Don José, el pintor folla peques 3 – Pizza, leche y chocomilk.
Como les conté en el relato anterior, Don José nunca perdió el tiempo conmigo, el ya sabía a lo que iba y estoy seguro que él disfrutaba de hacer disfrutar a niños, pero esta vez el quería disfrutar a la par y aquí es donde les cuento lo siguiente..
Este relato es un poquito extenso pero lleno de detalles.
Después de ese segundo encuentro no mentiré, me sentía muy confundido ya que jamás había sentido algo parecido a un orgasmo, ni el mayor regalo de navidad, ni la mejor caricia de mis padres se comparaba, solo era un niño de casi 10 años iniciado al mundo del placer del sexo gay, aún así había esa curiosidad interna de seguir con los juegos de Don José.
Mis papás seguían bastante ocupados con sus negocios tratando de solventar nuestra economía y no los juzgo por haberme descuidado, ellos hicieron lo mejor que podían, pero eran muy inocentes en haberme dejado a su cargo (algo que agradezco demasiado jaja), el día que pasó este relato me mandaron a que ayudara a Don José a pintar con el otro negocio en mi pequeña ciudad, cosa que era una mentira de José, ya que me llevó a conocer su casa, yo seguía de vacaciones así que qué más daba.
Sin más preámbulo tenía toda la mañana y tarde de mi para su disposición, subimos al segundo piso, su casa era algo linda, muy acomodada, el decidió mandar a pedir una pizza y ponernos a “ver caricaturas”, las caricaturas eran el toqueteándome y abrazándome de cucharita mientras la TV estaba encendida, yo no oponía resistencia ya que como dije en otro relato me sentía algo enamorado de ese oso macho barbón (ahora entiendo que solo me faltaba atención de mis papás, y el hecho que José sabía hacerme sentir MUY bien), me trataba con cariño y me preguntaba que si estaba a gusto, yo estaba más que prendido y excitado, con una combinación de miedo y morbo, yo iba en short y playera y el por igual, era tiempo de calor, el pasaba sus manos ásperas por mi pecho, espalda, piernas y metía su mano para sobar mi pene mientras lamía mi cuello y oreja. Yo temblaba mucho por que eran demasiadas sensaciones para mí.
Entre esos tocamientos sentí que tenía su verga muy dura presionando mi colita sobre mi shirt, ya la había visto la vez pasada pero no con atención (mi atención estaba totalmente en como me mamaba por primera vez) así que le dije que si me dejaba verla, recuerdo que me dijo: “Oye, que te parece si nos quitamos toda la ropa primero?”
Solo asentí con un pequeño “Sí”, no me salían casi las palabras estando con él, me tenía hipnotizado, así que el tomó la iniciativa y comenzó por quitarme mi playera, después el la suya, después bajó mi short, después él el suyo, y por último bajó mi calzoncito revelando mi verguita toda durísima, el procedió a hacer lo mismo y ahí saltó su verga grande, aún la recuerdo, hasta su olor, era una verga rosada y algo gorda, no de un largo descomunal pero si muy ancha, le mediría unos 15-16CM, con vello recortado y glande muy bonito, él no estaba circuncidado, se veía muy limpia, yo solo sentí un balde de agua sobre mi al estar ahí con un adulto de esa manera, solo recuerdo que dijo con su cara embobada: “Qué hermoso estás así desnudo Ricardito”
En eso me pidió que me subiera sobre él, me acosté sobre su panza, cara a cara y me comenzó a besar, yo no tenía idea de cómo hacerlo así que de mi parte fue un beso torpe, solo abría mi boca como el lo hacía y dejaba que me penetrara con su lengua, me tenía abrazado con una mano sobre mi espalda y con la otra tocando mi colita y piernas, se sentía muy cálido ese beso, como si fuera mi novio jaja, sentía su verga durísima sobre la mía, sentía lo pegajoso y resbaloso de su pre-semen en mis piernas, el calor de su cuerpo aún lo recuerdo, el comenzó a tocar mi ano y en eso di un salto, jamás me había tocado otro hombre ahí más que mi papá cuando me ponía supositorios por las fiebres que me llegaban a dar.
La escena vista desde afuera debió haber sido erótica e inmoral, un oso maduro tocando a un peque de formas indebidas, siendo honesto como me gustaría poder haberme visto a mí mismo bajo esa situación, disfrutando de José profanándome a su antojo, tocando mi ano y nalgas, mientras me besaba con desquicia, yo a este punto sentía mi pene a punto de explotar.
Después de lo que serían varios minutos morboseándome me dijo: “Ricardito, me gustaría que me hicieras lo mismo que te hice la vez pasada, te acuerdas?” ósea que chupara su verga, me entró un pánico-morbo fuerte porque jamás había hecho eso, yo dudoso le dije que no me iba a caber en la boca como el de había comido la mía de un solo bocado. Me pidió que lo que me cupiera en la boca estaba bien, que solo probara a hacerlo, dudoso de eso me bajé hasta sus bolas grandes, y el me fue guiando, me pedía que chupara como cuando lames y chupas una paleta y así lo hice, tímida y torpemente comencé a lamer, el tenía testículos muy grandes y calientes, y eso lo recuerdo bien, su olor era como a sudor y limpio, olía a jabón, ahora entiendo que todo lo tenía planeado, estaba yo ahí hipnotizado lamiendo y succionando, imitando lo que el me había hecho por minutos la vez pasada como todo niño que aprende imitando, solo escuchaba sus gemidos de adulto, gruñidos y quejidos, que bendición para todo pedófilo tener a un nene mamándote la verga. El solo me decía: “Siiiiiií, así, síguele síguele”
Con su voz tosca y gruesa me dijo que subiera la boca a chuparme la puntita, yo no quería por qué sentía asco en hacerlo, pues en mi mente por ahí salía orina y la cosa babosa que le salía, no sabía para que era el precum cuando era niño, después de dos súplicas me animé, abrí la boca grande como el me iba diciendo, agarrando con mis manitas su dura verga, por primera vez una verga en mi boca, se sentía caliente y babosa, instintivamente case me vomito, sentí el reflejo de devolver la comida y me quité, le dije que por favor no, no quería hacerlo (tiempo después amaba darle sus mamadotas de verga).
Noté su cara decepcionada y me dijo: “A mi amiguito le gusta mucho hacerme esto, a él le gusta hacerlo con ganas, pruébalo poquito más Ricardito” Sentí una sensación de decepción y coraje hacia mi mismo, pero él, sabio y nada perezoso me dijo, espérate aquí, no tardo, vi como bajó al primer piso y escuché de lejos como abría algo de la alacena, al regresar vi que traía un paquete en sobre de Chocomilk.
Para cuando el se volvió a acostar se puso una cantidad abundante de polvo de chocolate en todo su pene y me dijo que probara, que iba a saber rico y wow jjaja, vaya que tenía razón, el sabor de su precum dulce-salado, más el chocolate me animó a seguir con el juego, pero esta vez me volteó de forma que el tenía su cara frente a mí culo y yo acostado encima de su pancita, mamando su verga imitando como el me había enseñado con mi pene, sentí como iba tocando mis piernas, mis nalgas, mi espalda y por último mi anito, lo hacía con mucho cariño y amor mientras yo mamaba y escuchaba sus gemidos, cuando se acababa el polvo yo le decía y el volvía a colocar más, yo seguía pegado como becerrito mame y mame su vergota dura, palpitando con cada chupada mía.
A la fecha de hoy beber chocomilk me recuerda al instante a él, al sabor de su verga, sus manos encima de mi cabeza guiándome y enseñándome.
Muchos tuvimos algún don José en nuestra infancia.
Y los llevamos en el recuerdo siempre
Cada vez que leo estas historias admiro más a Don José. Un hombre que sabía muy bien cómo se debe tratar a un niño.
Benditos los que nos trataron con bien y con cariño
El truco del chocolate siempre funciona. Ya después le quitas el chocolate y que se lo coman puro.
Me encantó tu relato me hubiera gustado haber conocido un don José en mi infancia 😍
Hola cuando subirás el siguiente, te dejo mi telegram
@gkejsv Y has hecho algo con nenes?