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Dominación Hombres, Fetichismo, Gays

El asistente es obligado a abusar del niñito de once años.

El Asistente 02. Levantó las piernas del menor con facilidad y dejó expuesto su anito que todavía seguía rojo y húmedo y sin siquiera lubricarlo, metió su poderosa verga en su interior, esta vez sin encontrar mucha resistencia..

Capítulo dos. 

 

En la vida de todo hombre, llega un momento en donde debe cuestionarse su propia naturaleza, aquello que está dispuesto a hacer con tal de conseguir lo que por tanto tiempo ha anhelado, cuan bajo está dispuesto a caer con tal de obtener una oportunidad de lograr eso que tanto ha deseado. 

 

En aquella sala de juntas de aquel lujoso hotel, era donde Rigo se cuestionaba a sí mismo. ¿Acaso estaba dispuesto a volverse un abusador con tal de conseguir aquello que quería? ¿En verdad Lamar Hill acababa de decir que era talentoso o solo se trataba de una mentira para obligarlo a hacer lo que él deseaba? 

 

Sus labios temblaron levemente, en su mente se libraba una inmensa batalla entre varias ideas que  no dejaban de bombardearlo como un ejército sin tregua. Por un lado estaba su sueño y por el otro, convertirse en algo que no deseaba. Ahora que su mente estaba un poco más serena, se daba cuenta de a dónde lo estaba guiando Lamar Hill, aquello no se trataba de un simple trabajo, era una prueba que demostraba hasta donde estaba dispuesto a ir con tal de obtener algo. 

 

No podía decirlo con seguridad porque era la primera vez que se encontraba con una estrella de talla mundial, alguien a quien solo unos cuantos tienen verdadero acceso, pero estaba seguro de que dentro de esa industria tendría que dejar atrás muchas de las ideas preconcebidas que tenía sobre el mundo, aquellos no eran simples hombres o mujeres, eran estrellas super famosas que seguramente no conocían un no por respuesta. Cualquiera que quisiera un trabajo como ese, tenía que estar dispuesto a dejar de lado todos sus prejuicios; su humanidad. 

 

Pensé que Hugo sería lo más parecido a Nivea – al escuchar el nombre de su exnovia sintió un hueco en el estómago. Nivea era el nombre de la que había sido su primera novia cuando solo tenía quince años, su primer amor y la primera con la que había mantenido relaciones sexuales, ¿cómo demonios sabía eso? – que te traería buenos recuerdos. No hay nada más delicioso que la juventud, nada más excitante que la virginidad y el cuerpo inmaculado de un niño. 

 

Contempla a Hugo – con un movimiento hizo que el niño se levantara – su piel es perfecta, ni un solo vello mancha su cuerpo, sus carnes nos firmes – dijo mientras lo volteaba para mostrar su culito redondo y carnoso, al cual con una fuerza desmedida le dejó caer una potente nalgada. 

 

El niño solo tembló ligeramente, pero su boca no emitió sonido alguno – su rostro es el de un ángel, sus hermosas facciones no tienen comparación, casi podrías pensar que es una niña si no fuera por esto – Lamar Hill agarró el pequeño pene de Hugo y lo apretó con fuerza esta vez, provocando que el niño se retorciera levemente y contuviera un pequeño gemido de dolor, lo que hizo que el hombre sonriera macabramente. 

 

Hugo está siendo entrenado desde que era pequeño – continuó el cantante sin soltar al niño y aumentando la presión en sus genitales – haga lo que haga, sabe su lugar y jamás haría absolutamente nada para hacerme enojar, ¿verdad Hugo?

 

El niño asintió con energía mientras decía – sí padre. 

 

Dentro de poco, protagonizará una serie que estoy seguro será un total éxito, él como tú también tenía un sueño – hizo una pausa – o al menos sus padres tenían el sueño de que su hijo llegara a ser actor y pronto ese sueño se hará realidad y pasará a formar parte de nuestro círculo. ¿Es que acaso tú no buscabas lo mismo? 

 

Lamar Hill soltó al niño que de inmediato se puso de rodillas nuevamente esperando instrucciones, era increíble ver la forma en la que actuaba a tan corta edad, era como si fuera un autómata. 

 

Puedes escoger por supuesto la segunda opción que es marcharte – en la mirada de Lamar Hill brillaba la maldad – desafortunadamente esa opción tiene consecuencias, mismas que estoy seguro experimentarás una vez que intentes olvidar este encuentro, mismas que estoy seguro, te harán lamentar tu decisión. 

 

El cantante abrió los brazos con una sonrisa maligna en los labios – escoge Rigo, ¡O utilizas a Hugo en este momento o te largas!

 

Por favor señor – la voz del niño atravesó la habitación – estoy listo para servirle. 

 

Era claro que Lamar Hill tenía todo previsto, aquel no era un encuentro fortuito, había sido planeado en todos y cada uno de sus detalles, nada era aleatorio y estaba seguro de que aunque quisiera, no podría escapar. ¿Acaso Lamar Hill lo mataría? Esa era la posibilidad más remota tal vez, pero no podía descartarla del todo, después de lo que había hecho, visto y escuchado, un simple contrato de confidencialidad no sería suficiente para mantener la reputación y fachada de Lamar frente al mundo, nadie con su poder, dejaría un cabo suelto tan peligroso. 

 

Aunque era verdad que seguramente nadie le creería y aunque lo hicieran, no tenía pruebas, su teléfono le había sido confiscado nada más llegar al hotel y por lo que sabía, todos dentro de esa esfera de la alta sociedad podrían estar coludidos. Además, ¿qué lograría al exponer al cantante? Aunque lograra convencer a la policía, seguramente los medios bloquearían la información y lo pondrían a él como el verdadero depravado capaz de abusar de un menor de edad. 

 

No tenía salida, estaba acorralado y cualquier decisión que tomara, estaba seguro de que lo llevaría por un camino terrible y destructivo. 

 

Rigo trató de controlarse y miró al cantante tratando de reunir todas sus fuerzas para preguntar – ¿Por qué yo? 

 

La expresión de Lamar se hizo más feroz y terrible al momento de escuchar su pregunta, no estaba acostumbrado a que nadie lo cuestionara. En una reunión, su voz siempre era la última en ser escuchada y todos hacían lo que su voluntad dictaba, raramente respondía preguntas y aquel que se atreviera a cuestionarlo era reemplazado sin dilación. En cuanto lo tuviera por el cuello, haría que ese hombrecillo conociera su lugar. 

 

Eras el menos horrible de todos los que llegaron – su respuesta fue más seca y cruda de lo que habría esperado – jamás me rodeo de personas feas, las criaturas despreciables solo sirven para alabarme, para nada más. 

 

Su voz dejaba entrever su molestia, comenzaba a impacientarse y de un momento a otro terminaría por cansarse y lo botaría como a todos los demás candidatos – si es que alguna vez hubo algún otro – y lo perdería todo. 

 

Rigo tragó saliva y avanzó hacia Hugo, era verdad que le recordaba a su primera novia, pero por alguna razón que no lograba comprender, el niño era mucho más hermoso que ella, su cuerpo era perfecto, el de apenas un adolescente. ¿Por qué sentía una atracción hacia él? 

 

No se consideraba un hombre homosexual, pero el tener frente a él a ese niño tan delicado y sumiso, despertaba algo en su interior, algo desconocido que lo aterraba y al mismo tiempo le causaba una profunda excitación, era algo prohibido, un fruto del que no debía comer y sin embargo estaba a punto de devorarlo. 

 

No tengas piedad con él, me gusta que lo hagan llorar – Lamar se reclinó en el sillón nuevamente y comenzó a masturbar su enorme verga que para ese momento ya estaba completamente erecta. 

 

Rigo dejó caer su ropa y tomó a Hugo por la cadera inclinándolo para que sus lindas y suaves nalgas quedaran a la altura de su gruesa verga que ya comenzaba a lubricarse – estoy listo – dijo el pequeño en una actitud sumisa y de inmediato Rigo sintió como un calor lo invadía en todo el cuerpo y hacía que su miembro despertara hinchándose cada vez más. 

 

Tomó las nalguitas de Hugo con sus manos y las abrió, dejando al descubierto un anito rosado y bastante apretadito, uno que solo un niñito como él podía tener. De inmediato la excitación se apoderó de él y sin dilación, enterró su rostro en el culo del niño mientras aspiraba todo su olor. 

 

El anito del niño recibió su lengua con deseo, con cada lenguetazo se contraía con ligeros espasmos, haciendo que Rigo se excitara cada vez más. Introdujo su lengua abriéndose paso entre su agujerito apretado y llegó a su interior caliente y suave, acarició sus nalgas y dejándose llevar por la lujuria que se apoderaba de su mente, le soltó una nalgada que hizo que Hugo lanzara un gemido. No sabía si era de placer o de dolor, pero no le importaba, el hecho de estar lamiéndole el culito a un nenito menor de edad lo tenía completamente extasiado. 

 

Su lengua se movió experta por el interior del niño sintiendo cada una de sus contracciones, su enorme verga palpitaba con deseo y quería poseerlo. De un solo golpe introdujo su poderoso miembro en el culito del niño que de inmediato lanzó un chillido y trató de evitar que lo poseyera, pero el hombre lo sostuvo por las caderas y no se detuvo hasta que toda su verga estuvo dentro del pequeño. 

 

Hugo chilló y trató de resistirse, su culito de niño no era capaz de aguantar la tremenda embestida de aquel hombre, se retorcía y gemía de dolor, pero sin saber por qué, Rigo sentía cada vez más excitación con cada forcejeó que el menor intentaba. 

 

Su interior estaba tibio y suave, lo que provocó que Rigo sintiera nuevas oleadas de placer y comenzara a penetrarlo con un movimiento ansioso. Cada embestida era más fuerte que la anterior, más profunda y hacía gemir más a Hugo que para ese momento tenía los ojos llenos de lágrimas por el dolor, sin embargo no se resistía. 

 

El hombre aumentó la cadencia de sus embestidas mientras lo tomaba del cabello como a una verdadera puta, cada vez se movía más rápido y el placer que experimentaba era irreal, jamás había sentido algo como aquello, aquel niño le estaba dando la mejor cogida de su vida. 

 

Rigo jadeaba y se movía con mayor velocidad arrancando gemidos y chillidos de Hugo, lo obligó a bajar la cabeza y le puso un pie sobre el cuello cambiando de posición, aquel niño sumiso lo estaba volviendo loco. Era la primera vez que sentía esa sensación de grandeza, de ser el único en el mundo y de poder lograr lo que fuera. 

 

Lamar contemplaba la escena sin dejar de masturbarse, sus ojos no se perdían ningún momento de aquel frenesí de locura, estaba encantado, ese hombre sería un juguete ideal en el futuro. Un pobre diablo con el cual divertirse. 

 

Rigo sintió una descarga eléctrica, estaba a punto de correrse y la simple idea de llenar el culito del pequeño hizo que estallara. Los dedos de sus pies se arquearon y todos sus músculos se tensaron en cuanto varios chorros de espeso semen se depositaban en el interior del pequeño, lanzó un grito gutural de placer y se desplomó sobre la espalda del niño dejando que su verga expulsara hasta la última gota – gracias señor – dijo Hugo en un hilo de voz y después se derrumbó sobre el suelo agotado. 

 

En cuanto el hombre se corrió dentro de su última mascota, Lamar Hill sintió como sus nalgas se contraían y dejó que el orgasmo llegara hasta él, su gran verga se contrajo y varios chorros de semen saltaron a sus abdominales que también se contraían en ese momento, el placer de ver humillado a ese niño y a ese hombre eran indescriptibles, una verdadera obra de arte y él era el artista que lo había conseguido. 

 

El nuevo asistente jadeaba con fuerza, acababa de abusar de un menor de edad y aunque la idea era repulsiva, su cuerpo reaccionaba provocándole un fuerte calor que le recorría todo el cuerpo. ¿En qué se estaba convirtiendo? ¿Por qué había hecho aquello? ¿Es que acaso no tenía un límite para conseguir lo que deseaba? 

 

Podía culpar a Lamar Hill de todo ello, pero la realidad era que en el fondo de su cabeza, detrás de todos esos tabús y esos prejuicios, brillaba el deseo y ahora que lo había liberado, no sabía cómo volver a sellarlo. Jamás había considerado la idea de mantener relaciones sexuales con un menor de edad y mucho menos, uno de su mismo sexo, entonces, ¿por qué seguía tan excitado? 

 

Lentamente sacó su miembro del culito del niño y de inmediato un fino hilo de semen escurrió por entre sus piernitas provocándole un nuevo escalofrío que le subió por toda la espalda, jamás se había imaginado que un niño de tan solo once años pudiera resultar tan apetecible. 

 

Algo en su interior se desató y casi sin poder contenerse, acercó su lengua hasta el anito del niño que en ese momento estaba mucho más rosado y húmedo, y comenzó a lamer con ansias su propio semen que escurría del interior del pequeño.

 

Hugo reaccionó con un leve gemido pero no se movió. Rigo devoraba ansioso su propio semen que no dejaba de fluir del interior del niño, no penaba y sus instintos habían superado a su razón, estaba completamente fuera de sí. 

 

Comenzó a acariciar las piernas del menor con lujuria, eran suaves y sedosas, libres de cualquier imperfección, acarició sus nalgas nuevamente y las apretó con fuerza antes de soltarle una nalgada, y otra, y otra más. ¿Cómo era posible que un niño tan pequeño pudiera tener unas nalgas tan carnosas y sensuales como las que tenía Hugo? 

 

Sin saber cómo, Rigo comenzó a frotar su verga nuevamente erecta entre las nalgas del niño mientras le acariciaba la espalda y le soltaba una nueva nalgada, ya no pensaba, sus instintos dominaban todo su cuerpo. 

 

¡Castígalo! – escuchó que una voz lejana le ordenaba y sin objetar, le soltó una serie de nalgadas, cada una más fuerte que la anterior. Hugo gemía de dolor con cada golpe, pero no se movía, sabía cuál era el castigo por desobedecer. 

 

Rigo lo volteó de modo que su espalda quedó en el piso y sus pequeñas piernas quedaron levantadas sobre el pecho del hombre, sus tiernos ojos estaban llenos de lágrimas y su expresión de completa sumisión resultaba irresistible. Pedía a gritos ser utilizado. 

 

El asistente comenzó a besar las piernas del niño mientras con una de sus manos libres recorría su delicado torso hasta llegar a sus pequeños pezones, que de inmediato comenzó a frotar y apretar provocando más gemidos por parte del menor. 

 

El deseo lo poseía, era imposible resistirlo, aquel niño lo estaba volviendo loco. Aumentó la fuerza con la que apretaba sus tiernos pezones y Hugo lanzó varios gemidos de dolor haciendo que la excitación de Rigo aumentara a niveles imposibles de imaginar. 

 

Su verga estaba completamente erecta y los gemidos de dolor o placer que emanaban de la boquita del niño solo hacían que le palpitara más su miembro. Tomó al niño por las axilas y sin poder contener la lujuria comenzó a besarlo con violencia, le metía la lengua en la boca y buscaba la suya, le mordía los labios y lo besaba con una fuerza desmedida, estaba totalmente fuera de sí. 

 

Se alejó del rostro del niño que en ese momento estaba completamente lleno de saliva y se abalanzó sobre sus hermosos pies, lamiendo y chupando cada uno de sus delicados deditos, aquello era el cielo, no podía controlarse, aquel niño era delicioso, una hermosa fantasía. 

Rigo lo tomó por las mejillas y lo obligó a abrir la boca, junto saliva y en un movimiento erótico y retorcido, esucpió en la boca del niño que lo miraba con los ojos húmedos y la sumisión escrita en todo su angelical rostro. Una nueva cachetada hizo que lanzar un gemido de dolor y que el asistente sintiera como su excitación aumentaba. 

 

No podía contenerse, debía poseerlo una vez más, tenía que hacerlo. Levantó las piernas del menor con facilidad y dejó expuesto su anito que todavía seguía rojo y húmedo y sin siquiera lubricarlo, metió su poderosa verga en su interior, esta vez sin encontrar mucha resistencia. 

 

El gemido de placer de Rigo llenó la habitación, todo su cuerpo temblaba de placer, la idea de estar penetrando a un menor de edad le provocaba una fuerte erección. Esta vez con un movimiento mucho más violento comenzó a embestir al menor que no dejaba de gemir una y otra vez, cada vez con más fuerza y en movimientos casi desesperados, quería poseerlo, hacerlo suyo y humillarlo con todas sus fuerzas. 

 

Rigo tomó los genitales del menor con una de sus manos y con una terrible fuerza desmedida comenzó a apretarlos, provocando que Hugo comenzara a gritar de dolor. Aquello hizo que el hombre se excitara todavía más, el provocarle aquel dolor lo ponía en una posición de control total, le daba un poder que jamás había visto. 

 

Aumentó la presión sintiendo como los pequeños testículos del niño se contraían en su mano y Hugo chilló con dolor, mientras las lágrimas le corrían por el borde de sus hermosos ojos. 

 

Aquello hizo que el placer se desbordara por cada poro de su cuerpo, el llanto del pequeño y sus gemidos lo excitaban cada vez más, le soltó una nueva cachetada con la mano libre y continuó abusando de su virginal anito que no dejaba de palpitar y contraerse con cada embestida. 

 

¿Quién era? ¿En qué se estaba convirtiendo? ¿Por qué no podía parar?

 

Como un verdadero toro sin control y penetrando con una violencia desmedida el culito de aquel menor de edad y sin dejar de apretar sus genitales con fuerza, sintió como un nuevo orgasmo lo poseía, uno mucho más intenso que el anterior. Se dejó llevar por el placer y una vez más deposito un inmenso chorro de semen caliente en las entrañas del pequeño que al sentirlo chilló y gimió. 

 

Rigo lanzó un grito gutural al sentir como se corría en el interior del niño sin poder controlarse, era un experiencia maravillosa, muy placentera y completamente prohibida. 

 

El hombre liberó los genitales del menor y se dejó caer completamente sudado, sobre su pequeño cuerpo, jadeaba y oleadas de placer recorrían todo su cuerpo, podía sentir como su semen impregnaba el anito del menor y cómo su miembro todavía se contraía. 

 

El asistente se separó del cuerpo del niño y entonces la realidad lo golpeó con fuerza al verlo tirado en el suelo con el rostro bañado en lágrimas y la mirada perdida y ausente. De inmediato se alejó como pudo del niño aturdido, ¿qué demonios acababa de hacer?  

El sonido de un aplauso atrajo su atención hacia Lamar Hill que lo observaba con una mirada terrible y un sonrisa demencial, parecía un verdadero monstruo – muy bien – dijo casi en un susurro y con la maldad impregnando cada una de sus palabras – vamos a divertirnos mucho juntos. 

 

Rigo lo contempló asustado y procesando la realidad de sus acciones, no era posible, no quería creer lo que acababa de hacer y sin embargo, ahí estaba Hugo, completamente carente de emoción sobre la alfombra con los ojos rojos y todo su delicado cuerpo lleno de saliva y marcas rojas en varios puntos. 

 

¿Qué demonios había hecho? Por un momento la realidad lo aplastó y le quitó el aire haciendo que comenzara a jadear presa del pánico, era un violador y no solo eso, era un abusador de menores, de niños, de pequeños indefensos. 

 

El estómago le dio vueltas y sintió que iba a vomitar, ¿cómo se había convertido en eso? ¿por qué no había parado después de la primera vez? Esta vez no podía culpar a Lamar Hill, él había tomado la decisión de abusar de Hugo por segunda vez, él era el responsable. 

 

La puerta detrás de él se abrió y de inmediato sintió como perdía todas las fuerzas y le faltaba el aire, la mujer que unos minutos antes lo había conducido hasta ese lugar permanecía de pie a un lado sin expresión en el rostro.

 

Rigo trató torpemente de cubrir su desnudez, se sentía expuesto, sucio. En ese momento la realidad lo invadía y la culpa y la locura inundaban su cabeza. 

 

Emilia te dará los detalles de tu contrato – Lamar Hill se levantó del sillón sin expresión en el rostro y comenzó a vestirse – ya puedes marcharte. 

 

El cantante chasqueó los dedos y de inmediato Hugo se levantó del suelo adolorido y tembloroso, se acercó hasta él y comenzó a ayudarlo a vestirse. Su rostro carecía una vez más de expresión, parecía un verdadero autómata. 

 

Por aquí por favor – le dijo Emilia sin mirarlo siquiera – en su habitación podrá limpiarse y encontrar ropa nueva, en cuatro horas tenemos que estar en los estudios MBC. 

 

Rigo miró a Emilia y a Lamar Hill casi temblando, aquello era demasiado, su mente no podía procesarlo todo, ambos actuaban con total normalidad, ninguno parecía alterado siquiera, ni siquiera el pequeño Hugo que acababa de ser violentado de tal forma. ¿Qué clase de personas eran aquellas y sobre todo, en qué clase de persona estaba a punto de convertirse? 

 

No tardes demasiado, detesto llegar tarde – Lamar Hill le dedicó una mirada severa mientras se abotonaba el puño de su camisa – no me hagas cambiar de parecer… ¡Ahora lárgate!

 

****

 

Hasta aquí el capítulo dos, espero que lo disfruten y si les gustó no duden en escribirme por tele @indigovz. Gracias a todos los que me mandaron mensajes y morbosearon conmigo, por sus fotos, videos y demás archivos. Me encanta recibir fotos de sus hermosas vergas. 

Estoy escribiendo otra historia diferente a esta que también pronto les compartiré. Esperen las nuevas entradas. Saludos a todos. 

 

49 Lecturas/26 agosto, 2025/0 Comentarios/por Indigo Vizcon
Etiquetas: hijo, hotel, mayor, orgasmo, padre, recuerdos, semen, sexo
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