El mejor hermano mayor del mundo
En esta serie de relatos voy a contarles cómo desempeño mi rol de hermano mayor, cuidando y amando a mis hermanitas. .
Mi nombre es Ciro, tengo 25 años, estudio arquitectura y tengo 3 hermanas; Yos de 14, Eli de 13 y Lu de 11, con quienes siempre tuvimos una relación de mucho amor normal, hasta ahora…
Esta primer historia tiene como protagonista a Lu; una hermosa princesita de 11, de estatura baja, tez trigueña, algo rellenita. Tiene unos ojitos café preciosos, una sonrisa blanca que enamora, y era la más tierna y dulce de las tres.
Las tres estaban entrando en esa etapa de la vida donde empiezan a fijarse en los chicos, a hablar de noviecitos, y claramente ellas no eran la excepción a la regla. Una tarde estaba en mi casa solo, viendo algo de televisión, cuando de repente oigo que se abre la puerta de entrada y alguien se acerca a la sala, era mi pequeña Lu; me saluda con un beso en la mejilla y se tira en el sillón, recostando su cabeza en mi hombro, con un semblante afligido:
Yo: Eu, te pasa algo? Estás rara
Lu: Si ya sé, pero tranquilo, ya fue…
Yo: Lu dale, contame qué te pasa, no confías en tu hermano? (digo tratando de hacerla reír)
Lu: Si confío en vos, pero son cosas de chicas, no te van a interesar
Yo: Es verdad, no me interesan las cosas de chicas, pero sos mi hermanita, te amo y quiero que estés bien…
Sin decirme nada me miró a los ojos, con sus ojitos algo húmedos y empezó a contarme que hace algunas semanas estaba enamorada de Leandro, un compañero de colegio que ya había cumplido los 12 y con quien tenían una gran relación, él también le declaró su interés por ella y empezaron una especie de noviazgo a escondidas, todo muy inocente. Sin embargo la madre del chico era muy estricta y no quería que su niño tuviera novias a su edad, y al enterarse de la situación entre Lu y su hijo, puso el grito en el cielo, y le prohibió a Leandro acercarse a mi hermana, y viceversa.
Mientras ella me contaba su pena, su voz se entrecortaba, y las lágrimas corrían por su hermosa carita. Aquello era tan tierno y desgarrador al mismo tiempo, que decidí abrazarla; ella empezó a llorar desconsoladamente en mi hombro, mientras yo solo atinaba a consolarla, mientras la abrazaba y acariciaba su cabello.
No sé que sucedió, pero en un momento puse mi rostro entre su cara y su hombro, como si fuese a decirle algo al oído, pero en lugar de eso le di un beso en su cuello, algo que hizo que ella se estremeciera (quizás le provoqué cosquillas), pero no fue como si se hubiera asustado o molestado. Volví a besar su cuello y ya no se estremeció, por el contrario, su llanto se fue apagando de a poco, mientras unos pequeños suspiros resonaban en mi oído.
Yo: Estás bien? Pregunté
Mi hermanita solo se limitó a asentir con la cabeza, lo cual me dio tranquilidad, y al mismo tiempo luz verde para continuar.
Seguí besando su cuellito, pero ya de una manera más intensa, intercalando besos con algún roce de mi lengua en su suave piel, mientras mis manos empezaban a acariciar su espalda, ella solo suspiraba, cada vez con más fuerza. Ella se separó un poco de mí, mirándome a los ojos, y reposó su frente en la mía, cerrando sus ojitos…
Lu: Gracias por escucharme Ciro (dijo algo agitada)
Yo: De nada mi amor (respondí de manera dulce)
Volvió a separarse de mí, mirándome a los ojos. La vi y de inmediato supe que estaba enamorándome de mi hermanita, y sin pensarlo dos veces la besé… Ella trataba de seguir mi beso, con sus dulces pero algo torpes labios, sus brazos rodearon mi cuello, mientras mis manos bajaron hacia su cintura, y ahí se quedaron. Estuvimos unos 5 minutos besándonos, como si el tiempo se hubiera detenido, como si fuera algo normal que un hombre de 25 años besara de esa manera a su hermana pequeña. Corté con el beso y la miré a los ojos:
Yo: Como te sentís?
Lu: B…bien, creo que bien…
Yo: Perdoname, sé que no tenía que hacerlo, esto está mal…
Lu: Tranquilo, está todo bien, me gusta que me trates así…
Esas palabras y la hermosa sonrisa que me regaló, le devolvió la paz a mi mente, al mismo tiempo que mi corazón se enamoraba por completo de ella. Tomé la parte baja de su buzo (ella también había sucumbido a la moda de la ropa oversize) y se lo saqué. Volví a besar su cuello, acariciando su cintura, Lu solo cerraba sus ojos y suspiraba.
Mientras devoraba con amor y deseo su cuellito, ella empezó a levantar mi remera, intentando sacármela. Decidí ayudarla; la senté a mi lado y me saqué la remera, ante su dulce mirada, me recosté sobre ella y seguí besándola, sacándole a mi hermosa Lu su remera, admirando su cuerpo, sus tetitas apenas desarrolladas, tetitas a las cuales no pude resistirme y empecé a devorar desesperado, succionando, mordiendo suavemente esas delicias, mientras sus suspiros se transformaban en gemidos:
Lu: Aahhh… Hmmm… Así… Hermanito…
Gemía mi princesa, acariciando mi cabeza con una mano mientras con la otra desabrochaba su pantalón y metía su mano dentro. Comprendiendo que ya estaba entregada a mí, di un mordisco a su pezoncito que ya estaba completamente duro, causando que se retorciera y dejara escapar un fuerte gemido que retumbó en el living.
Lu: Aayyhhmmm dios… Ciro!
Yo: Tranquila amor, esto recién empieza…
Mientras su respiración se aceleraba, fui bajando por su abdomen, besándolo, lamiendolo, al mismo tiempo que fui sacándole el pantalón y la ropita interior en un solo movimiento, dejando a mi hermanita completamente desnuda, agitada, con su pielcita erizada y sus pezoncitos a punto de explotar. Bajó su mirada, buscando la mía, y abriendo sus piernitas, como invitándome a disfrutar de su delicioso manjar:
Yo: Cuántas veces habré soñado con esto amor…
Lu: Hacelo, por favor… (dijo con sus ojitos llenos de lágrimas)
Sin pensarlo dos veces me sumergí entre sus piernas, besando su pubis y oliendo su conchita; ese dulce aroma a princesa se mezclaba con la fragancia del jabón corporal que usa para ducharse, casi como si ella se hubiese preparado para darme de comer su vaginita.
Las lamidas no se hicieron esperar; mi boca empezó a deleitarse con la conchita de mi Lu, su espalda se arqueó por completo, sus manos se aferraron a mi pelo, mientras yo me abrazaba a sus caderas, para comer con más precisión el interior de su argollita…
Lu: Aayyhhmmm… Amor… Así.. Uuhhmmm.. No pares…
Yo: Jaja parar? Voy a seguir comiéndote hasta que te duela hermanita…
Ahí estaba yo, con mi hermanita completamente desnuda para mí, con sus piernitas abiertas, gimiendo y retorciendose mientras mi lengua invadía su dulce conchita, su piel erizada daba a entender que estaba disfrutando de su hermano mayor, había dejado de lado sus penas de amor para volar extasiada ante la salvaje degustación vaginal que le estaba regalando.
Sin dejar de comerme su pequeña, suave y dulce argollita, llevé dos dedos hasta su boquita; ella entendió perfectamente lo que debía hacer, y empezó a chuparlos, sin abrir sus ojitos, sin dejar de retorcerse, sin dejar de gemir, sin soltarme el pelo y moviendo su pelvis de adelante hacia atrás, tratando de tomar el control de la situación.
Luego de unos minutos, saqué mis dedos de su boquita, levanté mi cabeza para hablarle:
Yo: Bebé, mirame… Mirame a los ojos…
Sin decir nada, y mirándome a los ojos, completamente caliente, mi pequeña Lu empezó a sentir cómo los mismos dedos que acababa de chupar entraban dentro de ella, brindándole una sensación nunca antes vivida. Empezó a gemir a los gritos, pues mi nivel de calentura era tal que empecé con el mete-saca sin importarme su virginidad, sin importarme su himen, el cual destrocé desde la primera metida. Contrarresté su dolor chupando y succionando su pequeño y ya hipersensible clítoris, mientras frotaba su pezoncito.
Ella solo se arqueaba, mientras su garganta se desgarraba con gemidos que invadían cada rincón de la casa. Sus dulces gemidos se mezclaban con el mojado sonido de mis dedos poseyendo su conchita, mientras un sabor salado y algo ácido llenaban mi boca; mi bebita estaba teniendo su primer orgasmo en mi boca, llenandola de sus deliciosos fluidos, los cuales succioné y tragué hasta la última gota.
Mientras ella seguía extasiada, metiéndose los deditos con sus ojos en blanco, a su lado yo empecé a desnudarme por completo, preparándome para lo que sería mi disfrute al máximo con mi pequeña hermanita Lu…
Wooooooooow, qué rico relato!
Por favor publica la siguiente parte, estoy ansioso de saber la continuación
En proceso 😌
Uff que delicioso relato,muy muy hot.
Relato con el mayor morbo leído hace tiempo. Esperamos con ansia si continuación.
Que suerte tener a tu hermanita así de entregada.
Ufffff