El abuelo me viola y tengo mi primera experiencia lesbica.
Por inmadurez provoqué una situación familiar incómoda que derivo a mi huida de casa..
Los primos y primas decidieron bañarse y jugar voleibol en el río, no resistí y me fui a bañar dejándole las sobrinas a mamá, a pesar de su reclamo hacia mí me fui a jugar, al poco rato de estar allí, algunos de los primos me acosaban, se sumergían y me toqueteaban, me cambiaba de lugar a cada instante evitando sus tretas, en una esas no aguanté más y al primo “C”, dos o tres años mayor que yo, le di unos empujones y un golpe en un ojo, se me abalanzó y nos dimos unos trancazos, tan grande era mi rabia que hasta la cara se la arañé, se formó una algarabía, nos separaron, mamá se puso como loca y me revisaba por todas partes a ver si me habían golpeado, conocía a su sobrino y lo agresivo que era.
Luego completamente nerviosa y angustiada me dijo:
. – No te bañas más, te secas y te cambias inmediatamente, es más, te vas para la casa con las niñas, te quedas con ella a cuidarlas, no soy tonta, me fijo en todo y sé lo que pasó en el río, no te das cuenta que ya no eres una niña, eres una mujer, así te ven los hombres, también abusan por tú actitud que te crees lo que no eres, no quieres entender que te miran con otros ojos, no puedes ser tan ingenua, no hay trapo que valga, eres una jovencita muy linda, no te bañas más, se acabó.
. – Mamá por favor, no seas injusta, yo no estaba haciendo nada, ¿porque me castigas?, no voy a cuidar las niñas, ya las cuidé, su papá puede cuidarlas también, tengo derecho a divertirme, no haré lo que me dices y ahora le voy a reventar la cara al cretino del primo.
. – No me obligues a ser agresiva contigo, por favor, tú sabes muy bien lo que te digo, entiéndeme, no te hagas rogar, basta ya de andar peleándote a puño, no eres varón y se acabó, te vas con las niñas.
. – Sí soy varón también, lo sabes, ya le dije que no cuidaré a nadie, no haré lo que me dices, no insistas, me estás castigando sin razón, ya basta que me trates de esa forma, te repito que no me iré, no voy a cuidar las niñas, pegame si quieres ok …
En medio de la música no podían oír el reclamo de mamá, ya todo se había calmado aparentemente, Papá estaba cerca y oyó lo último que le dije a mamá, en eso se acercó, señalándome con un dedo:
. – Usted le hace caso a su mamá, te vas para la casa con las niñas y se acabó, dime a mí que te pegue, levantó la mano desafiante como amagando que me daría un manotazo, me paralizó el miedo, no hice ni le dije nada, a papá le tenía terror, jamás había sido agresivo conmigo, me atreví a responderle:
. – No quiero hacerlo, me niego, son injustos, ¿porque que cuidar las niñas, ninguno de mis hermanos puede cuidarlas?, ¿tienen corona?, soy igual a ellos, no hay equilibrio, no entiendo porque me castigan, acaso …
. – Mira muchachita, no eres igual a ellos, tú eres mujer, tienes ya casi quince años, se acabó esa mariquera que te sientes hombre, mírate bien y listo, eres una nena y no quiero oír más que eres dual, binaria, ni ninguna otra marisquera que se les ocurra ni a ti, ni a tu mamá, haces caso o te llevo a trompadas para la casa, ¿Cómo es esa vaina que eres igual a tus hermanos?, tú usas pantaletas, ellos no, desde los 9 años te compro toallas sanitarias todos lo meses, a ellos no, ¿Entonces?, ¿Eres o no eres mujer?
Me enmudecí, primera vez que papá me maltrata tan horrible, me fui en llanto, tomé a las niñas, le di la espalda con mucha rabia, pensaba que las niñas no tenían la culpa, no debía molestarme con ellas.
Papá me llamó, me hizo devolverme para decirme:
. – Que quede bien claro lo que te acabo de decir, no quiero verte más vestida de macho, desde ahora tienes prohibido cortarte el cabello, las uñas, te quiero ver vestida como lo que eres, si no lo haces me conocerás muy bien, te voy a quitar los trapos de hombre que lleves puesto donde estés, y si quieres que te trate como hombre lo haré a ver si me aguantas una sola mano, dentro de un rato voy a la casa, te quiero ver vestida como te digo, como lo que eres, una nena, de ti depende que no te muela a correazos, o te comportas o te comportas, eres una jovencita bien hermosa para que sigas pensando en pajarito “preñao”, desde este momento quiero verte ayudando en la casa a tu mamá y hermanas, cocinando, lavando, limpiando, se acabó mi paciencia, tengo cuatro mujeres en la casa, no tres, no me veas con esa carita, ¿Has entendido?
De pronto al no obtener respuesta de mi parte me gritó en la cara
. – ¿Has entendido o no?, contestaaaa.
Di un salto del susto, temblando y parpadeando sin cesar le respondí:
. – Si, papá le entendí…
. – Tampoco le vuelvas a contestar a tú mamá más nunca, te quiero ver hasta durmiendo con zarcillos, con el peluche que te regalé, te quiero ver como una chica obediente, no más rebeldía de tu parte, date cuenta que eres mujer, hasta por lo llorona que eres, mírate bien en un espejo, no quiero saber más de tus niñadas, te comportas y se acabó, ¿Me entendisteee?
. – Si papá le entendí.
Yo temblaba de los nervios, papá parecía un energúmeno, pensaba que estaba a punto de golpearme, mamá abrazándome intervino:
. – Basta ya «B», mira como la tienes, está en crisis, no tienes por qué maltratarla más, ya entendió por favor, deja que se vaya, es horrible el espectáculo que estás dando.
. – Esa muchacha está así por tu alcahuetería, también por mi culpa, no me hagas molestar tú también, todo empezó porque no te haces obedecer, te falta carácter con ella, arremangate las pantaletas y hazte respetar, no seas tan blandengue.
. – No seas insolente, tú a mí me respetas, no soy tu hija ok, deja de alzar la voz, solo te estoy diciendo que la dejes en paz, ya ella entendió.
Me quedé en estado de shock, esperé a que papá me diera la espalda, abracé más fuerte a mamá, me recriminaba el haberla tratado tan hostil y ella me devolvía mi maltrato con un tierno y cariñoso abrazo mientras me defendía y protegía, me fui con las niñas sintiendo la humillación más grande de mi vida, no podía ordenar nada en mi mente, solo quería llorar, desahogar mi frustración, no podía creer que mi propio padre me haya maltratado tanto, sin razón para mí, reconozco que siempre ha tenido una actitud machista o patriarcal, principalmente con mis hermanas y mamá, pero esta vez frente a mi negativa de cuidar las niñas, impuso su mandato de masculinidad agresiva contra mí, para intimidarme y obligarme hacer lo que para él es asunto de mujer y no de hombre, reconozco que mis nervios me traicionaron, no me atreví a oponerme ni contradecir nada, en un punto pensé que me iba agredir, mis lágrimas rodaban.
Llegué a la casa con menos presión, pensando mejor, me dispuse hacerles tetero a las bebes, comí cereales, luego las bañé, peiné, me acosté con ellas a ver televisión y dormirlas, pensaba en la orden de papá que debía vestirme como me había indicado, admito que le temía y que ahora me imponía claramente las normas diferenciadas de acuerdo al género, donde a todas luces la norma para él es la sumisión y obediencia de la mujer hacia el hombre, es decir, sin temor a equivocarme es la negación clara de mi libertad a escoger quien soy, solo la apariencia física y lo genital importa, desde ese momento me dolía pensar que su trato antes del ahora fue falso y fingido, siempre me vio como niña, y solo por ello, me creía un ser débil, frágil, que tiene que ser sumisa y obediente, mis sentimientos y libertades se iban al cesto, su imposición tan brutal me mostraba un solo mensaje, mi conducta tiene que ser igual a la de mamá y mis hermanas, esclavas de la casa, un adorno, algo secundario sujeto a los estereotipos normativos impuestos por el machismo, seres de segunda o algo así.
Para no contradecir a mi papá, después de tanto pensar estaba claro que tenía opción, debería vestirme como él me indicaba, me puse a revisar y escoger, me decidí por un lindo mono deportivo rosado, bien femenino, sin hombros, unos aretes pequeños muy bonitos, una cadenita fina alrededor de mi cuello y otra en mi muñeca izquierda, sin tener en qué más pensar, excepto en cumplir la orden de papá, me fui a bañar en el baño del pasillo para no despertar a las niñas, al terminar el baño, me puse las cremas que había llevado, me coloqué el paño por encima de mis pequeños senos, al cruzar la puerta, sentí un fuerte abrazo, me salió un grito agudo de miedo, una manaza tapó mi boca, forcejeamos a más no poder, al punto que la toalla y las cremas desaparecieron de mis manos en la pelea, no entendía qué pasaba, pero oí una voz que pretendía darme órdenes, supe que era el abuelo quien me sofocaba, sentía su pene bien erecto al aire tocando y punteando mi cuerpo en la desigual batalla, a la misma vez su pelvis empujaba mi trasero hacia el cuarto, mi resistencia era máxima, como me llevaba por la cintura puse mis pies en el marco de la puerta para impedirle meterme a la habitación, pero de pronto con una mano me apretó la vulva con fuerza, al cerrar mis piernas por instinto, me introdujo al dormitorio, yo miraba a las niñas, me angustiaba que podían despertar y ver semejante escena, se tiró conmigo a la otra cama al lado de las bebas, no sé cómo caí boca arriba y él encima de mí, me sostenía con una mano las mías por encima de mi cabeza, sus piernas en forma de llave de lucha apresaban las mía, me besaba la cara, orejas y cuello con desesperación, con la mano libre tocaba mi pubis, mi trasero, yo miraba a mis sobrinitas, lloraba y le rogaba que soltara.
. – Mami te dije que estoy enfermo por ti, soy adicto a ti, igual te voy a coger cada vez que yo quiera, eres mi mujer, mientras más resistencias pongas pasará más tiempo y las niñas se van a despertar, van a ver como tengo a su bella tía ensartada, quedate tranquila, también es posible que venga alguien, si es tu mamá la voy a coger también, tú vas a ser la responsable.
Él se masturbaba en mi entrepierna, sus líquidos eran abundantes, sus mete y saca brutales, el cansancio y su advertencia trillaron mi resistencia, no quería que las niñas vieran lo dantesco de la situación y menos que a mamá la violara este animal, su boca se detuvo en mis pezones, luego en mi zona abdominal y el ombligo, hasta que llegó a mi región púbica sin vello, le oía proferir exclamaciones y expresiones grotescas, su lengua horadaba mi clítoris (micro pene), iba y venía por toda la vulva, succionando y besando mis partes íntimas, sabía muy bien cómo hacerlo, despertó esa llama de excitación sin yo poder evitarlo, mis secreciones vaginales pronto delataron mi calentura, su lengua delicadamente perforaba mi diminuta abertura vaginal, tomó de la cama una crema hidratante para penetrarme, por lo que he comentado dado a la estrechez de mi vagina era imposible que me hiciera suya, cuando su pene henchido hacia presión para entrar me hacía mucho daño, tenía mucho dolor en esa zona, era imposible una penetración por allí, desistió y a la fuerza me colocó boca abajo, no dejaba de repetirme que tenía un cuerpo perfecto, soltó mis manos, las suyas fueron una a mi cintura, con la otra me toqueteaba y cerró mis piernas con sus rodillas, las mías quedaron dobladas por la presión de su pecho, lo que le facilitaba besar y lamer mis diminutos pies de talla 33. mientras acariciaba mi cintura, nalgas, ano y espalda, me decía:
. – Mami que divina estás, tu cintura no llega a los 50 cm o solo un poquito más, tu rico culo se ve más provocativo, tus piecitos de bebe son suaves, me gustas toda princesa bella, te voy a comer criatura.
Acomodó su posición, para luego su boca, lengua y dedos instalarse en mi ano, podía sentir el fuego ardiente de su miembro en mi pies, parecía que se masturbaba con ellos, su morbo era tal, que intentaba introducirme aire, soplaba con fuerza al interior de mis entrañas, sacaba y metía completamente uno o dos de sus enormes y gordos dedos, hacía que me llenara de aire por dentro, no sé cómo paso pero de pronto se me salió un sonoro y prolongado pedo producto del aire que se acumuló dentro de mí.
. – Upaaaaa, eso buscaba, tragarme tus peos mi amor, ahora no olvidaras que soy el único hombre que te saca tus ricos peitos, que sabrosa estas, voy a cogerte mi amor.
Su boca subía y bajaba por mis turgentes nalgas y espalda, al llegar a mi cuello, él se encontraba encorvado, centrando su virilidad en mi ano, sentí como se hizo paso con cuidado hasta introducirme el glande, sabía que no había marcha atrás, el dolor era insoportable, al parecer se dio cuenta, tenía mucha experiencia, se detuvo lo suficiente para que mis esfínteres se dilataran y se amoldaran a su masculinidad, podía percibir cómo el glande palpitaba dentro de mí, pasó sus brazos por debajo de mis axilas, para desde abajo tomarme por los hombros, era como tener un punto de apoyo para lo que vendría y poder profundizar sus embestidas, fue presionando con delicadeza hasta que su pubis reposaba totalmente en mis nalgas.
. – Yaaaaa mamiiiii, lo tienes todo adentro, que caliente y suavecito tienes tu culo mi amor, ¿Sientes el guevo?, ¿Te gusta?, estoy enamorado de ti, quiero tenerte todos los días, te voy a domar, no quiero ver ningún hombre cerca de ti, eres mía, toda mía.
No le respondía, quería que todo terminara y ya, de repente su calma paso a una furia descontrolada, desaforada al extremo, se podía oír a la distancia su galopar encima de mi trasero, su sudor me bañaba, parecía que me hacía rebotar en la cama con cada embestida, sentía mucho dolor, le dije que no soportaba más, que parara, en eso, saco su gran envergadura dentro de mí, se sentó en el dorso de mis muslos, le sentí masturbarse con rapidez, parecía que su anhelado orgasmo no llegaba, se daba con desespero en su órgano, podía oír el ruido de sus manos en su pene, se curvaba mientras se frotaba tan fuerte, parecía furioso consigo mismo, como que sentía dolor o algo así, hasta que en un momento inesperado para él, como que presintió que ya venía lo que tanto buscaba, nunca me imaginé que me partiría en dos, me penetró con mucha violencia para descargarse dentro de mí, exhalaba con mucha fuerza, me apretaba muy fuerte, bufaba, hasta que poco a poco le llegó la calma, resoplaba sin cesar, dejó caer su pesada humanidad en mí, movía la cintura despacio, a un solo ritmo.
. – Mami no podía acabar mi amor, desde las cuatro de la mañana anda el loco tirando leche, no quería cogerte tan duro, pero tú me excitas mucho, regalame un beso.
. – Dejame ya por favor, vete te lo ruego, ya te saliste con la tuya, vete.
. – No llores mi reina, ya me voy, esto puede ser mejor mami, depende de ti mi amor, quiero que seas complaciente conmigo mi niña preciosa.
Antes de salirse dentro de mí, me di cuenta que una de las niñas estaba mirando, no sé qué sentí en ese momento, pena, miedo, vergüenza, saqué fuerza de donde no sabía que tenía, mi desesperación lo tomó por sorpresa ya que pude zafarme y quitármelo de encima, le dije con desesperante miedo que la niña nos miraba, que se fuera, antes de levantarse beso mi cuello, orejas y espalda, me dio dos nalgadas, abrió de par en par mis nalgas, acarició mi ano, se le quedó mirando, soltó un escupitajo en medio de mis nalgas, se montó nuevamente encima de mí, a la vez que me dijo:
. – Dime que te gustó y me vas a dar culo cada vez que yo quiera.
Al no obtener respuesta de mi parte pronuncio con autoridad y amenazas:
. – No me voy a ir hasta que me digas que te gusto y me vas a dar culo cuando yo quiera, si no lo haces es porque no quieres que me vaya.
. – Está bien me gustó, ahora vete por favor.
. – Para eso es que sirven las mujeres para llorar y pasar culo, ¿lo entiendes?
. – Si lo entiendo.
. – Deja de llorar mami, me gustas mucho, mas tarde te vuelvo a coger.
Se levantó, se subió el pantalón no sin antes acomodarse su cosa, tomó del piso la pantaleta sucia que yo me había quitado antes ir al baño, la olió y la apretó en su nariz como extrayendo los fétidos olores que pudieran estar allí, diciéndome:
. – Esto me lo llevo para acordame de ti mi amor, de tu cuquita linda y hermosa.
El asqueroso se guardó mi prenda íntima en un bolsillo de su bermudas, al dejarme libre, de inmediato me abalancé donde la bebé, me agaché a un costado de la cama, la abracé, bese, lloré junto a ella, no quise cargarla porque me sentía asquerosa, le sobé su pequeña frente, esperé unos segundos hasta que se durmió nuevamente, me di cuenta que había dejado caer de mi ano algunas gotas de semen, me dirigí al baño a bañarme otra vez, cuando salí al pasillo, recogí la toalla, las cremas, que habían quedado en la batalla inicial cuando me sorprendió el abuelo, cada vez que me agachaba a recoger algo, salían gotas de esperma de mi trasero, tenía que limpiarlas con el paño, volví al cuarto y limpié lo que expulsé al lado de la cama de la niña, limpié mis piernas y nalgas, me fui al baño, me bañé como nunca, me parecía que olía a él, una mezcla de sudor, licor, tabaco y sus feromonas.
Pensaba en cómo un hombre se puede satisfacer de esa manera, a la fuerza, ¿Cómo era posible que cuando estaban excitado no les importaba nada, ni siquiera ser vistos o sorprendidos?, parece que hay un punto de no retorno, lo importante en esos momentos para ellos es desahogarse, si acaso, el arrepentimiento lo dejaban para luego del desahogo, como que es incontrolable ese momento, recordé que hacía como un mes habían linchado a un hombre que lo encontraron violando a un niño de 7 añitos y cuentan que le dieron golpes y golpes y no soltaba al niño hasta que se vino dentro de él, no les importa nada, algo así sucedió en este caso, le dije que la niña estaba mirando y no le importó, parecía un loco, imagino que recapacitó más tarde.
Luego de lo sucedido, ya no tenía remedio llorar, quejarme, ni hacer más nada, por ello, como siempre, acudí a mi bloqueo mental para olvidar lo acontecido, es una maniobra mental que inventé para que mi mente bloqueara cualquier cosa, como que, si nada había pasado, sé que esta cualidad o asunto mental tiene un nombre en psicología, lo cierto es que, pude bloquear todo lo que pasó.
Luego, me vestí con la ropa que previamente había escogido, me arreglé recordando las amenazas de papá que vendría a verme para cerciorarse que cumpliría su mandato masculino en cuanto a mi vestimenta. El estereotipo machista es imperativo, lo llamo el poder de los hombres en contra de la mujer y sobre los seres que se subordinan a ellos, los más débiles, como los gais, es decir, mujeres y gay, personas de segunda categoría, es notorio el dominio forzado que el hombre ejerce poniendo a la mujer en un estado de sumisión, de esclavitud, hasta ver la agresión sexual como un derecho del hombre sobre quien ellos deseen ejercer el poder.
Me percaté que la Beba estaba sentada en la otra cama mirándome, la cargué, me daba una pena horrible con ella, la coloqué de nuevo al lado de su hermanita, en la otra cama, quité toda la lencería, como pude le di vuelta al colchón, era muy pesado, no sin antes ponerle suficiente perfume, al igual a todo el cuarto, recogí las dos almohadas, la ropa de cama, la toalla, cargué la niña y me fui al cuarto de lavado, puse suficiente jabón, suavizante y fragancia para lavar, a la misma vez jugaba con la niña, la hacía reír, quería saber qué recordaba ella, después de un rato me aseguré que no recordaba nada de lo que vio, o por lo menos así lo entendí.
Mi madre llegó, me vio en la sala con una de las niñas, preguntó por la otra Bebé, le indiqué que estaba dormida en el cuarto, fue a verla, al regresar se sentó a mi lado, dijo que me quedaba bien la ropa que había escogido, que estaba muy bonita, no le respondí nada, seguí peinando a la niña, luego me preguntó qué había hecho, simplemente le dije que cuidar a las niñas, que las bañé, les di de comer y volví a mi mutismo, ella tomó mi manos, yo solo miraba al piso, no quería hablar, entonces me tomó por las mejillas, me dijo que le mirara la cara, que estaba dolida por lo que pasó, que la disculpara, que ella fue injusta y tenía la culpa, yo seguía sin hablar, me dijo que había hablado con papá y él reconocía que había sido muy duro conmigo, pero que no daría su brazo a torcer, que era por mi bien, las personas tienen que ubicarse y reconocer sus limitaciones, ¿Entiendes?
. – Sí mamá ya entendí que no puedo ser yo, paso a ser una persona de segunda.
. – Por favor Sheylle, ¿Qué dices?, ¿cómo se te ocurre?
. – Mamá, es obvio, papá me obliga a que debo comportarme como una mujer, que soy débil, frágil, llorona, debo consultar lo que voy hacer antes de decidir, mamá me niego a todo ese sesgo machista, a soportar las imposiciones de los demás, casi que me dijo que no debo desatar la furia de los varones como lo que paso con el primo, que él pudo hacerme daño y no lo quiso hacer, que desde ahora en adelante me comportaré como a él le dé la gana, no lo acepto …
En ese preciso momento, entró papá con mis hermanos y hermanas, oyó lo último que pronuncié, me levanté para irme al cuarto, no quería verle la cara, hasta la ropa que cargaba puesta me avergonzaba ya que era producto de sus amenazas e imposición, al mismo instante de querer irme, me dijo:
. – Espera jovencita, ¿Para dónde vas?, me estás faltando el respeto, estoy llegando yo, te acabo de oír, eres grosera, le dices a tú mamá que te obligo hacer lo que me da la gana, no es así, te obligo hacer lo que debes hacer como mujer, así de simple, te dije temprano que te vieras en el espejo, ¿Qué vistes?, una mujer ¿verdad?, ¿entonces?, mírate bien con esa ropa, estas muy bonita, así quiero verte, como una chica, coqueta, hermosa, linda, más nada, no te pido más nada.
Me di la vuelta para retirarme, mi padre dio un salto, se paró frente a mí, levantó la mano, pensé que me daría una bofetada, tapé mi cara con ambas manos y del miedo caí de rodillas al suelo temblando, con los ojos desorbitados llenos de lágrimas, me gritó:
. – Párate de ahí, falta de respeto, te estoy hablando, me tomó por una axila y me hizo ponerme de pie.
Mamá y mis hermanos intervinieron, se tranquilizó en parte, luego acercó su cara a la mía, doblando sus casi dos metros de estatura y músculos, para decirme:
. – Metete bien en esa cabecita, tú no te gobiernas, si no aceptas las reglas sabes lo que tienes que hacer, sigue en pie lo que te dije, desde ahora en adelante tengo tres hijas y cuatro mujeres en la casa, ¿ME HAS ENTENDIDO BIEN?
. – Sí papá le entendí, lo siento.
. – ¿Qué entendiste?
. – Me estas poniendo en la calle si no acepto lo que dices que debo hacer, casi me golpeaste, me has humillado, no se preocupe más por mí, me iré, no soy tan débil como usted piensa, se lo demostraré porque …
. – No tienes que demostrarme nada, si decides irte no te detendré, pero a la casa no regresas, olvídate de mí, no me importa que me tengas rabia, puedo hacerte pagar caro si te vas, todavía eres menor de edad, pero descuida, no haré nada, antes de tomar una decisión piénsalo bien, no seas obstinada, no quisiera que te arrepientas de una mala decisión que tomes por inmadura.
Mamá se levantó y me abrazó llorando diciéndole a papá:
. – Aquí la que se va soy yo con mi muchacha, basta ya, dejala en paz, no es justo, tú y yo acabamos de hablar, estás haciendo lo contrario que me dijiste qué harías, te ciegas con ella, no voy a …
. – Mi amor, es tu hija la altanera, no soy yo, no quiero que tú te vayas, por culpa de la inmadurez de ella, vamos hablar, te he dicho que esta muchachita no puede hacer lo que le da la gana, estamos de acuerdo en eso, es por su bien.
Mamá entró en crisis, lloraba desconsoladamente, no sabía qué hacer, se sentó en el sofá con la cara tapada por sus delicadas manitas, quería como que esconderse del horrendo momento, mis hermanos la rodearon y abrazaron, ella solo me buscaba a mí, la tranquilicé, le dije que no pasaba nada, mi hermano mayor me recrimina, diciéndome:
. – Es culpa tuya Shey, has lo que tengas que hacer, no es justo que mamá esté así por ti, por tu inmadurez.
De pronto todos me miraban con desdén, con enojo por mi incorrecta actitud para ellos, papá me ordenó:
. – Vete para el cuarto castigada, no salgas hasta que yo te diga, no me importa tu rabia hacia mí, lo que decidas es tú problema, pero no involucres a todos en esto, ¿te vas a ir de la casa?
No le contesté, no sabía que pensar ni que decir, me repitió la pregunta en un tono mas alto.
. – Si papá me voy, no me busques, quiero que sepas que no le odio como usted dice, ni a ninguno de mi familia, yo soy el problema.
Me fui al cuarto y ordené mi bolso con lo que pensaba que me haría falta en mi salida de la casa, conté un dinero que tenía, no era mucho pero me aguantaría unos cuantos días, al salir del cuarto al verme mamá, me abrazó, me rogó que no me fuera, les dijo a todos que la dejaran sola conmigo, que se llevarán a las niñas, mi madre me suplicaba que no tenía que irme, que todo se arreglaría, que si me iba ella se moriría, que por favor no le hiciera eso a la familia, que papá me amaba pero estaba molesto:
. – Shey, no seas tan dura, eres igual a tu padre, ustedes dos se parecen mucho, tienen un carácter horrible, pero en el fondo son mejores personas, se lo dije a tu papá, ustedes deben tolerarse, ser pacientes, no dejarse llevar por el impulso, él es un hombre muy bueno, te ama como a nadie, él a su modo, de corazón quiere lo mejor para ti, y yo sé que tu igual con él.
. – Si mamá, yo amo a papá, no le culpo de nada, con razón me echo a la calle prácticamente, ustedes no saben las cosas que me pasan, no tienen ni idea, por eso detesto ser, parecer y sentirme como una muchacha, no tolero que me vean débil, frágil, como que lo genital marca nuestra vida, siento que el hombre ve a la mujer como un objeto decorativo, como una sirvienta obediente y sumisa, esa es mi lucha, no me dejo, no quiero, no tolero nada impuesto.
. – Hija, yo sí sé con lo que lidias, toda mi vida he luchado por ocupar un lugar, por darme mi puesto, desde niña los hombres me han acosado hasta el cansancio, solo por mi cuerpo, siempre rezó por mis hijas, sobre todo por ti, que no pasen las calamidades y penas tan horribles que me han sucedido, te observo mucho, sé que te atosigan y hostigan, no me digas que no, eres desde pequeña muy hermosa y llamativa, tus hermanitas también son hermosas, pero ellas están claras, te resistes aceptar tu realidad, no puedes luchar contra tu naturaleza, en el fondo eres coqueta, te sabes hermosa, muy femenina, muy linda, cuántas mujeres ya hechas y derechas desearían tener ese cuerpazo tuyo, incluso te lo dicen en tus narices, pero te resistes, no quieres que te operen la vagina para corregir tu pequeño problema, también te opones a que extraigan el minúsculo testículo suspendido que llevas dentro, es cosa muy sencilla, ambulatoria, pero que a larga es muy peligroso, pueden derivar otras enfermedades terminales, una de cada cien mujeres tienen ese pequeño problema, no es malo ser mujer, es lo más maravilloso del mundo, no tienes que aparentar nada, por favor mi bebé, no tomes las cosas como no son.
. – Mamá, no está bien, no quiero que me encierren en la casa, no soy una persona de segunda, ¿papá cuántas veces nos ha hecho pasar pena?, no deja que nos asomemos a la calle, andar en short ni se diga, me ha regañado por tonterías, un compañero de clase me acompañó recientemente y casi se lo comió, me interrogó hasta el cansancio, cuando salgo de clases casi que corro a la casa, si llego un minuto tarde se molesta, a usted a mis hermanas y a mi cuando hemos limpiado el frente de la casa y nos ve, nos manda para adentro, soy quien se le revela, pero ustedes no lo hacen, son muy sumisas, me regaló una bicicleta de adorno, no me deja montarla, ni me deja salir al parque, la plaza, una fiesta o reunión nada que ver, no me quiere dejar ir, hace lo mismo con usted y mis hermanas, la diferencia es que yo me voy, eso le molesta, hace tres años en mi cumpleaños me regaló una potranca, al principio me dejaba montarla, luego no, porque ya estoy grande, ¿qué tiene que ver eso?, lo vi pelear con dos peones por un mal chiste que al principio no supe que se trataba de mí, luego me aclaro molesto conmigo que yo fui el motivo y fue mi culpa, ¿Qué culpa tengo yo si esos hombres dijeron algo de mí que a él no le gustó?, peor aún, nunca me dijo que dijeron, solo que yo era el motivo y por eso no iba más al potrero y tampoco montaría más al animal, no lo entiendo, seguí yendo a montar mi yegua, cuando lo supo la mandó a esta finca, la alejo de mí, se lo reclamé y nada, él sabe que no le obedezco, eso lo irrita, no me importa, igual sabe que tengo una condición biológica, él lo sabe perfectamente, mis hermanos van por el mismo camino, me quieren controlar, ¿eso es vida?, ¿es sano entonces ser mujer?, no mamá, no es así.
. – Por favor, no veas las cosas así, él cree que te protege, es todo, es su manera de ser, así fue educado, él piensa como hombre, sabe que llamas la atención, yo sé que tú lo sabes también muy bien, tus peleas generalmente se deben a que te molestan, de eso tengo mucha tela que cortar, no me engañas Sheylle, tú sabes que eres atractiva a los ojos de los varones, por eso te escondes en esos trapos, siempre te he dicho que tengas cuidado, todo es por tu bien, no dejo de decirte que la mayoría de las mujeres cuanto no dieran por tener ese cuerpazo que tú tienes, y tú te avergüenzas de ello, en vez de estar orgullosa.
. – Ya mamá por favor, es la excusa de ustedes para no dejarme salir, por eso me visto de manera distinta, me siento más libre, mejor conmigo, casi sin acoso, ni persecuciones estúpidas, es horrible soportar tanto hostigamiento sexual, ¿No me entiendes?
. – Sabes muy bien que si te entiendo, te molestan precisamente porque te vistes así, no como una chica, das pie a que abusen de ti, piensa que todas las mujeres pasamos por lo que estas pasando, no debes quedarte callada, nadie tiene derecho acosarte y hostigarte, estoy de acuerdo en que debes reaccionar, pero no así como lo hiciste hoy, liarte a puño con los demás, puedes salir lastimada, si alguien te mira, te insinúa algo, se atreve a tocarte, debes inmediatamente hacerlo saber, hay muchas personas muy malas capaz de hacer daño, no te quedes callada, ya que es como darle el derecho para continuar abusando de ti. Otra cosa, por favor no vuelvas a decir que te vas de casa, te lo suplico con todo mi corazón.
En ese momento se fracturo rompiendo nuevamente en llanto, la tomé en mis brazos calmándola, le dije que no se preocupara, que no me iría, lloramos, nos abrazamos, le manifesté que me dolía mucho la cabeza por todo lo que me estaba pasando, me hizo un té, me dio una pastilla para la jaqueca y otra para dormir, se acostó conmigo y me dormite no sé qué tiempo, al despertar me di cuenta que ella no estaba, me senté en la cama a ordenar mis ideas, rebotaba en mi cabeza que ya papá no sería igual conmigo, le pude ver la verdadera cara hostil hacia mí, decidí irme, me vestí como me sentía mejor, como varón, ropa holgada para ocultar mi apariencia, tenis, jean, chaqueta ancha con hombreras, gorra de béisbol, mis anteojos varoniles, revisé el koala para cerciorarme de llevar mis documentos personales, conté el dinero nuevamente, me miré varias veces al espejo, me sentía a gusto, escribí una nota donde les decía:
«Quiero decirles que los amo a todos, los extrañaré cada minuto de mi vida, es la mejor familia que existe, agradezco a mis padres por todo lo que han hecho por mí, a mis hermanos por su comprensión, amor, hermosos momentos me llevo conmigo, siento que es hora de emprender mi vida, volar del nido que tanto me ha dado, no se preocupen por mí, estaré bien, les aseguro que no cometeré ninguna locura, disculpen mi inmadurez y los malos ratos que les he hecho pasar, luego les diré dónde estoy, Papá no te odio como me dijiste, te amo con mi vida, eres el mejor padre, mami eres única e irremplazable, no hay otra igual. LOS AMO”.
Decidí irme por la puerta trasera para rodear la valla que separa las casas de la finca, al salir de ese predio, la verdad que no llevaba un rumbo decidido, mientras me alejaba en ese momento me di cuenta que no sabía qué hacer ni donde ir, mis miedos se hacen evidentes, realmente no quería irme, sentía mucho temor a la incertidumbre de mi decisión, luego de caminar un largo trecho antes de salir totalmente de la finca vi unos peones a caballo arreando ganado, me escondí por un rato sin dejar de pensar que haría, saqué mi teléfono a ver si algunos nombres conocidos podrían ayudarme, pero nada, con todos me relacionarían, hasta que había uno en especial, de una gran amiga que tenía unos dos años que se había mudado del pueblo, mi familia a ella a lo mucho la habían visto un par de veces, no la conocían ni la relacionarían conmigo, hija única, cuando me presentó a su madre me impresionó a primera vista, madre soltera, una hermosa señora, elegante, en extremo femenina, un cuerpo y rostro perfectamente simétrico, labios sobresalientes, grandes pestañas naturales como las mías y una dentadura super perfecta, semejante a la porcelana más fina del planeta, la conocí más de cerca debido a que en una oportunidad estaba en casa de mi amiga haciendo una tarea y de pronto tuve mucha sensibilidad en mi dentadura, se lo comenté a mi amiga y está llamó a su madre, quien me dijo que me revisaría, en ese momento supe que era odontóloga, me sentó en una butaca, ella se colocó una mascarilla y me revisó, creo que su revisión duró mucho más de lo normal, me miraba y detallaba con atención, en un momento se quitó la mascarilla, podía oler su delicado perfume DIVAIN-106, exactamente el mismo que usa mi madre, al cabo de un rato me felicito por mi cuidado dental, casi que metió su nariz a mi boca, me dijo que no era nada de qué preocuparse, que solo debería cambiar de pasta dental, regalándome una de las muestras médicas que le llevaban a la clínica, desde ese momento fui su paciente involuntariamente ya que cada vez que iba me revisaba de una manera especial, me miraba mucho y acercaba su cara a la mía, en una oportunidad, se quitó la mascarilla mirando fijamente mis labios, cerró los ojos, sabía muy bien que significaba ese gesto tan especial, por ello cerré los míos, para dejarme sorprender con un gran y largo beso de lengua, delicado, sensual, después besaba todo mi rostro con los ojos entrecerrados, luego se levantaba abruptamente, diciéndome:
. – Discúlpame, eres hermosa no pude evitarlo, puedes levantarte mi amor, terminamos, estas muy bien.
Estos besos se hicieron cada vez más atrevidos, me encantaba sentir ese hermoso rostro junto a mí, muy delicado, cuidado, femenino, su aroma, toda ella era espectacular, amable, por su forma de vida era lógico pensar que era muy exitosa, su mudanza se debió por razones de trabajo, cuando vivían en el pueblo como dije antes, a menudo iba a su casa cada vez que podía, está hermosa mujer desde el principio me seducía discretamente a escondidas de mi amiga, era en extremo maternal y cariñosa conmigo, era como un idilio entre ella y yo, la dejé en más de una ocasión acariciarme, nunca me forzó a nada, la mujer es distinta a los hombres en este sentido, nada de agresión, malas palabras ni actitud denigrante, solo un poco dominante, más bien muchos detalles, comprensión, después de tanto pensar evidentemente que era mi mejor elección, me alegré que ya tenía un plan, intenté llamar pero no tenía señal, cuando los peones se alejaron volví a la ruta de escape, a cada rato miraba el teléfono buscando señal, hasta que salí a la carretera principal, observé que mi señal era óptima, llamé a mi amiga y nada, opté por llamar al número fijo de su casa, al cabo de un instante me atendió la Dra, le conté lo que había hecho y mi situación, no estuvo de acuerdo, por lo que me dijo:
. – Está muy mal lo que estás haciendo, no estoy de acuerdo, no puedo ayudarte en lo que haces. – Le respondí:
. – Gracias, no se preocupe, no importa veré para donde me voy porque ya tomé mi decisión, hasta luego.
Colgué y de nuevo me invadió el miedo y la desesperación, otra vez sin saber que hacer, estuve a punto de devolverme, sonó mi teléfono:
. – Aló. – era la doctora.
. – Sheylle, soy yo, no me cuelgues, dime dónde estás, voy a buscarte, espérame frente a la estación de policía, es un sitio seguro, por favor discúlpame con lo que te dije, piensa en tu familia te lo ruego.
. – Mejor no venga doctora, usted seguramente se va a comunicar con mis padres, me siento muy mal, no se preocupe, sé lo que hago, gracias, no me llames de nuevo, me dio la espalda, chao. – colgué, me llamó varias veces, fue tan insistente que atendí.
. – Mami, te prometo que no voy a llamar a nadie ni decir lo que estás haciendo, esperame donde te estoy diciendo, estoy algo lejos dame dos horas y algo para estar allí, prometeme que me esperaras, vamos saliendo para allá.
. – Gracias, doctora, ya me comuniqué con alguien que va ayudarme, no puedo esperarla, ya no confió en usted, no tiene idea de cómo me costó llamarle solo para que me diera la espalda, me equivoqué nuevamente.
Colgué, ella llamó una vez más.
. – No me hagas esto por favor, disculpame, ya salimos a buscarte, esperame donde te dije, te paso a Vero.
. – Amiga ya salimos, estamos como unas locas sin arreglarnos, te acuerdas aquella vez que te quedaste en casa y me caí de las escaleras y salimos las tres a la clínica, parecíamos unas indigentes jajajajajaja, bueno estamos peor, jajajajajaja, prometeme que nos esperaras donde mamá te dijo, tengo que contarte muchas cosas, somos amigas en las buenas y en las malas, esperame ok.
. – Está bien Vero, las espero.
Sentía que me volvía el alma al cuerpo, mi alegría era mayúscula, seguí caminando, en eso divisé a dos hombres que venían en sentido contrario, uno de ellos sin camisa, con una botella de licor en la mano y los dos con sendos machetes, me imaginé que salían de sus jornadas de trabajo de alguna finca vecina, opté por cruzar al otro lado para no pasar entre ellos, iban tarareando canciones llaneras, cuando nos cruzamos, me saludaron, hasta me invitaron un trago, solo dije que no, les di las gracias, de repente los sentí detrás de mí hablándome y silbándome, ni voltee, apresuré el paso, hasta que me dieron alcance, uno tomándome por el codo, el otro me dio una nalgada, me detuve golpeándolo en el hombro, mientras el otro me agarró con una llave por detrás de mí, para decirme:
. – Mira marisquito te estoy hablando, ¿qué andas haciendo por aquí, se te perdió un hombre?, te vamos a coger pá que seas serio.
El otro intentó quitarme el koala, forcejeamos, saque fuerza de donde no tenía, no me importaba nada, de pronto en la curva en dirección al pueblo apareció un camión algo alto, no era grande realmente, me soltaron, llevándose mi bolso con ellos, salieron corriendo, me fui detrás persiguiéndolos, ellos al intentar saltar la cerca de la finca colindante tuvieron que soltar el bolso, saltaron con dificultad dándose a la fuga, seguí mi camino apresuradamente, casi que corriendo, la camioneta disminuyó la velocidad, venían dos señores mayores, el conductor y otro señor, los había visto pero no les conocía, el copiloto me preguntó en un muy mal español sobre lo que me había pasado, le conté que estaban borracho y trataron de robarme.
. – ¿Vas al pueblo?, podemos llevarte.
Al ofrecerme el aventón no lo dudé, busqué montarme en la parte trasera, pero llevaban como cinco cerdos bien grandes, el olor apestaba, evidentemente no iría en ese lugar, al intentar montarme adelante no podía hacerlo me quedaba muy alto el posapié, entonces el señor se bajó, ayudándome a subir de la peor manera, se puso detrás de mí y me cargó por las axilas, cuando me sujete al tirador, el hombre con ambas manos en mi culo me terminó de subir, fue tan rápido que no tuve tiempo de reaccionar.
. – Debes tener cuidado de no andar solo por estos lados.
Su acento sin duda que eran italiano, igual que mamá, pero ella sí que hablaba normal el español.
El conductor se dirigió al otro señor:
. – Sei un ratto, hai afferrato apposta il culo di questa femminuccia. Jajajajajaj. (Eres una rata le agarraste el culo a este mariquito)
. – Coda tremenda che ha questo bambino, guardala attentamente, gli fa fare di tutto. (Tremenda cola que tiene este nene, miralo bien provoca hacerle de todo)
. – È carino ma non sono un frocio, smettila di fare invenzioni. (Esta bonito, pero no soy maricon, dejate de inventos).
Ellos ignoraban que les entendía perfectamente, sin embargo, seguí en silencio mirando la carretera, además que no estaba en posición de ventaja ya que iba en medio de ellos dos.
El conductor le dijo a su amigo que me preguntara de dónde venía, le indiqué que estaba de visita en la finca de los gatos, en una reunión, me comentó que conocía poco a esa familia y que, si yo era novio de una de las hijas de la doctora, le dije que solo amigos, entonces riendo me dijo en italiano:
. – La dottoressa è bella e molto calda, una scultura di donna, mi piace molto, ha un bel culo. (La doctora es preciosa y muy caliente, una escultura de mujer, me gusta mucho, tiene un bonito culo.)
Pensó que no sabía lo que me decía, prosiguió:
. – Tutte quelle donne sono ricche per fare l’amore con lui in modo davvero gustoso. (Esas mujeres están ricas para hacerle amor sabroso)
. – Tu non lo sai, certo che no, sembri una femminuccia. (No lo sabes, claro que no, pareces una mariquita)
Me dio rabia y al mismo tiempo risa, me hice como que no entendía ni una papa, les recuerdo que mi madre es nativa de Italia de padres estonios, papá es americano – canadiense, por ello en casa todos hablamos perfectamente el estonio, italiano, inglés y por supuesto nuestro querido castellano, pensé en responderle, pero no quise avergonzarlo, poco antes de bajarme me preguntó en su malísimo español:
. – ¿Sabes por qué me detuve a ofrecerte la cola?
. – Supongo que vio lo que sucedía.
. – No femminuccia, ho visto il tuo delizioso culetto muoversi mentre camminavi. (No mariquita, vi tu delicioso culo moverse mientras caminabas).
Seguí con mi actitud de hacerme el desentendido, solo asentí con la cabeza con ganas de darle un puño en el ojo, se detuvo donde le indiqué, me extendió su mano en señal de amistad y despedida.
. – A più tardi bella femminuccia, quando vuoi ti darò una carne buonissima. Sei uno splendore bellissima (hasta luego mariquita hermosa, cuando quieras te daré carne rica, estas hermosa y bellisima)
Nuevamente tuve la intención de ofenderle, pero preferí no hacerlo, le agradecí su oportuno aventón, me dirigí a la casa principal de la familia, entré, me bañe, el calor estaba insoportable, una vez más lloré desconsoladamente por mi partida inesperada, me recompuse, tome agua, comí algo, me quedé un rato pensando, calculé que mis salvadoras estarían a punto de llegar, la doctora me llamaba cada diez o quince minutos, me fui al sitio acordado, hasta que por fin aparecieron en un hermoso carro, eran un poco más de las seis, no perdimos tiempo, apagué el teléfono ya que con quien me estaba comunicando había llegado a mi rescate, durante el camino les conté a mi manera del porque me marchaba de casa, le dije que mi padre me había dicho que si era mi decisión no me buscarían, la doctora nuevamente me dijo que no estaba de acuerdo, que debía reflexionar, también que no quería estar en los zapatos de mi madre cuando se enteraran de mi partida, seguro sufriría mucho, me aconsejaba que los llamara para darles tranquilidad, le dije que no lo haría, entonces me hizo prometer que si ellos me llamaban les atendería, llegamos casi a las diez de la noche, me dieron un cuarto pero mi amiga dijo que dormiríamos juntas para hablar, luego la señora ordenó que debíamos bañarnos antes de comer algo porque olíamos a carretera, efectivamente así lo hicimos, preparamos una cena ligera muy rápida, luego nos fuimos al cuarto principal y nos sentamos hablar, me acordé que tenía el teléfono apagado, cuando lo encendí, tenía decenas de llamadas, mensaje de voz, de texto, videos, no revisé, volví apagarlo.
Vero recibió una llamada de su padre que la irían a buscar con sus hermanastras porque decidieron a esa hora hacer una reunión informal y querían que ella estuviera allí, me invito acompañarla, le dije que no tenía el ánimo como para festejar nada, ella lo entendió, fue a su cuarto a cambiarse llena de alborozo, la acompañé ayudándola a escoger la ropa, a maquillarla, al poco tiempo vinieron por ella, me acosté en su cama, llegó la Doctora y estuvimos hablando hasta la madrugada, al final el sueño me venció, me dormí profundamente, por el estrés del agobiante día, el tiempo transcurrió rápidamente, el alba estaba por llegar cuando sentí que me abrazan desde atrás unos cálidos brazos y manos delicadas perfumadas por aromáticas cremas, me tomaba tierna y cariñosamente, abrazándome con ternura, dándome besos en la nuca y orejas, preguntándome a la misma vez.
. – ¿Por qué lloras BB?, no te angusties más, muy pronto todo estará bien.
Sentí muy reconfortante esas palabras de aliento, las necesitaba con urgencia, me hizo girar hasta quedar frente a ella, tomó mi mejilla mirándome a los ojos, puso su frente en la mía, diciéndome que me oyó sollozar toda la noche, quise explicarle mi enorme arrepentimiento, su dedo índice sello mis labios para que no dijera nada, su cara muy cerca a la mía, nuestros labios casi rozaban, cerró los ojos, mi inconsciente dedujo que era lo que se venía y casi por instinto cerré los míos, me pareció una eternidad sentir su lengua intentando abrirse paso al interior de mi boca, apreté con fuerza para no permitir su entrada, mientras ella recorría mi cara con besos para luego comenzar a succionar mis labios tocando al propio tiempo mi inflamado clítoris, mis fluidos sin mi voluntad delatan el mágico estallido de sensaciones inconfesables, se quebraba toda resistencia dando paso al placer, me deje llevar por sus indecentes y placenteras caricias que cada vez eran más atrevidas y deliciosas, fue inevitable no responder a tan delicadas y especiales atenciones, que dejaron de ser maternal como al inicio, me refugié en sus senos apreciando que estaba como Eva, al abrir mis ojos noté un cuerpo femenino perfectamente muy trabajado y escultural parecía al de una adolescente, por primera vez tenía una experiencia de esta naturaleza, sin presión, chantaje, ni nada despreciable, era como que si ella conocía religiosamente cada rincón de mi cuerpo, sabía cómo y dónde tocar en todo momento, nos besamos con pasión, me decía que me dejara llevar, que me haría su mujer, me desprendió de la poca vestimenta que me cubría y fue a mis senos con una delicadeza propia de una mujer sabia, me desenterró gemidos de placer inesperados, de mujer apacible paso a ser una devoradora sexual con gran ímpetu y total dominio de mí, cuando llegó a mi parte íntima ya mis líquidos fluían inconteniblemente, experimentaba cientos de sensaciones diferentes jamás sentidas.
Surgía la urgencia desesperante de sentir más caricias tan gratificantes y placenteras como ninguna otra, no conté mis orgasmos, pero sí sé que fueron muchos unos tras otro, el nerviosismo inicial ya desaparecido daba lugar a una extrema e intrépida confianza, la comunicación no era verbal sino sensorial, hasta el punto que nuestros cuerpos se fundieron en uno solo, sin penetración de ningún tipo, únicamente nuestras bocas, lenguas, manos y nuestros cuerpos hicieron el trabajo erótico.
No hubo un dejo de vergüenza a no ser el inicial, imagino que nos comunicamos telepáticamente no hubo necesidad de indicar nada, todo resultaba espontáneo, al final me confesó que toda su intensidad se debía al deseo contenido de años deseándome, por último bajo despacio sin apuros a mi vulva, succionó mis líquidos y besó apasionadamente toda mi sexualidad para volver a mi boca, dándome a probar por primera vez mis fluidos, mientras con una rodilla frotaba mi abultado botón del placer, imité su accionar frotando su delicado clítoris, percibiendo como esta hermosa mujer temblaba de placer hasta que todo culminó en un estruendoso orgasmo al mismo tiempo, quedamos exhausta, ella me refugio en su cálido pecho.
. – Siempre desee vivir este momento contigo, hacerte mía, reina de mis sueños, eres una criatura hermosa, sensual, con un aura de ingenuidad que te adorna totalmente, te hace apetecible, despiertas pasiones sin tú querer, no te engaño, no puedo decir que te amo, pero sí que te adoro, eres la fruta prohibida de mis pensamientos.
. – Gracias no sé qué decir «Dra», todo pasó muy rápido, me encantó.
. – No me llames Dra, dime Olga mi amor, imagino que pensaras que soy una lesbiana experta, pero la verdad no es así, tampoco es mi primera vez con una mujer, pero si con una niña tan hermosa como tú, soy bisexual, me gustan los hombres como a la mayoría de las mujeres, pero también me gustan algunas mujeres, tú me atraes.
. – Primera vez que me sucede esto, fue algo tan especial que no sé cómo definirlo, no me siento mal por lo sucedido.
. – Me di cuenta que eres virgen mamita, así como que nunca has tenido relaciones sexuales, eres muy sumisa, divina, tu cuerpo es bello, me halaga y enorgullece saber que soy quien por primera vez explora tu cuerpo virginal.
Por supuesto que no le contradecí, no podía decirle que a los siete u ocho años más o menos horadaron mi cuerpo, que tengo una experiencia muy basta, la mayoría por sexo no consentido, luego ella me indicó:
. – Mami, también pude apreciar tu diminuta abertura vaginal, eso tiene solución, imagino que es algo simple, sin riesgos, puedo ayudarte si me lo pides, conozco muy buenos médicos.
. – Por ahora deseo seguir como estoy, vamos a levantarnos Vero puede llegar de un momento a otro y vernos, así como estamos.
. – Descuida, esa niña no vendrá todavía, tal vez a la tarde, pero se irá nuevamente, la conozco muy bien, es muy unida con sus hermanas, quiero decirte que casi no dormí al tenerte a mi lado, no me atrevía a despertarte, pero la tentación me superó, no podía dejar pasar este hermoso momento, quiero que sigamos viéndonos, que seamos amigas íntimas, fue todo muy hermoso, te hice mujer, esta fecha será memorable para nosotras.
Nos levantamos a bañarnos, ella fungía como si fuera el hombre en la relación, protectora, un tanto dominante y controladora, pero a diferencia de un hombre mucho más cariñosa, tierna, romántica, nos besamos en la ducha, sus caricias eran muy sexuales y efectivas, me hacía rendirme ante cada una de sus caricias, se hacía mi dueña, totalmente a su merced, sus habilidosos dedos entre mis piernas, en mis nalgas, pechos, era increíble, en mi piel ocurría el fenómeno involuntario de erizarse o de piel de gallina, me recorrían escalofríos de placer absoluto, no dejaba de repetirme:
. – Me gustas mucho mi amor, quiero comerte enterita, eres un lienzo virgen totalmente para mí, me encanta hacerte gemir.
. – Gracias Doctora, usted es muy linda.
. – Mami, dime Olga, tenme confianza mi amor, quiero saber si alguien ha llegado tan lejos como yo.
. – No, nunca. – no me atrevía a decirle la verdad.
. – Estoy segura que al menos lo han intentado, eres tan bella y hermosa que no pasas desapercibida, eres tentadora, seguro que lo sabes muy bien, todas sabemos cuándo provocamos un interés tan especial.
. – Sí, pero no me gusta que me acosen, los hombres solo piensan en sexo, así los veo yo, por eso me visto de manera distinta, quisiera ser hombre, ellos no tienen ese infortunio, andan libre, sin temor a nada, aparento ser fuerte pero realmente no lo soy, vivo con miedo a que me agredan, me maltraten, no tengo buenas experiencias simplemente por mi cuerpo, por ello me oculto, no por lo que dicen de mí que soy marimacha, nada de eso, con usted ha sido mi primera vez en este sentido, mis experiencias con hombres han sido horribles.
. – Pero, ¿cómo vas a decir eso?, eres virgen, ¿de qué tipo de experiencias me hablas?, ¿te han forzado de alguna manera?, siempre he estado interesada en ti desde que te vi la primera vez, eres una criatura terriblemente muy bella, refinada, de alguna manera te sigo los pasos, me las ingenio para saber de ti, Vero me cuenta que en el colegio y en la secundaria te peleas a cipotazos hasta con el más guapetón, sin importarte que te lastimen, que tú valentía es muy conocida, algunas chicas y chicos comentaban que eras marimacha o un chico rarito, pero que eso último, quedaba descartado con solo apreciar tú voz, tú cuerpo y tus partes, además que nunca te han visto relacionarte románticamente con ninguna chica, cuéntame por favor, seguro puedo ayudarte.
. – Han intentado muchas veces abusar de mí, sin contar las agresiones verbales y físicas, por mi forma de ser, desde que tengo uso de razón soy víctima de bullying, amenazas, maltratos, me obstina pensar que me crean débil o frágil, por ello, tratan de aprovecharse, pero la verdad no soy valiente, soy cobarde, me da miedo enfrentarme con cualquiera, tiemblo, el pánico se apodera de mí, me dan crisis de miedo y nervios, al verme en situaciones donde intentan maltratarme, por ello saco fuerzas de donde no sé para enfrentar a cualquiera, pero es mi disfraz, no soy así realmente.
Estallé en llanto al desahogar mi verdadero yo temeroso, frágil, vulnerable, le confesé que mi mayor deseo era ser un hombre muy fuerte, que admiraba la valentía de ellos, su fortaleza, para no esconder mi personalidad cobarde, llena de miedos y temores, me gusta ser chica, la razón de que me marché de mi casa es esa, quieren obligarme a que me comporte como chica, con todas la limitaciones que la mujer tiene, con ser una persona de segunda clase, sin derechos ni nada, ella me abrazó asombrada por mi confesión.
. – Sheylla, sabía que había algo más en ti, quiero decirte que la apariencia física no hace a las personas, en primer lugar debes aceptarte, lo externo no cambia a nadie, ser mujer no es sinónimo de ser frágil, débil, ser de segunda clase como tú dices, ser mujer es lo contrario, vivimos en un mundo machista, enfrentarlo es tener valentía, coraje ante tantas injusticias donde nos creen menos que los hombres y estamos en desventajas porque intentan abusarnos por simplemente no tenemos físicamente la fortaleza de ellos, pero eso no es así, somos más fuertes, más decididas, más tenaces, de nosotras depende demostrarlo, por ello lo importante es aceptarnos, luchar, estudiar para competitivos al igual que ellos sin tomar en cuenta lo físico, no te dejes confundir, eres más fuerte de lo que supones.
. – No me gusta hablar de eso por favor, veo a diario como nos discriminan, no lo acepto, me opongo a ello.
. – Te entiendo perfectamente, no es mi intención hacerte sentir mal, algunas chicas no se dan su puesto, son mentes huecas buscan Hombres con dinero que las mantengan y le brinden protección, pero ellas mismas son quienes se discriminan.
. – Me gustaría que tengamos un noviazgo, me gustas mucho.
. – La verdad no quiero compromisos de ningún tipo.
Me interrumpió con un beso suave, mientras acariciaba mis senos, humedeció sus dedos con saliva y fue a mi vulva, que parecía separarse de mi para palpitar con vida propia, siguiendo esa trayectoria hacia abajo llegó a mi ano e introdujo un dedo dejándolo allí.
. – Por favor no hagas eso, me duele.
. – Disculpa mi amor.
Me llevo a la recamara nuevamente, me acostó boca abajo amasando mis glúteos con masajes y besos eróticos en esa zona, estaba decidida a darme por el culo, no había manera de convencerla de que no me hiciera el culo, seguía succionando y besando mi trasero, me decía que me relajara, que confiara en ella, mi ano se fue dilatando sin pedirme permiso, poco a poco ya me hacía un mete y saca con precisión quirúrgica, me excité incontrolablemente, se fue apoderando de mí, sentí como mis fluidos hacían su mágica aparición, me parecía vergonzoso saber que esa hermosa mujer sabía muy bien excitarme, tocarme donde debía tocarme, imaginé si alguien llegaba a verme disfrutar como lo estaba haciendo en ese momento, me desconcentré por un instante, ella pareció darse cuenta y me decía, «Déjate llevar mi amor, eres mía»… llegó lo inevitable, sucesivos orgasmos unos tras otro sin cesar.
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