El día con Mario y Manolo
Después de una semana decido llamar a Mario retando al destino y Manolo me enseñará a aguantar la respuesta. Continuación de Fiesta en Casa II.
Después de una semana sin coger coincidió una tarde de martes que estaría solo todo el día, no sabía qué hacer, es decir me encanta la verga, pero en sí no me ha salido muy bien buscar desconocidos. Pero entre mis pensamientos recordé a Mario, con él era algo diferente. Me decidí y le mandé mensaje.
-Hola, soy el sobrino de Manolo. Estoy solo en casa, no sé si quieras venir. *Ubicación enviada* – pensé en borrar le mensaje, pero ya era tarde.
-Hola, pensé que nunca me hablarías. Me parece bien, llego en 1 hora, me gustaría verte desnudo cuando llegue.
Con calma me preparé, Me di un baño y me quedé sin nada. El tiempo pasó hasta que sonó el timbre y me asomé por la mirilla. Era Mario con una camisa y un pantalón de mezclilla con una notoria erección
Abrí sin vergüenza y lo recibí con calentura, pero con algo de interés genuino, nos besamos mientras el comenzaba a recorrer mi cintura y mi culo con sus manos, al tiempo que su miembro se endurecía más.
-Vaya , o eres muy obediente o neta quieres mi verga- Me decía con cierta gracia
-Solo contigo- inocentemente respondí
-A ver si es cierto- me contestaba mientras me obligaba a hincarme- la última vez me faltó probar esa boquita, quiero que me la mames chido- me ordenaba al tiempo que yo desabrochas su pantalón liberando a la bestia, la otra vez no había dimensionado muy bien que eso había entrado en mi culo, pero la calentura me puso más y comencé con mi trabajo.
Abrí lo más que pude y estimulaba lo mejor que podía, cosa que iba comprobando con las expresiones de Mario -Uff si dale putito, gánate la culeada que te voy a dar- me espetaba al tiempo que me jalaba del cabello para que su verga invadiera mi garganta, provocándome arcadas que parecían excitarlo más. Los lapsos que me dejaba respirar trataba de alargarlos yendo a por sus huevos cargados con bastante leche para mí lo que dio resultados rápidamente.
–Ahh, si si , toma tu leche – gritaba extasiado mientras yo tragaba el abundante semen que salía de su enorme miembro, un reto para no ahogarme pues nadie de mis mandes había eyaculado tanto en mi boca.
-Me la dejaste bien lubricada, ahora ponte en 4, quiero ese culito- me indicaba mientras me ayudaba a levantarme, solo para que en el sillón me postrara con mi culo al aire. Sin embargo, lo que sentí fue sus manos separando mis nalgas al tiempo que su lengua rosaba mi entrada.
Solo Marco (mi vecino) había probado mi culito, pero Mario era mucho mejor haciéndolo, me estaba dando placer mientras me preparaba para que mi culo recibiera su miembro. Para su mayor satisfacción mi hombre de turno golpeaba mi culo mientras mis gemidos de puta resonaban por toda la sala. De momento sus manos pasaron a mi cintura y su lengua se apartó mientras ahora la punta de su verga comenzaba a jugar
-Ahí te va nene- De golpe metió su pitote en mi ano, arrancándome gritos entre el dolor y el placer. Lentamente me lo sacaba solo para violentamente volvía a envestirme, repitiendo varias veces satisfaciendo su morbo mientras yo me estaba perdiéndome en el placer. – No ma estás bien apretado- esa fue su señal solo para sujetarme mejor para embestirme más rápido.
-Ah si si, dame más en mi culo- mi mente había perdido la compostura solo quería el placer que me daba
– Me encanta que seas tan guarro, ahí te va- su verga atacaba mi interior, su manera de cogerme era increíble y comenzaba a salirme precum. El rítmico choque de su pelvis contra mi culo y nuestros gemidos reflejaban el goce que teníamos ambos y anunciaba la segunda corrida de Mario ahora en mi culo
-ay me vengo, ahí te va chico- una corriente de semen caliente llenaba mi culo, mientras unos últimos gemidos salían de mí. Aun cuando se corrió Mario no salió de mi culo, solo se dejo caer sobre mi, mientras besaba mi espalda y giraba mi cabeza para besarnos. Pasamos unos minutos así, pero noté que su erección no disminuía, al punto que tuvo que salir violentamente de mi, solo para darme la vuelta y seguir fajando
Pasado un rato Mario decidió sentarse mientras me daba una nueva mirada de morbo agitando su deliciosa verga -quiero que te montes ¿Te animas?- Yo solo obedecí y me monté apoyado en sus hombros, sintiendo que entró más profundo, haciendo que ambos sintiéramos más placer. Subía y bajaba con la cadera satisfaciendo a mi macho, que con sus manos guiaba la velocidad a la que debíamos seguir, mientras yo ocasionalmente apretaba mi recto para que me diera más leche. Al mismo tiempo nos besábamos apasionadamente.
No tardó mucho en venirse nuevamente en esta ocasión quedando seco y pudiendo al fin domar su miembro, mientras yo también había llegado a mi clímax expulsando mi semen sin cuidado. Yo estaba agotado y por un momento me apoyé en su pecho. Mario de manera tierna me dio un beso en la cabeza y con su celular nos tomó una foto.
-Quiero un recuerdo de hoy- me decía mientras yo me quitaba de encima
– Vale, me la mandas después porque yo también quiero el recuerdo.- francamente si estaba interesado, me sentía bien con esta sesión de sexo. Sin embargo, una llamada interrumpió el momento, era Manolo que buscaba a Mario
-¿Dónde estás cabrón?- Escuchaba a Manolo por el altavoz
-En la casa de tu sobrino –
– Voy por ustedes- Mario solo colgó y me miro tranquilo
-Ya oíste, me gustaría bañarme antes de irnos por favor – Me comentaba Mario al tiempo que levantaba la ropa
– Solo si nos bañamos los 2- le dije para poder estar un rato más juntos. En la ducha no tuvimos más sexo, pero seguimos fajando, recorríamos nuestros cuerpos con el pretexto de limpiar las pruebas de lo acontecido.
Nos vestimos y nos quedamos nuevamente en la sala platicando para conocernos mejor, hasta que a punta de bocinazos Manolo nos hizo salir. Ambos nos subimos al carro en la parte de atrás y en el camino nadie habló, pero Mario me tenía abrazado por la cintura, hasta que llegamos.
-Bájate Mario que tienes que terminar tus cosas- Manolo solo espetó
Mario se despedía de mi con un beso. El ambiente se sentía tenso y no fue hasta que esté entro a su casa que mi tío arrancó supuestamente para mí casa. Sin embargo, llegamos hasta un lugar solitario con abundante pasto.
-Quítate la ropa- me ordenó sin mirarme
-No tengo muchas ganas tío, no me siento bien – ya me habían apagado la calentura y la verdad estaba el ambiente tenso
-Te recuerdo que yo tengo preferencia, hazlo por las buenas o por las malas, y te incas- me decía mientras sacaba algo debajo de su asiento. No quería problemas y obedecí
Manolo también se desnudó, saco una botella de vodka muy caro y un vaso de vidrio. Se acercó a mi con su verga erecta y la frotaba contra mi, por reacción se la comencé a mamar
-vamos a jugar algo- le dio un trago a la botella, para después servir la mitad del vaso y me dio ambas cosas una en cada mano, sin dejarme que me pusiera de pie
– Es muy simple, tú te vas a encargar de que nada de vodka se caiga, haga lo que yo haga y si se te cae la mínima gota te parto tu putísima madre ¿Entiendes? – me ordenaba con cierta malicia
– Si pero no entiendo cómo…- no pude terminar la oración porque jalando de mi cabello me tiró boca abajo sobre el pasto y sin preparación previa comenzó a impelerme. La faena con Mario me había dejado sensible En mi entrada y los gritos de dolor se hicieron presente.
-Ah, duele, despacio- solo alcanzaba a decir sin gritar, pero Manolo me estaba ignorando, solo sentía todo su peso sobre mi mientras su verga entraba y salía frenéticamente y su aliento alcohólico impactaba mi nuca. Me estaba lastimando bastante, pero mi verga estaba dura de excitación. El sexo rudo era lo que más había experimentado y mi cuerpo respondía.
Manolo bufaba mientras me penetraba con furia, como si fuera odio contenido, mientras por momentos tomaba la botella para darle uno que otro trago, mientras se aseguraba que la sostuviera. De momento salió bruscamente de mí y me ordenó darme vuelta, lo cual obedecí a como pude, pues aún tenía que cuidar el vodka si no quería que aparte de la cogida me golpeara.
Al estar listo puso mis piernas rodeando su cuello y nuevamente comenzó las penetraciones fuertes. Esta nueva posición le daba más opciones a mi tío de sacar lo que traía dentro. Con una mano jalaba mi cabello para que pudiéramos vernos frente a frente y con la otra se ponía creativo, pues pellizcaba mis pezones y alternaba dándome bofetadas o invadiendo mi boca metiendo casi todos sus dedos.
-Así puta, aguanta si quieres que acabe pronto- Manolo estaba muy descontrolado, pensé que se quedaría calmado cuando hablamos en la fiesta la otra ocasión, pero pareciera que no. Perdido en mis pensamientos solo sentí como dejo caer mis piernas abiertas para acercarse más a mí y tirarme encima el vaso de vodka en la cara y el pecho, pude darle un trago que me quemó un poco, pues nunca había tomado ningún tipo de alcohol solo.
Manolo comenzó a lamerme y hacerme chupetones en el cuello lastimándome – ahora si sabes cómo las putas de cabaret que tanto me gustan-.Manolo me penetró más rápido hasta que sentí como se comenzaba a venir al tiempo que yo sacaba la poca leche que me quedo, creo que todo su semen lo soltó dejándose caer nuevamente sobre mí, mientras con su mano sostenía mi cara.
-a ver si con esto tu novio aprende a no mandarme fotos para molestarme, ya vi que conmigo te corres bien – Expresaba Manolo agotado, ahí entendí que había hecho Mario, pero no me molestaba, es decir Manolo me iba a usar su o si.
-Solo llévame a mi casa ok?- le dije mientras le devolvía la botella. Manolo me subió en frente y no me dejó vestirme, condujo ya de noche hasta mi casa mientras me hizo mamársela todo el camino, dedeandome en cada semáforo rojo.
Al llegar no me dejó en mi casa, sino en frente, en la casa de Marco (el que me cogió con arneses)
-ya bájate, que tengo que ir con la puta de mi esposa- decía Manolo urgido
-Deja me visto- le dije tomando apenas mi trusa, pero como respuesta el me la quito de las manos y la aventó al patio del vecino.
-No hay nadie, y tú mamá llega hasta mañana, o que ,¿ quieres que te clave de nuevo aquí?- me sentenció mi tío,
-Bueno ya- solo le dije y me salí pero me tropecé sobre unas flores del vecino, por lo que corrí hasta mi casa y entré rezando porque nadie me haya visto. Al entrar me asomé por la ventana para ver qué no hubiera testigos.
Manolo se fue, pero al instante salió mi vecino recogiendo mi trusa y buscándome dio conmigo en la ventana. Es solo la olió y me mandó un beso. Acto seguido se guardó mi interior en el bolsillo. Debo admitir que eso me calentó, pero ya estaba muy cansado, así que solo ordené la sala donde recibí a Mario, me duché y me fui a dormir.
Al día siguiente mi mamá me despertó
-Hola hijo, despierta que ya está el desayuno, ah por cierto, el vecino necesita de tu ayuda el domingo, me llamo y espera que puedas, y yo ya dije que si- mi mamá pensaba que me hacía un buen vecino pero nada mas opuesto.
– Si mamá, ya voy- esperé a que se fuera y saque unos analgésicos para poder moverme y busque una playera de cuello largo para disimular lo que había pasado y me comenzaba a preparar para la faena que me esperaba el domingo.
Continuará
X: @SEXJOUXXX3947
Visiten mi blog para apoyarme a seguir:
https://relatossexjouxxx.blogspot.com/