Él masaje…
El dueño de una tienda tiene un accidente por lo que se lesiona la espalda, el comerciante le pide a su empleado que le ayude dándole un masaje, lo que el empleado hace siguiendo las instrucciones del jefe, por lo que cuando se vienen a dar cuenta ya le está enterrando toda su verga por el culo..
Él masaje…
Me encontraba trabajando en la tienda, junto con mi jefe, cuando él sufrió un accidente, ya que después de que movió unas pesadas cajas, se le ocurrió tratar de levantarlas para colocarlas en otro lugar, y zas que de momento escuché que él pegó un fuerte grito de dolor.
Por suerte me di cuenta de que él se había lastimado la espalda, y rápidamente lo llevé a la sala de emergencias, el médico después de ver las placas de Rayos X, simplemente aparte de darle un buen regaño, le inyectó algo para el dolor y un relajante muscular, le ordenó descanso, además de unas pastillas, y si encontraba quien le diera un masaje podría beneficiarle.
Como mi jefe es soltero, se debe cuidar él mismo, así que siguió al pie de la letra las recomendaciones del doctor.
Todas menos la de los masajes, pero aun el dolor persistía, no con tanta fuerza, pero le impedía seguir organizando la tienda.
A diario yo iba a su casa, él me daba las instrucciones, y a la tarde regresaba para informarle que se había hecho.
Fue en uno de esos momentos que le preguntó si conocía quien diera masajes, y cuando me explicó detalladamente, le dije que yo sí él me iba diciendo como hacerlo, yo podía darle los masajes.
Mi jefe me pidió que por favor le ayudase a llegar a la ducha para darse un baño, ya en la ducha, tras desvestirse, mojarse y enjabonarse, me dijo que sintió un fuerte olor a sudor, resulto ser yo que realmente apestaba, por lo que me indicó que sería bueno que me diera un baño.
Y mientras él se secaba, tras quitarme la ropa me metí bajo el agua, de buena gana me enjaboné, pero mientras lo hacía me di cuenta de que mi jefe me estaba observando, con su vista puesta en mi verga.
Al salir del baño, ayudado por mí, ambos con las toallas a la cintura, él me dijo que podía ponerme alguna de su ropa limpia.
Pero que antes lo dejase acostado en su cama, en la que apenas pudo, se recostó boca abajo, para no sentir tanto dolor en su lastimada cintura, y espalda.
Ya se había recostado, cuando yo, me ofrecí a darle el masaje del que me había hablado, al principio me dijo que no, pero finalmente aceptó.
Pero antes de comenzar a darle el masaje, me indicó que si lo deseaba podía agarrar varias de las cervezas, que había en la nevera, y mientras le daba el masaje, tomarnos una que otra.
Así que después de tener todo listo, es decir la toalla, aceite, y las cervezas, yo continuaba con mi toalla atada a la cintura, comencé a darle el masaje.
Comenzando por los pies, lentamente fui subiendo por sus piernas, y muslos, pasando por alto sus nalgas.
Pero justamente encima de ellas sobre la parte baja de su cintura era que él tenía el mayor dolor, por un largo rato le embadurné casi todo su cuerpo con el aceite.
A medida que él sentía que mis manos pasaban por sus caderas, el dolor como que iba cediendo en intensidad, cosa que me comentó a medida que tanto, él como yo, nos dábamos un largo trago de cerveza.
De momento le comenté que, si no le molestaba que yo me colocase sobre la cama, con el fin de poder sobar sus caderas de manera más fuerte.
Lo cierto es que no le incomodó para nada, hasta que vio que me quitaba la toalla, y mi verga colgaba entre mis piernas.
Mi jefe únicamente se apuró la cerveza que estaba bebiendo, mientras que yo continué dándole ese masaje desde los talones hasta su nuca.
Mis manos recorrían todo su cuerpo, y fue cuando le agarré con fuerza las nalgas, una y otra vez.
Él que estaba recostado boca abajo simplemente separó un poco más sus piernas, y yo sobé con más fuerza sus muslos, y gran parte de sus nalgas.
Mis manos recorrían todo su cuerpo, cuando de momento al mismo tiempo que yo tenía mis manos a la altura de su nuca, y hombros, también tenía mi verga, que rozaba justo el centro de sus nalgas.
Cuando repetí ese movimiento en par de ocasiones más, es decir le embadurnaba con más aceite, y dejaba que mis manos después de sobarle por un buen rato sus nalgas, se deslizaban hasta sus hombros.
Y en ese instante volvió a sentir mi verga ya bastante dura, prácticamente entre sus nalgas, hasta que él, sin hacer comentario alguno, separó un poco más sus piernas, y levantó sus nalgas.
Justo en el preciso instante en que yo le tenía sujeto por los hombros y mi verga se encontraba encima de la raja de su culo.
A medida que continué sujetándolo por los hombros, él comenzó a sentir como toda mi verga se fue deslizando entre sus nalgas.
Era algo en lo que yo, jamás había pensado en que me podía suceder, y en ese momento, lo encontré como lo más rico y sabroso que me hubiese sucedido en la vida.
Continué presionando mi verga contra sus nalgas, y sabrosa, y lentamente continué penetrándolo, hasta que sintió sobre él todo mi cuerpo.
De momento sonó como si un hueso cayera en su lugar, y el dolor de su espalda desapareció, por completo.
Lo cierto es que él comenzó alegremente a mover sus caderas con fuerza, restregándolas contra mi cuerpo, buscando sentir más, y más dentro del toda mi verga.
Por mi parte le sujetaba con fuerza por sus hombros, mientras enterraba más, y más mi instrumento.
Él me decía que se sentía tremendamente bien, y la verdad es que no le molestó para nada el que yo le estuviese dando por el culo tan sabrosamente.
No es que pensara en salir corriendo por el medio de la carretera y decirle a todos lo que yo le había hecho a mi jefe, pero una vez que me vine dentro de su culo, y descansó por un rato, él se pudo poner de pie sin ninguna dificultad o dolor.
Luego se dirigió al baño se aseó, y expulsó todo lo que le había depositado dentro del, y al regresar a la cama tomó una toalla, y una palangana pequeña llena de agua, se recostó a mi lado, y no sé de dónde sacó la habilidad para limpiar mi verga.
El cual una vez que hubo terminado, simplemente le provocó a manera de agradecimiento, el darme una buena mamada.
Yo sigo trabajando para él, aunque ocasionalmente requiere de mis expertos servicios como masajista, los cuales le doy sin el menor problema.
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