostados, me dio morbo el darle una propina a mi hijo después de eso, le di 50 soles y me dio un beso profundo, lo mandé a ducharse.

Me ahí pensando en cómo llevar a cabo todas las fantasías que había tenido durante esta última cachada…

Jc3po Dice:

5 mayo, 2024 en 4:58 pm

Uff me encanta… como sigue?

Jhon18x Dice:

5 mayo, 2024 en 7:55 pm

Que rico morbo con tu chibolo. También soy de Perú y he escuchado que en la selva todos son muy calientes desde niños, tengo que ir a comprobar.

Edu206911 Dice:
6 mayo, 2024 en 9:20 pm

Debes venir, hay de todo, chibolos, chibolas, todos arrechos
Aquichateando14 Dice:
13 julio, 2024 en 3:59 pm

tmb soy de peru, quisiera hablar de chibolos