El mejor hermano mayor del mundo III

Después de lo de Lu sospechaba que mi vida iba a cambiar para siempre, pero después lo terminé confirmando… .

Miraba al techo, en silencio, entre asustado y confundido, acariciando el cuerpo de Lu, pero pensando en qué había pasado. ¿La puerta se cerró sola? ¿Alguien nos había visto? ¿Me había ganado un problema de proporciones colosales? Mi cabeza daba mil vueltas.

En eso Lu se despierta, me mira con una hermosa sonrisa y empieza a frotarse conmigo, mi verga semidormida aún estaba dentro de su vaginita.

Lu: Te despertaste dormilón… (digo sonriendo y besándome dulcemente)

Yo: Si amor… (contesté algo frío)

Lu: Te pasa algo? Te arrepentiste de lo que hicimos??

Yo: Nunca me voy a arrepentir de esto… (la beso de lengua, mientras meto y saco un dedo en su culito, sacándole unos gemidos)

Lu: Y entonces que te pasa? (dice mordiendo mis labios)

Yo: La puerta está cerrada, y nosotros no la cerramos… Si alguien nos vio??

Lu: Amor, si alguien nos hubiera visto, nos hubieran despertado, y no tendrías tu verga dentro mío en este momento… (mi hermanita, aún con 11, definitivamente era más inteligente que yo, o al menos pensaba de manera más calmada)

Yo: Tenés razón… Quizás son ideas mías… Pero por las dudas dejémoslo acá, no sea cosa que alguien venga ahora… (dije más tranquilo)

Lu: Dale, me voy a bañar… (me dio un beso apasionado, se dedeo la conchita un poco, me hizo chupar sus deditos, y se fue a la ducha) Te amo amor… (dijo al salir)

Yo: Yo también te amo bebé (dije con mi verga super dura)

Lu se fue y automáticamente comencé a pajearme lentamente, poniendo su bombachita en mi cara, oliendola y sorbiendo sus juguitos empapados en ella, completamente en extasis.

Después de unos minutos, sentí como mi cama se movía, y alguien se acostaba a mi lado, tomando mi mano y guiando mi paja.

Yo: Hmmm, otra vez acá? Te dije que lo dejemos antes de que venga alguien (digo sin abrir mis ojos, sonriendo)

: Tranquilo, mami no viene hasta la noche, Yos se queda en lo de una compañera, y Lu se metió en la ducha con un juguete, va a tardar…

Reconocí esa voz de inmediato, mi respiración se aceleró, abrí los ojos y voltee a mi lado, Eli se abalanzó sobre mí, besándome metiendo su lenguita en mi boca y subiendo su cuerpo desnudo y sudado sobre el mío.

Aún confundido seguí su beso, acariciando su espalda, bajando lentamente a su colita. Dejó de besarme para besar y morder mi cuello, liberando mi boca.

Yo: Que hacés Eli!? Esto no corresponde, no está bien… (dije notablemente excitado)

Eli: Y cogerte a la más chiquita de la casa está bien Ciro? (dijo en tono desafiante, sentándose en mi abdomen y moviéndose sensualmente)

Yo: De qué hablás? (pregunté confundido, pero imaginando su respuesta)

Eli: Yo cerré la puerta, los vi desnudos, con tu verga en Lu y sus fluidos por todos lados… No me resistí, me desnudé y masturbé al lado de ustedes… Esta es mía, y los juguitos que tomaste también son míos… (agarró la bombachita y la exprimió en mi cara)

Yo: Pendejita de mierda…

Agarré a Eli de la cinturita y la tiré en la cama, a mi lado. Empecé a besarla apasionadamente, mordiendo y succionando su cuellito, marcandola por completo. Besé, lamí y mordí sus tetitas, ella solo respiraba agitada y gemía.

Eli: Así… Me encanta… No pares hermanito…

Yo: Parar!? Vos me buscaste putita, ahora bancatela…

Mordiendo sus labios abrí sus piernitas y empecé a dedearla de manera brutal, sin miedo, sin piedad, de inmediato empezó a temblar y a gemir, casi sin esfuerzo le arranqué su primer orgasmo de la tarde, sus juguitos empaparon mi cama en cuestión de segundos.

Yo: Esto querías no hermanita?? Te morías por estar desnudita y mojada en mi cama bebé…

Eli: S…siii manito… Pero quiero más… (dijo con su cuerpecito temblando)

Yo: Y vas a tener más mi vida…

Mis tres hermanitas tienen personalidades muy diferentes; Lu siempre fue la más inocente y enamoradiza, Yos vive siempre en su mundo, no le llama la atención ni el amor, ni el sexo, diría que fue siempre aburrida, mientras que Eli siempre fue desafiante, atrevida y ahora siendo preadolescente le encanta sexualizarse y buscar el límite de lo correcto.

Me arrodillé sobre mi hermanita, con mis rodillas a los costados de su cabeza, ofreciéndole mi verga dura, la cual sin dudar, y casi de forma profesional empezó a chupar, mientras sus dedos se metían dentro de su conchita.

Mi nivel de excitación era indescriptible, tanto que la agarré de la cabeza y empecé a cogerme su boquita, sin piedad, ahogaba sus arcadas con mi almohada, mi verga invadía su gargantita, su saliva escapaba de su boca, como una espuma que yo desparramaba por toda su carita con mi verga, cada vez que la sacaba para dejarla respirar un poquito.

Eli: COF COF COF… Sos un animal Ciro!

Yo: Jaja, es lo que querías amor… O querés que pare??

Eli: Ni loca… Así como la llenaste a Lu, quiero que me llenes a mí…

Yo: Concedido, princesa…

Até sus manos al respaldo de mi cama, le metí de manera supera dominante mi bóxer en su boquita, bajé hasta su conchita, y empecé a chuparsela con desesperación, mientras ella se retorcía de placer emitiendo un gruñido ahogado por mi ropa interior. Orgasmo tras orgasmo, squirt tras squirt mi hermanita se estremecía en mis sábanas inundadas de sus fluidos y los de nuestra hermanita.

Sin poder soportar más la tentación separé sus piernitas, me acomodé entre ellas y sin mediar palabras ensarté a Eli y empecé a cogermela con pasión, con vehemencia, bramando como una bestia, mientras ella apenas podía emitir sonidos parecidos a los gruñidos de una leoncita en celo.

Tras varios minutos logré acabar dentro de ella, pero seguía tan caliente y mi verga estaba tan dura, que seguí embistiendo a mi hermanita. Mientras yo seguía dándole a mi querida Eli lo que tanto quería, llega un mensaje de mi madre, la cual avisaba que no iría a casa esa noche, ya que había sido invitada por sus amigas a salir a bailar, y cuando creí que nada podía ser mejor, la puerta del cuarto se abrió, y por ella entró mi amada, mi noviecita, Lu se paró al lado de mi cama, completamente desnudita y con una sonrisa fantástica.

Sabía que esa noche, sin dudas iba a ser una de las mejores de mi vida…