Dulce y tierna venganza: el plato principal
Evelyn viene de sorpresa a pedir que cuidemos a su hija y yo aprovecho la oportunidad para llevar a cabo mí ansiada venganza .
Previamente, el inicio: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/heterosexual/dulce-y-tierna-venganza/
Después de ver a la tierna Zaira desnuda, esa nena de 5 aunque delgada y alta como una de 8, la vi y me obsesioné con poder tenerla para mí y de paso cobrarme las maldades de su mamá.
Pasaron algunos días, mi novia la seguía cuidando, una o dos veces por semana, cuando tenía ganas. Una calurosa tarde llegue de trabajar quise meterme a la piscina ( tenemos de esas de fibra que vienen con un deck de madera externo) teníamos planeado salir a tomar algo y coger como animales. Pero al rato llega Evelyn con Zaira, venía como apurada, entró y pidió por favor a mí novia si podía cuidar a la nena porque tenía que trabajar y se le hacía tarde. No había preguntado con anticipación a mi novia, que de mala gana, igualmente no se pudo negar.
Es decir nuestros planes de salir y coger se arruinaron. Eso no era todo, sino que mí novia chateando con otra amiga que trabaja en el mismo bar le dijo que Evelyn se había pedido el día, que le había contado que se iba a coger con un hombre que le sirvió de camarera y la invitó a su casa.
Mí novia ardió de la ira, su amiga le había tomado el pelo, entonces la llamaba pero está no respondía. En eso le dice a la nena si se quería meter a la pile, donde yo estaba.
Mando a la nena a cambiarse, Zaira salió con una bikini nueva color blanca que se ataba con tiritas, era muy sexy, yo ya iba sintiendo mí pene crecer un poco.
-Andá y metete con el tío, Zairi- le dijo. Relevandome la responsabilidad… nunca fue de saber cómo entretener a un niño, ni tampoco le gustaban.
-Voy adentro a llamar a Eve, amor. A mí no me va a tomar de pelotuda esta zorra, ya me va a escuchar- me susurró con poco cuidado de que la nena escuchara. Y se metió a la casa azotando la puerta.
Yo por el contrario no podía estar más feliz, viendo cómo Zaira se sentaba al borde de la pileta mojándose los piecitos, con esa cara de perrito castigado que solía tener. Conmigo casi no dirigía palabra y tampoco era que nos viéramos mucho, era la primera vez que estábamos «solos» aparte de ese instante de la ducha que conté.
-Veni Zai, metete, no tengas miedo, vení que te pongo el flota flota (cilindro de espuma).
Se metió tímidamente y me acerqué a ella y le até el cilindro alrededor como un cinto para que la ayude a flotar. Aproveché para ponerme bien cerca de ella, tocar su cintura, su pancita. Ella se paró de nuevo en la escalinata y pude ver cómo el agua hacia traslucir su bikini blanco y se le marcaban las nalguitas y se le metían entre esa colita suave de nena. Me acerqué arrodillado y le dije
-A ver date vuelta que quiero ver si te lo até bien al flotador- ahí con ella parada en la escalinata y yo de rodillas pude ver esos labios de conejito pegados a la bikini demasiado traslúcida para que lo use una nena (parecía lencería erótica!) La verdad es que daban ganas de comerle el sapito de lo apetitoso que se veía.
Para que entre en confianza le propuse un juego, el clásico juego del tiburón, pero le dije que iba a ser un pulpo (así la podía tocar más)
Entonces ella se escapa y yo la atrapaba de sus piernas y sus muslos, la abrazaba y le decía
-El pulpo se quiere a comer está nena AAARG ! – y le mordisqueaba los bracitos la oreja mientras le manoseaba los cachetitos de la cola o rosaba su pubis con los dedos .
-Noo pulpoo feooo soltame me haces cosquillas -Ella gritaba y se reía.
Era realmente satisfactorio verla sonreir y escuchar su risa, me ponía feliz.
La solté, me metí bajo el agua la tiempo la volví a agarrar, ella me dio la espalda y pataleaba intentando safarse entonces yo, viendo bajo el agua acerqué mí cara a su cola y le morsdisquie y succione un glúteo mientras la sujetaba de la cintura y posaba mi mano en su conchita. Saco la cabeza del agua y digo
-Ammmm que nena rica me voy a comer!
Ella se reía y decía – No me comas la cola pulpo cochino!
-Pero es que sos una nena muy rica! Aaam- haciendo voz de monstruo.
Luego se le sale el flotador y lo aprovecha para matar al pulpo de un golpe en la cabeza. Entonces aprovechamos para descansar, ya que a mí tampoco la verga no me daba más. Le propuse otro juego que era «la búsqueda del tesoro», consistía en tirar monedas a la piscina y el que juntara más ganaba. Ella aceptó encantada y esa seriedad predeterminada en su rostro se convirtió en una sonrisa que iluminaba todo su ser.
Entonces entré a la casa para buscar las monedas y orinar así bajar la erección. Cuando entré me encontré con que mí novia se había dormido mirando Netflix, me dije a mí mismo, «es ahora». Agarré las monedas y no oriné en el baño sino que salí al patio. Dejé las monedas al borde de la piscina. Zaira estaba sentadita como esperándome. Me vió y la ví mirarme el paquete, claro, yo me había puesto una especie de boxer de baño, que a mí novia le encanta porque me marcaba todo el pedazo, a ella le encanta darme mamadas en la piscina cuando estoy sentado en el borde.
-Espera que voy hacer pipí – le dije
Y me pare frente a un arbusto, dándole la espalda pero en un ángulo que ella pudiera ver y saque mi pija todavía bien parada, totalmente depilada, mojada y brillante ante sus ojitos. Ella hizo como que se volteó para no ver pero luego volteo de vuelta para mirar de reojo, mí intención era que vea lo que es la verga de un macho y aunque no lo supiera que ella me hizo poner así.
Tomé las monedas y las tire por toda la pileta y empezamos a jugar.
A veces nos peleábamos para agarrar la misma moneda o ella me robaba las mías cuando yo me sumergía entonces tenía que ir a recuperarlas, todo eso hacia que tengamos contacto entonces yo la agarraba y la tocaba con más seguridad porque sabía que mí novia dormía. Ella accidentalmente (creo)
tambien tocaba mí pene tratando de robarme las monedas. Todo era risas y diversión.
En un momento me dice:
-Encontre muchas monedas papi!- inmediatamente se dio cuenta de su acto fallido y se tapó la cara de vergüenza.
Me entiernizó y la abracé por detrás.
-Eu no pasa nada, te confundiste… Yo no soy tu papi pero me encantaría tener una hija tan linda y buena como vos- le dije dándole un beso en la mejilla rozando sus labios mientras debajo del agua le acariciaba su barriguita en circulos, acercando mí mano al borde de su bikini. Ella se relajó y yo con mis dedos jugaba con el límite de su bikini, con la tela que cubría su tesoro, que era mucho más valioso que algunas monedas. Seguí acariciando por el borde, pasando uno o dos dedos deslizando la parte interior de sus muslos cerca a su monte de Venus. Zairita respiraba más profundo y se mantenía quietesita, supongo que mis caricias le estaban gustando, eso me dio valor para seguir adelante.
-Creo que acá encontré un tesorito- le susurré mientras decidí que mí dedos mayor y anular se colaran bajo la telita traslúcida del conjunto. Sentí la suavidad y la textura de esa vagina gomosa y cerradita con mis dedos provocó que mí pene se ponga como piedra. Zaira se tensó y se aferró al borde pero no dijo nada, yo esperaba una respuesta verbal, un movimiento, algo. No sabía si estaba asustada o a gusto. Deslizaba mis dedos suavemente por la línea de su tajito, de abajo hacia arriba como acariciando un gatito. Sus piernas dejaron de estar tensas y se pusieron muy flojas, por lo que podía llegar más abajo con mis dedos hasta sentir el tibio pequeño huequito de su entrada vaginal, su cuevita del tesoro. Ella seguía sin demostrar expresión cosa que me sorprendío. No quise preguntarle si le gustaba por miedo a una respuesta negativa que me obligue a detenerme.
Me sentí culpable por estar tocando las partes íntimas de una nenita de 5 o 6 años, ella era muy dulce, le faltaba su figura paterna, extrañaba al papá y ya me había se había ganado mí corazón… pero enseguida se me vino a la mente todo lo que me hizo Eve y aún peor que nos había dejado a su hija para irse a coger con un cualquiera. Tenía que ser adelante y no ablandarme. Me dije a mí mismo «si la dejaste para que te den pija ahora a tu nena tambien se la van a dar», «vamos a ver si le gusta tanto el pito como a la mamá».
Saque la mano de su bombacha, la tomé de la cintura y la puse de frente.
-Vamos a contar todas las monedas – le dije actuando como si hace un segundo no hubiese estado manoseandola en su parte íntima.
La dejé parada frente a mí en un peldaño, el agua le llegaba un poco más arriba del ombligo. Apoyamos la canasta y empezamos a contar, lo que en realidad era un distracción o una excusa para poder seguir tocándola.
Decidí avanzar y sentí que era hora de liberar mi salchicha, mí novia le dice así por el tamaño y el sabor.
Ella no la veía porque estaba bajo el agua y tenía la atención en las monedas. Comencé a rozar mí pene por sus piernas, por su pancita, se lo apoyaba en su chulita sobre la bikini, mientras le acariciaba la espalda y la cola, sin dejar de contar las monedas y fijandome que ningún vecino nos viera. El corazón me latía a mil y la adrenalina a tope por lo que estaba haciendo y lo que quería hacer.
Mientras le hablaba y le hacía preguntas
-Te gusta este juego? – pregunté capciosamente con doble sentido y para desviar su atención. Con una mano bajo el agua tiré lentamente de una de las cuerditas laterales de su bikini para desatar el nudo. Atento a su expresión facial parecía no haberse dado cuenta de que tenía bikini suelta de un lado y por lo tanto la conchita expuesta a centímetros de mí pene. Iba a suceder… La abracé por la cintura, me acomodé, separé un poco sus piernitas y apoyé la verga justo en medio de sus labios vaginales, albergando mi glande entre ellos.
Zairita al instante lo sintió y me miró con una expresión difícil de interpretar; denotaba sorpresa temor o cierta decepción… Esa mirada tan profunda en mis ojos no me la voy a olvidar nunca.
Paso seguido miro hacia abajo y se encontró con aquella escena, nos vio, a mí con el boxer hasta abajo de los huevos con mí salchicha afuera y a ella con la mayita suelta y el pito del novio de su ‘tia’ metido en su chulita.
Ella no decía nada solo se quedó mirando, entonces yo comence a deslizar mí verga por su vagina. La tomé de la cintura y la cargue contra el borde, agarrándole una nalguita, que me entraba entera en la mano y se la apretaba mientras le frotaba la verga. Zaira estaba como hipnotizada, miraba el pene separar su labios vaginales y luego me miraba a mí a los ojos, con la mirada de perrito mojado y pero los párpados caídos embriagada del placer que le hacía daba mí pija.
-Te gusta jugar conmigo, no? Tu mamá está haciendo lo mismo ahora con un hombre, le están metiendo el pito por la chula, pero le meten todo el pito adentro. A ella le encanta que hombres le metan el pito.
Yo no te lo puedo meter porque no te entra sino te la metería Zai, sos tan linda…
Desbordado por la calentura, lejos de medir la realidad y las consecuencias, acomodé mí verga apoyando el glande en la entradita de su vagina. Zaira tensó sus piernas, me miró a los ojos y luego hacia abajo mientras yo hacía un movimiento suave de mete y saca. La puntita del glande entraba y salía de a poco de su cuevita. Ella respiraba agitada, sus labios vaginales se iban separando y el canal se dilataba, mi glande de a poco entrada un poquito más en cada empujoncito, primero la puntita… después la mitad, luego casi toda hasta el borde del capuchón… hasta que por fin entro todita la cabeza. Ufff! Ya era un hecho, me la estaba cogiendo… mí verga entraba y salía con delicadeza, ya que era muy estrecha… cuando entrada todo el glande me topaba con su himen.
Zaira miraba hacia abajo como la cabecita salía y se metía en ella.
En ese momento tenía que decidir, si a penetraba más y la desvirgaba o me detenía ahí.
Aunque no sería motivo de orgullo, por ese momento sí me hubiese gustado hacer un buen empujón y romperle el himen ya me la imaginaba a ella con su vocecita -Aaaay… Aiaaa.. uuuuumm- sollozando… o llorando desconsoladamente mientras un hombre de 30 años le mete el pene y comienza a violarla hasta acabar y llenar de semen su vagina infantil.
Pero el cariño que ya le tenía era más grande que el odio hacia la puta de su mamá.
Así que con el pene todavía en su huequito seguí haciendo empujones leves, deje lo que entraba de mí glande y lo que había imaginado recién me vinieron las ganas de acabar.
-Uff Zaira que rica que estás, como me gustaría meterte todo pito!- le susurraba mientras bajo el agua la agarraba con mis manos cada nalga y chorros de semen salían disparados dentro de su vagina chocando con su himen superviviente.
Cuando acabé, la abracé, le bese la frente de manera paternal y ella apoyo su cara en mí pecho.
Quedamos en silencio unos segundos, tal vez un minuto.
-Me parece que la bikini se te soltó, vamos a atarla, si?
La levanté de su cintura si la senté en el borde de la pileta. Le acaricié la vagina que estaba un poquito inflada por el estímulo que estuvo recibiendo, me imagino.
-Que linda que la tenés… Le puedo dar un besito?
-Por que me querés dar un beso en la cola? Por ahí se hace pis.
-Pero ahora está limpita porque estamos en el agua y se ve muy linda, parece la boca de un conejito. – se miró para comprobar y buscar el parecido.
-Está bien…- suspiró algo apesadumbrada.
Tomé sus piernas y empecé a besarlas hasta llegar a su conejito.
Le di unos besitos como piquitos, después lo fui besando románticamente engranando mis labios bucales con sus vaginales.
Zaira apoyaba sus manitos en el borde de la pileta y me miraba hipnotizada, suspirando… Luego esos suspiros se transformaron en gemidos… le estaba gustando ! Más que con mí verga.
-Mmm este conejito está bien rechonchito, me lo voy a comer a besos! –
-Umm.. me hace cosquillitas en la panza- decía en medio de los pequeños gemidos de niña, ahogados tratando de contenerlos mientras se retorcía.
Puse sus piernitas en mí hombro y empecé a darle lengua alternando con besos y chupaditas.
-Aiiiii- gemia Zaira mientras me agarraba del pelo
-Que rico conejito- le decía aunque debido al cloro de la pileta no podía disfrutar de su sabor vaginal, pero la textura, el calor y escucharla disfrutar era más que placentero.
Le estuve mandando la vagina uno minutos, mientras sus gemidos eran música de ambiente y motivación para seguir.-
Tengo ganas de hacer pis… Me hago pis.-
Hacete pis.. hacé tranquila bebé- le dije anticipando su orgasmo.
-Aiiii…. aiaaa… genia cuando me apretó con sus piernas y clavó sus uñitas en mi cabeza regalándome sus juguitos orgásmicos.
Terminado el orgasmo, se recostó y yo procedí a tirarle agüita en su vagina para limpiar y refrescar la zona. Por mí parte yo seguía con la maya abajo del culo y la pija me latía ya que ni me masturbé mientras le hacía sexo oral a una nena que recién había terminado el prescolar. Por lo que era hora de la devolución de favores.
-Te gustan los panchos o la salchicha a vos Zai-? Pregunté a lo que ella afirmó en silencio moviendo la cabeza. Entonces me paré y vió salir mí pene del agua, la baje a la escalinata y me senté unos peldaños más arriba, el agua me quedaba justo abajo de los huevos.
– Ahora te toca a vos, Zai- le dije acariciando su cabecita mientas del brazo la posicionaba entre mis piernas abiertas.
Ella vio otra vez mí pene erecto, está vez mucho más cerca, frente a su cara.
-Te gusta mí salchicha? Le pregunte mientras lo analizaba y lo contemplaba
-Te tengo que besar ahí?-
-Si querés sí, así siento lindo como vos recién cuando me comí tu conejito- le recordé.
-A tu mami le gusta mucho hacer esto- (y si mamá lo hace está bien, pensé)
Zaira se quedó un momento mirando ese pene, que sí se parecía a una salchicha por tamaño y color. Me miró a los ojos buscando aprobación a lo que yo sonreí. Acercó su carita y le dio un besito en el falo que me electrifico todo el cuerpo y me volvió a mirar.
-Qué lindo besito- alenté
Ella lo agarro con su manita y le dio otros besos en el glande.
-Podes usar la lengüita si querés Zairi, como un heladito hacé, así bebe- tomé su mano, y le lami y le mamé un dedito unos segundos en forma de tutorial.
Ella hizo caso y le dió varias lamiditas, mientras yo miraba orgulloso como tenía a la hija de mi enemiga lamiéndone el pene. Lamia desde donde empezaba el tronco hasta el glande. Duró unos segundos y me preguntó -Tiene sabor a salchicha?
-No sé… Probá si querés, Metetela en la boquita y chupala… Pero no la muerdas, chupara como un chupetín o un heladito, como te dije.
Parecía no decidirse… Así que tomé su cabecita y apoye sus labios algo morados sobre mi glande. Pero tenía la boquita cerrada, se ve que no quería chupármela.
-Pero por acá hacen pis los nenes- me recriminó con cara de disgusto.
-Ssssi… Pero ahora no estoy haciendo pis… y está limpito como tu colita.
Yo insistía sosteniendo su cabeza dando empujoncitos demostrando que no tenía otra alternativa. Temerosa, fue separando sus labios y metí mí glande entre sus labios chocando con sus dientes.
Zaira fue cediendo y abriendo más la boquita hasta que se metió en la boca la cabeza de mi verga ella sola.
El sólo sentir la calidez de su boquita albergando mí miembro me daban ganas de llenarsela de leche. Sentía a mí cuerpo liberar dopamina más que si de una droga se tratase. Ella se mantuvo estática y saboreaba mí glande, se la sacó de la boca.
-No tiene gusto a salchicha- me reclamó.
-Ahora no tiene gusto a nada por el agua, otro día te la voy a dar de probar seca y vas a ver.. querés?
La guíe de nuevo a comersela y fui guiando su cabecita arriba y abajo para que me haga una mamada.
Mi verga no entraba mucho más que el glande y un tercio del rabo pero era más que suficiente. A veces, al tener la boca tan pequeña me raspaba con sus dientitos de leche pero hasta eso era placentero.
-Uuuff… Zairaaa… que rico que la chupaaas nenita…
-Te voy a dar un poco de leche, sabes?
-A los papás en vez de salirnos leche de las tetis como a las mamás nos sale del pito.
-De verdad? Y por qué los papás no le dan leche a los bebés- cuestionó sacándose otra vez la pija.
-Porque no nos sale mucho entonces no se llenan y la leche de las mamás es más nutritiva- se me ocurrió decirle mientras la seguía haciendo mamar.
-Sos una nena muy linda y buena.
Te vas a tomar toda la leche no?
Mí verga estaba toda lubricada por su saliva y mí líquido provocaban una sensación y un sonido maravilloso en esa boquita. Miraba hacia los lados que no hubiera moros en la costa y contemplaba ese momento mágico, los árboles, el sol cayendo y yo en una pileta con una nena haciéndome el oral más dulce y excitante de mi vida, era el paraíso.
-Uuuf… Cómo te comes la salchicha… Que lindo tener el pito en tu boquita.
-Cuando vayas a dormir sola a lo de tu papi, lo tenés que despertar así, chupándole el pito sabes? Así nunca te va a dejar- le recomendé morbosamente sin saber por qué.
-Y te tenés que tomar toda la lechita que le salga del pito para ser una la mejor hija.
-Ahora tomate la mía Zai…
A ver cómo se toma toda la chechona la nena…
La hice mamarmela unos pocos segundos más, mientras que con una mano masturbaba la base del falo y también se la guiaba en su boquita. Al fin cuando sentí venir la acabada le anuncié
-Ahí se viene la leche Zai, ahí sale, ahí salee
La sujete bien de la nuca con la otra mano y se la mandé lo más adentro que se podía sin atragantarla.
-Aaaaaa aaaa ah… Seeee… Sii bebeeé, tomate toda la leche… tragatela toda Zaira. Tomate toda mí leche, pendeja.
La nena claramente no pudo con la cantidad de semen espeso y caliente que le estaba ofrendando pero si tragó una gran cantidad. Se la empujé un par de veces en su boquita y cuando estaba perdiendo erección se la saque.
Ella con ojos vidriosos haciendo arcadas por el atragantamiento me miró y se limpió con agua el semen que le salía por la comisura de los labios hasta su mentón.
-Era un montón de leche, no era poquito mentiroso! – me reclamó dandome un golpecito castigador.
-Salio mucho porque mientras mejor lo hagas más leche sale. Así que lo hiciste muy bien… te gustó mi leche?- le dije felizmente acariciando sus mejillas.
-emmm No sé… Era dulce y también salada y me hace picar la garganta. Y estaba calentita.
-Bueno, otro día podes tomar de vuelta cuando quieras. Sabes?
-Bueno, salimos de la pile ya? Tengo frío y hambre, tu leche no me sacó el hambre. Me haces una chocolatada? -me dijo en tono más normal y ya con más confianza que antes.
Le di su toallón, la abracé y le di un beso en la mejilla y le dije que era una nena hermosa que la quería mucho.
Por lo pronto con eso mi sed venganza hacia su mamá ya estaba más que satisfecha, las cuentas estaban saldadas… aunque ella no lo supiera. Es más, ya no me importaba lo que Evelyn hizo o hiciera hasta me sentía yo en deuda o debiera agradecerle siempre y cuando siga dejando eventualmente a Zaira a cuidado nuestro.
Me gustó mucho, ojalá continues la historia con varias entregas más 👍🏼
Muyyy bueno relató que excitante
Me gustó mucho este relato. Espero que sigas escribiendo. No sé cómo hablarte por privado pero me gustaría darte algunas ideas/sugerencias.
Increíble relato.
Espero le hagas una continuación contando que más le hiciste a esa nena.
Saludos.