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Dominación Hombres, Fetichismo, Gays

El asistente que decidió correrse en la boquita del niño de once años.

El Asistente 01. Hugo es un profesional aunque solo tenga once años – las palabras de Lamar tuvieron un efecto completamente distinto al que habría creído tendría una aseveración como esa, más allá de causarle asco, le causaron el efecto contrario; hicieron que su erección creciera..

El asistente Capítulo 1. 

Tenía el estómago revuelto y las manos le sudaban, estaba mareado y sentía que en cualquier momento podría llegar a desmayarse, aquella entrevista era su última oportunidad, era una suerte que lo hubieran llamado, si conseguía el empleo, tendría una oportunidad que pocos tenían, accedería a círculos que de otra forma estaban restringidos para los mortales como él. 

 

Lamar Hill era el cantante más importante de la década y trabajar para él significaba no solo estar cerca de una leyenda, sino también acceder a una enorme red de contactos, los cuales en algún momento podrían ayudarlo a lanzar su propio disco de una vez por todas. 

 

Durante el último año había enviado su demo a decenas de productores y disqueras con la intención de que alguno escuchara su música y le diera una oportunidad, incluso había subido gran parte de su trabajo a YouTube, pero al igual que con los productores, no había tenido suerte, su video más visto apenas alcanzaba las dos mil reproducciones y estaba seguro de que la mayoría habían sido de su exnovia, parecía como si nada le diera resultado y estuviera atravesando su peor momento, por eso que necesitaba el trabajo; las deudas se acumulaban y ya no le quedaban más ahorros, si no lograba encontrar algo pronto, estaría en problemas. 

 

El señor Hill te verá ahora – la voz de una mujer lo trajo de regreso a la realidad y dio un pequeño salto. 

 

Se encontraba en el lobby de un lujoso hotel en donde lo habían citado y aquella despampanante mujer que acababa de aparecer, era la misma que lo había llamado hacía una semana para una primera entrevista. Ahora se encontraba con su mejor traje, esperando conocer al cantante. 

 

Ambos tomaron el ascensor sin decir nada y se dirigieron hacia el sexto piso – al señor Hill le gusta que se dirijan a él como Lamar, pero no le hagas caso, nadie lo llama por su primer nombre, el último que lo hizo ya no trabaja con nosotros – la mujer habló sin voltear a verlo y con la voz fría – solo responde lo que se te pregunte y haz lo que se te ordene, y no trates de adularlo, lo detesta, necesitamos a un asistente, no a un lame botas.

 

Rigo tragó saliva con fuerza mientras trataba de controlar las náuseas, jamás había estado tan cerca de alguna estrella mundial como Lamar Hill, claro que conocía su música como todo el mundo y parecía ser una persona amable en las entrevistas y las alfombras rojas por las que desfilaba, pero la realidad es que poco sabía de él y su pasado, casi toda la información que se encontraba en Wikipedia era escasa y la mayor parte de esta, se enfocaba más en su carrera actual que en su vida antes de ser famoso. 

 

El elevador se abrió con un pitido y los dejó frente a un amplio recibidor con una sola puerta que la mujer sin dilación se apresuró a abrir. 

 

En cuanto cruzó el umbral, se quedó clavado en el piso. Recostado en un inmenso sillón, se desplegaba la poderosa figura de un atractivo hombre de piel oscura completamente desnudo, su cuerpo era esbelto y muy bien trabajado, cada músculo de su erótica anatomía parecía estar esculpido en un brillante mármol negro, sus poderosos brazos estaban extendidos por el respaldo del sillón y en su rostro se dibujaba una mueca de placer. 

 

Rigo se quedó sin habla al contemplarlo y no solo por su espectacular desnudez, sino porque ahí, en medio de sus torneadas piernas, se encontraba un muchacho en actitud sumisa practicándole una  potente felación. 

 

Lamar lanzó un gemido bajo, mientras ponía los ojos en blanco y el muchacho continuaba mamando su miembro erecto. 

 

Hum – la mujer lanzó un pequeño carraspeo mientras bajaba la mirada evitando aquella escena – su siguiente entrevista está aquí señor Hill. 

 

Lamar Hill abrió los ojos y sin inmutarse siquiera, les dedicó una sonrisa ladeada – ¿Cuántas veces te he pedido que toques la puerta Emilia? Bien podría estar desnudo – dijo soltando una risa sarcástica y tomando la cabeza del chico mientras lo apartaba con pereza fingida. 

 

Rigo al escuchar su voz bajó la mirada aturdido, ¿acaso era una broma? Aquello era una completa locura, en ninguno de los artículos que había leído se mencionaba o siquiera se especulaba sobre la orientación sexual de Lamar Hill, incluso el año pasado había estado involucrado sentimentalmente con una supermodelo, aquello debía ser una equivocación.

 

¿Acaso no ves algo que te guste? – la pregunta lo tomó desprevenido y no supo qué hacer – ¿Es que no vas a mirar al que podría ser tu próximo jefe? – la voz de Lamar había pasado de la burla a la molestia en un solo instante.

 

Un millón de pensamientos pasaron por la cabeza de Rigo, no sabía qué hacer ni cómo actuar, era la primera vez que presenciaba algo como eso – ¡Mírame! – la poderosa voz de Lamar lo traspasó, era grave y por su tono se daba cuenta de que era una orden. 

 

El joven levantó la mirada turbado y tratando de controlar su respiración que se había acelerado – ¿sabes cuánta gente desearía estar en tu lugar en este momento? – Lamar abrió los brazos mientras presumía su enorme verga de más de dieciocho centímetros que en ese momento comenzaba a perder la erección y por la cual escurría un fino hilo de líquido preseminal combinado con saliva, haciendo que su glande rosado, brillara todavía más. 

 

El cantante sonrió divertido y se dejó caer en el sillón nuevamente mientras cruzaba una pierna sobre su rodilla – acércate y tráeme un cigarro – dijo en tono seco – y cambia esa cara, estoy seguro de que no es la primera vez que ves algo así. 

 

Rigo sintió pánico, pero entonces notó la mano de Emilia que le ofrecía un cigarrillo y un encendedor que de inmediato se apresuró a entregar.

 

Debía mantener la compostura, necesitaba ese trabajo. Tenía que actuar con profesionalismo y dejar de lado todas sus ideas sobre las celebridades, era claro que no conocía nada sobre ese mundo ni sobre aquellos seres a los que todo el mundo idolatraba. 

En cuanto se acercó notó algo en lo que no había reparado debido a la turbación: el muchacho que minutos antes tenía la verga erecta del cantante en la boca, permanecía de rodillas y en todo ese momento, no se había movido de su posición. 

 

Sus ojos inexpresivos miraban hacia delante y parecía una figura de cera, su cuerpo era delgado, blanco y delicado, ni un solo vello se podía ver en ninguna de sus extremidades, sus piernas eran delgadas y tersas al igual que sus delicados pies que conservaban todavía un toque rosado propio de la infancia, tenía unos brillantes ojos azules y el cabello castaño hasta los hombros, lo que lo hacía ver un poco más femenino. 

 

Su pequeño pene estaba completamente depilado y sus pequeños testículos lucían rosados al igual que sus delicadas y redondas nalgas que apenas eran visibles por la posición en la que se encontraba. Hasta ese momento no se había dado cuenta, pero era tan solo un adolescente, no tendría más de trece años. 

 

Al darse cuenta de esto, sintió una punzada en el estómago, algo extraño que no había experimentado jamás, aquello era ilegal, aquel hombre estaba manteniendo sexo oral con un menor de edad. 

 

El asco y otra emoción que no fue capaz de reconocer lo invadieron, tenía que salir de ese lugar en ir directamente a la policía… ¿Y qué diría? ¿Que Lamar Hill, tenía a un niño desnudo en la sala de reuniones de un lujoso hotel? ¡Era Lamar Hill de quién estaba hablando! Uno de los cantantes más famosos de los últimos años, un hombre – si así se podía llamar a alguien que tan solo tenía treinta y dos años – al que todo el mundo adoraba, y que tan solo hacía dos meses, se había vuelto la cara de la ONICEF para la ayuda de niños en situación vulnerable en África. 

 

No podía, más bien, aunque lo intentara, nadie le creería, lo llamarían loco, nadie creería jamás que lo había visto desnudo y manteniendo sexo oral con un pequeño niño. ¿Qué debía hacer? 

 

No te preocupes por eso – dijo Lamar refiriéndose al niño que seguía sin moverse – está bien entrenado. 

 

Sus palabras hicieron que se le revolviera el estómago, ¿Eso? ¡Estaba hablando de un niño! ¿Entrenado? ¿De qué demonios hablaba ese maldito hombre? Varias ideas cruzaron por su mente, pero ninguna logró echar raíces, todo aquello parecía un sueño, ¿Es que se estaba volviendo loco?

 

Lamar Hill sacó el humo del cigarro como un dragón mientras suspiraba – te haré dos proposiciones solamente y dependiendo de lo que respondas, el trabajo podría ser tuyo, ¿está claro? 

 

Rigo sintió como perdía todas las fuerzas, un creciente hueco en su estómago amenazaba con hacerlo vomitar, todo era demasiado surreal para que su mente pudiera comprenderlo, ¿por qué ese hombre estaba frente a él sin una sola prenda de ropa? ¿Por qué un adolescente del que ya no estaba seguro de su edad practicaba sexo con él? Y sobre todo, ¿por qué estaba él en esa posición? 

Tenía que salir de ahí, debía correr y dejar a ese enfermo ahí plantado, pero en el momento en que estaba por dar un paso hacia la salida se detuvo y pensó en lo que quería, en todo lo que había trabajado y lo que había soportado con tal de llegar a ese momento, Lamar Hill era su última oportunidad, estaba quebrado y sabía que una oportunidad como esta no se presentaría nuevamente, dudó y haciendo caso omiso de todos sus sentidos que le gritaban que saliera de ahí, respondió – Sí señor. 

 

Lamar Hill hizo un movimiento de mano y Rigo escuchó cómo se cerraba la puerta detrás de él, ahora estaba completamente solo con el cantante. 

 

Desnúdate – dijo sin vacilar el cantante, su voz era fría y sin una pizca de emoción en ella, era claro que se trataba de una orden, aquel hombre no conocía un no por respuesta. 

 

Rigo dudó, aquella era una petición sin sentido, cualquier otra persona habría salido en ese momento de la habitación y él estaba por hacerlo, pero el número 2120 brilló en su cabeza como un recordatorio de las pocas vistas que su video había tenido en un año, ¿acaso estaba dispuesto a vender así su intimidad, por una oportunidad que ni siquiera sabía si era real o no? 

 

El corazón le latió con fuerza ante aquella orden, los ojos fríos e inexpresivos de Lamar Hill lo traspasaban como afiladas dagas, entonces antes de que pudiera hacer algo el hombre le aventó el cigarro todavía encendido sobre el traje – lárgate, no me sirves. 

 

El pánico se apoderó de Rigo, ¿acaso había fracasado otra vez? No podía ser verdad, había dejado pasar su oportunidad y estaba perdido. El miedo lo invadió, tenía que tomar una decisión, entonces actuó. 

 

Lentamente comenzó a quitarse el saco ante la mirada atenta de Lamar Hill que dejó escapar una ligera sonrisa, se desabotonó la camisa y se la quitó. Su respiración estaba tan acelerada que tenía que controlarse para no jadear; estaba completamente fuera de sí. 

 

Alto – dijo Lamar mientras se levantaba y se acercaba a él – yo haré el resto – su musculoso cuerpo desnudo lo rodeó como un león rodea a su presa, y sin que pudiera poner resistencia, comenzó a levantarle la camiseta de tirantes que todavía tenía. Sus manos recorrieron lentamente su abdomen hasta llegar a sus pezones, jugaron con ellos acariciándolos y frotándolos con lujuria, hasta que le quitó la camiseta por completo. 

 

Rigo miraba al frente apretando los puños y los dientes, aquello era demasiado, no podía dejar que aquel hombre lo siguiera tocando, tenía que salir de ahí. 

 

Veo que te gusta – dijo Lamar mientras regresaba a jugar con sus pezones que ya estaban erectos y sensibles. Rigo no podía evitarlo, su cuerpo reaccionaba por sí mismo. 

 

Lamar comenzó a desabrocharle el pantalón lentamente mientras acariciaba sus nalgas por encima del traje, Rigo no era un fisicoculturista pero se mantenía en forma y se ejercitaba todos los días, lo que le daba un cuerpo marcado y musculoso. El cantante le bajó los pantalones y su mano le rozó el bulto que se marcaba en sus calzones blancos, haciendo que saltara levemente.

El hombre sonrió divertido y sin esperar, le bajó los calzones de un solo tirón, revelando un enorme pene – ¡Bingo! – dijo Lamar con entusiasmo mientras sostenía el miembro de Rigo con una mano y comenzaba a juguetear con él. 

 

¡Esto no está pasando! ¡Esto no está pasando! ¿Acaso me está tocando un hombre? Pensaba Rigo sin poder moverse, quería salir de ahí en ese mismo momento, pero no podía moverse, estaba fijo al suelo, por más que le pedía a sus piernas que se movieran, estas no respondían, estaba a merced del cantante. 

 

Lamar se agachó hasta poner su cara a la altura de su entrepierna y con un movimiento rápido se metió su verga flácida en la boca. Rigo dio un salto y por puro reflejo se hizo hacia atrás mientras se cubría la entrepierna con sus dos manos. 

 

Lamar se irguió y le dedicó una mirada extraña – Hugo, atiende a mi invitado – dijo sin dejar de mirarlo y entonces como si de un autómata se tratara, el niño que se había mantenido quieto durante todo ese momento, se levantó y se acercó hasta donde estaban ambos hombres, se puso frente a Rigo y se metió su verga en la boca. 

 

¡NO! – gritó Rigo en su mente, pero su cuerpo no respondió esta vez, ¿por qué? ¿Por qué no le daba un puñetazo a ese hombre y salía de ese lugar? ¿Por qué no alejaba al niño que tenía su miembro en su boca y comenzaba a provocarle una erección? Intentó hablar, pero su corazón latía tan rápido y tenía la boca tan seca, que no lograba articular ninguna palabra, su cuerpo reaccionaba, su verga comenzaba a crecer con cada succión que aquel niño le proporcionaba. 

 

Aquello no estaba bien, nada de eso estaba bien, todo era una completa locura, ¿Qué demonios estaba pasando? 

 

Hugo aumentó la cadencia de sus labios, su pequeña lengua se movía alrededor de su glande produciéndole un placer indescriptible, sus pequeñas manos sujetaban el tronco de su miembro y lo masturbaban con cada succión, era una experiencia completamente nueva – Hugo es un profesional aunque solo tenga once años – las palabras de Lamar tuvieron un efecto completamente distinto al que habría creído tendría una aseveración como esa, más allá de causarle asco, le causaron el efecto contrario; hicieron que su erección creciera y su glande palpitara. 

 

Sentía placer y repulsión al mismo tiempo, quería que todo terminara, quería salir de ahí mismo y correr hasta perderse, aquello no estaba bien, estaba dejando que un menor de edad le practicara sexo oral, aquello lo transformaba en un… ¿en qué se había convertido en ese momento? ¿Quién demonios era? ¿Por qué no podía irse de ese lugar? 

 

Rigo jadeaba, por alguna razón que no podía comprender estaba excitado y el hecho de que Hugo tuviera solo once años, lo excitaba todavía más, era la primera vez que experimentaba eso, pero por alguna razón le gustaba, quería más. 

 

Sin poder encontrar explicación, tomó la cabeza del pequeño y comenzó a moverse más rápido mientras lo obligaba a succionar su enorme verga que no dejaba de palpitar, era una sensación nueva y peligrosa, prohibida. Ahora ya no solo jadeaba, gemía con cada embestida que le propinaba a la boquita de Hugo. 

 

Rigo se dejó llevar por el momento y cerró los ojos perdido por completo en aquella delirante y excitante pesadilla, no podía pensar con claridad, ¿o acaso no quería hacerlo? Lo que estaba haciendo iba en contra de todo lo que era, aquella era su primera experiencia con alguien de su mismo sexo y la primera vez con un menor de edad. 

 

Aquel pensamiento prohibido hizo que una descarga eléctrica le recorriera la espalda, ya no sentía nada más que placer, estaba dominado por sus emociones, sin dejar de mover su verga en la boca del niño, sintió como unas manos adultas acariciaban su torso y jugaban nuevamente con sus pezones, aumentando la excitación que sentía. 

 

Era una bestia, un demonio y aún así no quería parar, ¿por qué? Rigo aumentó la velocidad y entregándose a sus más bajos instintos, eyaculó en la boca del niño. Un inmenso chorro de semen tibio y espeso llenó la boca de Hugo que de inmediato se apartó escupiéndolo. 

 

En ese momento la realidad cubrió a Rigo como un inmenso balde de agua helada, acababa de eyacular en la boca de un niño, de un niño menor de edad. La realidad se sobrepuso a la excitación y de un empujón apartó al chico mientras sentía como le daba vueltas la cabeza, quería vomitar, lo que acababa de hacer era horrible. 

 

¿QUÉ DEMONIOS HE HECHO? ¡QUÉ DEMONIOS HE HECHO! Rigo se subió los calzones frenético mientras trataba de vestirse, quería salir de ese lugar, quería olvidar todo lo que acababa de ocurrir, la cabeza le daba vueltas y ya no le importaba nada más que escapar de ese sitio. 

 

Tomó su saco apresurado y corrió hacia la puerta, pero antes de que tomara el pomo, la voz de Lamar llegó desde el otro lado – el trabajo es tuyo – ante sus palabras se detuvo y abrió los ojos, la mano en el pomo de la puerta le temblaba. 

 

Al menos de que ya no quieras seguir tu sueño de ser cantante – las palabras de Lamar hicieron que un zumbido se le instalará en el oído, ¿acaso conocía sus intenciones? ¿Esa era la razón por la que lo habían llamado, porque en verdad podía lograrlo? 

 

¿Qué debía hacer? Todo estaba pasando tan rápido que no lograba pensar con claridad, ¿Debía marcharse en ese momento y perderlo todo? ¿Y si todo era una trampa? 

 

Tienes talento – mintió Lamar con una sonrisa macabra en el rostro, conocía perfectamente la historia de aquel hombrecillo y estaba dispuesto a divertirse con él, solo debía activar las emociones necesarias. 

 

Rigo soltó el pomo de la puerta y giró lentamente con la cabeza agachada, no sabía por qué lo hacía, no entendía por qué su deseo de ser cantante se anteponía a su moral y a sus principios, por qué los estaba pisoteando. 

 

Solo debes cumplir la segunda tarea – Rigo levantó la cabeza y miró al cantante con desesperación, lo había olvidado por completo. Entonces el alma se le cayó al suelo al ver la escena que ante él se presentaba. A cuatro patas y en una clara posición de total sumisión, se encontraba Hugo con las nalgas levantadas, mostrando su anito rosado y tierno. Era claro lo que Lamar le pediría a continuación, era claro lo que esperaba que ocurriera. 

 

Es todo tuyo – dijo el cantante con una macabra sonrisa mientras le mostraba el agujerito del niño y lo invitaba a devorarlo. 

 

****

 

Les presento mi primer relato esperando que les guste, aclaro que todo es ficción y los personajes y situaciones son mera fantasía. Espero sus comentarios para saber qué opinan, los siguientes capítulos serán más explícitos. Les dejo mi tele por si quieren mandar alguna foto de cómo terminaron al leer mi relato y si quieren seguir morboseando @indigovz. Gracias.

 

95 Lecturas/15 agosto, 2025/0 Comentarios/por Indigo Vizcon
Etiquetas: adolescente, hotel, joven, mayor, oral, semen, sexo, verga
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