El amor de Felix (Parte 1)
De la saga «Alfas y Omegas».
Esta es una historia pura de fantasía y morbo donde las reglas del “Omegaverse” rigen, más las he cambiado para la conveniencia de la saga. Por otro lado esta será una saga bastante compleja con historias paralelas y varios personajes. Espero que la disfruten tanto como a mi me esta gustando escribirla.
En un bosque perdido en el tiempo y el espacio viven 4 poderosas familias con la peculiaridad de que en ellas no hay una sola mujer en todo su linaje, pese a eso estás familias mantuvieron sus apellidos durante los siglos.
En este punto de la historia nos concentramos en Félix Da Silva y como se enamoró del protegido de los Müller. Félix es un hombre alto, llegando a superar el metro noventa de estatura, además de tener un cuerpo bien definido el cual está tapado por una frondosa túnica de vellos lo recubre, además de tener un tono canela en la piel bastante atractivo. Por otro lado, el joven Elías Müller era más pálido y escuálido, destacando en ello su culo, pues el niño de ya 9 años lo tenía bien redondo y respingón, cosa que su morboso padre destacaba al vestir lo con ropa bien ajustada de libra y se sospecha que tengas masculinas bien apretadas, otro detalle es que Elías desde hace una semana parece utilizar un perfume de rosas y miel.
Ya dada esta pequeña introducción la historia comienza con un Félix algo perdido sintiendo como su verga estaba húmeda y bien dura, además de sentir 2 pares de menos en ella y sus huevos de todos, eran sus dos hermanos menores, unos gemelos de 5 años muy madrugadores y sigiloso.
— ¿Su padre no les dio su desayuno, pequeños? — Les comentó a ambos mientras los tomaba de la nuca a ambos para dirigía a Amaro hasta el glande de esta mientras era Lucas quien fue el encargado de tratar con sus pelotas y algo de su culo, lo cual nunca venía mal, ambos niños eran diferenciados por su padre al tener el mismo lunar pero en lugares opuestos Amaro lo tenía en su mejilla derecha mientras que Lucas en la izquierda.
— Mierda.— Exclamó luego de estar utilizando la estrecha boca de su niño como un juguete ineficaz hasta acabar en su boca, para luego dar un segundo e igual de profundo gemido pues las lamidas de Lucas al limpiar los restos que su hermano no logró tomar eran limpiados de su bolas y raíz de su polla.
Posteriormente de esa improvisada pero eficaz deslechada matutina el soltero Adonis se dirigió con sus pequeños hermanos en ambos brazos para luego saludar a sus padre con un beso en la mejilla.
— Vaya, vaya, veo que fueron a despertar a su hermanote. — Comentó el maduro pero bien conservado de Pedro, el cual estaba usando una tanga bastante ajustada la cual dejaba transparentar una alojada noche de juegos entre los dos maduros.
— Por cierto, cariño, tu padre te está esperando en la plaza para que lo ayudes con la descarga de los suministros que trajeron de la ciudad.
Inmediatamente luego de esto el mayor con diferencia de los hermanos se vistió con ropa cómoda, unos shorts grises junto a un brief que mantenía todo en su lugar bastante bien, una camiseta sin mangas bien holgada y una deportivas con las que también aprovechó para salir y hacer su cardio matutino.
Una vez llegó al destino podía ver como estaban reunidas todas las familias mezcladas llenando el ambiente de una cálida energía mientras las cabecillas estaban reunidas a un lado haciendo toda la distribución en función a la cantidad de miembros de cada familia, pero algo fue inusual en aquella reunión ya que en esta estaba el 2do más joven de los Müller, Elías, el cual, ya más o menos 3 meses había cumplido sus nueve años, festejo al que había ido, pero esta vez se veía diferente estaba ligeramente más firme y con unos muslos más grandes, aparte de un perfume dulce y floral que parecía solo el percibir o el resto ignoraba, inmediatamente luego de esto, la verga del chico salto flácido a duro en cero coma, pero fue su ropa interior la que detuvo el avance completo, de todos lados ahí había ido a trabajar para que el y el resto de sus vecinos tengan alimento para el mes entrante, así que se olvidó de todo aquello sin que su verga tuviera la intención de volver a un estado relajado además de que cruzaba miradas con el menor en muchas oportunidades.
Ya con el crepúsculo asomando fue cuando todos los productos fueron repartidos y el objeto de distracción de Félix se había ido.
— ¿Estás bien, Felipe? Te noto consternado.
— Nada, solo es que, ese niño, el de los Müller, nunca lo he visto antes en estas reuniones y pues, me pudo muy cachondeo con solo verlo. — Dijo el primogénito mientras se sobaba el bulto, el cual estaba en un estado de erección menor.
— Comprendo. — Comentó serio el mayor, parecía que aquella charla tenía que ver con el niño aquel, pero el hecho de no tener detalles de esta hacía que Félix no indaga mucho más, pero el hecho de que el jefe de los Da Silva haya detenido aquella camioneta consterno al heredero.
— Baja. — Impuso el padre para luego él mismo bajar.
— ¿Qué pasa, papá? — Logró decir para luego acercarse a su padre, el cual se puso de rodillas para luego bajarme el pantalón y los briefs de un solo tirón para luego erguir aquel falo de una sola vez.
— ¿P-papa?
— Mira, yo sé cuando mis hijos están calientes y que necesitan en aquellos momentos. — Le respondió al otro para luego masturbarlo y arrastrar la saliva y el presemen, los cuales usó para abrirse paso con su índice por el ano de su descendiente.
— Mierda. — Dijo el chico mientras su falo de casi 10 pulgadas arremetida contra la profunda garganta de su padre y su próstata era bien estimulada también por el mayor, la verdad es que no pudo llegar al minuto antes de tener ya la 2da corrida de su día, y la última antes de irse a dormir pues ese fue un día bastante agotador, ha decir verdad.
— Bueno hijo, vuelve a la camioneta que estamos tarde y tu padre seguro nos espera con la cena hecha. — Dijo el mayor limpiando los escasos restos de semen de su hijo que había escapado de su garganta, el viejo podía ser un activo en toda regla pero eso no lo exoneraba de algunos gustos extras.
Una vez llegaron a la casa, la sorpresa fue que la comida no estaba hecha, aunque si estaba empezada, aquello no fue tomado con mucha importancia, es más, le dio tiempo a la cabecilla de la familia el hablar con su hijo del porque estaba el pequeño Elías en la reunión, y este hecho inusual era ya que los conceptos de celo, alfas y omegas estaban prontos a ser incorporados en la lengua del heredero.
— Hijo, bueno, lo que te estoy por decir va a ser algo complicado de entender como de explicar… pero. ¿Te has dado cuenta que en ciertos momentos del año, una o dos veces, estás más caliente que de costumbre? — preguntó el mayor mientras se rascaba la nuca, pues la realidad que le estaba por contar a su hijo era bastante cruda y anormal para el resto de la sociedad, fuera de aquellas 4 familias.
— Pues… Ahora que lo dices, desde que cumplí los 15 años hay un par de semanas al año que no hay corrida que me haga bajar la verga, padre. — El ambiente se notaba tenso, lo que generó en el menor respuestas más formales para con su progenitor.
— Bueno, es que a la gente como tu y yo, cada cierto tiempo, unos cinco o seis meses, aproximadamente, durante una semana no nos podemos quietos, por eso te pasa, y creme que a mi también, por eso salgo de “caza” o a “acampar”. — dijo el maduro mientras se acercaban a su hijo.
— Por otro lado. ¿Te preguntaste cómo es que somos tus padres? — Esa fue la pregunta que de verdad disparaba toda la información que iba a soltar a posterior.
— Siempre pensé que nos adoptaron, ósea, a mis hermanos y a mí. ¿Si no es así como fue?
— Pues, es simple, más o menos, te tuvimos tu padre y yo. — dijo mirando a su hijo, el cual estaba bastante consternado.
— ¿C-como?
— No sabemos ni siquiera nosotros los detalles, pero a grandes rasgos en nuestra familia, los Müller, los Sato y los Miller todos tenemos solo familia de hombres, ni un solo caso de una mujer nacidas una vez se produce la concepción, pero por otro lado, hay niños que una vez llegan a la edad de 9 años, como Elías, se produce un cambio hormonal que les otorgan la milagrosa capacidad de procrear con hombres, es similar al ciclo menstrual de las mujeres, cualidad que se destaca por un aroma muy dulce y atrayente para los alfas, que son como tu y yo.
— Espera… es mucha información, entonces… ¿Tu eres mi padre “de verdad” y Pedro sería como “mi madre”? ¿Y yo puedo embarazar a hombres?
— Bueno, no sería tan así, ya que ambos seguimos siendo hombres, pero puedes tomarlo así. Y si, podrías si cumplen los requisitos — Dijo el otro entre risas para luego mirarlo a los ojos. — De todos modos no te preocupes por eso, yo te ayudaré a controlar tus impulsos cada vez que surjan y si tienes alguna duda. Pero una cosa más, parece que tu y el joven de Elías están compartiendo sus propios celos, pero no te puedes acercar a él lo absoluto, ya que el primer celo de un omega, así se llaman los que se pueden embarazar, es más fuerte que los otros y generan instintos violentos en nosotros.
— Bien… lo intentare, hoy lo pude hacer. — Dijo aún algo perdido.
— Yo se que podías hijo, bueno, ya debe estar la comida.
Bueno, hasta aquí dejo la introducción a esta historia, les prometo que a futuro habrán mas escenas de sexo y mas extensas, pero aquí me concentré en introducir a nuestro personaje, en la próxima creo que hare algo similar pero de la perspectiva de Elia.
Siguientes parte
Uffff me encantó , necesito más!!!