El hijo del guardián de la casa de campo III

Pedrito conoce al amigo de Alberto, Antonio el del sombreo de vaquero.
El hijo del guardián de la casa de campo III

Entré a la casa para preparar algo de comer mientas espero la llegada de Antonio, me quité mis botas y mi playera, -el calor de la tarde invadía la casa-, el piso está fresco, caminar descalzo en el piso frío, es rico; abrí algunas ventanas para ventilar la casa, aún era temprano. Antonio por el puente, puede estar atorado en el tráfico de la carretera, todo mundo sale de la ciudad. Mientras cocino viene a mi mente la deliciosa mañana que pase con Pedro, recuerdo su musculoso y bello cuerpo juvenil, sus nalgas, su verga – ¿Cómo me cogió? – que rica verga que tiene; -debo confesar que los adolescentes no son de mi gusto-, pero Pedro posee una atracción particular, espero que sea del gusto de Antonio, ya que tampoco los adolescentes son de su preferencia. Antonio y yo somos de la misma edad, con meses de diferencia ¡menor que yo!, por unos meses. Antonio es arquitecto con un futuro próspero en la empresa donde trabaja, es muy bueno en lo que hace, él diseñó y construyó esta casa de “campo de campo”, como él la llama, pensando en los tres propietarios de la casa que la usarían, ¡los tres socios! siempre tratamos de no coincidir. Cada inversionista tiene una parte completamente privada, que solo ese propietario usa, -se mantiene la privacidad total-, debo confesar que tiene buen gusto. Antonio es un hombre muy guapo, de mi estatura de buen cuerpo, por lo general vamos juntos al gimnasio, de hecho, ahí nos conocimos. Cuando lo vi por primera vez, sentí una atracción intuitiva, había una afinidad con él, -era algo energético- siempre veste unas camisetas sin mangas, para presumir sus brazos, su pecho muy velludo. Luego comprobé que todo su cuerpo está cubierto por una capa de gruesos vellos negros; ¡es muy atractivo!, ¡muy cachondo!; así me lo imaginaba. Recuerdo aquel día que empezamos a salir, nuestro primer encuentro en los vestidores del gimnasio. Antonio completamente desnudo era más bello de lo que imaginaba, no podía apartar la vista de sus musculosas piernas cubiertas de vellos desde los tobillos hasta sus ricas nalgas, -no podía dejar de verlo-, de repente ¡sintió mi mirada!, ¡creo que llamé su atención!, me miró de reojo por encima de su hombro y a la vez tratando de ver si había alguien más, por suerte para mí, estábamos solos en el vestidor

• ¿Por qué me miras?, ¿no tienes hacia dónde ver?, o acaso ¿te gusto?

Esas preguntas, y de cómo me miraba fijamente, me pusieron un poco nervioso, pero no deje de verlo fijamente a sus ojos, ¡pensé!, ¡si es, una mata putos, me va a madrear aquí, en los vestidores!, ¡qué vergüenza!, no voy a poder regresar a este gimnasio que tanto me gusta, además, está cerca de mi depto. ¡muchas cosas pasaron por mi mente!, así que, me dije, ¡pues a ver qué pasa!

• Puedo decir que sí, si me gustas, eres un hombre muy atractivo, y la verdad soy débil ante la belleza masculina, me atraen sobre manera los hombres velludos, y es algo que tienes bien repartido por todo tu cuerpo

Antonio da media vuelta tapando su sexo con su playera sudada, y mirándome a los ojos se dirige hacia mí

• Entonces… ¿te gusta la verga?
• Sí me gustan las vergas y los culos, sobre todo velludos como el tuyo
• Pues ya que eres tan honesto y es algo que valoro, te confieso que tú también me gustas, ya te había visto hacer las rutinas y te confieso que siempre se me antojaron tus nalgas y ahora que te la veo, y veo tu verga, confirmo mis sospechas, -con esas manos tiene que tener una buena verga- , me decía a mi mismo

Antonio deja caer su playera mientras me hablaba, pude apreciar la gruesa verga no circuncidada que porta, se para frente a mí, toma mi verga con su mano y me planta un delicioso beso, mientras me la jala, yo igual se la jalo y ambos ya algo excitados tuvimos que separarnos por la plática de otros miembros del gimnasio, que se acercaban a los vestidores, y con cierta complicidad me comenta

• Vamos a darnos una ducha fría antes de que lleguen

Nos dirigimos a las regaderas comunes, mientras la ducha de agua fría bajaba nuestra calentura, nos mirábamos, nos agarrábamos nuestras vergas, Antonio enjabona su cuerpo y me da la espalda para enjabonar su culo velludo, mientras dirigía su mirada sobre sus hombros, yo enjabono mi verga insinuándome, luego igual me volteo para enjabonar mi culo, Antonio se voltea enjabonado su verga, los demás hombres platicando se meten en las regaderas, lo que fue el fin de nuestro seductor cachondeo, continuamos con una plática de viejos conocidos mientras nos vestíamos y guardábamos nuestras pertenecías

• ¿Vamos por un nutritivo licuado?
• Vamos, te acompaño, ¡le respondí!

Ya sentados con licuados en manos, nos presentamos

• Me llamo Antonio, pero mis cuates me llaman Tony
• Mucho gusto Antonio, me llamo Alberto, mis cuates me dicen Beto
• Encantado Beto. Siempre te veía en el gimnasio y pensaba, ¡lo qué me gustaría que ese guapo me la metiera, veía tus nalgas durante las sentadillas y pensaba, ¡hasta una buena verguiza en ese culo me caería bien!, siempre te traje ganas, ¡pero tú! nunca me pelabas, ni una mirada, ni nada, por eso ¡hoy!, cuando te dirigiste al vestidor deje mis rutinas para verte desnudo y luego de ver tu verga me calenté sobremanera, por eso me desnudé para llamar tu atención, varias veces me la jalé pensando en ti
• Pues te cuento que ya te tenía en la mira, discretamente te miraba hacer tus rutinas de pecho con las mancuernas y barras, veía tus manos peludas y tus largos y gruesos dedos agarrar las pesas y ¡pensaba¡ lo rico que sería que me jodieras el culo con tus dedos!, imaginaba tu mano peluda jediéndome el culo, además pensaba, tiene que tener buena verga y de seguro tiene el culo peludo, ¡muy velludo!, lo que confirme hoy, por eso no podía dejar de mirarte, cuando te volteaste y dejaste caer tu playera, lo comprobé, tiene una buena verga, cuando me besabas y jalabas mi verga todas mis fantasías se recreaban en mi mente, recodaba tu mirada y me decía, con este hombre hago lo que quiera, que me domine y me parta el culo, te confieso que igual yo me la jalado pensando en ti, varias veces
• Bueno, después de nuestras confesiones, ¿Cuándo nos vemos?, tengo que ir a trabajar
• Yo igual, ¿me pasas tu número?
• Sí, dame el tu yo

Desde ese día Antonio y yo tenemos una relación maravillosa, coger con él es una delicia, espero que le guste Pedro, estaría bien coger los tres, un trio, ¡delicioso!, ojalá no tarde, podríamos comer juntos ya está la comida. Apagué la estufa con la intención de darme un baño cuando escucho una moto aproximarse a la casa, ¡es Antonio!, abro la puerta y como lo pensé, veo a Antonio bajarse de la moto, guapísimo como siempre, con su chamara de cuero negro, sobre una camisa clara desbotonada del pecho, bufanda, guantes sin dedos, -sabe que eso me gusta- sus botas de piel negras, sus Jeans rasgados de los muslos, -puedo ver los vellos de sus muslos- casco en mano, cargando su mochila

• ¡Que rico que llegaste!, ya me estaba preocupando
• Ya sabes que siempre se junta la chamba, pero en la moto siempre es más rápido

Antonio entra a la casa se agacha para dejar sus cosas en el piso, dirijo la mirada para ver sus ricas nalgas en esos Jeans rasgados  -veo una forma rara en las nalgas en sus pantalones- se quita la chamara; trae camisa verde claro de mangas largas recogidas, desabotonada del pecho, protegido por bufanda, se acerca para besarme, nos besamos y Antonio mientras me besa, con sus manos me frota fuertemente la verga de arriba a abajo sobre mis Jeans; ya caliente con la verga parada, Antonio desabrocha mis pantalones, mi verga emerge y Antonio se hinca, mama mi verga, la chupa y se la traga, varias veces hasta la garganta, yo tomo su cabeza, para cogérmelo a gusto, le bombeo rico la boca, Antonio se aparta, se levanta y me besa de nuevo, -su boca sabe a mi verga-, Antonio se da un giro de media vuelta y me muestra; -trae el pantalón abierto de la costura de atrás de sus nalgas, no trae calzones, como de costumbre-, sus nalgas peludas, puedo ver sus huevos muy peludos, su verga media parada, acaricio sus velludas piernas y todo lo que puedo acariciar

• ¿así te viniste en la moto?
• ¡Te quería dar una sorpresa!
• Qué rica sorpresa, no paras de sorprenderme, te me atojas tanto así, ¿nadie se dio cuenta en el camino?
• No lo sé, es muy cachondo viajar en moto, ¡así!
• ¡Déjame olerte!

Me hinco, toma mí cabeza y la dirige a sus nalgas, con mis manos le acaricio las piernas y las nalgas peludas que posee, ¡toco! y siento aplastar los vellos negros sobre su piel, siento los vellos que cubren todas sus partes, sus nalgas y su culo, lo acaricio varias veces en todo lo que alcanzo a tocar y oler; mientras dirige mi cabeza entre sus nalgas, a su ano, lo beso, Antonio se calienta. separa más sus piernas, le escupo el ano y lo lamo, chupo los vellos que lo cubren, sus nalgas, chupo los vellos de sus huevos y jalo su verga hacía mí y se la mamo, Antonio separa más sus piernas y levanta sus nalgas, facilitando la mamada de verga que le doy

• Estoy muy caliente, te extraño mucho, quiero que me cojas, que me des verga por el culo

Antonio se incorpora me toma de la mano, se dirige a la mesa del comedor, parado frente a ella, separa sus piernas, recuesta su torso sobre la mesa, con sus manos con guantes sin dedos, separa sus nalgas para mostrarme su ano

• Cógeme, méteme la verga, quiero sentirla

Me hinco entre sus piernas, huelo su culo y cada centímetro de sus partes, húmedas y olorosas de sudor por el asiento del viaje en moto, lamo y huelo sus vellos, su piel velluda, lo escupo para seguir mamándole el culo, mordiendo sus nalgas, chupando ano, y aplastando los vellos de sus piernas, me incorporo me jalo la verga le escupo saliva la extiendo, presento mi verga y se la meto suave primero y luego toda de un solo golpe hasta dentro, Antonio salta, sobre sus codos y se deja caer sobre la mesa, relaja su torso sobre la mesa, ¡gime!

• Sí, así, métemela, dame duro por el culo, jódeme, quiero sentirte

Tomo por la cintura los pantalones de Antonio, soco y meto mii verga varias veces, bombeo su culo una y otra vez, acaricio sus piernas velludas, la saco y se la vuelvo a meter, Antonio gime y grita

• Como me gusta que me cojas, dame verga maricona, párteme el culo, si, si, así me gusta
• ¡Eres un puto maricón!, solo quieres que te metan la verga, que te cojan, puto de mierda
• ¡Sí, soy tu puto, tú, mi macho!, para eso vine para que me jodieras rico por el culo

Antonio me aprieta duro la verga con la fuerza de su esfínter anal, yo continúo bombeando su culo jalándolo hacia mí, agarrando sus pantalones, para metérsela más, varias veces le duro bombeo su culo hasta dejárselo lleno de mecos en una riquísima venida, agitado me recuesto sobre su espalda, sobre su camisa, su camisa sudada, respiro sobre su nuca, acaricio los vellos de sus brazos, entre lazo sus dedos con los míos, con sus guantes sin dedos puestos que trae

• Cómo me gustas guapo, esta cogida ha sido una verdadera sorpresa
• Adrede me puse estos pantalones para sorprenderte, así quería que me cogieras, ¿quieres tus mecos
• Si, si los quiero
• Entonces saca tu verga y te los descargo, chúpame el culo ¡puto!

Me hinco de nuevo para lamer el culo velludo de Antonio mientras escurren mis mecos de su ano y por los vellos de sus nalgas, cuando terminé, me incorporé, Antonio igual se incorpora, yo empiezo a desvestirlo, ya desnudo descubro los vellos de su torso sudados, al igual que los de sus piernas, y sus brazos; lo tomo de la mano lo llevo a la cama. Antonio se acuesta boca arriba yo costado junto a él, levanto su brazo para lamer y chupar su axila sudada, la olía mientras, tomo el otro brazo, tomo su mano, sus dedos los llevo a mi boca para humedecerlos y luego los coloco en mis nalgas, en mi culo, en mi ano

• Jódeme el culo, méteme tus dedos por el culo, me encantan tus dedos
• ¡Y a mi joderte el culo!

Antonio besa mi boca mientras mete sus dedos en mi culo queriendo dilatar mi ano, yo gemía de placer pidiendo más, quería que me cogiera, me gusta que me la meta, sobre todo recién me he venido, que me domine, Antonio trae la verga dura, sube mis piernas y coloca las rodillas a mis hombros, para ver mejor mi culo, y me la mete suavemente toda. Antonio pasa de lo suave a lo fuerte, sacándola y metiéndola duro, una y otra vez, de pronto se detiene, suelta mis piernas, se levanta de la cama va hacia su mochila y saca el lubricante que trae, lubrica mi ano, me da lubricante en mis dedos

• Metete los dedos por el culo quiero ver cómo te lubricas, jódete el culo, quiero ver como te los metes, sí así puto, que te voy a meter la verga
• ¿Así te gusta maricón?, ¿te gusta cómo me abro el culo para que me la metas?
• Sí, así me gusta, que te lo abras con tus dedos

Mientras hablamos, Antonio me mira a los ojos y se jala la verga, la lubrica, se agarra los huevos, se huele sus axilas

• ¿Te gusta mi olor?
• Me encanta tu olor a macho
• ¿Quieres verga puta?
• Sí, quiero que me cojas

Antonio levanta una de mis piernas sobre sus hombros, presenta su verga en mi ano junto a mis dedos y me la mete toda de golpe, siento su verga entrar y abrirse paso entre mis dedos

• Sí, así párteme el culo ¡puto!

Antonio coloca mi otra pierna sobre su hombro y me castiga el culo con su verga una y otra vez, levando mis brazos sobre mi cabeza y me entrego a él por completo, Antonio levanta mis piernas hacia mis hombros de nuevo, levantando mi culo, mientras me la metía, una y otra vez, con mis manos tomo los vellos sudados de su pecho los aprieto con fuerza, luego acaricio sus tetillas, se acerca hacia mí, besa mi boca mientras sigue cogiéndome con fuerza, con mis manos tomo su cabeza para besar sus labios y chupar y morder su áspera y barba, en la posición en la que estoy dominado por Antonio, lo abrazo para sentir su cuerpo sudado, el sudor que escurre por sus vellos humedece mi pecho, Antonio se deja caer sobre la cama boca arriba con su verga en mí culo, me lleva con él, se acomoda

• Cabálgala puto, quiero ver cómo te la metes

Sentado sobre el cuerpo de Antonio, cabalgo su verga y estrujo mí culo sobre su pelvis para metérmela más adentro, me agacho para besar su boca y Antonio me bombea el culo con fuerza, me levanto un poco sobre mis rodillas coloco mis manos en su velludo pecho y Antonio me castiga más y más fuerte y repetidas veces, aprieto mi esfínter y Antonio descarga su verga en mi culo, cuando terminó me deje caer sobre su pecho para besarlo, levante sus brazos y lamo una de sus axilas

• Ahora la otra maricona que me encantas
• Como gustes, lo que quiera mi hombre
• Descárgame mis mecos en la boca

Me volteo y coloco mi culo en su boca, me recuesto sobre su cuerpo y le mamo la verga mientras Antonio lame chupa y saborea los mecos que le descargo, la verga de Antonio sabe a culo, a mi culo que se acaba de coger, Antonio continúa chupándome el culo y yo paso a lamer la base de su verga y los vellos que la rodean. Nuestros cuerpos sudorosos se refrescan mientras acostados uno junto al otro platicábamos, le conté de mi encuentro con Pedrito lo que despertó la curiosidad de Antonio

• Dices que tiene buena verga
• Buena verga y buen culo, está muy cachondo el muchacho
• El muchacho, ¿entonces en un adolescente?
• Sí, tiene dieciséis años
• Sabes que los adolescentes no son de mi agrado, no se dejan hacer nada, casi tienes que rogarles para que te cojan
• ¡Este no!, este te puede coger bien rico, además con la verga que se carga
• Bueno habrá que probar, de todos modos, traje algo que te puede gustar
• ¿Otra sorpresa?
• Pues no es sorpresa, ya lo conoces

Antonio se levanta de la cama se dirige a su mochila y saca el dildo doble que tanto nos gusta, se recuesta a mi lado, lubrica uno de los extremos y se lo mete casi hasta la mitad

• Ven puto jédeme el culo que sigo con ganas

Antonio se lo mete lento y despacio, yo lo tomo por el otro extremo, gime, se retuerce de placer para dejarlo entrar, mientras se lo meto profundo, lo saco y lo meto de nuevo, varias veces, me acomodo para besarlo mientras le bombeo el culo con el dildo, varias veces mientras dejo de besarlo para meter mis dedos en su boca, Antonio gime de placer pidiendo que le parta el culo, se orina sobre mi pubis velludo y yo me apresuro a tomar sus orines. yo bombeaba su culo con el dildo, repetidas veces, lo saco para volver a meterlo, mientras lamo los meados de su pubis, me obliga a que le chupe la axila mientras le jodo el culo, devoro su axila y los vellos sudados de su pecho, Antonio con las manos libre, mete sus dedos en mi boca -me ordena chuparlos- acaricio su brazo peludo para meterme sus dedos a la boca, le meto más el dildo, después de chupar sus dedos, me acomodo para que me mame la verga, era tanto el placer de Antonio de sentirse bien cogido con el dildo, y una verga en la boca, ¡que descarga sus mecos en mi boca nuevamente, los saboreo y trago. Antonio no satisfecho recostado boca arriba a mi lado en la cama, con piernas abiertas y recogidas, se saca el dildo, lo lubrica, luego su ano y sus dedos y se los mete por el culo, me muestra cómo se jode el culo con sus dedos metiéndolos y sacándolos

• Dame duro con el dildo por el culo guapo, jódeme cómo me gusta, mételo todo hasta dentro
• Va, ¡te lo voy a joder rico!

Lubriqué el dildo completo y suavemente como él me lo hace, se lo metí, Antonio se retorcía de placer, mientras yo disfrutaba joderlo, lo sacaba casi todo – como le gusta- para volver a metérselo todo una y otra vez, a cada metida de dildo, Antonio se retorcía del placer que le provocaba los espasmos y venidas internas que lo disfruta sobre manera, lo que me provoca y me excita cada vez más, a seguir jediéndole el culo, Antonio me mira

• Como me gusta que me jodas el culo, me encanta entregarme a ti por completo, sí, así jódeme el culo, dame duro
• Me gustas por puto, me encanta metértelo así, por el culo, ¿así te gusta?
• Sí, así me gusta, dame duro

Luego de un largo rato y de varias venidas internas, Antonio me pide que lo deje descansar, arroja el dildo de su culo y cruza sus piernas, yo me cómodo a su lado para acariciar su velludo torso y sus piernas, mientras nos confesamos lo mucho que nos gustamos, yo levanto sus brazos para olerlos y lamer sus axilas, luego me dirijo a su pubis para lamer los vellos que lo cubren y oler los vestigios de los meados de momentos atrás, pero Antonio descarga otra lluvia dorada sobre los vellos su torso, -sobre todo pubis- reparto los meados con mis manos sobre todos lo vellos de su cuerpo, lamo los meados y chupo lo que encuentro en cada lamida. ¡nos quedamos dormidos!

Agotados de las horas de sexo que llevábamos nos dispusimos a descansar

• ¿Quieres cenar?, preparé un guiso que te puede gustar, ¿tienes hambre?
• Estaría bien para recuperar fuerzas, además me encanta las cosas que luego cocinas
• Bien voy por ellas, ¿quieres cenar aquí en la cama o prefieres ir al comedor?
• Vamos al comedor
• A lo mejor habrá que calentar

Desnudos nos dirigimos al comedor Antonio se sentó mientras yo caliento la cena, aproveché la plática para contarle más cosas de Pedrito, le conté que nos había cachado cuando cogimos en el campo, que él lo llamaba vaquero por el sombrero que traía aquel día, lo que habíamos hecho esa mañana Pedrito y yo, que él quiere conocerte y que me gustaría que lo conociera

• Te he dicho que los adolescentes no son mucho de mi agrado
• Pedro te va a gustar, además, como te digo, tiene un verga riquísima, ¡me dio una cogida deliciosa! como todo un semental, con toda esa virilidad masculina de adolescente que posee
• Habrá que conocer al muchacho, ya luego te diré que pienso

Terminamos de cenar, nos dimos un baño y nos dirigimos al dormitorio a descansar. A la mañana siguiente, como de costumbre Antonio se levantó temprano, después de ir al baño hizo café y me despertó con una rica taza de café, después de los besos matutinos me dirigí al baño, cuando escucho que tocan a la puerta. Me dice Antonio

• ¡Yo abro!
• Ponte ropa no vayas abrir desnudo, puede ser Don Pedro o Doña Jacinta, luego vienen a traer comida
• No te preocupes sé lo que hago

Antonio se puso mis Jeans, con el torso desnudo se dirige para abrir la puerta. Para sorpresa de Antonio era Pedrito, o Pedro como le gusta que lo llame. Aquella mañana Pedro se veía bañado, se había rasurado la pelusa de su barba, con sus pantalones guangos a la cadera, camisa desabotonada del torso, mostrando su lavadero de abdominales, sus botas y una gorra que cubría su cabeza

• Hola, buenos días, ¿se te ofrece algo?
• Hola, buenos días, ¿Esta Alberto?, soy Pedro
• Esta en el baño
• Oh, no quiero molestar, pasé a saludarlo, ¿Tú eres su amigo?, el del sombrero de vaquero

Antonio queda sorprendido ante la belleza del joven adolescente parado frente a él, como todo un semental. -Pues sí que esta guapo el muchacho, ¡piensa! –

• ¿Quieres pasar a esperarlo en lo sale del baño, ¿te ofrezco un café?, está recién hecho
• Si, gracias eres muy amable