El nuevo miembro de la familia Sosa: Parte 1 «Recibiendo la aceptación del patriarca»
Este es mi primer relato, se trata de como Theo, como se va uniendo a su nueva familia.
Mi madre me tuvo a sus 16 años, su familia le dio la espalda y cuando nací mi padre se fugó, pero eso no fue impedimento para cuidarme y quererme, fue difícil hasta que conocía a mi padrastro Lucas Sosa, un militar, cuando cumplí 10 años se unieron en matrimonio y por ende estaba planeando su luna de miel por lo que decidieron que me dejaran en cuidado del padre viudo de Lucas.
Antes de describir a mi único abuelo iniciaré conmigo, me llamo Theo De la Rosa, soy bronceado con unos ojos color miel y cabello rizado castaño claro, mi mejor rasgo de mi cuerpo son mis piernas, ya que me gusta correr mucho.
Mientras mi abuelo tiene un cuerpo de forma de T, hombros Anchos, una espalda trabajada a mi vista podría cargar el cielo, a pesar de su edad de 56 años, mantiene sus músculos firmes, en especial sus bíceps, por el hecho de que resalta más el derecho por un tatuaje de avión con alas lo note, ya que llego con una playera sin mangas gris y un pecho cuadrado, mientras que cabello de corte militar de color negro con brotes plateados acompañado con una barba de tres días, su nombre es Roberto.
Nunca esperaba que cuando lo viera despertaría mi picardía, se acercó a mí con su mirada firme acompañada por unos ojos grises azulados y me digo con esa voz sería que te imponía respecto.
R: Niño, Este mes estarás en mi casa, seré tu cuidador por lo que espero…
T: Seré obediente señor. (Interrumpí por miedo a su tono serio).
A Roberto le salió una breve risa y continuo.
R: Tranquilo, lo que iba a decir era que te diviertas, ya que mi casa está alejado de la ciudad a 4 horas y sin vecinos, así que de una vez has tu maleta para que cuando termine de hablar con tu madre iniciemos el viaje.
Me dirigí ansioso a mi cuarto, pues iba a estar con ese gran hombre solo en su casa, pero también me preocupaba que no tendría nada que hacer en su casita en medio de la nada.
Me subí a su auto de Roberto y me dormí en todo el viaje, cuando desperté estaba todo sudado por el calor, pero eso no importo cuando vi el gran portón blanco con letras Doradas que decía «Villa Sosa», adentro de la villa tenía jardines coloridos, una cancha de baloncesto profesional atrás de una gran casa blanca de dos pisos con tejas grises cubierta de un muro de árboles que le da sombra a su hogar y todo eso en el centro de la villa.
Entrando a la casa vi que en el patio trasero había un jacuzzi y Roberto a notar mi mirada dijo.
R: Vaya, qué calor mira estamos todo sudados, que te parece ir a refrescarnos en el jacuzzi y de paso tomamos unos refrescos fríos.
Acto seguido se quitó la camisa y dirigió al refrigerador para sacar un par de refrescos y con una señal me invitaba a entrar al jacuzzi, en eso me quite mi ropa y solo me quede en trusa blanca con líneas horizontales negras y entre al jacuzzi, Algo ruborizado le mencione.
T: Roberto, mañana podemos ir a correr en el alrededor de la zona.
Roberto con asombro se acercó a mí y acariciando la cabeza me contesto.
R: Niño, ahora soy tu familia, así que dime «abue» y por supuesto me sorprende que te cuides tu físico a tu edad.
Emocionado, puse mi mano ante pierna y expresé mi emoción de tener al fin un abuelo y al notar que su miembro estaba despertando moví mi mano a su bulto y le dije:
T: Abue que es lo que tiene ahí.
R: Aah eres de esos chicos, quieres conocer mi bombardeo.
Acto seguido me agarro entre su brazo y se acercó a mi oído para susurrarme:
R: Primero enciéndelo si quieres despejar.
Por lo que moví mi trasero en forma circula sobre su bulto y puse mis labios en su pezón, por lo visto no lo vio venir, porque eso lo agito tanto que soltó un suspiro de gozo, me la pase mamando la tetilla hasta quedo levantada y firme, Roberto se levantó y se sentó al borde del jacuzzi en donde solo remojaba sus pies y se soltó su bañador para mostrar su miembro de 16 cm de largo, pero un gran grosor en la punta con razón le decía bombardeo me dijo:
R: Te vas a quedar mirando, no le quieres darle gozo a tu abue.
Por lo que comenzó a devorarme ese miembro de forma torpe, Roberto con gesto de gozo y dolor dijo:
R: Vaya, te estoy estrenando, entonces deja que yo te guie.
Por lo que Roberto comenzó sus embestidas con brutalidad, haciendo que comenzara a lagrimar y moquear, pero comencé a seguir su ritmo constante hasta que sentí como brotaba un líquido cálido y viscoso por mi garganta.
Roberto sacó su miembro y suspiro dijo.
R: bueno ya te bombardeé así que mañana vamos a correr así que descansa theo que tendrás que seguirme el ritmo.
Con lágrimas en los ojos, pero una satisfacción que no había sentido le asentí la cabeza mientras que saboreaba mi nuevo alimento favorito.
gran realto como sigue
Por favor sigue con la historia