Él Papá de mi Vecino: Segunda Historia
En esta segunda parte, voy a relatar mi aventura con él papá de mi vecino, visto en el anterior relato….
1.
Cuando mi vecino y yo éramos amigos, siempre iba a su casa, y su papá, no es la mejor persona que digamos. Siempre le grita a los hijos, pero a veces, los trata bien. Su papá es mecánico, y el taller está pegado a la casa, técnicamente es el mismo lugar. Tiene brazos gigantes, con por lo menos 5 músculos en cada brazo, o por lo que veo. Eso me calienta mucho.
2.
Un día, mientras yo estaba afuera, vino el vecino de enfrente, un hombre viejo, a hablar con su papá. Cuando se le acercó dijo esto.
– Hola querido, como estas -dijo el hombre viejo.
– Bien, acá andamos.
Después comenzaron a hablar de algo que no pude entender, pero se que dijo:
¿Yo? yo soy adicto al sexo, mi esposa que me odia me la chupa todas las noches y yo le re rompo el culo que tiene, y cuando no están nuestros hijos…se arma un quilombo en la casa, todo tirado por ahí queda.
Yo estaba mirando para otro lado, pero abrí bien grandes los ojos. Saqué la lengua y me la pasé por lo labios, deseando ser la esposa de ese hombre.
3.
Nunca había visto nada de ese hombre hasta el día que fui con mi vecino al bosque que tiene al lado a cojernos contra un árbol (tema de otra historia). Después de la cojida, quise ir al baño, y como no me gusta hacerlo en los árboles, decidí ir al baño de la casa, mientras Fausto me esperaba en el árbol.
Entre a la casa, y fui al baño, pero sin querer no toqué, y abrí la puerta, y lo que vi fue una pelotas gordas y gigantes debajo de un gran culo blanco y deseable. Cerré la puerta de inmediato, y salí corriendo. La imagen quedó en mi cabeza toda la noche mientras me la tocaba.
4.
Para finalizar, el día de quizás el mejor sexo de mi vida.
Un día, estaba solo en mi casa, y me había quedado sin azúcar para una receta, así que, como idea de ir a ver esos brazos, decidí ir a la casa de mi vecino, qué también estaba solo, porque sus esposa y sus hijos se fueron de viaje. Así que salí de mi casa, y me dirigí hacía la puerta, la toque, y para casualidad, salió el vecino con una toalla blanca rodeando todo lo que estaba de la cintura para abajo, y arriba, una panza con abdominales medios marcados. Y sus brazos. Estaba sudado, no mojado, sudado parece que estaba a punto de irse a bañar. Me miró y dijo.
– Que queres
– Azúcar señor, solo eso.
Me dijo que entrara y yo lo seguí con la vista de su hermoso culo bajo la toalla.
Se paró en la cocina. Y se me ocurrió una idea, retrocedí y cerré la puerta con llave, me adelante a él y cerré las cortinas. Él me miró raro.
– QUE ESTAS HACIENDO.
– Vine acá para darle placer señor.
Me baje el pantalón y me di la vuelta mostrando mi culo frente al lugar donde esta la verga. El me miró con una cara medio extraña al principio, pero luego me agarró de mi cintura y me levantó, llevándome a la cama de él y su esposa. Me dejó en el piso, se sentó en la cama, se sacó la toalla y reveló una verga ya erecta de 23 centímetros. Yo se la empecé a tocar y luego se la empecé a chupar, solo escuchaba las risas y sus palabras.
Ahh, qué rico, mmm, necesitaba a alguien que me diera placer, no solo mi esposa, la vecina de atrás, mi hijo menor, y ahora tú. Que inesperado suceso.
Se la empecé a chupar más fuerte hasta que escuché un ligero gemido. Luego me levante, y con la poca fuerza que tenía, lo tiré dejandolo con su verga mirando hacía arriba, me subí a la cama, me acerqué un poco y empecé a succionarle las bolas. Después me subí encima de él, puse su verga en mi culo y empecé a hacer movimientos de placer que le daba a sí hijo. Funcionaban porque escuché sus gemidos entre los míos del placer que me daba. Se levantó con su verga adentro mío, me puso en perrito, y empezó a embestir como nadie nunca lo había hecho. La sentía moverse dentro mío. Y después de unos segundos, sentí un chorro, grité del placer, y como la habitación era silenciosa, seguí gritando, y él cada vez me cojía más fuerte aún.
Estuvimos así dos horas y media, hasta que tuve que volver porque se estaba haciendo de noche. Lo despedí con un chupada de verga más y me fui.
Gracias por leer. Pronto habrá una tercera parte. ❤
Buen relato como sigue?
Me gustaría que contaras la historia del árbol que mencionaste