El más vergon de la familia.
3 hermanos, un secreto y muchas vergas. .
Crecí en un ambiente socioeconómico algo bajo, en clase media baja, a mi familia nunca le faltó comida, pero siempre le sobraba necesidad de lujos.
En una casa chiquita, de un piso, dos cuartos y un baño, donde nuestros muebles estaban amontonados y de cierta manera hacía que todo se sintiera un poco más acogedor, otra veces muy sofocante.
En el humilde hogar viven 5 personas, lo cual lo hacía sentir aún más claustrofóbico, mis padres, Maria y Jonatan; mis dos hermanos, Genaro y Rubén y yo, Enrique, llamado Kike, por casi todos en la casa.
Soy el hermano menor, con una diferencia de 2 años de Genaro, y Rubén el mayor, tiene 26. Mis padres, los cuales pasan la mayor parte del día fuera de casa, nos dotaron de cierta belleza, belleza que pude empezar a notar desde que estaba en la primaria, cuando las chicas me mandaban notitas, o aparecía en las listas de los más guapos. En la preparatoria lo noté cuando llevaba a mis amigas a la casa, y quedaban boquiabiertas al ver a Genaro sin playera y en puros calzones caminando por ahí.
Que no somos dioses, pero si compartimos los tres facciones muy interesantes, desde los enormes ojos de mi madre, lo cual los tres los tenemos, pero el color gris característico solo lo sacó Rubén. De mi padre Jona, los tres tenemos una mandíbula muy masculina, cejas gruesas y pestañas muy largas. La complexión de mi padre, no se si la tenemos por genética, o por los escasos recursos, pero los 3 somos delgados y con músculos. Bueno, aunque mi hermano Rubén tiene un poco de pancita chelera, pero es el más musculoso de los 3, consecuencia de ir al gimnasio. Rubén también es el más moreno de los 3, cosa que quien sabe a quien se lo saco, por que ni Maria, ni Jona, son morenos, yo tampoco, y Genaro hasta se ve pálido.
Conocía muy bien a mis hermanos, en casi todos los aspectos, menos uno, o al menos, ya no lo conozco como antes.
Los 3 hermanos dormimos en un solo cuarto, en donde en una litera, dormimos Genaro y yo, y en una cama aparte, duerme Rubén. Así ha sido desde que tengo memoria. En algún momento de mi vida, los tres éramos muy unidos, tengo recuerdos de cuando mi padre, en su poco tiempo libre del día, nos sacaba a los 3 al parque de la colonia, solíamos tirarnos en la tierra, subirnos el uno encima del otro, golpearnos, jugar a las lichitas, inclusive con la diferencia de edad Rubén siempre nos acompañaba. Luego, a principios de la prepa, fue cuando, de un día para otro, Rubén se volvió más serio y no nos habló ni a mi, ni a Genaro, por un buen tiempo. Nadie supo a qué se debió, Genaro parecía saber, pero nunca hablo, mis padres estaban confundidos, pero jamás tenían tiempo para trabajarlo, María solo lo adjudicó a que se debió a la novia que en aquel entonces tenía Rubén. Ahora estamos bien, nos comunicamos, pero a pesar de la cercanía a la que estamos, cada quien vive su vida.
Rubén se levanta temprano para ir a trabajar de manera informal a una Aduana, trabaja tiempo completo y cuando sale por la noche, normalmente se va a la casa de su actual novia, por lo que termina llegando a casa a altas horas de la noche.
Genaro estudia los fines de semana, ingeniería en no se que, mientras, entre semana le dice a mis padres que trabaja en un taller de autos, pero lo corrieron de ahí hace dos años ya, el cabrón tiene dinero por que anda en malos pasos, por las tardes sale unas cuantas horas y regresa con el suficiente dinero para disfrutar la quincena, el resto del día se la pasa acostado o jugando play.
Yo, estudio y me va muy bien, llego a la casa en la tarde, siempre me encuentro con Genaro en bóxers, lo cual ya es normal, y lo que resta del día, estudio o salgo a caminar por ahi.
Bien, empecé a cuestionar mi sexualidad desde muy chico, tengo pocos recuerdos, pero se que en la prepa me desate y me metí con algunos de mis compañeros, inclusive alguno que otro hetero. Pero nunca me he abierto sexualmente con mi familia. Hace apenas unos días instalé Grinder, la app por excelencia de los homosexuales, y por mi zona hay varios chicos interesantes, pero nunca he hecho nada con ninguno.
Eso iba a cambiar hoy. Regresando de casa después del cole, lo primero que hice fue tirar mi mochila en la cama y aventarme junto ella, hacía un calor insoportable, que te obligaba a mantenerte con la menor cantidad de prendas posible, Genaro estaba como siempre, tumbado en calzones, jugando play.
-Que onda Kike, dejó mamá comida?- Comentó sin voltear a verme.
-Ni puta idea, saldré en un rato. – aun no sabía con quien.
Tumbado en la cama, abrí la app y revisando varios perfiles, casi me caigo de la cama al ver a mi vecino de enfrente, Sebastian.
Jamás lo había visto antes ahí, pero dios, vaya que me lo quería dar, no tiene mucho de especial, más que ese rico culito que se carga, es un twink blanco con tremendo culo que siempre anda presumiendo en unos shorts cortos y pegados cuando sale a comprar a la tienda.
Le mande un mensaje y aceptó verme esa misma tarde. Yo no tenía fotos de mi cara en la app, solo de mi torso, no se si había reconocido quien era, pero lo dudo.
Llegó la hora de verlo, le dije a Genaro que volvería en unas horas y ni siquiera me contestó.
Deje mi casa con los nervios de punta, aproveché y corrí a la puerta de la casa de Sebastian, cuando ningún vecino pudiese verme. Con las manos temblando toqué su timbre y esperé unos segundos.
Escuche unos pasos acercarse del otro lado de la puerta.
-Vaya que eres puntual Kevin – escuché. Le había dado un nombre falso, claro.
Abriendo la puerta, su sonrisa se convirtió en confusión. – Kike, perdona, pensé que eras alguien…- No lo dejé terminar, cuando puse una mano en su boca y lo empujé hacia adentro de su hogar.
-¡Que chingados te pasa!? – Dijo muy molesto y quitándome de encima.
Me quede en silencio, viéndolo, como tratándole de decir con la mirada.
Le tomó unos segundos entender.
-No, oh, no, no, no.- Su cara empezó a cambiar una vez más, de confusión a una pícara sonrisa.
-¿No me digas que tú eres Kevin? – Agregó, mientras se acercaba más a mi.
-No sabía que también le entrabas a esto kike, no sabes las veces que te he visto por ahí, en la tienda, usando esos delgados shorts, que no dejan nada a la imaginación y he querido bajártelos justo en ese momento y averiguar por fin, lo que se esconde ahí detrás. – Cerro la distancia entre nosotros y puso su mano en mi pecho y otra bajaba por mi abdomen a mi entrepierna.
Yo estaba muy nervioso y asustado, pero ya estaba igual de duro.
Sentí la mano de Sebastián en mi bulto.
-Vaya, vaya, no era lo que esperaba, pero aun así impresiona. – Dijo sonriendo.
No me contuve más y lo besé muy fuerte en los labios, el me empezó a meter su lengua dentro de la mía y se sentía tan bien, sus labios se sentían tan carnosos y suaves, estaba tan extasiado, entonces, nos empezamos a quitar las playeras y quedamos solo en bóxers, lo empujé a su sillón y lo dejé en 4, mientras, lentamente iba bajando su ajustado bóxer, baje hasta descubrir por completo aquel gran culo que me había saboreado tantas veces, y estaba aun más gordo de lo que esperaba, gordo y rosita, un pequeño agujero rosita que se miraba muy apretadito.
Lo admiré unos segundos y el se reía.
Entonces pasé mi lengua sobre aquel culo, desde sus huevos hasta su hoyito rosa.
Sebas dejó salir un pequeño gemido, y empecé a devorarlo bestialmente, lamerlo de arriba hacia abajo, en círculos, empujando mi lengua cada vez más dentro, sabía que estaba haciendo un buen primer trabajo, gracias a los gemidos de Sebas, los cuales espero no fuesen fingidos. Estuve unos minutos así hasta que sentí su año muy dilatado, alejé mi cabeza unos centímetros dejando un hilo de saliva desde su ano hasta mi boca, y observé su culo todo rojo y baboso, es como si no hubiese comido en años.
-Eres muy bueno Kike, lo habías hecho antes- preguntó sonriendo.
Moví mi cabeza de un lado a otro, diciendo que no.
-Ven, sígueme- Dijo riéndose.
Sebastián, me tomó de la mano y me llevo a una habitación, en la cual había un póster de Lady Gaga, por lo que deduje es el suyo.
Sebas me empujó a su cama suavemente y se subió encima mío, arrebatándome la prenda que me quedaba y mi verga salió disparada. En erección, unos respetables 17 centímetros de largo, y de un grueso normal, muy blanca y con algunas venas resaltando.
-Wow – Abrió la boca. – Se sentía menos carne encima de tus shorts. – Añadió.
-Bueno, ¿que esperas? – Le dije ansioso.
Sebastian, procedió a darme una de las mejores mamadas que me han dado en mi vida.
Se la tragaba toda el cabrón y succionaba como becerro, algunas veces estuvo cerca de hacerme venir, pero se percataba y bajaba la velocidad, después de unos minutos, la zona de la cama termino sumamente mojada y babosa.
El disfrutaba de mamarme la verga como si fuese un niño con su paleta, no se cansaba y le gustaba quedarse sin aire cuando le llegaba a la garganta.
Yo estaba disfrutando cada minuto de aquella mamada, cerraba los ojos y apretaba los pies. En una de esas, Sebas me empuja de mi cadera hacia arriba y sube mis pies, quedando mi culo expuesto ante el.
-No, no, no, no, no, por favor. – Le dije asustado, bajando mis pies. -Es que están muy peludo, no me lo he rasurado. – Añadí.
-Me da igual, tienes un culo rico, me gusta con pelos. – Dijo Sebastian.
Me la pensé mucho, pero la verdad, igual me gustan peludos, le añaden cierta sensualidad. -Esta bien. – Dije, aún con poca desconfianza.
-Bien.- dijo con una sonrisa ganadora.
Sentí un cosquilleo por todo mi cuerpo, diferente a lo de las mamada. Recorrió desde mis pies hasta mi cabeza. Y dejé salir un gemido que hasta a mi me sorprendió.
-Wow.- Grité.
-Te gustó?- Dijo Sebas.
-Hazlo otra vez. – Le dije.
Pasó su lengua y se detuvo a dar círculos con su lengua al rededor de mi hoyito.
-Alamadreee! – Grité.
Era tanto el placer que me tenía con los ojos entre abiertos del extasis y estrujando las sabanas. Tomé su cabello y detenía su cabeza, mientras yo movía mi culo en círculos al rededor de su lengua.
Lo dejé boca abajo y me senté en su cara, mientras el seguía llevándome al cielo con su lengua, en una de esas, me senté en su cara y sentí que su lengua entró un poco más de lo normal.
Entonces me detuve y me deje caer extasiado en la cama.
-Dios Sebas, esto es lo más rico del mundo.- dije mirando al techo mientras siento su verga en mi culo.
-Wow, espera. – Dije.
Entonces dejo irme su verga de un solo, y no la había visto ni bien, pero se sintieron varios centímetros entrando dentro de mi.
Pegue un grito, que se pudo haber escuchado hasta mi casa.
-Tranquilo, tranquilooo,- Me tapó la boca. -Dios que apretadito estás Kike.- añadió.
-Hijo de puta, me dolió hasta el alma, pensé que yo te iba a coger. – Le di un pequeño golpe en el pecho.
-Lo lamento, pero aunque tenga un culote, también soy activo y jamás había visto un culo tan rico como el tuyo- Dijo empezando a moverse lentamente dentro de mi.
-Salte de una vez.- dije con un poco de dolor, que por segundos se sentía bien.
Sebastian, se empezaba a mover más rápido, deslizaba por completo su verga dentro de mi la sacaba toda.
-O tal vez no…, se está sintiendo bien, oh dios, sí, así.- Cerré los ojos de dolor y placer. – Te va a gustar más. – Dijo empezando a sonreír.
Sebas, un twink de inmenso culo, y ahora verga, que parece, podría recibir dos vergas a la vez, me estaba ahora mismo, cogiendo, rompiendo en dos, y llenándome de placer.
Sebastian me voltio bruscamente y me puso en cuatro, después de eso me empezó a dar más fuerte que nunca de perrito, las embestidas eran tan profundas y rápidas que no podía ni detenerme a pensar si estaba bien o no, simplemente cada que su verga chocaba con lo que fuese que estuviese al fondo de mi ano, me provocaba un inmenso placer, estuvo dándome un rato así, mientras se acercaba para besarme la espalda y masturbarme.
-Dios, estoy cerca, que apretado siento.- Dijo Sebas, ya todo sudado.
-Sigue así Sebas, aahhh, Dios que rico. – Gemí.
-¡Me voy a venir, me voy a venir!- Gritó.
Sebas escapó un gemido mientras no dejaba de embestirme rápidamente y sin siquiera tocarme, tuve el orgasmo más rico y potente que he tenido en mi vida, mi verga explotó con unos 6 disparos de semen que quedaron en las sabanas de Sebas, mientras sentía calientito dentro de mi.
Después del acto, nos dejamos caer desnudos en la cama, y puso su cabeza en mi pecho.
-Eso estuvo riquísimo.- Sonrió Sebas.
-Lo mismo digo.- Sonreí.
-Si hubiese sabido que también te gusta la verga desde hace tiempo…- Dijo de broma.
-Lo sé.-
-…Las veces que hubiera disfrutado de ti también- Sonrió.
-¿Como que de mí también?, ¿a que te refieres?- Dije extrañado.
-Pues de tus hermanos jaja, duh- Dijo sarcásticamente. – Seguramente la han de pasar muy rico los tres, ¿no? Me da mucha envidia, yo soy hijo único, bueno, aunque hay un primo que me coge aveces.- Añadió.
Mi piel se puso helada y pálida lo empujé y me levanté de la cama.
-¿COMO?, ¿Que carajos estás diciendo Sebas?, es una broma, no? – Dije histérico en voz alta.
-Oh por Dios, Kike, ¿no lo sabías? Perdóname, digo, las primeras veces Rubén me dijo que me mataba si decía algo a cualquiera, pero eso fue hace años, y Genaro nunca me ha dicho nada, solo me da verga y ya.- Dijo.
-PUTAMADRE, ¡Sebastian, dime por favor que es una broma! – Dije mientras ponía mis manos en la cabeza. Simplemente no podía creer lo que estaba escuchando.
-Enrique, lo siento, pero es verdad. -Dijo en un tono más serio.
Me senté en la cama y quedé en shook, por un momento me puse muy al estilo espía, a conectar todos lo puntos para darle sentido a lo que estaba escuchando y sí, varias cosas empezaron a conectar.
De pronto, un recuerdo despertó en mí, no uno, varios. Es como si este hecho haya despertado memorias que habían estado ocultas en mí.
Empecé a recordar, cuando era un adolescente, como con mis hermanos hacíamos sesiones de masturbación, nos sentábamos los tres juntos, en una cama y Rubén, el más grande, ponía un video en la única computadora que teníamos en la casa, y nos tocábamos los unos a los otros.
Sentado en silencio, mi vida acaba de tener un giro de 360 grados, y estaba algo enfadado, no, muy enfadado.
-Bueno, creo que te deberías de ir…- Dijo Sebas algo incómodo.
-¿Cuando fue la última vez que te los cogiste?- Pregunté.
-¿Rubén o Genaro?- Contestó.
-Los dos.-
-Hace ya más de un año que no hago nada con Rubén. Y Genaro, ayer.- Dijo.
Estaba muy furioso, de alguna manera quise sacarlo golpeándolo, pero Sebas convirtió ese enojo en algo más.
-Sabes Kike, no deberías de estar enojado. Entiendo tu frustración y lo impactante de esto, pero yo creo que podrías tomar un poco de ventaja. – Dijo Sebas.
-¿A que te refieres?. – Pregunté
-Rubén me contó muchas, muchas cosas, acerca de ustedes 3.-
-¿Que te contó ese idiota?- Pregunté.
-Me contó toda su historia, como su papá sin querer, lo convirtió en lo que ahora es. Como después los introdujo a ustedes dos en lo que ahora son. Como eso arruinó su relación hace años. Y como se tuvo que contener, probablemente, hasta la fecha. Ustedes, no son una familia normal, si al caso, pensé que tú eras el único poco cuerdo ahí, pero ahora veo, que simplemente no sabes nada de lo que sucedió, no sabes lo morbosa que es tu familia y qué hay una línea muy delgada, que puedes romper y disfrutar de todo esa morbosidad.- Me dijo sin dejar de verme a los ojos.
-Cuéntamelo todo.- Respondí
-Okay, comencemos por el más vergon.-
Continuará…
Ufff excelente, continuala
wow que rico oye esare esperando tu siguiente relato no manches que interesante jeeeejjeeej de donde eres
Necesito saber que pasa despue
Pública massss edta muy bueno
Buena historia me quedo expectante de saber que sucedió con los hermanos y Sebas no tardes en continuar con los relatos siguientes
Saludos