"EL JUGUETE DE TODAS"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Sintiendo en todo mi ser como si un río volcánicamente erótico me recorriera alocadamente el cuerpo entero, corría yo. Pero, a la vez, la desesperación de verme atrapado así lujuriosamente por aquellas desenfrenadas cerdas despampanantemente hermosas y a cuál de todas ellas más ocurrentes para saber enloquecerlo a uno con aquellas cosquillas que tan bien sabían todas ellas hacer y que ya muy bien yo conocía, sabiendo yo éso y más así ahora en el estado en que me encontraba…saberme ahora en la posibilidad de ser por ellas así atrapado…¡ponía mis pelos de punta! Risas, gritos y carcajadas, poblaban el interior de aquella alejada y vieja casona abandonada en aquella lujuriosa persecusión de las siete que ellas eran, a mí.
Saltaba yo como un conejo ya por un lado, ya por otro; y saltando también ellas, anunciándome las más gordas obscenidades más aún encendían mi ya exacerbada sobreexcitación paroxísmicamente monstruosa. De pronto: ¡ me acorralan! ¡ Como a un animal me arrinconan entre dos paredes formando ellas un femenino arco infranqueable, mientras las veía yo reír y dirigirme aquellas muy expresivas y mordaces morisquetas socarronamente procaces anunciándome ya…"lo que vendría". Ilusamente intenté traspasar aquel perfecto cerco, pero fuí inmediatamente capturado y rápidamente reducido por todas. Cinco segundos mas tarde…estaba yo…completamente desnudo.
Sobre mis piernas y mis brazos abiertamente extendidos ya cuatro de ellas montadas me inmovilizaban, y, mirándome…me dirigían las más cochinas de las morisquetas, guiños, y sacadas de lengua. y, todo eso, lo multiplicaban en insinuante procacidad, dirigiendo sus miradas a mi ya empinadísima verga ennegrecida de tan erecta. Sutil…muy, pero muy sutilmente, aquellas siete cochinas comenzaron "una atróz sesión de torturas" que verdaderamente me transportaban como simultáneamente a los cielos y a los infiernos. Sus setenta dedos se deslizaban cosquilleantes por toda mi desnudéz íntegra, arrancando de mí mil y un gemidos del más alocado placer desesperado y total. El primer orgasmo me llegó como la violentísima erupción de un imponente volcán, y por mi verga comenzó a saltar un interminable chorrete de densa y espumosa crema seminífera que arrancaba en mí alaridos, y en ellas risas a carcajadas y festejos con los brazos en alto.
Extasiado y jadeante…comencé a suplicarles…"piedad". : Se rieron. Y, siempre haciéndome morisquetas, me dijeron: "Ésto, recién comienza! Estamos "domándote", y lo haremos hasta que quedes completamente a nosotras plácidamente entregado, y pronto para comenzar de nosotras a ser…"EL JUGUETE DE TODAS". Viéndolas sobre mí, las veía mirarme y reír…sacarme la lengua y morisquetas hacerme. Las cosquillas continuaron… mis volcánicos orgasmos también…mis aullidos y sus carcajadas se repetían… sus brazos volvían a alzarse bien arriba…y yo era ya ahi… lo que iría por siempre a ser : "EL JUGUETE DE TODAS".
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