El Castigo (1 parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La verdad, es que no consigo entender muy bien porque ha pasado todo esto. Pero Mi Amo, quiere que lo relate, y asi lo estoy haciendo.
Siempre he sido una chica normal con su trabajo, sus amigos, su familia, ctc. Pero siempre me senti atraida por el mundo del bdsm, y un buen dia, decidi buscar por la red informacion sobre el tema.
Poco a poco, fui conociendo gente relacionada con el tema, y haciendo amigos entre ellos, tanto de la condicion de Amos/as, como de la de sumisos/as.
y ademas, tuve la gran suerte de encontrar entre ellos, al que hoy en dia, es Mi Amo.
Bien, hacia poco que habiamos empezado nuestra relacion, cuando recibi en el correo que comparto con Mi Amo, un e-meil, de una persona con la que habia hablado pocas veces, pero que me acusaba de haberle dado falsas esperanzas, y de jugar con el.
Ni que decir tiene, que esto enfurecio enormemente a Mi Amo, y decidio contestar a esta persona, asegurandole que por mi falta, seria castigada por ello, y que ya que el era la parte agraviada, estaria encantado de que fuera quien escogiera los dos castigos que Mi Amo, me aplicaria, por la falta que se habia cometido.
Despues de varios e-meils entre ellos, se pusieron de acuerdo, y llego el momento del castigo. Mi Amo, el dia anterior, me enseño el esquema de lo que habian acordado, y me explico como iba a ir todo. Cuando vi la ultima parte, me asuste muchisimo. Se pedia en ella, que Mi Amo, se corriera dentro de mi boca. Lo cierto es que nunca en mi vida, habia sido capaz de hacerlo. Sabia que Mi Amo, estaba muy enfadado por la situacion, y tambien de su deseo de poder correrse algun dia en mi boca, y de que yo consiguiera tragarme su leche, pero lo cierto es que en esos momentos, era algo de lo que me veia totalmente incapaz. El que conocia perfectamente mi limitacion al respecto, me comento la posibilidad de cambiar esa parte, y efectuarlo de otra manera. No se lo que me sucedio en ese momento. Pero de pronto, me vi pidiendole, rogandole, que lo hiciera. Pero como yo no me veia capaz de hacerlo por mi cuenta, le suplique que El tomara la resolucion que creyera conveniente para forzarme a hacerlo. En ese momento solo veia lo feliz que El estaria, y yo lo unico que queria era poder complacerlo. No me importaba para nada que fuera algo impuesto en un castigo, solo me importaba, lo feliz que El se sentiria al poder por fin conseguirlo. Y Mi Amo, pese a su reticencia inicial, acabo aceptandolo, y prometiendome que llegado el momento, asi lo haria.
Llegamos al apartamento que Mi Amo tiene alquilado para estas ocasiones. Nos dirijimos al comedor. Esta es una habitacion de forma cuadrada, tiene dos puertas frontales, una que da a la cocina, y otra al dormitorio, y al fondo, una enorme cristalera, que va a dar al balcon. Una vez alli, me ordeno que me desnudara.
– Puta, hoy vas a ser castigada por jugar con la gente y dar "falsas esperanzas". Espero sinceramente, que esto no vuelva a producirse, o lo de hoy, te parecera un juego de niños, al lado de lo que te pasaria entonces. ¿Lo entiendes, verdad, perra?.
– Si Amo. Lo entiendo.
Mientras decia esto Mi Amo, me puso como siempre, las muñequeras, las tobilleras, y el collar.
Me llevo en medio de la habitacion, me ordeno ponerme de rodillas y cogiendo mi muñeca derecha, la ato a una cuerda, y esta a su vez, al pomo de la puerta, que se encontraba a mi derecha. Despues repitio la misma operacion con la mano izquierda. Luego, cogio un pañuelo, que tenia preparado a tal efecto, y con el, me vendo los ojos. Me ordeno, separar totalmente las piernas, y coloco algun tipo de palo entre ellas, que me impedia totalmente, el volver a cerrarlas y lo ato a mis rodillas.
Cogio unas pinzas que tenia preparadas, con un cordel atado que las unia entre si, y me las coloco, una en cada pezon, poniendo el cordel totalmente tensado, sujeto en mi boca, por los dientes.
Mi cabeza, se encontraba mirando hacia el suelo, en total señal se sumision y acatamiento.
Mi Amo, se coloco detras mio, y me dio una colleja en la nuca. Fue tan inesperada, que no pude evitar levantar la cabeza, con ello estire del cordel, y saltaron con ello las pinzas. ¡¡Dios!!, el dolor que senti en ese momento, fue increible. Parecia que me hubieran atravesado el pecho.
– ¿Ves lo que te pasa, zorra, por levantar la cabeza?. ¿A que no volveras a levantarla, puta?
-Si Amo, lo veo. No Amo, intentare no levantarla mas.
– Bien.
Estuvo durante unos minutos, acariciando mi pecho, reactivando la circulacion de mi sangre en los pezones, y despues Mi Amo coloco de nuevo las pinzas en la misma posicion de antes, y comenzo de nuevo a darme las 10 collejas que habian estipulado. Mi esfuerzo por mantener la cabeza agachada era increible, mas que por el dolor que como podais suponer, no era mucho. Si, por la sorpresa que me producia cada vez que caia una, porque con los ojos vendados, no podia anticipar el momento. A su vez Mi Amo, iba diciendo frases como:
– Perra salida, eres una calienta pollas, ves lo que te pasa por ello.
– Perra, no sabes que solo me perteneces a Mi. A ver si aprendes.
Las pinzas volvieron a saltar, no se en que numero exacto de las collejas, y de nuevo, el dolor me atraveso todo el pecho. Las rodillas, me estaban matando. Es una posicion, en la que hasta hace muy poco, no me habia encontrado habitualmente, y no estaba acostumbrada a estar en ella tanto rato, y ademas, sabia positivamente, que eso, era solo el principio. Mi Amo de nuevo reactivo la circulacion, y volvio a colocar las pinzas, para acabar de dar las collejas pactadas.
Acabado esto, y en la misma posicion, empezo el castigo con los azotes.
Para ello, cogio una fusta. Y mientras la cogia, me decia:
– Quiero que cuentes en voz alta, cada uno de los azotes que vas a recibir. Y que al recibir cada uno de ellos, me des las gracias por habertelos dado, y que me prometas que esto no volvera a ocurrir.
– Si Amo. Sera como Usted quiera.
Lo oia moverse por la habitacion, pero con los ojos vendados, no podia verlo, ni saber donde se encontraba.
El primer golpe con ella, hizo que casi gritara. Era la segunda vez, que Mi Amo la utilizaba conmigo, y la vez anterior, no habia sido tan fuerte. Era un dolor localizado, en no mas de 5 cm. de diametro . Pero si es cierto, que sentia como penetraba toda la piel de la nalga, y se concentraba hasta el fondo de mi ser, de una manera intensa. Se produjeron 10 azotes en total, y luego aplico el mismo numero de azotes en la otra nalga. Pese a que sabia que habian acordado entre ellos, que por cualquier queja que dijera, se darian dos azotes mas. La verdad, es que no pude evitar dejar escapar algun quejido, creo que en total fueron unas tres veces, porque tuve que contar seis azotes mas. Me dolia tremendamente el culo, notaba la zona como si estuviera hinchada, muy caliente. Las rodillas, me seguian doliendo horrores, y los brazos, me daban pequeños pinchazos por la posicion en que se encontraban tan estirados. Pero lo cierto, es que estaba muy caliente, muy excitada. Mi Amo cogio el latigo, oia como sus tiras, se movian en el aire, y me azoto con el la espalda. Un total de 5 azotes, que de nuevo tuve que contar, y por los que dar las gracias y repetir mi promesa. El dolor esta vez, fue totalmente distinto al anterior, pese a la intensidad de los azotes, el dolor se repartia por varios puntos de mi espalda, haciendolo mas concentrado en unos que en otros, y produciendo una sensacion de distinta intensidad y de forma mas superficial.
Acabados los azotes, me retiro las pinzas de mis pezones, y reactivo la sangre de nuevo, con sus caricias en mi pecho. Pese al dolor que me estaban produciendo esas caricias, debo reconocer que cada vez estaba mas mojada, deseaba realmente, cualquier otro contacto por parte de Mi Amo.
Otro dia, os contare la segunda parte de este castigo. Hasta entonces, espero que esta os haya gustado.
Tanto Mi Amo, como yo, estariamos encantados de conocer vuestra opinion sobre este relato. Para ello, nos encantaria recibir vuestros comentarios a la siguiente direccion: hetdesir@hotmail.com
Un saludo a todos.
Autor: Anonimo
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