Dulce o Truco XXX extra
Conclusiones – capitulo extra de esta pequeña saga de relatos de Halloween, ambientada después de la fiesta….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Conclusiones
Venganza
Después del desquite de Gino, no se vio a Frank muy seguido por la escuela, pues la paliza que le dieron los bravucones fue terrible, incluso tendría que moverse en muletas, que tanto había hecho ese idiota para ganarse tanto odio, algo que no le importó mucho al Georgino, pero eso estaba de más, pues el chico se fue a conseguir un trabajo, siendo repartidor de pizza, los padres se sintieron orgullosos, ya que creyeron que se estaba haciendo responsable, pero no era el caso, sus planes eran muy diferentes, pues cada viernes en la noche, cuando la pizzería estaba por cerrar recibía una llamada especial, una pizza que debía ser entregada a última hora, si hasta el mismo Gino la pagaba para no tener que volver después, pero no le importaba, bien sabía a dónde se debía dirigir, llegaba al suburbio fino de costumbre, eran después de las 10, casi las 11, ya lo reconocían, se había vuelto la rutina de siempre, los trabajadores de la casa se iban a las 10, así que nadie se daría cuenta de su presencia. Apenas llegó la puerta se abre, y lejos de ver a un adulto se ve una tierna niña de 9 años quien espera ansiosa, sólo viste un camisón y es lo único que hace falta, pues pronto eso desaparecerá. A eso juegan Gino y Laila desde aquel encuentro de Halloween, cada noche en que sus padres se van de fiesta ella pide a la pizzería donde él se metió a trabajar para quedar en un encuentro sexual, no se toman mucho tiempo, y a Joana por lo general le dan una pastilla para dormir y eso basta, luego de cenar cae rendida para ser llevada a su cuarto dejándole toda la casa a ese par de picaros, pues aparte Frank sigue en rehabilitación, siendo libres de hacer cualquier cosa:
Pueden terminar en la piscina nadando desnudos, o en el jacuzzi, en todo caso la niña siempre acaba desnuda recibiendo las estocadas del chico en su interior, este la penetra ansioso, pero también pueden meterse en el cuarto de ella, donde Gino disfruta de cogérsela en un enorme cuarto rosa, en que le saca su camisón, para empezarla a penetrar usando solo unos calcetines blanco, su cuerpo se ha adaptado al de él, incluso le empiezan a crecer las tetillas, un par de puntitas sobresalen deliciosas, pues este chico siempre se las está chupando, lamiendo o mordisqueando hasta el punto de jalarlas un poco, se besan como enamorados, al menos Laila lo ha comprendido así, es Gino su hombre, así que deben hacer lo que este le diga, y el chico la hace gozar, a aprendido tanto del sexo a través de ella, que no se la saca de la cabeza, se entrega a la nena con total libertad, dejando que le haga lo que quiera, ni intenta nada con las de su edad que son odiosas, para eso tiene a Laila a quien cada que visita puede penetrar, incluso le compró un juguete para metérselo en el culito y jugar a una penetración doble que hace enloquecer a la nena, el cual vibra con diferentes velocidades, llegando hasta el punto de que esta gime como puta en celo, incluso se toman fotos de ella siendo penetrada, o han jugado grabándose en que es una pequeña colegiala inocente y este llega a violarla, viven una especie de romance vicioso, lleno de juegos sexuales, sin embargo su fantasía favorita es que la niña se vuelva a poner su disfraz para ser cogida con este, igual que la primera vez, así mientras la penetra el chico metiendo su verga hasta el fondo de la pequeña conchita, sobando cada parte de su cuerpo, entre besos lujuriosos, caricias morbosas, ambos gozan de ese encuentro, en que se funden en un órganos compartido que finalmente hace explotar de placer a Laila.
Al final, Gino deja la pizza, a nadie le importa que esta aparezca, el chico la deja gratis, sabiendo que es un precio barato por tener a tan fiel lolita rendida a sus pies, lista para cualquier cosa que este le pida, y tanto le ha gustado, que incluso en la escuela va pensando en cosas nuevas, como pedirle algún fetiche, pero por desgracia no ha encontrado la forma de conseguirle lencería de su talla, quizás tenga que esperar un poco y busque antes un traje de porrista para sacarse ese gustito extra…
Mala Nota
Paco termina su clase como es de costumbre, y de igual manera, sabe que cierto grupito sigue en las mismas, las ve con desespero, pues no le gusta que tan poca atención presentan en clase, se vuelve difícil poder ayudarlas, al menos sin llamar la atención, por lo que les dice que no van a valer mucho las pasantías que reciben si no usan lo aprendido en clase, con eso calma los ánimos, pues varios alumnos vieron completamente extraño que pasaran con buena nota aquel trió después de reprobar, pero al menos de esta manera todos se relajan, ahora tendrá que hablar con esas 3, pues no las quiere ver holgazanear con él, pero eso sólo era una tapadera, sabía cómo desquitarían sus calificaciones después, aparte que no siempre iban juntas, ya se había convertido en un juego, recordaba como acabaron las cosas después del Halloween, apenas llegaron las clases de nuevo, y todo volvió a la normalidad, las clases las impartía con el ritmo usual, pero a ellas no parecía importarles, además poco ayudaba que vivieran relativamente cerca de su casa, pues las vecinas chismosas apenas se creían lo de las pasantías, aunque era bien sabido que estas solo buscaban algo para decir, sin importarles nada, así que poco importaba, y a la hora de sus clases privadas frente a su puerta aparecería Janet usando una ropita como para hacer ejercicio:
Qué buena imagen, siempre le gustaron esos pants en la anatomía femenina, traía consigo una mochila, y decía que venía a sus pasantías, eso le basto para dejarle entrar y comenzar a jugar, con que maldito gusto, porque sus nalguitas redondas eran una delicia, las cuales amasó mientras besuqueaba a la nena en sus dulces labios, quien gozaba con aquel contacto empezando a gemir, aunque sería silenciada por un besuqueo que le permitiría al hombre quitarle la ropa, dejándole desnuda a no ser por unos calcetines que le llegaban a los talones, de ahí masajearía su pequeño cuerpo, chupando como bebe los pechos apenas sobresalientes, de piel que le recordaba la canela, mientras aseguraba su verga en la entrada de la niña, quien mimosa como una gatita se dejaba penetrar, pues debido a su estatura tendría problemas, pero al final la comenzaría a bombear lentamente, disfrutando de todo su contacto, aquel hombre era tan grande que la nena apenas sobresalía de debajo de su cuerpo, aunque se aferraba a este de manera ansiosa, restregando su pequeña figura, tratando de unirse a la penetración que tanto gozaba, logrando un potente orgasmo en cuestión de minutos, en que su conchita sería inundada por la leche de aquel hombre que era su “maestro”.
Al día siguiente, la escena se repetiría, pero esta vez se encontraba enfrente de la puerta de su casa Edith, quien venía con unos Jeans y una blusita escotada, demasiado llamativa para una nena de su edad, pero que a fin de cuentas sobresalía las pequeñas tetas que ya tenía, se veía demasiado rica, y la dejó pasar mientras le daba una nalgada en cuanto la puerta se cerró, repitiendo lo mismo que ayer, una mochila para unas supuestas pasantías, pero en cuanto estuvieron en privado, este bajó su mano hasta el vientre para abrirse paso a la ingle, aunque antes bien sujetó las tetitas, empezando también un besuqueo, pues no hacía falta decir nada, la nena venía a eso, quería ser cogida por su maestro, lo demás era escusa, sólo deseaba una buena cogida, sentirse la hembra del profe, quien una se mantuvo firme sobre la nena, le retiró toda la ropa dejándola expuesta, mirando su pequeño cuerpo de formas precoces, abriéndole las piernas, empezaría a cogérsela con gusto, sentado como antes, pero en la cama, la penetraría para tener libertad con sus manos de sobar aquel pequeño cuerpo que disfrutaba tanto, mientras era sacudido por las embestidas del hombre, quien sentía tanto como podía aquella figurilla sensual, gozándolo más porque sabía de varios chamacos que deseaban eso, meterle la verga hasta el fondo, mientras la hacían gemir.
Finalmente al día siguiente llegaba Azalea, también pidiendo permiso para sus pasantías, esta vistiendo jeans cortos y una sudadera, no lucía nada especial, pero cuando la llevó a su cuarto, y le sacó la ropa, pudo notar un pequeño bikini que apenas le cubría sus deliciosas carnes, las cuales empezaría a sobar con desespero, mezclado con técnica, abrazándola desde atrás, para darle un masaje sensual, haciéndola sentir deseada al tiempo que le procuraba una excitación excelente, pues la niña empezaría a ser sobada con tal forma que gemiría o se mordería el labio para soportar, pues era la mas escandalosa, podría hacerla gritar de placer, mientras el hombre se preparaba en sus juego sexual, no tardaría en dejarla desnuda, pues le quitaría lo ultimo con sus dientes para lamer aquel pequeño cuerpo, amasando mientras se preparaba, alzando el culo, para alcanzar mejor, rozando y penetrando, parte de la rutina que había hecho con ella, pues no debían tardarse, podía darse cuenta como sus vecinos chismosos, quienes veían con malos ojos como dejaba entrar nenas, pensando lo que en realidad ocurría, pues estaba penetrando a esa criatura con todas sus ganas, se la ensartaba completamente, haciendo vibrar su precoz cuerpo hasta dejarle la conchita llena de su semilla, siempre acabando en su interior, al menos hasta que le baje la regla, como tenía planeado.
Pues así se había hecho una rutina, en la cual el maestro Paco tenía a sus 3 alumnas a su merced, pues ellas se habían vuelto adictas a la sensación que les procuraba el maestro, así que se entregaban sin reservas, gozando con la escusa de unas pasantías para evitar las malas notas.
Pueblo 3
No había sido sencillo, y le costó un poco, pero todo le había salido de maravilla, ahora Raul veía como las 5 nenas que consiguió para su fiesta secreta de halloween estaban rondando por donde él estaba, tal como lo planeo, se había vuelto su macho, ellas eran sus hembritas, querían seguir sintiendo rico, como durante esa fiesta, incluso para mantener la atención de ellas, les daba dulces a escondidas, pero eso no era suficiente, estaba en un momento clave en sus planes, pues necesitaba ver cómo hacer que ellas siguieran entregándose, pues haberlas cogido no era suficiente, necesitaba seguir haciéndolo, era como su tío le dijo, coger con niñas era demasiado adictivo, pero no podía simplemente llevárselas fuera de la vista de todos, pero de nueva cuenta la suerte le sonreiría, pues a la semana de la fiesta, le pasaría algo demasiado bueno.
No eran raras las fiestas en donde la gente se reunía a beber hasta noche, incluso más, donde bailaban, y hacían cada estupidez como tratar de “jugar” con Chivas, o pelearse con los toros, si era común que de esta manera el médico de la zona se ganara su paga, pero lo que ocurriría es que como de costumbre el director sería invitado a ir al cumpleaños de uno de los más viejos, una de esas ocasiones especiales donde muchos hacían barbaridades, pues ya era un amigo que tenía más de 10 años ahí con todos, siendo una especie de autoridad moral, por lo que su presencia era casi obligatoria, a excepción de Raul, quien pese a estar haciendo buenas relaciones, seguía siendo un desconocido, así que el tío pretendía presentarlo, sin embargo fue a pasarle algo mejor, ya que una señora llegaría para pedirle un favor, es que la mujer no quería dejar sola a su niña porque sabía que su primo la estaba merodeando, como era común en esas regiones, no faltaba que un chico mayor se aprovechara al ver a la nena sola, y el viejo viendo su oportunidad de ayudar a su sobrino, ni tardo ni perezoso aceptaría, aunque en un principio Raul no estaría conforma, hasta que se enteró que se trataba de Eva, quien seguro quería volverla tenerla sola para sí y estaba más que dispuesto “sacrificarse”, aparte que tendría toda la casa de su tío para él solo.
El lugar era excelente, aunque se trataba de una cabaña a cerca del borde del pueblo, el lugar se hallaba en perfectas condiciones, era de gran tamaño con varios cuartos, su madera nueva y barnizada, con muros sólidos, casi sin grietas que pudieran ser fisgoneadas, una cerca alta, las ventanas con unas cortinas gruesas, arbustos que nublaban la vista, aparte de árboles frutales, si así se enteraría Raul de boca de su tio, cómo una niña: carmelita, en su momento a los 10 años, pero ahora de 16, se fue a meter a coger algunas manzanas, pues el terreno que tenía estaba lleno de frutas, y por suerte, cuando este la encontró, la niña acabó con un regaño: robando en terreno ajeno; la nena asustada por momentos aseguraría que no era su intención, pero eso era el plan del viejo, quien le daría unas manzanas a cambio de un pequeño gusto, y ese sería romperle el virgo, si, le había chantajeado para cogérsela, y decía con gusto: como no follarse a esa nena castaña, pecosilla, de ojos cristalinos, tan blanquita, no tenía mucho cuerpo, pero su carita inocente le obligo a probar suerte, si soñaba con meterle la verga en su boquita mamadora, lo cual fue uno de sus más grandes deleites, haciéndole tragar toda la leche que pudo, primero por los labios, luego por su conchita, el tío recordaba con gusto como su cuerpecito se abría de par en par por las embestidas, haciéndole gemir como una zorrita mientras la hacía suya, tan bueno salió todo aquello que después la volvió a tener, siempre cambiando su rico culito carnoso o su conchita babosa por algunas frutas, un buen intercambio.
Pero eso estaba de más, ahora Raul disfrutaría de esa casita para cogerse a Eva, la pequeña nena que pese a su edad era de las más ricas dentro de su clase, pues con su culito redondo, con tan buenas piernitas, esos pechos en crecimiento, la carita de muñeca bella, estaba más que puesto a empezar a convertirla en su putita personal, y estuvo preparando algunas cosas, más la suerte sería generoso con él cuando al llegar el fin de semana algo inesperado le fue a ocurrir, puesto que ya cuando se iba su tío a la fiesta, hallándose ansioso por que la nena llegara, si había preparado algunas cosas para tenerla contenta, súbitamente tocaron la campanita que había en vez de timbre, usando unos jeans y playera con camisa, Raul fue a ver que ocurría, cuando se fue a topar con una imagen bastante buena:
Buenas joven Raul, su tío me dijo que no habría problema por que cuidara a mi niña, que aún es chica para dejarla sola, y es que mis demás hijos ya están grandes, no le van a hacer caso, sólo quedaría con su primo, pero no me gusta como la mira, es que no se, dicen que soy una preocupona, pero es que es mi única niña, y bueno, no soy la única, espero no le moleste – decía la señora mientras traía un par de amiguitas de Eva.
Claro que no hay problema, Eva es una niña muy linda, igual que Larita y Cesilia, no me molesta cuidarlas – dijo con toda calma Raul viendo a las 3 nenas.
Ay, muchas gracias, es que las fiestas se ponen muy pesadas, sale cada borracho espantoso que ni le cuento, aunque es pueblo chico, pero eso en mal sentido, es que no faltan los abusivos que piensan en hacer cada cosa, si uno de mis vecinos fue encontrado con una cerda, digo la comadre, y otro se le vio con una niña de cómo 5 años, y sé que esas cosas pasan aquí, pero no quiero que un viejo rabo verde le haga daño por estar tan borracho, siendo tan bruto, aparte que su primo es peor que conejo en celo, es un potro mal domado, no soy tonta, se lo que quiere – decía la vecina angustiada, hablando de mas.
Casi como si fuera una señal, Raul se reía en su interior, pues sabía que prácticamente, mientras no lastime a ninguna, podría hacer cualquier cosa con ellas, eso en sus propias palabras, y ese era el plan, hacer gozar a las nenas para asegurarse que todas le siguieran buscando, ahora bien, tener a las 3 no era lo que esperaba, si se preparó para tener sólo a Eva, pero este cambio no le molestó en nada, hasta se lamia los labios pensando en lo que podría hacer con las 3 nenas, aunque pensó que sería perfecto tener también a las gemelitas.
Pues bueno, gracias por cuidar a las nenas, les cayó muy bien por lo de la fiesta de Halloween, espero regresar por ellas a las 9, mas tardar a las 10, niñas hagan caso de todo lo que el joven Raul les dice, no quiero que diga que se portaron mal – dijo la vecina antes de irse.
No se preocupe, la pasaremos muy bien – dijo Raul casi a punto de correr a la vieja habladora cuando salió su tío listo para la fiesta.
Perfecto, vas a estar bien acompañado, que suerte, 3 princesas para ti solo – dijo el tío casi imaginando lo que harían las siguientes horas.
Lo que seguiría no sería la gran cosa, Raul sabía que el éxito de todos sus planes era tomarlo con calma, tratar bien las niñas, así que las dejó entrar, puso la televisión, sabiendo que la mayoría de ellas no tenía servicio de paga, así que las nenas estaban sorprendidas viendo programas que nunca antes vieron, de hecho contaba con ello, les dejó ser libres, por ello salieron a jugar, porque no estaban tan acostumbradas a solo ver caricaturas, muchas veces las ponían a hacer trabajos, y en esa ocasión si acaso fueron a correr entre los árboles, sacando algunas frutas, manzanas o membrillos, aunque se veía que pronto tendrían mandarinas, estaba muy entretenido viendo a las nenas, pues iban con vestidos viejos, algo gastados, pero que dejaban a la vista sus piernitas cada que se movían, pero también cuando se sentaban mal permitían ver sus vulvas, lo cual realmente se le antojaba, además al agacharse se les podía ver las tetillas, realmente lo disfrutaba, esa vista, no obstante aunque fueran muy mimosas todas, no se le acercaban para empezar el juego que el tanto quería, y como no tuvo tanto tiempo, ignoraba como introducirlas en sus planes, o eso pensó cuando la situación le daría otro revés cuando escuchó que tocaban la campana.
Si, ¿Qué se le ofrece? Vecina – diría Raul una vez que salió a ver quién era.
Ay joven, que bueno que le encuentro, sé que es repentino, pero quería pedirle un gran favor, ya sabe que esta la fiesta de Don Anselmo, el abuelo de 90 años de los del pozo, y necesito pedirle un gran favor – decía una vecina que se le hacía conocida.
Híjole, ¿Qué puede ser? Dígame ¿Cuál es el problema? – diría Raul un poco pensativo.
Ay mijo, que amable, sólo quiero que me cuide a las gemelas, como se sintieron muy a gusto con usted por la fiesta de Halloween, ellas lo sugirieron, es que se las iba a dejar a su primo Javier, pero el muy bruto ya lo descubrí haciendo sus guarradas, estaba espiándolas al bañarse es un bruto de primera, no tendrá problema – diría la vecina mientras la esperaban desde una camioneta muy vieja ambas dulzuras.
No para nada, de hecho estoy cuidando también a Eva, Larita y Cesilia, que se les una Mariana y Alejandra me suena perfecto – diría Raul contento hasta cierto punto.
Con eso dicho, del vehículo saldrían ambas nenas, igual vistiendo ropita vieja, pero se veían muy arregladas, también con faldas, dejando ver unos calzoncitos gastados, si hasta su madre les regañaría por eso, aunque a Raul no le molestaría porque notaba esas vulvitas que tanto deseaba probar de nuevo, y como con la anterior esta juró que vendría por ellas a las 9 o 10, segundos después se fue. Una vez solas el grupito se reunió, aunque el chico estaba contento, no sabía cómo empezar el juego, y tenía el tiempo contado, aunque eso era lo de menos, ya se acercaba la hora de la comida, por lo que debía ir por algo sabroso, por suerte le habían dejado dinero para un par de pizzas, así que les diría que podían quedarse viendo una película, a lo cual les dejó el servicio, pero también activó la opción de películas para adultos, pensando que eso le serviría para empezar sus planes, mientras él se tomaba su tiempo y pensaba en cómo manejar la situación. Lo tardarían un poco en la tienda, pero al final regresaría una hora después, esperando descubrirlas viendo algo prohibido, no obstante llegaría para notar como todo estaba tranquilo viendo una película por demás cursi de dibujos animados, que luego siguieron con otra mientras comían, fue una lástima, quizás no les interesaba, era bastante dudoso, pero no hallaba forma de llevarlas a la cama, y es que no quería forzar las cosas, aunque súbitamente sucedería algo inesperado, pues la misma Eva se acercaría para pedirle el baño, y como este se hallaba afuera, Raul tuvo que llevarla. Se trataba de una de esas letrinas que antes sólo era un agujero donde caía el excremento, pero su tío hace un par de años lo cambio gracias al drenaje (así de lejos estaba la comunidad) cualquiera que fuera el caso la nena fue a orinar, y por segundos el chico quería fisgonear cuando repentinamente esta le dijo:
Oye Raul, dime ¿no te sabes algún juego como el de las brujitas? – diría Eva desde el baño.
¿Porque? Te gusto – diría algo nervioso.
Bueno, sí, pero no me gusta jugar a cosas así, digo, ya se acabó el Halloween, no te sabes otro juego parecido – diría la niña algo inquieta.
En ese momento Raul entraría en cuenta del porque justamente esas 5 llegaron durante la fiesta, no sólo era porque sus mamis no querían que algún abusivo les hiciera daño, también se trataba porque ellas mismas querían gozar, y lo buscaron a él, era su maldita oportunidad, pero ahora debía sacar algún juego para justificar lo que iba a hacerles, así que tuvo que ser tan rápido como ingenioso, pues no podía hacer lo de las brujitas otra vez, pero ¿Qué? Si alguien le preguntara a las niñas, y estas dijeran de más no sonara mal:
Niñas, vamos a jugar un nuevo juego, pero esto es entre nosotros, porque luego se pueden reír de uno, se llama la manada, vamos a hacerla como si todas fueran vaquitas, aunque a mí me toca hacerla de toro, quienes mejor lo hagan luego les daré un premio, las voy a consentir ya sea con pastel u otros dulces, entendido – dijo Raul ansioso por empezar en juego.
Eso justamente era lo que las nenas estaban esperando oír, sabían por donde estaría el juego, y no sólo por los dulces lo deseaban, también porque sus conchitas les picaban, recordaban con gusto las sensaciones que el joven les había hecho sentir, deseaban repetirlas, estaban demasiado ansiosas, todas asintieron con gusto, así empezó alegremente a jugar con ellas, jugando a ser vaquitas les daba frutas a manera de pruebas, pues le tapaba los ojos para hacerles adivinar, pero no tardaría en sacarse la verga para jugar con diferentes dulces líquidos, comenzando a disfrutar de esas linduras, pues notaba como Mariana le chupaba con ganas, pero Alejandra usaba más su lengüita, Cecilia era la más torpe casi mordiéndole, mientras que Eva babeaba más que otras, llegando a escurrir, mientras Larita se exhibía más en su inocencia, como ya hacia un poco de frio y viendo la hora, se decidió a prender la chimenea, un lujo que tenían a diferencia de otros, por lo que pudo continuar con su juego, sacándoles la ropita, excepto sus calzoncitos, dejando a la vista sus pequeño pechos, aunque al menos con Mariana, Alejandra y Eva era diferente, pues se notaban unas pequeñas formas curvas que invitaban a chuparles, así que sin detenerse, se le dio la idea de empezar a jugar con ellas a un divertido ataque de cosquillas, donde empezaría a probar sus tetillas, logrando sacarles los primeros gemidos: la prueba del becerrito; serian sus palabras para aquel contacto, y las nenas se reían mientras eran chupadas, aunque también les acariciaba sus lindas cuevas, así empezaría a sacarles sus calzoncitos, prendas muy viejas, pero de cierta sensualidad que adoraba, dejándolas desnudas, a no ser por sus sandalias o zapatillas, le encantaba ver como las gemelas se agarraban entre sí, tan unidas como siempre, mientras que Cesilia se tapaba la boquita tratando de no hacer ruido, mientras que Eva era la mas escandalosa, y hacia un ruidito que le calentaba más, por su parte Larita era la más inquieta, pero así mismo gozaba mucho más, si se le veía aferrarse para recibir ese trato y decía cosas como: hay Raúl que rico se siente; seguía jugando, pues antes solo pudo mantener su atención, pero ahora tenía a las 5 nenas desnudas en su sala, listas para algo más intenso, estaba pensando en cómo hacerlo, cuando una de las nenas preguntaría:
Por cierto, Raul, ¿Qué fue esto? – diría la chiquilla apuntando a la pantalla de televisión activando lo que pensó que no pasaría, una película de pornografía, donde se vería como una chiquilla como de su edad estaba siendo penetrada por un gordo asqueroso.
Es un juego que todos hacen, pero es secreto, o alguna vez sus papás les han contado cómo se divierten de noche, no ¿verdad? Aunque lo hacen cada que pueden – diría Raul y las nenas aceptaron, si hasta algunas habían visto como sus papis, hermanos o primos hacían eso.
La verdad la mayoría sabía algo del tema, pero de igual forma pensaron que estaba prohibido para ellas, así que se alejaron del asunto, hasta que supieron que una de las “reglas” era no hablar de ello, así que se vieron emocionadas de hacerlo, siendo ellas las vaquitas y Raul su toro, por lo que tomaría de nuevo a Cesilia, para acomodarla y empezar a penetrarla, por suerte prácticamente la nena se amoldo a la verga del muchacho, recibiendo toda esa carne en su interior, siendo gozada completamente, si hasta ella en un acto inocente le besaría con ansia de sentir cariño como si fuera su novio, y este aprovechó para enseñarle a besar, jugando con su lengua en una especie de lucha entre ambos, que sorprendería a la niña por lo candente de la escena, todo mientras las otras no dejaban de ver asombradas, sintiendo como les picaba las conchitas por aquella imagen, empezando a acariciarse de manera torpe, sus primeras masturbaciones, mientras el chico volvía a hacerlo, penetrarlas, embestía a la pequeña vulva sobre el sillón, logrando encender la mente de su amiguita quien se entregaba como una mujercita, pero antes de correrse el chico lograría que la nena tuviera un fuerte orgasmo que la haría desfallecer.
Sin demora luego de eso se levantaría, veía a las niñas, y sabía que debía hacerlas gozar, esa era su meta, así que recordando algunas de las historias de su tío se fue al cuarto de este para encontrar algo que le serviría, no sería sencillo, pero al final halló una cajita bajo su cama, ahí el viejo tenía varios juguetitos especiales, después regresaría con las niñas, y empezaría a tomarlos, todos eran consoladores con vibración, con los cuales empezó a darles cosquillitas especiales, y les diría que debían guardarlos dentro, en sus conchitas, logrando que las 5 empezaran a gemir como gatitas en celo, cosa que le encantaba, ahora si debía continuar con la orgia.
Después de eso las gemelas se querrían lanzar, pero sería Eva, quien tomaría la iniciativa, por lo que Raul le jalaría de la cintura para besarla, mientras recuperaba su erección, pues saberse tocando ese carnoso culo con la punta de su verga pronto le ayudó, además que no se había corrido antes, por lo que apenas pudo se la ensartó a la nena, quien como toda una mujercita se entregaba a las inquietas manos del muchacho, pero este no dejaba de sujetar tanto como podía de aquella preciosa figura, su suave piel clarita se estremecía entre los dedos de su hombre, mientras dejaba que este agarrara cuanto quisiera, así empezaba a embestirla con una suavidad que le hacía encenderse, aunque era solo la calentura de volverse la mujer de alguien, eso hasta que gradualmente se corrió sobre las piernas, y en esos espasmos lograría que Raul se corriera en su interior, llegando lo que finalmente se propuso desde un principio:
Hay Raul, que me hiciste, siento húmeda mi conchita – se quejó Eva con ingenuidad.
Como crees boba – dijo Alejandra tocándola.
Eso lo hacen los chicos grandes con las chicas que les gustan, me lo explicó el otro día mi primo Javier – dijo Mariana orgullosa.
Decían las gemelas un poco más listas, aunque mostraban también una ingenuidad, aunque se daba cuenta de esta forma que el primo Javier del que hablaban era un pervertido como él, por eso no le dejaron tenerlas a solas, seguramente se las pensaba coger con toda la brusquedad que un torpe podría tener, por eso es que ahora el estaba gozando de aquellos pequeños cuerpos, pues igual que en la fiesta se la coloco a cada lado para empezar a gozarlas, los juguetes le ayudaron para prepararlas, pero aparte sus dedos en sus culitos sirvieron para imitar una penetración doble, la cual era suficiente, mantenía a las nenas contentas, pues no tardaron en correrse, pero siendo tan celosas como un par de nenas de su edad, no querían bajarse, y así las tendría besuqueándose mientras las manoseaba, o lamiendo sus pequeño pechos en crecimiento, logrando en cuestión de segundos que ambas se volvieran a correr, aunque se quedaría con las ganas de penetrarlas, pero sus gestos de satisfacción era suficiente, pues aparte estas le habían estado masajeando su verga y la tenía lista para usarla.
Maldita sea su suerte, debido a todos los juegos y cosas eran después de las 8 para ese momento, con suerte podría gozarse a Larita, quien estaba ansiosa por tener su lechita, siendo la única que le faltaba, y estaba decidido a hacerlo, así que la tomó para empezar a cogérsela, besándola como con las otras, enseñándole a usar su lengüita, disfrutando de su culito que tenía una forma preciosa, mientras que de igual forma con las otras, hacía lo posible por disfrutarla, y es que acomodó su conchita de tal manera que sus labios le acariciaran su verga, que agresiva apuntaba su cuevita, lista para hacerla suya otra vez, pero sólo parecía estarle dando largas, sobando sus sexos de tal manera que disfrutara, o hasta deseara el momento en que la penetrara, de hecho así era, por lo que al metérsela emitiría un pequeño gritito, que sería uno de muchos gemidos mientras la empezaba a embestir, aunque ya cansado de esa posición, la levantaría, aún ensartada, la llevaría a su cuarto donde la cogería trepándose sobre ella en la cama, siendo más cómodo para ambos, así estaría embistiéndola, un poco más calmado, cómodo, viendo los ojos de la nena, hasta que finalmente se corriera en su interior, en un orgasmo delicioso, llenándole con una buena carga su conchita pequeña, dándole un beso en los labios jugando con sus lenguas por unos segundos, mientras todas los miraban.
Por desgracia para ese momento ya faltaba poco para las 9, y debía arreglar las cosas para el regreso de las mamis, maldita fuera su suerte, las niñas estaban hechas un desastre, si hasta olían a sexo y aparte no les había dado su pastel para tenerlas contentas, pero antes de eso escucharía.
Oye Raul, después podemos seguir jugando a los novios, ¿por favor? A todas nos gusta cómo nos tratas, nos haces sentir rico, no como nuestros primos o hermanos, son bruscos, ah y no te preocupes por nuestras madres, ellas seguro ya no saben ni qué hora es por la borrachera, mañana nos llevas a nuestras casas – decía Eva metiéndose a la cama.
Maldita sea, esa era la mejor de las suertes, tenía a las nenas para jugar con ellas toda la noches, o al menos eso pensó Raul, y aparte se daría cuenta que todas ellas no eran tan ingenuas, pero con esto había logrado su cometido, podría gozarlas a las 5 cuando quisieran, pues todas estaban encantadas con ser sus noviecitas, sólo debía ser cuidadoso, como le advirtió su tío, pues si los padres se daban cuenta en el mejor de los casos no habría problemas, pero siendo él, quizás lo tomaran mal, a fin de cuentas sólo era el barrendero de la escuela, por ello tras ver todo lo ocurrido se pensaría en algún día volver a casa para terminar su carrera, ahora tenía la idea de hacerse maestro, quizás para luego disfrutar de la alegría de dar clase en esa pequeña escuela rural, y mantenerse cercas de las nenas que ahora iba a gozar.
Excelente excitante con morbo lujuria y pasión espero la continuación.
perdón, pero eso será todo, era el extra de las historias de Halloween, que paso después de la fecha…