El amigo de mi papa. continuacion
Atractivo cuarenton amigo de mi padre me invita a su casa..
Roberto ya me tenia desnudo totalmente excitado y dispuesto a entregarle el culo. Movió levemente la cabeza indicandome que me sentara en el sillón, mientras el se ponia de pie frente a mi, verlo desde esa perspectiva lo hacia mas grande y dominante. Comenzo a desabrocharse el cinto lentamente y continuo por el cierre de la bragueta, lo miraba con la misma emocion y expectativa como cuando se abre un paquete o un regalo. Se agacho y me dio un beso, se descalzo y se quito el buzo y la remera, provocandome ese delicioso cosquilleo en el bajo vientre al verle el torso desnudo y su pecho con un manchon de vello entrecano, en general el cuerpo era parecido al de mi padre y eso me excitaba mas aun. Comence a manosearme la verga y eso parecio excitarlo muchisimo.
Roberto – Asi te pajeabas pensando en mi.
Mojo sus labios con la lengua varias veces mientras me observaba con la mirada desbordada de lujuria y perversion.
Roberto – ¿Queres bajarme vos el pantalón?
Ni le conteste, deje de pajearme, estire los brazos, tome el pantalón y el elástico del calzoncillo rozando su piel con mis pulgares y lentamente para disfrutarlo al máximo comencé a bajarselos, lo primero en revelarse y que me enloquecia de los hombres era el vello pubico y Roberto para mi gusto tenia en abundancia.
Roberto – No sabes lo que es sentir tus dedos rozando mi piel.
Baje un poco mas la ropa y aparecio la base del tronco ya no aguantaba mas y meti una de mis manos para liberarle la verga,
Roberto – Ahhhhh, que delicia, espere tanto este momento.
El termino de bajarse el pantalón y le tome la verga palpitante con las dos manos y comence a recorrerla desde el tronco hasta la cabeza ida y vuelta, comparando el largo y el grueso de las pijas que había conocido.
Era mas o menos como la de mi tio, pero un poco mas cabezona, lo comprobé al correrle la piel y dejarle la cabeza descubierta, arqueo su cuerpo en señal de placer y suspiro profundamente, deje de contemplar sus huevos que colgaban armoniosamente entre las piernas abiertas y levante la vista buscando su mirada al mismo tiempo que sacaba la lengua y me acercaba a su verga.
Sentí su estremecimiento al rozarle la zona del frenillo y luego al mojar con mi saliva la circunferencia de la cabeza, el apoyo su mano sobre mi cabeza.
Roberto – Ahhh, nene que bien lo haces.
Su aliento me hacia poner mas empeño en complacerlo.
Roberto – Espera, vamos a la cama para estar mas cómodos.
Me tomo de la mano dulcemente y me guio hasta la habitación. Se tiro en la cama boca arriba y con las piernas abiertas, me arrodille entre las piernas y comencé a degustar sus huevos con fruición y puse en practica algunas cosas que habia descubierto con mi tio Martin. Volví a chuparle la verga cuidadosamente por que entraba muy ajustada en mi boca y por momentos me producia ahogos y arcadas, descansaba unos minutos acariciándole las piernas disfrutando el espectaculo de sus bolas subiendo y bajando enloquecidamente. Vení me dijo, y me arrastro sobre su vientre y pecho hasta quedar a tiro de mi boca, comenzó a besarme apasionadamente mientras me acariciaba las nalgas, me abandone a las increibles sensaciones que me provocaban sus manos. Habia tocado uno de mis puntos erogenos.
Roberto – Ahhhh, te gusta que te toquen la cola asi.
Yo – Siii, me encanta.
Roberto – Ya veo. Hagamos un sesenta y nueve así, gozamos mutuamente.
De inmediato me puse invertido sobre su cuerpo, el me fue acomodando hasta quedar mi ojete sobre su cara y su verga bajo la mia.
Comenzo a lenguetearme la entrada del culo y a acariciarme las nalgas haciendo circulos, comence a gemir descontroladamente y eso lo excitaba muchisimo.
Roberto – Que lindo escucharte gemir asi mi amor, te estoy haciendo gozar y eso me encanta.
Yo – Si, me gusta todo lo que me haces y me gusta tu pija.
Roberto – Si, te gusta mi verga.
Yo – Si, mucho.
Roberto – Pensabas que era si.
Yo – Es mas grande y mas gruesa de lo que me imagine.
Roberto- Pensas que te la vas a aguantar.
Yo – Si la metes despacito, si.
Roberto – Ay mi amor, de verdad me vas a dar el culito
Yo – Si, tengo muchas ganas de que me la metas.
Me corrio y me giro y quedamos nuevamente como antes.
continua
como sigue
Como sigue?
Sigue por favor… ¿Qué pasó después? Me dejaste con ganas…
La paja que me estoy corriendo por tus relatos es porque me calientas