El pequeño Teo de 7 de años de vacaciones con su tío (4)
Último día de las vacaciones en la capital..
A la mañana siguiente me despierto a media mañana por el sol que entra por la ventanal. Me levanto, voy para el balcón que da a una de las avenidas principales y me apoyo en la baranda de vidrio.
Pablo. Hola bebé, ¿estás tomando un poco de aire?
Teo. Buenos días tío. Si, me desperté con calor.
Se para atrás mío y me hace masajes en los hombros.
Pablo. Hace un rato hable con tu mamá, para ver a qué hora tenes que estar allá.
Teo. ¿No me puedo quedar unos días más?
Pablo. Lo que pasa es que mañana viajo por trabajo.
Teo. ¿y no puedo ir con vos?
Pablo. No amor, yo voy a estar todo el día en la oficina y no luego dejarte solo. Otro día.
Me toma de la mano y nos sentamos en el sillón sin antes sacarme el pañal.
Mientras charlamos me acaricia desde el pecho hasta las piernas sin dejar de pasar por mis huevitos y mi pito.
Teo. Mmmm aahhh
Pablo. ¿Te gusta?
Teo. Si…mmm
Me lleva hasta la cama en sus brazos, me acuesta, se saca el boxer, se recuesta encima mío y empieza a besarme en la boca. Empieza a bajar, lame mis pezones y los pellizca con sus dientes. Vuelve a bajar, separa mis piernas y me empieza a chupar el pito.
Teo. Mmmm… que rico … aaahhh
Con sus manos acaricia y abre mis nalgas en busca de mi hoyito, cuando llega, me penetra primero con un dedo, después dos y por último con tres.
Teo. Ay Tío, despacio.. aahh
A él no parece importarle y sigue. Aprieta mi pito con sus labios y lo estira lo que más puede. El placer y la excitación me generan espasmos que de a poco se transforman en contracciones. Mis palabras se pierden en mis gemidos mientras él sin importarle nada, me sigue mamando de manera casi animal.
Teo. Aahhh no aguantmmmm creo… Creo que me orino aaahhh siii
Tengo una contracción que va desde mis huevitos hasta mi estómago que termina en un orgasmo acompañado de un chorro de orina que él traga hasta donde puede.
Pablo. Ahora me toca a mi.
Intenté responderle pero no me salió la voz. Me da vuelta, me separa mis piernas, me agarra de la cadera y mete su verga de un solo golpe.
Teo. Mmmmm aaaahh
Intenté zafarme pero no tengo fuerza, además de que él me sigue sosteniendo de la cadera.
En cada embestida siento como su verga entre hasta el tope. Me agarro de las sábanas y aprieto los dientes para aguantar el dolor.
Pablo. Así putita… eso aahhh
Su verga se empieza a hinchar y sus gemidos se mezclan en su jadeo
Pablo. ¡Siiii! Aahhhggg me vengoooo… aahhh
Teo. Mmmm aahh
Hasta que llega el último golpe, siento como mis tripas se llenan de leche mientras el se regocija de placer.
Cuando creí que había terminado, vuelve a empezar.
Pablo. Aaahhgg. Acá va otra vez..mmmm aaahh
Teo. Aahhh mmmm
Siguen siendo tan feroz como la primera vez, sólo que duró mucho menos para vaciarse dentro mío.
Al sacar su verga, parte de su leche chorrea por mis piernas. Se pone de pié, me pone boca arriba y me orina. Me cubro como puedo pero me quedo en el lugar.
Teo. No tioooo
Pablo. ¡Uhh perdón! No pude aguantar
A pesar de sus disculpas, no dejó de orinarme hasta terminar. Fue extraño porque no me disgustó, tal vez es por el nivel de excitación o porque me agarró de sorpresa… no lo sé.
Pablo. Vamos al baño.
Nos tomamos un buen rato pars bañamos, no tanto por la limpieza, si no más para acariciarnos sin decir una palabra.
Una vez que salimos, me lleva en brazos hasta el sillón a mirar la televisión.
Pablo. Ahoes vuelvo, voy a limpiar mi habitación
Asistí con la cabeza y una sonrisa. No pasó mucho tiempo hasta que me quedé dormido.
****
Pablo me despierta hablandome en voz baja. Al principio creo que es sueño hasta que entendí lo que me repetía.
Pablo. Teo, despertate. Vino tu mamá.
Escucharlo hizo que despierte de golpe, a los tumbos me llevo mis manos para taparme mi pito, pero me doy cuenta que estoy vestido.
Pablo. Tranquilo bebé, te vestí mientras dormías
Teo. ¿Que paso?
Pablo. Nada, solo quise despertarte antes de ir a abrirle para que no reacciones así frente a ella
teo. ¿Ya me vino a buscar?
Pablo. Si, ahora anda a lavarte la cara mientras bajo a abrirle
Sonia y Pablo se quedaron charlando mientras tomaban un café y yo armaba mi bolso.
Antes de salir, Pablo me llama desde la habitación para darme un rico beso de despedida.
Tanto con Pablo cómo con Ariel seguimos teniendo sexo. Nunca nadie supo de nuestra historia, tampoco uno del otro, incluso ya siendo adulto.
ame todos los relatos me la jale muchísimo con ellos gracias espero hagas más